«Porque Jehová derramó sobre vosotros espíritu de sueño, y cerró los ojos de vuestros profetas, y puso velo sobre las cabezas de vuestros videntes. Y os será toda visión como palabras de libro sellado, el cual si dieren al que sabe leer, y le dijeren: Lee ahora esto; él dirá: No puedo, porque está sellado. Y si se diere el libro al que no sabe leer, diciéndole: Lee ahora esto; él dirá: No sé leer» (Isaías 29:10-12)
Dios derramó espíritu de sueño sobre los israelitas. Estaban adormilados, ciegos a las cosas del Señor, y así continuaron hasta tiempos de Cristo. La iglesia hoy también está en un sueño profundo, adormilada. Israel estaba adormilado, ciego, sin entendimiento, confiando en una falsa profesión de Fe (Is 29:9-16). Así mismo eran sus profetas y videntes, ciegos y con un velo sobre sus cabezas. El Libro, las Escrituras, estaban selladas para este pueblo.
En tiempos de Isaías los israelitas no entendieron el llamado de Dios. Dios los cegó y engrosó su corazón (Is 6:9-10). Es el juicio de Dios a una nación que decía ser el pueblo de Dios. Dios les mandó un espíritu de estupor a los israelitas para que sus ojos fueran oscurecidos y no vieran (Rom 11:7-10). Los fariseos decían ver, pero fueron cegados por Dios; Cristo vino a hacerles juicio (Jn 9:39-41). Los israelitas persiguieron y mataron a Cristo; Dios les oscureció sus ojos para que no vieran (Sal 69:21-28). Aún hasta el día de hoy, los israelitas cuando leen a Moisés tienen un velo (2 Cor 3:12-16).
La iglesia de hoy está igual. Esta adormilada, en sueño profundo, con espíritu de sueño, duerme como las vírgenes insensatas (Mt 25:1-13). Los que duermen, y permanecen con espíritu de sueño, jamás se les abrirá la puerta. La iglesia está dormida, no quiere escuchar la Verdad, el evangelio de Cristo, el único que da salvación eterna, pero también liberación del pecado y vidas santas; tiene espíritu de sueño, espíritu de estupor.
Toleran falsos evangelios, falsos maestros, falsas religiones, toleran anatemas. Son ecuménicas, cobardes, desprecian a Cristo; niegan la insistente declaración de Pablo en Gálatas 1:9. Una iglesia con espíritu de sueño en sus pastores, cobardes, asalariados que huyen cuando ven venir el lobo (Jn 10:12), atalayas adormilados que no advierten, ciegos, perros mudos, que no pueden ladrar, soñolientos, echados, que aman el dormir (Is 56:10). Una iglesia llena de falsos maestros y herejías destructivas, sembrados e introducidas encubiertamente por el Diablo, mientras la iglesia duerme (Mt 13:25). Una iglesia dormida, sin amor por las almas que se pierden por las mentiras de los falsos maestros, que no contiende ardientemente por la Fe, contra los que convierten en libertinaje la Gracia de Dios (Jud 1:4).
Una iglesia con espíritu de estupor, de sueño, adormilada, que no quieren escuchar la doctrina que es conforme a la piedad (1 Tim 6:3), tibias, que quieren mensajes lisonjeros, suaves, livianos, con sonido de trompeta incierto, con mezcla de Palabra, santidad y mundo, con comezón de oír; por eso se amontonan de falsos maestros (2 Tim 4:3-4). Una iglesia con espíritu de estupor, rebelde y sínica, que no quieren oír la voz de Dios, la Verdad, lo recto, las palabras de los verdaderos profetas; que piden la mentira, palabras halagüeñas (Is 30:9-11). Una iglesia con espíritu de sueño, que no se quiere arrepentir.
Dios ha enjuiciado a la iglesia de hoy como a Israel, porque Su juicio comienza por su casa (1 P 4:17); y seguirá dormida y endurecida aún más por Dios, si no despierta (2 Ts 2:11-12). ¡Iglesia no puedes dormir más, levántate de ese espíritu de sueño! (Ef 5:14): “Despiértate, tú que duermes, Y levántate de los muertos, Y te alumbrará Cristo”
Dios cerró los ojos de los profetas de Israel, puso un velo sobre ellos. No podían ver la Verdad, abrazaron la mentira y el engaño, hicieron errar al pueblo, estaban en tinieblas y oscuridad. Dios puso oscuridad en los profetas en tiempos de Miqueas; aborrecían lo bueno, amaban lo malo, devoraban al pueblo, su profecía estaba nublada, cerraron sus labios, enseñaban por precio, adivinaban por dinero, no advirtieron del mal (Miq 3:1-12).
