«¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?» (Job 11:7).
El hombre vano quiere conocer los secretos de Dios, sobrepasar los límites que Dios ha puesto, quiere llegar a su perfección, pero a través de su sabiduría, dejando afuera la Sabiduría Divina. Se cree sabio aunque es como una bestia salvaje, indomable, nada enseñable, es criatura orgullosa, se engaña a sí mismo, no se someta a las leyes de Dios.
1. El hombre vano.
El hombre siempre ha querido pasar los límites que Dios le ha puesto. Quiere hacer lo que no se le ha permitido, busca conocer lo que se le ha ocultado, y desconoce lo que Dios le ha revelado. Sobrepasa los límites, se cree sabio, pero es como un pollino de asno salvaje (V7-11).
Quiere el conocimiento Divino, pero sacando al Dios de la Biblia. Quiere excluir a Dios como Creador de todo lo que existe en el cielo y la tierra. Quiere prolongar la vida. Quiere seres perfectos. Quiere crear vida en los laboratorios (fertilización invitro, inseminación artificial). Quiere poner fin a la vida (Eutanasia, aborto). Quiere controlar la población (planificación familiar, sobrepoblación). Quiere conocer la mente humana, leer e insertar pensamientos (nanotecnología). Quiere manipular el clima. Quiere controlar la agricultura y el campo (leyes sobre cambio climático, zonas protegidas, manipulación genética, semillas, comida sintética, prohibir alimentos: carne, leche). Quiere apoderarse de la tierra (Leyes: tierras improductivas, reservas forestales, expropiación). Quiere apoderarse de todas las riquezas (oro, plata, agua, recursos naturales). Quiere cambiar el sexo dado por Dios (cirugías cambio-sexo, ideología-género). Quiere salir de los límites de su habitación.
Pero todas estas ideas, toda esta sabiduría humana es perversa (Pr 24:9). El hombre no puede alcanzar el conocimiento Divino por medio de su sabiduría (1 Cor 1:21). Sus falsas teorías, no pueden dar respuesta a lo que Dios sí nos da respuestas claras, y como dijo que eran. Desconoce lo que se le ha revelado, lo pasa por alto. Pero Dios es el Creador de todo lo que hay (Gén 1:1). Él tiene nuestros días determinados, por mucho que el hombre haga, de ahí no pasará (Jb 14:5). Dios es dueño de la vida y la muerte (Dt 32:39). El hombre no tiene potestad sobre el día de la muerte (Ecl 8:8). Es inútil lo que haga para prolongar su vida (Ecl 8:12-13). Dios mandó a multiplicarnos (Gén 1:28a). Los hijos son una bendición de Dios, muchos hijos (Sal 127:3-5). Solo Dios es quien conoce la mente y el corazón humano (Jer 17:10). Dios enriquece y empobrece (1 Sam 2:7). Del Señor son todas las riquezas (Hag 2:8). Dios creó solo dos sexos, varón y hembra (Gén 1:27). Plantas y animales nos los dio para comer (Gn 1:29-30). Los animales y la tierra están a nuestro servicio (Gén 1:28b). Siempre habrá frío y calor (Gén 8:22). Del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella (Sal 24:1-2). Dios puso al hombre dentro de la bóveda celeste (Gén 1:7). Y no podrá salir, puso límites a nuestra habitación (Hc 17:26).
Todo lo creado da cuentas de Dios, el hombre no tiene excusa (Sal 19:1; Rm 1:20). Pero el hombre vano, sigue en su necedad, se rebela, desconoce a Dios, lo que dice, lo que hizo.
2. ¿Descubrirás tú los secretos de Dios?
El hombre siempre ha buscado ser como Dios, pero lo desconoce, se rebela contra sus mandatos, es engañado por la Serpiente, esclavo de Satanás, está condenado, es vana su sabiduría.
El hombre quiere ser como Dios (conocimiento, inmortalidad, llegar al cielo, pero a su manera). Dios le dijo al hombre que no comiera del árbol del conocimiento del bien y el mal (Gn 2:16-17). Pero el hombre no hizo caso, se dejó tentar por la Serpiente, comió del árbol prohibido y murió (Gn 3:1-9). Dios creó a nuestros padres rectos, pero ellos se buscaron muchas perversiones (Ecl 7:29). Ahora nace muerto espiritualmente, sus días están contados, muere físicamente. Y aunque como Dios, conociendo ahora el bien y el mal (conciencia), esto es su mayor maldición, pues no tiene excusa alguna ante Dios de sus actos. Muerto espiritualmente, sigue pecando obstinadamente, sigue buscando ser como Dios. Es el pecado de nuestros padres, la maldición; y Satanás sigue aprovechándolo, quiere que sigamos pasando los límites que Dios ha puesto.
El hombre quiere inmortalidad (física) como Dios, pero Dios le puso límite, el hombre quedó destituido de la Vida Eterna, no tiene acceso directo al árbol de la vida, está custodiado por querubines (Gn 3:22-24), y solo Dios puede abrir ese acceso por medio de Cristo (Fuente de Agua Viva, Agua de Vida, Pan de Vida).
El hombre quiere llegar al cielo a su manera, pero Dios destruye sus planes, como en Babel (Gén 11:1-6). El mundo hoy como en Babel, tiene una sola lengua, hablan las mismas palabras (falso: amor, tolerancia, respeto, paz). El hombre construye su torre para llegar al cielo en ladrillo (falsas religiones, filosofías humanas, ecumenismo), en lugar de piedra (Cristo). El mundo quiere edificar una ciudad común (aldea global, globalismo, organismos internacionales). Se hacen un nombre, el nombre de la Bestia (Ap 13:17-18). El pueblo es cada vez más uno, unidos en la mentira. El hombre quiere construir su torre de Babel, pero el Señor siempre destruirá sus planes (Gén 11:7-9). Por mucho que lo intenten, no podrán, el Señor los dejará avanzar temporalmente, pero no podrán ir más allá de los límites que Dios le puso, llegarán solo hasta donde el Señor soberano, se los permita.
