«Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?» (Lucas 22:48).
Charles Spurgeon en su sermón “La Traición” dijo estas palabras: “Judas traicionó a su Señor con un beso. Así es como lo hace la mayoría de los apóstatas; siempre es con un beso”. Judas traicionó a su Maestro, decía amarlo, pero lo entregó por 30 monedas de plata a los líderes religiosos. Judas, con un beso hipócrita, entregó al Hijo del Hombre. Muchos en la iglesia moderna, dicen amar al Señor, lo besan, abrazan, pero no lo obedecen, le son infieles, lo traicionan.
1. EL Hijo del Hombre traicionado.
Jesús es llamado el “Hijo del Hombre” 88 veces en el NT, en referencia a la profecía de Daniel 7:13-14.
La historia de la traición de Judas la encontramos en los 4 evangelios (Mt 26:47-56; Mr 14:43-50; Lc 22:47-53; Jn 18:2-11), justo después que Cristo, el Hijo del Hombre, se encontraba orando en Getsemaní, en su mayor lucha espiritual (Mt 26:36-46; Mr 14:32-42; Lc 22:39-46).
Cristo se apartó al monte de los Olivos, como lo solía hacer, necesitaba hablar con Su Padre. Sabía lo que venía, la mayor prueba, soportar la copa de la Ira de Dios (no los clavos, la corona, la cruz, los azotes). Necesitaba ser fortalecido por su Padre, para soportar la copa con valor. Estaba en agonía, oraba intensamente, su sudor era como grandes gotas de sangre, su alma estaba muy triste, en angustia, hasta la muerte. El consejo a sus discípulos: “orad para que no entréis en tentación”. Cristo también oró para Él mismo no entrar en tentación, y así hacer la voluntad de Su Padre. Nosotros debemos hacer igual. Sin embargo, sus discípulos no pudieron velar ni una hora, el sueño los venció. ¿Cuánto estamos orando para vencer toda tentación?
El Señor, después de terminar de orar, se dispone a la recta final de su obra (Mc 14:41-42; Mt 26:45-46). Iba a la cruz a pagar por nuestros pecados, a tomar la copa de la Ira ¿Qué de malo había hecho el Señor? ¡Nada! Sin embargo, fue traicionado por Judas, que junto a una turba de gente y los principales sacerdotes, arrestan a Jesús. Judas entrega con un beso al Señor, utiliza una señal de amor y afecto, como señal a los captores, allí muestra su mayor hipocresía (V48). Judas aparentaba amar al Señor, pero realmente lo aborrecía. Cristo no le había hecho ningún mal, sin embargo, Judas traicionó a su Maestro.
Judas es el peor ejemplo de traición humana, hipocresía y avaricia, aun el mundo impío lo reconoce, él entregó al Hijo del Hombre. “Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?”.
2. Judas el traidor.
Judas era uno de los doce, comisionado por el mismo Cristo a llevar el evangelio. Era un hombre de confianza dentro del grupo, manejaba el dinero de la obra; sin embargo, su codicia secreta, lo llevó a entregar a Cristo.
Todo esto había sido profetizado en las Escrituras. David profetiza el momento de la última Cena (Sal 41:9). Zacarías profetiza el precio de la traición, las 30 monedas de plata (Zac 11:12-13). Cristo ya sabía que Judas lo iba a entregar. Sabía que Judas era el diablo traicionero de los doce (Jn 6:70-71). Sabía que Judas era inmundo, a diferencia de sus discípulos verdaderos, que ya eran limpios (nacidos de nuevo), y se lo advierte en la cara (Jn 13:10-11). Cristo, en su oración sumo sacerdotal, antes de ser entregado, menciona al traidor, al hijo de perdición (Jn 17:12).
Judas era uno de sus discípulos, comisionado apóstol, con autoridad para predicar, echar fuera demonios y sanar enfermedades (Lc 6:16-16; Mt 10:1-4; Mr 3:13-19). Judas era hombre de confianza, manejaba el dinero, pero era ladrón, avaro e hipócrita (Jn 12:3-6; Mt 26:6-13; Mc 14:3-9). La avaricia es idolatría (Col 3:5), y Judas servía al dios de su propio vientre (Fil 3:19), como los falsos maestros que por avaricia hacen mercadería de la Fe (2 Ped 2:3). Aprovechaba su posición para robar. Se mostraba misericordioso, amoroso, generoso, preocupado de los pobres, pero era mentira. Así era Judas un hipócrita. De labios honraba al Señor, tomaba el nombre de Dios en vano, decía amar al prójimo, pero era mentira. ¡Dios nos guarde a todos nosotros!
Judas entrega a Cristo, pacta con los líderes religiosos 30 monedas de plata, Satanás ya había entrado en él (Lc 22:2-6; Mt 26:14-16; Mc 14:10-11). Cristo, en la última Cena, previo a su captura, anuncia la traición de Judas (Mt 26:21-25; Mc 14:17-21; Lc 22:21-22; Jn 13:18, 21-30). Notamos que sus discípulos lo llamaban “Señor”, pues estaban rendidos a su voluntad, Judas en cambio lo llamaba “Maestro”, como un seguidor meramente intelectual. Judas, con Satanás dentro, sale a entregar al Señor (Jn 13:26-30). Desesperado, se suicida, terminó muy mal (Mt 27:3-5).
