«Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas» (Lucas 21:19).
El pueblo de Dios debe ser paciente. Debemos permanecer fieles, no importa lo feroz de la persecución. La paciencia (capacidad de soportar), por la gracia de Dios que fortalece, es el instrumento que Dios usa para darnos la victoria final. La paciencia es perseverancia y constancia, es aferrarse al propósito hasta alcanzarlo. Debemos soportar pacientemente todas las aflicciones, reproches, persecuciones; no debemos dejar que nada nos perturbe ni angustie; debemos tener paz y alegría en nuestras almas, la cual el mundo no puede quitarnos. Algunas traducciones dicen: “poseeréis”, es decir, que mediante la perseverancia paciente, la perseverancia en los caminos de Dios y las verdades de Cristo hasta el final, los santos de Dios serán salvados; encontrarán la recompensa eterna al final de su camino en la tierra.
1. Lo que vendría.
Cristo dice estas palabras a sus discípulos en el contexto de su profecía sobre la persecución que vendría, la destrucción del templo de Jerusalén y la dispersión de la nación judía; todo esto, siendo tipo y figura, y abarcando hasta la persecución final y el juicio de Dios sobre el mundo en la segunda venida de Cristo.
Les dijo que vendrían tribulaciones y pruebas, y que por tanto, necesitarán de mucha paciencia (V5-19). Vendrían falsos maestros, guerras, terremotos, hambre, pestes, persecuciones, juicios civiles, traiciones de seres queridos, muertes, etc. Se lo dijo a los judíos varias veces, y les sucedió, lo dice a los cristianos y sucederá. Todo esto es tipo de la persecución final antes que Cristo vuelva por segunda vez. Le sucedió a Jerusalén cuando Dios los juzgó en el año 70 d.C.; sucederá al final cuando venga a juzgar a los vivos y los muertos (V20-28).
Hermanos, el Señor advirtió lo que vendría a los discípulos, necesitaban paciencia para soportar; asimismo nosotros, debemos ejercitar nuestra paciencia para afrontar con fe las cosas que vienen. Veamos las cosas a las cuales, muy posiblemente, tendremos que enfrentarnos.
2. Nuestra paciencia.
Debemos ser pacientes para soportar las cosas que vendrán. No sabemos que será mañana, necesitamos tener fe hasta el final, hay galardón, pero todavía no vemos la gloria, como los israelitas vieron a tierra prometida antes de cruzar el Jordán.
Debemos ser pacientes. Vendrán falsos Cristos y maestros, pues en el nombre de Cristo engañarán (V8; concordancia: Mt 24:11, 24). El Papado se levantó como el mayor de los falsos Cristos, se hace llamar “Cabeza de la Iglesia”, es el mismo hombre de pecado, el hijo de perdición que pretende sentarse en la iglesia como Dios (2 Ts 2:3-4). El primer sello de apocalipsis lo muestra como el caballo blanco, el engañador que viene con falsa paz (Ap 6:2); los sacerdotes católicos romanos cuando toman juramento de consagración son nombrados “alter Cristo” (otro Cristo); y muchos falsos maestros evangélicos (ungidos, apóstoles, profetas), llevan a adorar a la Bestia. Vendrían guerras y sediciones, nación contra nación, reino contra reino (V9-10). Caídas de imperios, revoluciones, guerras civiles, lo largo de la historia, e incrementándose en el último siglo (I y II Guerra mundial). El segundo sello de apocalipsis, el caballo rojo, trae guerra (Ap 6:3-4). Habría terremotos, hambre y pestes (V11). Vemos hoy incremento en la actividad sísmica, unos 820 millones de personas padecen hambre en el mundo, pestes (sida, cáncer, nuevas enfermedades y virus). El cuarto sello de apocalipsis, el caballo amarillo, trae pestes y muerte (Ap 6:7-8). Vendrían persecuciones al pueblo de Dios de carácter religioso y civil, cárceles (V12). Recordemos las 10 persecuciones de los primeros 4 siglos, después a los Valdenses, la inquisición católica, pre-reformadores, reformadores y puritanos padecieron persecuciones y cárceles, estos últimos tuvieron que huir de Europa al nuevo mundo; hoy persiguen cristianos en Oriente (los musulmanes), en China (Régimen comunista), y cada vez se hace más difícil ser cristiano incluso en occidente. A la Bestia se le permitió perseguir al pueblo de Dios, sobre todo hacia el fin de los tiempos (Ap 13:5-7), cuando la iglesia termine de dar testimonio de Cristo (Ap 11:7).
También el Señor dijo que en medio de todo esto sería una oportunidad de dar testimonio, pero no debían preocuparse por lo que fueran a decir (V13-15). No debemos amedrentarnos, callar, negar a Cristo, atemorizarnos, es una oportunidad para predicar. No callemos cobardemente, no neguemos a Cristo (Mc 8:38), no nos ha dado Dios espíritu de cobardía, demos testimonio (2 Tm 1:7-8). También habría traiciones de seres queridos, padres, hermanos, familiares, amigos (V16-17, Mt 10:21). Tristemente, no podemos confiar plenamente en ellos, si no son de Cristo. Ellos, junto con el mundo, se alegrarán con nuestras persecuciones (Ap 11:10). Paciencia hermanos, el Señor nos guarda, cuerpo y alma (resurrección general) están seguras eternamente (V18-19).
