«Apresúrate, amado mío, y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los aromas» (Cantares 8:14).
La iglesia añora el regreso de Cristo, está impaciente por encontrarse con Él. Desea que vuelva rápido, que se apresure, por eso es comparado aquí con el corzo y el cervatillo, animales que se caracterizan por su rapidez al correr. Cristo es el amado de su esposa, por eso desea estar con Él en plenitud eterna de gozo.
1. El Amado.
La expresión “mi amado” es usada varias veces en el cantar de los cantares para mostrar el amor de la sulamita hacia Salomón, tipo del amor de la iglesia (esposa) hacia Cristo (esposo). Y cierra el libro llamando a que se apresure a volver (8:14).
El Amado Esposo desposó a su esposa (ató-vinculó-ligó-unió), la ama, se deleita en ella, se entregó por ella. Nos desposó (Ap 21:9). Su esposa es su deleite y gozo (Is 62:4-5). Cristo ama entrañablemente a su esposa, dio todo por ella para presentarla sin mancha ni arruga (Ef 5:25-27). Se fue y ella lo espera ansiosamente, desea estar con Él, lo extraña, lo ama entrañablemente; y aunque la dejó por un momento, Él le promete que volverá (Is 54:5-7). Su esposa está triste por su ausencia (Mt 9:15). Su esposa fiel lo está esperando (Mt 25:1-2). Su esposa se atavía para Él (Ap 21:2). Y volverá a celebrar con su amada esposa las bodas del Cordero, gocémonos y alegrémonos (Ap 19:7-8).
Ella desea que se apresure: “Apresúrate, amado mío, y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los aromas”.
2. Su Venida.
El Señor dijo que volvería, y eso debemos creerlo, en ello afirmarnos, consolarnos y añorarlo.
Lo reveló antes de venir por primera vez. Daniel profetizó la segunda Venida del Hijo del Hombre en las nubes, a instaurar su Reino de Gloria (Dn 7:13-14). Las mismas palabras de Juan en Apocalipsis (1:7). Cristo lo confirma en el evangelio de Mateo (26:64). Dijo a sus discípulos que se iba a prepararles morada, y volvería por ellos (Jn 14:2-3). Dos ángeles lo dijeron a los discípulos cuando Cristo asciende al cielo (Hc 1:11). Fue dicho por los profetas y apóstoles, advirtiendo de los burladores (2 P 3:1-4). Fue revelado al Apóstol Pablo, que vendría con voz de trompeta, y los que estemos lo recibiremos en el aire (1 Ts 4:16-17). Cerrando Apocalipsis dijo que volvería pronto (22:7, 12).
Dios dio señales progresivas hasta antes de Su Segunda venida (Mt 24:3-28). Principio de dolores, falsos cristos-profetas, guerras, rumores, pestes, hambres, terremotos, persecuciones (V4-13). Predicación mundial del evangelio, llegando a todo el mundo, predicado a toda tribu, lengua y nación (V14). La abominación desoladora instaurado por el papado y su misa papal, que intenta quitar el sacrificio perpetuo de Cristo (V15), allí sentándose en el templo de Dios como Dios (2 Ts 2:4). Persecución a los judíos cumplidas en el año 70 d.C. como tipo de las persecuciones a la iglesia en todos los tiempos (V16-20). Una gran tribulación final, diferente a la tribulación normal de la iglesia (V21-22). Falsos cristos y falsos profetas, apostasía en aumento hasta que llegue Cristo (V23-26). Se habrá colmado maldad y vendrá a hacer juicio (V28).
Pero habrá unas señales inmediatamente antes de Cristo regrese:
Después de esa gran tribulación de aquellos días, aparecerá la señal del Hijo del hombre en el cielo, y vendrá por su pueblo (Mt 24:29-33). Habrá una tribulación que nunca hemos visto (Mt 24:21). Será mundial, una prueba sobre el mundo entero (Ap 3:10). Entonces vendrá. Cielo, tierra y humanidad, serán trastornadas, condenará al impío, juntará a sus escogidos. En aquel día no será necesario salir en busca del Cristo (mirad: desierto, aposentos). Todo ojo lo verá, será visible a todos en el cielo, (Mt 24:26-27).
Habrá una sociedad como en los días Noé y Lot, comiendo, bebiendo, dándose en casamiento, comprando, vendiendo, plantando, edificando (Mt 24:37-41; Lc 17:28-30). Viviendo para ellos mismos, olvidados del Señor, dejándolo en el último lugar, como un accesorio en el mejor de los casos, con una religión muerta, una sociedad agnóstica, atea práctica. Pero vendrá de repente, inminente, “uno será tomado, el otro será dejado”.
Vendrá cuando el mundo esté pidiendo paz y seguridad, vendrá destrucción repentina, los tomará por sorpresa (1 Ts 5:2-3). Una sociedad pidiendo paz (cese-conflictos-guerras, paz mundial, acuerdos-paz, tolerancia, ecumenismo, mundo unido como Babel: una sola lengua). Buscando seguridad (bienestar terrenal, seguridad social, Estado-bienestar, gobierno-benefactor, Papá Estado: ocupa todas las áreas de la vida).