Quienes traicionan al Señor siempre terminan mal, los infieles, cobardes, hipócritas, tibios, mundanos, venderán a Cristo por un plato de lentejas o unas sucias monedas de plata. Aunque puedan sentirse mal, su arrepentimiento es falso. “Bueno le fuera a ese hombre no haber nacido”. Y será ocasión para pecados de otros. Los sacerdotes avaros hipócritas, compraron un terreno con el dinero devuelto manchado-sangre (Mt 27:6-8).
3. ¿Con un beso entregas al Hijo del Hombre?
La iglesia visible, los falsos creyentes, al igual que Judas, dicen amar al Señor, pero lo entregan por lo material, el dinero, el mundo, son hipócritas, con un beso entregan al Hijo del Hombre.
Como Judas, los falsos creyentes, los falsos maestros, son avaros. El amor al dinero es raíz de todos los males, fue la raíz de la traición de Judas (1 Tim 6:5-10). No podemos al mismo tiempo, amar el dinero y amar a Cristo; Judas amaba el dinero por sobre todo (Lc 16:11-15). ¿Ama, sirve al dinero? ¿corre tras él? ¿Quiere enriquecerse? ¿Su estado de ánimo depende de éste? ¿Tiene contentamiento con su situación actual? ¿vendería a Cristo por mantener estatus, confort, trabajo, comida? ¿Qué hace con el dinero que llega a sus manos? ¿Lo gasta en deleite, placer, vanidad, confort? Si es así, para usted el dinero vale más que Cristo. Usted es avaro como los fariseos; y como Judas, lo terminará traicionando tarde o temprano, lo menospreciará, no juegue. “Ninguno puede servir a dos señores; porque o aborrecerá al uno y amará al otro, o estimará al uno y menospreciará al otro. No podéis servir a Dios y a las riquezas”. Los falsos maestros son avaros, tampoco los siga, no haga que el camino de Cristo sea blasfemado, no lo traicione (2 P 2:2-3). Como Judas, caerá en el engaño de las riquezas (Mt 13:22). Terminará vendiendo a Cristo como Judas, y como Esaú (Hb 12:16). Cuidado con este pecado, Judas se sintió mal, lo mismo Esaú, pero no eran sinceros, ninguno fue perdonado, lloraban por lo terrenal (Hb 12:17). Y usted “¿con un beso entrega al Hijo del Hombre?”.
Judas aparentaba amar al Señor, ser fiel, pero era mentira, era un hipócrita. Los Fariseos solo honraban al Señor de labios, no lo obedecían, no lo amaban de corazón, como Judas que lo llamaba “Maestro”, pero con un beso lo entregó (Mt 15:5-9). Dicen conocer a Dios como Judas que lo llamaba Maestro, pero con sus hechos lo niegan, su mente está corrompida como la de Judas (Tit 1:15-16). Aparentan piedad como Judas, pero niegan su eficacia, pues éste nunca dejó su avaricia (2 Tm 3:5-9). Son lisonjeros como Judas, sus dichos más blandos que mantequilla, pero matan con su lengua como éste al entregarlo (Sal 55:21). Muchos se dicen “cristianos”, pero no lo obedecen, son esclavo del pecado, niegan a Cristo. Son hipócritas, pero el Señor sacará a la luz sus tinieblas, guardémonos de ellos (Lc 12:2-3).
Judas decía tener comunión con el Señor, pero andaba en tinieblas, mentía (1 Jn 1:6). Cuidado con pecados secretos (pornografía, inmoralidad, avaricia, amor al mundo). Judas decía conocer a Cristo, pero no le obedecía, era un mentiroso (1 Jn 2:4). Cuidado con pecados sin confesar, sin dejar, el no aceptar las reprensiones y exhortaciones. Judas no amaba al Señor, fue anatema (1 Cor 16:22). El amor sincero, en cambio, nos lleva a obedecer. Judas no obedeció, no abandonó sus pecados (1 Jn 2:3-5). Si lo amamos, lo obedecemos (Jn 14:15). El que obedece, es el que ama a Cristo, y tiene comunión con Dios (Jn 14:21). Su Palabra guardará, quien no obedece es porque no lo ama (Jn 14:23-24).
Si hemos sido hipócritas, amando esta tierra, el dinero, cobardes, infieles, si hemos negado al Señor como Pedro, lloremos amargamente, y cambiemos como él, no hagamos lo de Judas. ¿Podríamos exponer nuestro corazón como Pedro al Señor, quien todo lo conoce, y decirle: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo” (Jn 21:17). Que Cristo nunca nos diga las palabras del Salmo 55:12-14.
¿Si no lo obedecemos, si no lo amamos sinceramente, insistiremos en decir que si? Tarde o temprano lo traicionaremos, tarde o temprano apostataremos ¿Traicionaremos al Señor con un beso? Nos dirá el Señor las mismas palabras que le dijo a Judas: “Entonces Jesús le dijo: Judas, ¿con un beso entregas al Hijo del Hombre?”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (16 de Mayo de 2021): «¿CON UN BESO ENTREGAS AL HIJO DEL HOMBRE?»
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