El Señor dijo que cuando Jerusalén rodeada de ejércitos, su destrucción vendría (V20-22), esto fue cumplido literalmente en el año 70 d.C. Hoy también Jerusalén está rodeada de ejércitos (De Palestina, EEUU, Rusia, China, ONU), asimismo la Iglesia es cada vez más subyugada y rodeada por la Bestia Estatal. Ay de las embarazadas y amamantando dijo el Señor, pues el pueblo de Dios siempre querrá tener descendencia (V23). Esto es una situación muy difícil en una persecución, pues los padres, podrían negar al Señor, sucumbir, rendirse. Todas estas persecuciones, muertes, cárceles, las padecerá el pueblo de Dios, por las naciones paganas (La Bestia Estatal), hasta cumplirse el tiempo de los gentiles (V24). La Bestia hará guerra contra los santos y los vencerá (Ap 13:7); hasta el final, hasta que haya entrado la plenitud de los gentiles (Rm 11:25). Será tiempo de gran angustia para la gente en la tierra, señales de juicios Divinos del cielo, y confusión por el bramido del mar, los gobiernos trayendo más y más confusión (V25-26). Muchos desfallecerán (Mt 24:12), será tiempo de angustia como nunca hubo (Dn 12:1), una gran tribulación como ninguna otra (Mt 24:21). Es la misma hora de la prueba que habla Juan en Apocalipsis 3:10 que vendrá sobre el mundo entero para probar a los que moran la tierra. Y entonces Cristo volverá (V27); todo esto abarca hasta Su segunda venida. Cuando veamos estas cosas, cobremos ánimo, nuestra redención está cerca (V28).
Debemos ejercitar la paciencia, en medio de todas estas tribulaciones (Rm 5:3-5). Esperemos pacientemente (Sal 40:1). Que nuestros corazones sean encaminados a la paciencia de Cristo (2 Ts 3:5). Las pruebas completarán la obra en nosotros, tengamos gozo paciente (Stg 1:1-3). Seamos coparticipes de Juan en la tribulación y paciencia (Ap 1:9). Así como los de Éfeso, trabajando arduo y paciente en su obra (Ap 2:2-3). Que el Señor nos conozca por nuestra paciencia, como a los de Tiatira (Ap 2:19). El guardará a los que hayan sido pacientes hasta el final (Ap 3:10). Esta es la paciencia y fe de los santos, la paciencia de los fieles (Ap 13:10; Ap 14:12).
3. Ganaremos nuestras almas.
Los que esperan pacientemente hasta el fin, perseverando pacientemente, salvarán sus almas. Cristo nos exhorta a estar alertas, debemos discernir las señales (V29-36). Los Fariseos no sabían discernir los tiempos (Mt 16:3).
Los que no tuvieron paciencia en medio de la prueba y la tribulación, se terminan cansando, se van al mundo a satisfacer su carne; cuidado. “Mirad también por vosotros mismos, que vuestros corazones no se carguen de glotonería y embriaguez y de los afanes de esta vida, y venga de repente sobre vosotros aquel día”. El que persevera hasta el fin salvará su alma, solo ellos, no los que quedan a mitad de camino. Se los dijo a los discípulos con las persecuciones venideras (Mt 10:16-22). Nos lo dice también a nosotros, pues abarca hasta que sea predicado el evangelio a todo el mundo, y entonces vendrá el fin (Mt 24:9-14). ¿Hallará fe en nosotros al volver? ¿Desmayaremos? ¿estaremos velando pacientemente? (Lc 18:1-8). Si somos buena tierra, debemos dar fruto con perseverancia (Lc 8:15). No desmayemos, esforcémonos, esperemos en el Señor (Sal 27:13-14). Trabajemos, seamos contantes (1 Ts 1:3).
Ahora hermanos, debemos dejar claro también, que es la gracia de Dios la que nos ayuda a perseverar pacientemente, pues por Dios salvaremos nuestras almas (1 Cor 15:10). El galardón lo tendremos en la Gloria venidera. Tengamos paciencia hasta la Venida de Cristo (Stg 5:7-11). Los que perseveran pacientemente, recibirán vida eterna (Rom 2:7-8). Aguardemos con paciencia (Rm 8:24-25). Tenemos una esperanza, consuelo, seamos pacientes (Rm 15:4). Seamos pacientes hasta el fin, heredaremos las promesas (Hb 6:11-15). No perdamos la confianza, hay herencia, grande galardón, seamos pacientes (Hb 10:34-36).
Hermanos, no parecen venir tiempos fáciles, al parecer estamos en los tiempos que el Señor anunció. Cobremos valor, pidamos más fe; al final, todo será gloria; pero tengamos claro que solo los que perseveran hasta el fin, solo los pacientes ganarán sus almas. “Con vuestra paciencia ganaréis vuestras almas”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (26 de Diciembre de 2021): «¡CON VUESTRA PACIENCIA GANARÉIS VUESTRAS ALMAS!»
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