Vendrá cuando la iglesia termine de dar su testimonio, siendo vencida terrenalmente por la Bestia, y con un odio mundial mayormente manifestado al pueblo de Dios (Ap 11:7-12). “será predicado este evangelio del reino a todo el mundo, para testimonio a todas las naciones; y entonces vendrá el fin” (Mt 24:14). Habrá un persecución aún mayor a la iglesia por su mensaje, seremos más odiados, despreciados, humillados, desechados, y menos escuchados.
Vendrá cuando caiga el reino del Anticristo (no antes). Su apostasía aumentará hacia el final, su poder y engaño también, pero Cristo lo destruirá con el resplandor de su venida (2 Ts 2:2-8).
Ya todo está cumplido, ya todas las señales están, apresúrate Señor: “Apresúrate, amado mío, y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los aromas”.
3. ¡Apresúrate, amado mío!
Su iglesia quiere que la venida de Su amado sea pronto, quiere que se apresure. La esposa desea que su Amado se apresure. La Biblia nos muestra que el cristiano que verdaderamente ama a Su Amado desea que venga ya, el Espíritu y la esposa desean que vuelva pronto (Ap 22:17). Ella espera que venga en breve (Ap 22:20). Su esposa fiel, ama su venida, espera la corona de Justicia (2 Tim 4:8). Esta ha sido siempre la esperanza gloriosa y bienaventurada de su amada iglesia (Tit 2:13).
Sin embargo, muchos no añoran el regreso rápido de Cristo, los que quieren un reino terrenal, “Aquí y Ahora”, los que tienen deseos egoístas (sueños sin cumplir, aman-tierra, cómodos, por sus seres queridos, etc). Muchos se cansan de esperarlo. Como las vírgenes insensatas: necios, que no se prepararon; Cristo les cerrará la puerta en la cara, nada podrán hacer (Mt 25:10-12). Como el siervo malo (incrédulo y mundano): como Cristo tarda en volver, se llena de amargura, comienza a golpear, comer y beber, llorará y crujirá de angustia eterna, será castigado duramente con los hipócritas (Mt 24:48-51). Los infieles: adulteran con sus amantes (mundo), buscan otros refugios, porque el marido se fue (Prv 7:16-20). Los burladores: hacen mofa de la promesa de la venida del Señor, son incrédulos, impíos que serán consumidos (2 Ped 3:3-7). Los engañados por el Papado: el mundo y los falsos cristianos (laxos con Roma, no denuncian, se unen, ecuménicos), terminan creyendo la mentira (2 Ts 2:8-12).
Estemos preparados, como si viniera hoy. Esperémoslo viviendo santa y piadosamente, destruirá todo, traerá cielos nuevos y tierra nueva, lo prometió, volverá, no retarda su promesa, solo está siendo paciente para que todo su pueblo se arrepienta (2 P 3:8-14). Esperémoslo velando, orando, clamando, vendrá en cualquier momento, nos recompensará (Mt 24:42-47). No durmamos, velemos, no somos de las tinieblas, somos hijos de luz (1 Ts 5:4-6). No estemos en glotonería, embriaguez y los afanes de esta vida, pues seremos sorprendidos terriblemente (Lc 21:34-36). Renunciemos a este mundo y sus deseos, vivamos sobria, justa y piadosamente, esperando su bendita venida, Él nos redimió de toda iniquidad para que seamos un pueblo celoso (Tit 2:11-14). Guardemos su Palabra hasta que vuelva, es un mandato (1 Tim 6:13-16). Qué importan las tribulaciones y persecuciones, cuando Él venga, hará justicia (2 Ts 1:6-10).
¡Apresúrate amado mío! Esperémoslo ansiosamente. Pongamos nuestra mirada en su retorno, seremos manifestados en gloria (Col 3:4). Añoremos que venga lo perfecto, añoremos verlo cara a cara (1 Cor 13:10, 12). ¡Apresúrate amado mío! Ven y haz justicia, clamemos como los santos en el cielo (Ap 6:9-10). Ánimo iglesia, ya pronto viene: “Porque aún un poquito, Y el que ha de venir vendrá, y no tardará” Heb 10:37). Valdrá la pena esperarlo, quitará toda maldición de nosotros, nos gozaremos y alegraremos (Is 25:8-9).
¿Amamos a Cristo, su rápido regreso? Pues quien no lo ama, está-será condenado: “El que no amare al Señor Jesucristo, sea anatema. El Señor viene (Maranatha)” (1 Cor 16:22).
Hermanos, las señales se han cumplido, tenemos la esperanza y promesas más gloriosas, reservadas para nosotros en los cielos. Cristo las ha preparado con amor eterno; indescriptibles, cosas que ojo no ha visto, ni oído ha oído, ni han subido en corazón de hombre (1 Cor 2:9).
Hermanos, yo quiero esto YA: “Apresúrate, amado mío, y sé semejante al corzo, o al cervatillo, sobre las montañas de los aromas”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (28 de Febrero de 2021): «¡APRESÚRATE, AMADO MÍO!»
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