Satanás los ha engañado, y como en el Jardín del Edén, lo sigue haciendo hoy con los incrédulos (2 Cor 4:4). Ellos se han rebelado contra Dios. El mundo entero se ha rebelado, está bajo el maligno (1 Jn 5:19). No quisieron seguir a Cristo, no les importa Dios, no tienen temor de Él, por eso son engañados, y siguen el engaño de la Serpiente. Satanás los engaña por medio del Reino del Anticristo, del hombre de pecado (2 Ts 2:9-10). Dios mismo les envía un poder engañoso para que crean a sus mentiras, y serán condenados por no creer a la Verdad (2 Ts 2:11-12). Han avanzado hasta llegar a las profundidades de Satanás, pero serán heridos de muerte con todos los que les crean, Dios los escudriña (Ap 2:20-25). Satanás les quiere dar a conocer sus profundidades, pero no podrán llegar a los secretos de Dios. Están engañados. Satanás les dijo “no morirás”, pero ellos van a morir. Son esclavos del Diablo.
Dios destruirá su vana sabiduría, los desechará, los enloquece (1 Cor 1:19-20). Nunca el hombre, en su necedad y depravación, por más que lo intente, descubrirá los secretos-Dios.
3. La perfección del Todopoderoso.
El hombre no puede descubrir los secretos de Dios, no puede alcanzar la perfección del Todopoderoso. El hombre no puede conocer sus secretos plenamente, puso límites.
Las cosas secretas le pertenecen a Dios (Dt 29:29). Dios es desconocido para el mundo impío, como lo era para los griegos en tiempos de Pablo (Hc 17:23). Se les revela en parte en la naturaleza (Rom 1:19-20). Nosotros, su pueblo, en parte conocemos, vemos oscuramente (1 Cor 13:9, 12). Lo gloria preparado para nosotros, también nos es desconocida (1 Cor 2:9). Nadie puede entender la mente de Dios, es demasiado para nosotros (Rom 11:33-34). Solo el Espíritu Santo conoce los secretos de Dios (1 Cor 2:11). No debemos pensar-ir más allá de lo escrito (1 Cor 4:6). Debemos hacernos ignorantes, desechar la vana e inútil sabiduría humana, para ser sabios (1 Cor 3:18-20).
¿Alcanzarás la perfección del Todopoderoso?: Dios es incomprensible, perfecto, Todopoderoso. ¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Sobrepasará los límites que Él ha establecido?
El hombre quiere ser como Dios, pero no quiere ser Santo como Él. Dios es perfecto, Todopoderoso. El hombre no regenerado, y sobre todo las elites, se creen poderosos, pero… El hombre es gusano (Job 25:6). Su confianza es vana, está sobre tela de araña (Job 8:14). Aunque lo niegue, busque ponerlo en silla de escarnecedores, o siga obstinado en sus razonamientos inútiles, debe saber que aún él fue creado para el día malo (Pr 16:4). ¡Ay de aquel que lo desconozca! Se van a llevar una terrible sorpresa. No solo no descubrirán sus secretos, ni alcanzarán su perfección; si no que beberán el cáliz de su ira preparado para ellos (Ap 14:10). Y usted ¿si tuviera el poder de los poderosos, qué haría? ¿Su confianza en quien está? ¿Recibirá sus plagas? Dios da vida eterna y muerte eterna (1 Sm 2:6). ¿Está muerto o está vivo? ¿vive o hiede? ¿A dónde ira usted al morir?
El hombre profesa sabiduría pero es necio, está envanecido (1 Cor 1:21). El hombre es necio, quiere ser como Dios, conocer sus secretos, alcanzar su perfección, pero se rebela, contiende con Él, cuestiona sus designios, sus obras, no sabe nada. Dios le pregunta al hombre vano y necio en sus razonamientos ¿Dónde estabas tú? (Job 38:4-40). ¿Cree que llegará a su perfección? ¿Sin Dios, sin Cristo, altivo, orgulloso? El hombre quiere ser perfecto fuera de Dios, quieren ser moralmente buenos sin Cristo. Quieren alcanzar sus secretos, pero sacaron al Señor de las enseñanzas, no pueden hacerlo. Sin Cristo es imposible, solo podemos ser perfectos en Cristo (Fil 3:15). Por eso debemos nacer de nuevo (Jn 3:3). Solo en Cristo puede hallarse la Sabiduría Divina (Col 2:2-3). Seamos prudentes, no necios, sigamos la verdad, no la mentira (Pr 14:8). Dios es infinitamente más elevado que nosotros, sus pensamientos y caminos están muy por encima de los nuestros (Is 5:8-9). Necesitamos ser limpiados, un corazón y espíritu nuevo (Ez 36:25-27). Sigamos siendo transformados (2 Cor 3:18). Un día si conoceremos los secretos de Dios (1 Cor 13:10, 12). Un día alcanzaremos su plena perfección (Rom 8:30).
Pero el hombre sin Cristo jamás, ni en esta vida ni en la por venir, no siga en su necedad: “¿Descubrirás tú los secretos de Dios? ¿Llegarás tú a la perfección del Todopoderoso?”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (27 de Junio de 2021): «¿DESCUBRIRÁS TÚ LOS SECRETOS DE DIOS?».
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