«Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas» (Juan 3:19).
Cristo es la luz del mundo; y esa luz vino al mundo en su encarnación anunciando la luz de su evangelio. Vino a alumbrar a un mundo en tinieblas, vino a morar con la humanidad caída. Vino a los judíos y también al mundo gentil, pero la gran mayoría prefirieron las tinieblas del pecado, la mentira, el mundo, desecharon Su Palabra, desecharon a los santos de luz, los cuales llevaban también la luz de la verdad, desecharon la Luz. Ellos amaron esas tinieblas, porque sus obras eran malas; no fueron ignorantes. Esta fue la causa de su justa condenación, esto fue su juicio y veredicto divino.
Así hoy, aunque Cristo vino hace unos 2.000 años, el mundo sigue amando más las tinieblas que la luz , sigue amando la mundanalidad, la idolatría, el pecado, la inmoralidad, la vanagloria de la vida. Cristo sigue siendo despreciado y rechazado, considerado para muchos un mito, una mentira, de locos y de fanáticos el seguirlo. El mundo lo aborrece, porque sus obras son de las tinieblas, malas. Y esto, a pesar de que muchos en la historia se han cobijado bajo sus leyes y enseñanzas (reyes, Estados, gobiernos, educación); claro, aunque no reconozcan esto abiertamente.
1. LA LUZ VINO AL MUNDO.
El mundo estaba en las más densas tinieblas. No había profecía, los judíos llevaban 400 años en oscuridad, las sombras del Antiguo Testamento seguían siendo un velo oscuro para ellos. El mundo gentil estaba condenado, sin esperanza de salvación; y entonces, “la luz vino al mundo”. Cristo, la luz del mundo, vino al mundo (Jn 8:12; 12:46).
El mundo estaba en tinieblas, bajo el dominio de Satanás, en oscuridad, como la tierra al principio de la creación (Gn 1:2-5). Los corazones de los hombres, el mundo sin Cristo, están en tinieblas. Solo Cristo puede alumbrar los corazones, y también el mundo. La luz en la creación (que fue buena), vino para que Dios separara la luz de las tinieblas. Asimismo, Cristo vino a separar la luz de las tinieblas, a los hijos de luz y a los hijos de las tinieblas. La luz había estado oculta (Col 1:26). El mundo estaba sin esperanza (Ef 2:12). Sus líderes (religiosos y civiles) andaban en tinieblas (Sal 82:5). Bajo el dominio espiritual de los gobernadores de las tinieblas (Ef 6:12).
Cristo vino al mundo, fue enviado a alumbrar al mundo (V14-18). Cristo es la luz del mundo (Jn 8:12). La luz vino al mundo (Jn 1:9). Cristo es la luz de los hombres (Jn 1:4). Cristo, la luz, resplandece y vence las tinieblas (Jn 1:5). Vino a sacarnos de las tinieblas (Jn 12:46). Su pueblo estaba en tinieblas, pero fue alumbrado con su luz (Is 9:2; Mt 4:16). Desde que Cristo vino, las tinieblas van pasando (1 Jn 2:8). Sus discípulos debían aprovechar esa luz que estaba entre ellos (Jn 12:35-36).
Ya no estamos en tinieblas, Cristo vino a darnos luz (1 Jn 5:20).
2. AMARON MÁS LAS TINIEBLAS.
Aunque la luz vino tan claramente al mundo cuando vino Cristo en su primera venida, los hombres, judíos y gentiles, en su mayoría, rechazaron esa gran manifestación y revelación de la Luz Divina. Rechazaron la luz. Vino pero fue rechazado. Los judíos no recibieron la Luz (Jn 1:11). El mundo rechazó la luz de Cristo (Jn 1:10).
“Amaron más las tinieblas que la luz”. Amaron el Reino de Satanás, el pecado, el mundo, ciegos, errantes, amaron la mentira, la falsa religión (externa, formal, obras), el paganismo, los ídolos, a los falsos maestros que les apacentaron sus tinieblas, amaron la oscuridad. Despreciaron la luz, la revelación del Evangelio, la iluminación del Espíritu, la Luz de Cristo, la puerta estrecha, y el camino angosto, despreciaron sus almas. Su destino: tinieblas y oscuridad eternas. Así hoy, el impío sigue en tinieblas, cegado por Satanás, no desea la luz del Evangelio (2 Co 4:3-4). El falso creyente, hipócrita, miente, también está en tinieblas (1 Jn 1:6).
“Sus obras eran malas”. Las obras del impío eran malas, no hacían lo bueno, corrían a hacer lo malo (Ro 3:12-17). Justicia propia, salvación por obras, siguiendo la corriente del mundo, desobedientes, esclavos del pecado, sirvieron al Diablo. Cristo testificó al mundo de sus malas obras, por eso lo aborrecieron (Jn 7:7). Despreciaron a Cristo, no hicieron lo bueno, hicieron las obras de su padre el Diablo (Jn 8:39-41). Eran hijos del Diablo, cumpliendo sus deseos (Jn 8:44). Hoy pasa igual, no solo aborrecen a Cristo, también aborrecen al cristiano fiel, al santo, al separado, al obediente al que sigue la Luz, al que les lleva la luz, se burlan, lo desprecian. Los falsos creyentes hacen las obras malas de Caín (1 Jn 3:12). Están en tinieblas (1 Jn 2:9, 11).