Los falsos profetas son el juicio de Dios para un pueblo rebelde y dormido. Están en tinieblas, oscuridad, no están en la Luz del evangelio de Cristo, sirven a Satanás y su reino de tinieblas. Atalayas ciegos, perros mudos que no ladran, por eso duermen (Is 56:10-12). Los falsos profetas no saben a quién dicen servir, no reconocen al Amo, por eso, no están en la batalla, no contienden, duermen cobardemente cuando viene el peligro, asalariados que huyen cuando ven venir el lobo (Jn 10:12). Atalayas que no advierten, centinelas ciegos que no ven el peligro, y por eso duermen. Ciegos guías ciegos, vendedores del reino de las tinieblas, llevando muchos clientes al infierno (Mt 15:12-18).
Eso es lo más más terrible. Mantienen al pueblo en tinieblas, oscuridad, adormecido, lo hacen medroso y pusilánime, y lo llevan finalmente a la condenación eterna, ambos caerán en el hoyo. Para el falso maestro está reservada la más densa oscuridad de las tinieblas (Jud 1:13); pero para el pueblo ciego que lo sigue, también le espera su castigo eterno; el pueblo será como el sacerdote (Os 4:9-10). Tanto el pueblo como el profeta están en tinieblas, en oscuridad, están ciegos. Falsos profetas atraen falsos creyentes (2 Tim 4:3). El que consulta y el profeta llevarán castigo, los dos son responsables de su pecado (Ez 14:7-10). El que consulta está buscando lo que su corazón adormecido, con espíritu de sueño y en tinieblas quiere escuchar. Y el profeta busca su propio provecho, adormecido para las cosas espirituales, en oscuridad, y llevando a muchos a la más densa oscuridad, reservada para ellos. ¡Apártate de los tales!
La consecuencia de pastores enceguecidos, con velo, en tinieblas, es un pueblo igual, adormilado, sin discernimiento, siguiendo la mentira, negando la Verdad, que tiene sellada la Palabra, no la entiende, la distorsiona, no conoce la Verdad, y tampoco quiere, se excusan, porque no les importa. Una iglesia ciega, en tinieblas, oscuridad, que no puede ver la luz, tiene sellado el Libro. La iglesia, como Israel, está igual, con espíritu de estupor, de sueño, adormilada; insensible, indiferente a lo espiritual, aturdida, embotada por el mundo, llena de falsos maestros. Pero, eso es lo que quiere.
El Diablo también ha cegado su entendimiento para que no les resplandezca la luz del evangelio de Cristo (2 Cor 4:3-4). ¿Este es su caso? Escape del lazo del Diablo, en el que está cautivo (2 Tim 2:26). Dios les ha enviado un poder engañoso para que sigan creyendo y complaciéndose en la mentira y la injusticia; una iglesia que será presa fácil del Anticristo, y su destino es la condenación eterna (2 Ts 2:8-12).
¿Será usted engañado por la Bestia? ¿Verá su marca? ¿Será condenado? ¿Seguirá ciego al infierno? ¿Tiene sellado el Libro? ¿Sera de los que ven y que tienen mente con sabiduría? (Ap 17:9). ¿Será de los ciegos, que lo seguirán al lago de fuego y azufre, donde también está el Diablo y sus ángeles? (Mt 25:41).
La iglesia está muy mal, está ciega, no puede ver; debe ungir sus ojos con colirio para que vea; debe entregarse a Cristo celosamente, de lo contrario será vomitada por Dios (Ap 3:16-19). ¿Tiene usted sellado el entendimiento? Unos entienden y dan fruto, otros tienen sellado los misterios del reino (Mt 13:10-17). ¿De cuál es usted? ¿Entiende los misterios del Reino? ¿Se le ha concedido conocerlo?
Estamos en los últimos tiempos, ya fue quitado el sello del Libro, para que los entendidos entiendan (Dn 12:1-4). ¿Somos de esos? ¿Resplandeceremos en el firmamento perpetuamente o estaremos en confusión perpetua? ¿Entendemos el Libro, o sigue sellado a nuestros ojos? ¿Estamos en tinieblas, oscuridad? ¿Ha visto realmente la luz del evangelio de Cristo? ¿O esta aún adormilado y cegado? ¿Dios derramó espíritu de sueño sobre usted?
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana
Escucha el sermón del domingo (24 de Mayo de 2020): «¡ADORMILADOS Y CEGADOS!»:
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