«No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo» (Deuteronomio 29:18)
Moisés llama al pueblo y les recuerda lo que Dios ha hecho por ellos al sacarlos de Egipto, el pacto que hizo con ellos, y una advertencia de las consecuencias de violarlo. Les recuerda como los sacó de Egipto del yugo de Faraón con grandes señales y maravillas (Dt 29:1-9). Advierte a todo el pueblo, desde el menor hasta el mayor, hombre o mujer, nacional y extranjero (Dt 29:10-17). También les recuerda las consecuencias de violar su pacto. Todas las maldiciones escritas en Su Libro. Hiel y ajenjo, sin perdón, ira de Dios, borrado, apartado (Dt 29:18-21).
Iglesia, esta advertencia es para todos los que estamos acá, para nuestros hijos, desde el menor hasta el mayor. Hemos escuchado y conocemos su Palabra, las condiciones de Su Pacto, lo que demanda de nosotros (Heb 8:10-11). No seamos como el perro que vuelve a su vómito, o el cerdo que vuelve a revolcarse en el lodo, nuestro postrer estado será peor que el primero (2 P 2:20-22). Su juicio comienza por su casa (1 P 4:17). Se nos ha dado mucho, mayores azotes recibiremos si desechamos su llamado (Lc 12:45-48). Mayor castigo que Sodoma tendremos (Mt 11:24). Todos hemos sido iluminados, estado bajo la nube; si desechamos Su Pacto, hecho con la Sangre de Cristo, si afrentamos al Espíritu de Gracia, mayor castigo que los israelitas recibiremos (Heb 10:28-31)
Moisés advierte sobre el peligro que alguno del pueblo pueda tener un corazón que se aparte de Dios, para ir a servir a los dioses de las naciones. Dios advirtió a los israelitas antes de entrar a la tierra prometida, que se guardaran de un corazón infatúo, hinchado, presumido, para que no fueran a servir a otros dioses (Dt 11:16-17). El Mundo, el dinero, los Ídolos humanos, el Yo, son, entre otros, los ídolos de las naciones. No amemos el mundo (1 Jn 2:15-16). No podemos servir a dos señores (Mt 6:24).
Los israelitas fueron desobedientes y rebeldes al Señor, a Su Ley, fueron tras la imaginación de su corazón, tras las tradiciones de sus padres, tras sus ídolos, se apartaron de Dios (Jer 9:12-16). Si su corazón es rebelde a los mandatos del Señor, si aborrece Su Ley, la santidad, la vida piadosa, si corre tras las vanidades de la vida, el mundo, lo terrenal, las preocupaciones de la tierra, siguiendo las tradiciones humanas, sabio en su propia opinión, está siguiendo los dioses de las naciones, a sus baales, y terminará como los israelitas, apartado de Dios.
Guardémonos de un corazón malo de incredulidad que nos aparte del Dios vivo, exhortémonos unos a otros para que ninguno se endurezca por el engaño del pecado (Heb 3:7-13). No vaguemos más en nuestro corazón entre Cristo y los ídolos de las naciones. “Hijitos, guardaos de los ídolos” (1 Jn 5:21). Afirmémonos en la Roca eterna, pidamos la Fe que vence al mundo. Atendamos las advertencias del Señor “No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones”
Los que apartan su corazón para servir a otros dioses, son raíz que produce hiel y ajenjo, tienen su corazón contaminado, y contaminan a otros.
Los falsos profetas nos quieren apartar para ir tras sus dioses, debemos guardarnos de ellos (Dt 13:1-11). Quieren introducir su hiel y ajenjo, el dios de sus propios vientres, son cizaña, veneno, anatemas, llevan al Seol, son enemigos de la Cruz de Cristo, debemos cuidarnos de su engaño, contender contra ellos, apartarnos, evitarlos, exponerlos (Fil 3:18-19; Mt 16:6; 7:15; Jud 1:4; 2 Jn 1:10, Gál 1:9; Prv 5:3-5).
Nuestros seres queridos también buscan apartarnos de Dios, para que sirvamos a sus dioses, hablan hiel y ajenjo. Nos manipulan con el falso amor y misericordia, la paz familiar, el amor al prójimo, a los enemigos, la tolerancia y el respeto. Ese es el “dios” que ellos siguen, ese es un falso dios.
Los falsos creyentes en la congregación también producen hiel y ajenjo, no podemos tolerar su pecado, debemos reprenderlos (Dt 17:2-7). El tibio, mundano, rebelde, avaro, codicioso, el que aconseja conforme al mundo, son cizaña, levadura, debemos amonestarlos, y limpiar la iglesia, por medio de sus métodos (Mt 18:15-22; 1 Cor 5:11-13).