“Aborrece la luz y no viene a la luz, para que sus obras no sean reprendidas”. La mayoría prefirieron las tinieblas morales y espirituales del pecado, prefirieron permanecer en la ceguera espiritual, huyeron de la luz. La luz evidencia las tinieblas, por eso no quisieron ir a la luz (Ef 5:13). Así hoy, muchos no quieren ser cristianos, no quieren ir donde está la luz. Huyen de la iglesia, no quieren la luz (Evangelio: negarse, tomar la cruz, seguir a Cristo, la santidad), no quieren ser exhortados, rendir cuentas, ser instruidos en la luz, no quieren dejar el pecado, aman las tinieblas (mundo, placer, deleite, carne, vanagloria, proyectos, buena vida, formalismo). Po eso huyen de la luz. ¿Cuántos han empezado bien, pero solo caminaron unos pocos años? ¿dónde están ahora?
Pregúntese ¿Qué ama su corazón? ¿ama más las tinieblas? ¿ama la luz? Cuidado, lo que ama su corazón, tarde o temprano saldrá a la luz (anatemas, inmundicia, pecado, amor al mundo). Todo sale a la luz (Lc 12:2-3). Acá en la tierra, o después en el juicio (1 Tim 5:24).
Sin embargo, hay una esperanza así hoy esté en las tinieblas, así hoy ame más las tinieblas que la luz. Corra a la luz, corra a Cristo, la luz del mundo. El que sigue a Cristo no estará en tinieblas (Jn 8:12). No permanezca más en las tinieblas (Jn 12:46).
3. ESTA ES LA CONDENACIÓN.
La luz vino al mundo, y el mundo la rechazó, merecen una justa condenación, la paga de su pecado es muerte (Ro 6:23). Cristo ya vino, no tienen excusa (Jn 15:22).
La condenación esel dictamen de Dios a todos los que desprecian a Cristo, la luz que vino al mundo. Hay ya una condenación para el que no ha ido a la luz, a Cristo (V18). Ya hoy, la ira de Dios está sobre él (Jn 3:36). Resucitará para condenación eterna por hacer lo malo (Jn 5:28-29). Tendrá vergüenza y confusión perpetua (Dn 12:2). Estará en horno de fuego, lloro y crujir de dientes, por ser cizaña (Mt 13:40-42). Eso merecerá por sus malas obras (Mt 13:49-50). Tendrá tinieblas eternas por no usar bien los talentos que Dios le dio (Mt 25:30). Tendrá castigo eterno por despreciar al pueblo de Dios (Mt 25:45-46). Sufrirá pena de eterna perdición por desobedecer a Cristo (2 Ts 1:8-9). Será lanzado al lago de fuego, pues no estaba en el Libro de la Vida (Ap 20:15). Entre más viva más ira atesora para el día de la Ira (Ro 2:5). Ya no estamos en tinieblas, la luz ya vino al mundo, mayor será su condenación si no se arrepiente (Hc 17:30-31). No hay excusa, ya Cristo vino y habló (Jn 15:22).
Y usted, ¿está en la Luz o en las tinieblas? ¿en salvación o en condenación? ¿en dónde está? ¿a dónde ira?
“El que practica la verdad viene a la luz, para que sea manifiesto que sus obras son hechas en Dios” (V21). ¿Ya fue a Cristo, ama su evangelio, la Biblia, la santidad, al pueblo santo de Dios, ama conocer voluntad de Dios, así sea difícil de aceptar? ¿Cree en la luz, o la rechaza?(Jn 3:36). ¿Está en tinieblas de pecado, o en la luz de Cristo? ¿Muerte o vida eterna? (Ro 6:23). ¿Cómo son sus obras? ¿justas, buenas, o en desobediencia? ¿en Vida eterna o en ira y enojo eternos? (Ro 2:6-9). ¿Vive aún en tinieblas como antes? (Ef 5:8-10). ¿Anda de día, en la luz, o está tropezando en la oscuridad? (Jn 11:9-10). ¿Está aferrado a su Palabra de luz? (Sal 119:105). ¿Tiene comunión con los hijos de las tinieblas? (2 Co 6:14), o ¿tiene comunión con los santos en luz? ¿anda en la luz de Cristo? (1 Jn 1:7). ¿Participa de las obras de las tinieblas? ¿las denuncia? (Ef 5:11-12). ¿Es luz del mundo? ¿alumbra con el evangelio de Cristo, o se esconde? (Mt 5:14-16). ¿Cómo son sus ojos, llenos de luz, o de tinieblas? (Mt 6:22-23). Dios es luz, no es tinieblas, no podemos andar en las tinieblas (1 Jn 1:5). ¿Ama más sus tinieblas que la luz de Cristo? ¿sigue deleitándose en ellas?
¿Acaso está en condenación? ¿lo estará para siempre con los impíos? ¿No es acaso un heredero del cielo? ¿un redimido por Cristo? Bueno, Él libra del dominio de las tinieblas, no se engañe (Col 1:12-14). ¿No es acaso un escogido un Dios? Sepa que Cristo saca de las tinieblas para que andemos en luz (1 P 2:9). Cuidado con estar solo iluminado, y que su luz se vuelva tinieblas (Lc 11:35-36). Recuerde que la luz vino para que Dios separara la luz y las tinieblas. Cristo vino al mundo para separar entre los hijos de luz y los hijos de las tinieblas.
¿en qué lado está? ¿en qué lugar estará? ¿Ama más las tinieblas que la luz? Cuidado iglesia, con Dios no se juega. “Y esta es la condenación: que la luz vino al mundo, y los hombres amaron más las tinieblas que la luz, porque sus obras eran malas”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (01 de Enero de 2023): «¡AMARON MÁS LAS TINIEBLAS QUE LA LUZ!».
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