«Y le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto» (2 Crónicas 19:2)
El Señor advirtió a Josafat, por medio del profeta Jehú, por hacer alianza con Acab, un rey perverso e idólatra, para luchar juntos contra Ramot de Galaad, un pueblo pagano. Hoy los cristianos se unen al religioso idólatra (Iglesia católica, otras religiones) para combatir al inmoral (Lgbti, leyes-aborto-familia, Ateísmo). Anteponen la segunda tabla de la ley, a la primera. Esto es adulterio espiritual. Por eso, lo hecho por Josafat fue abominable a los ojos del Señor, salió Ira de parte de Él. Así como Josafat fue advertido por Jehú, el Señor de muchas maneras nos advierte para que no hagamos lo malo delante de sus ojos.
El Señor buscará la forma de hacernos saber lo que está mal. Debemos escuchar. Lo hará por medio de un profeta, como hizo Natán con David al reprenderlo por el adulterio con Betsabé (2 Sam 12:7-9). O por medio de muchos profetas y sabios del pueblo de Dios, como hizo con los Fariseos, por adulterar la religión verdadera; aunque estos no escucharon (Mt 23:34-35). O también por medio del Espíritu Santo, Quien mora en nosotros los creyentes, y nos reprende cuando pecamos, o estamos tentados a hacerlo (Jn 16:8-11). Aún la humanidad sin Cristo, tiene La Ley grabada en su corazón. Aunque no haya un profeta amonestándolo, ni el E.S. reprendiéndolo, su conciencia los acusa (Rom 2:14-16). Cristo hace amonestaciones a la iglesia visible, como lo hizo con algunas iglesias de apocalipsis, para que no adulteren ni forniquen espiritualmente. Sigue habiendo una voz del cielo que llama específicamente a Su pueblo a no contaminarse, adulterar, ni a fornicar con la falsa religión, con la ramera, a no hacer alianza con ella ni unirse a su impiedad (Apoc 18:4)… Como hizo Jehú con Josafat, sigue estando la voz profética del Señor advirtiéndonos. ¿Estamos escuchando esa voz?
Josafat hizo alianza con Acab, lo ayudó en sus propósitos personales. Debemos nosotros, guardarnos de caer en el mismo pecado. De ponernos del lado del impío en sus proyectos. Tengamos cuidado de hacer alianza con ellos, ya sean espirituales, conyugales o civiles. No escuchemos al impío, sus filosofías, consejos, ayudas. No vayamos por ayuda a Egipto. No justifiquemos al impío, su pecado, no los aprobemos, mucho menos vayamos a ponernos de su lado, condenando al justo. No entristezcamos al justo fortaleciendo al impío, pensando bien de ellos y mal del justo. Cuidado con preferir la Familia, nuestros seres queridos, antes que a Dios. El Señor está por encima de ellos. Los falsos maestros justifican al impío, le dan falsa seguridad de salvación, les dicen paz paz, y no hay paz (Jer 6:14). Ellos, al impío dan ayuda, y aman a los que aborrecen a JHV. No los oigamos. El Impío igualmente busca al profeta impío, están en un mismo espíritu, piensan similar, viven para sus propios vientres (2 Tim 4:3). Tengamos mucho cuidado.
El Señor no se complace con los impíos (Sal 5:4-6). El Señor está airado con los impíos todos los días (Sal 7:11-16). El Señor aborrece sus obras, sus frutos (Prv 6:16-19). No hay paz para el impío (Is 57:20-21). El llamado no es a amar falsamente al impío y a los que aborrecen a Jehová, el llamado no es a justificarles sus pecados y unirse a ellos en sus malas obras y/o proyectos “nobles”. El llamado es a aborrecer todo lo malo, sus obras. Amemos más bien sus almas, digámosle que sus obras son malas, aborrecibles a Dios, que se arrepientan, que vayan a Cristo. Solo en Cristo podrán ser amados por el Padre. ¿Lo estamos haciendo?
El Señor estaba airado con Josafat por su alianza con Acab. Josafat atendió la advertencia del profeta Jehú. Examinó estrictamente su reino, sometiéndolo al consejo de la ley de Dios. Sin embargo, después volvió a ser tentado a hacer alianzas impías con Ocozías hijo de Acab (2 Cr 20:35-37). Finalmente, no lo hizo (1 Rey 22:49). Nosotros podríamos terminar haciéndolo, no juguemos. Cuidado con no escuchar.
Iglesia, estamos de parte de un Reino, el del Padre, de una causa, la de Cristo, de un sentir, el del Espíritu Santo. No veamos al impío como el mundo humanista, pagano y psicológico lo ve. Veámoslo como Dios lo ve. Lleno de maldad, iniquidad, en depravación, muerto espiritualmente, aborrecible a sus ojos. No justifiquemos su maldad, no nos unamos en sus causas, en sus obras de justicia, no hagamos pacto con ellos. Ya salimos de Egipto, de ese reino de maldad, estamos en un nuevo pacto, y es con el Señor. Atendamos el llamado profético, atendamos la voz del Señor, de lo contrario habrá azotes a nuestros costados, nuestras almas están en juego, serán azotes eternos si no atendemos Su advertencia.
¿Nos uniremos a aquellos que aborrecen a nuestro Señor? ¿Nos haremos amigos íntimos de aquellos que son enemigos de Cristo? ¿De los que se jactan en sus pecados, su maldad, que se burlan de la santidad, de nuestro cristianismo?. Hermanos, nosotros tendremos a Cristo como amigo y abogado defendiéndonos en el día del Juicio. Pero los impíos, los que aborrecen a Jehová, tendrán a Cristo como Su verdugo acusándolos ¿nos uniremos a ellos? Mas bien, hagamos como Cristo, así nos odien, denunciemos sus malas obras, para que se arrepientan y se hagan amigos de Cristo. Que el Señor nunca nos reprenda como a Josafat: “Y le salió al encuentro el vidente Jehú hijo de Hanani, y dijo al rey Josafat: ¿Al impío das ayuda, y amas a los que aborrecen a Jehová? Pues ha salido de la presencia de Jehová ira contra ti por esto”
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana
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