Si su corazón está apartado de Dios, si está siguiendo otros dioses, usted tiene una raíz que produce hiel y ajenjo, y será un cáncer en donde se encuentre. Debe cortar esa raíz amarga, debe eliminarla, de lo contrario Dios lo cortará a usted, endureciéndolo y apartándolo para que no contamine más a Su pueblo.
Cuidado con tener un corazón dividido, como Israel en tiempos de Oseas; que era prospera, fuerte, engordando, con fruto mundano, viviendo para sí, en idolatría (Os 10:1-4). Si camina con un pie en el mundo y otro en la iglesia, sirviendo a Cristo y a Belial, obedeciendo a medias, tibio; su juicio florecerá como ajenjo en su campo. Juzgará mal, sin discernimiento, no sabrá distinguir entre su mano izquierda y derecha, atenderá la voz de los falsos maestros, de la falsa doctrina, desechará la Verdad, justificará al impío, condenará al justo, terminará muy mal, con 7 demonios peores (Mt 12:45).
Cuidado con ser fornicario y profano como Esaú, con vender al Señor por un plato de lentejas, por las baratijas que el mundo ofrece, por irse tras los ídolos de las naciones, muchos serán contaminados por usted, no habrá lugar para el arrepentimiento (Heb 12:15-17).
Cuidado, con confiar en la fuerza de su brazo, en sus palacios, como los israelitas que fueron reprendidos por Dios por medio del profeta Amos (Am 6:8-14). Si su corazón está cimentado en lo externo, si está buscando la vanagloria, la aprobación del mundo, si ha cambiado la Ley de Dios por la sabiduría humana, si cree que todo lo que tiene lo ha conseguido con su fuerza; usted ha convertido el juicio en veneno, y el fruto de justicia en ajenjo, será derribado, destruido, humillado, asolado, oprimido, como aquellos (Mt 23:12).
Cuidado, con hacer como Simón el mago, que quiso comprar el don Dios con dinero (Hch 8:18-23). Si cree que puede comprar Su favor, salvación y don, con buenas obras o dinero, si quiere dones, pero no frutos; su corazón no es recto, arrepiéntase, en hiel y amargura está. Dios no quiere nuestro dinero, justicia propia, obras, Él quiere nuestro corazón, arrepentimiento, humillación, nuestras lágrimas por perdón, sed verdadera de Él, una entrega total a Él (Is 55:1-3).
La tierra está en hiel y ajenjo por los juicios de Dios; la tercera trompeta anuncia que Dios manda Ajenjo sobre la tercera parte de las aguas (Ap 8:10-11). El mundo se contaminó por el pecado desde sus inicios, hiel y ajenjo brota día a día, la tierra se contaminó bajo sus moradores (Is 24:5-6). Dios los entrega a una mente reprobada, para que sigan así, siguiendo a sus dioses, haciendo lo malo (Rom 1:28). El corazón sin Cristo solo produce hiel y ajenjo, amargura (Rom 3:13-14). El mundo seguirá endurecido en sus delitos y pecados. ¿Usted también?
Dios ha enviado sus juicios, amargura sobre las aguas ¿será de aquellos que mueren por esas aguas? ¿Es usted hiel y ajenjo? O ¿es de la raíz y el linaje de David, del tronco de Isaí, de la simiente de Abraham, de la simiente de la mujer, plantado por el Padre? Cristo tomó la copa amarga de la ira de Dios, tomó el veneno del pecado, hiel y ajenjo probó. ¿Lo hizo Por usted? ¿Ya se entregó a Él, ya miró a Cristo, como los Israelitas miraron la serpiente de bronce en el desierto? (Jn 3:14-15).
De lo contrario, Sus juicios sobre su alma serán terribles, amargos, a Juan le amargó su vientre (Ap 10:10). Recuerde la reprensión a Simón el mago, no siga el ejemplo de Esaú, atienda la advertencia de Dios a los israelitas: “No sea que haya entre vosotros varón o mujer, o familia o tribu, cuyo corazón se aparte hoy de Jehová nuestro Dios, para ir a servir a los dioses de esas naciones; no sea que haya en medio de vosotros raíz que produzca hiel y ajenjo”
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana
Escucha el sermón del domingo (7 de Junio de 2020): «CORAZÓN CON HIEL Y AJENJO»:
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