«Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar» (1 Pedro 5:8).
La palabra Diablo (diabolus en latín, diabolos en griego), traduce “adversario”, “acusador”, o “calumniador”. Satán es la palabra en Hebreo, y traduce “opositor”, “enemigo”, o “adversario”, lo cual muestra las características del Diablo en su relación con Dios. Acusa a Dios ante los hombres, y a los hombres ante Dios, por eso es llamado el acusador de los hermanos en Apocalipsis. Es el enemigo declarado e implacable de los santos, y aunque es enemigo de la humanidad en general, más especialmente lo es de la simiente de la mujer, de Cristo, y de todos los elegidos de Dios. Los persigue con gran violencia y diligencia, “como león rugiente”, con su fuerza, ira, malicia y crueldad, respirando odio contra ellos, a quienes, aunque no puede destruirlos, hace todo lo posible para aterrorizarlos y asustarlos. “anda alrededor buscando a quien devorar”, de aquí para allá en la tierra, como el león lo hace cuando está hambriento, usando toda clase de métodos insidiosos, artimañas y estratagemas para sorprender a los hombres, sacar ventaja, y que caigan presa en sus manos.
1. EL ADVERSARIO.
El mundo tiene una imagen totalmente errada de Satanás, una imagen pintoresca. La figura de Satanás suele ser retratada como un fugitivo de una fiesta de “Halloween”. Vistiendo un ridículo traje rojo, con espuelas, cuernos, una cola, y llevando un tridente en su mano.
Esta caricatura de Satanás fue creada por la “iglesia” medieval para burlarse de él. Estaban convencidos que era una estrategia efectiva, el insultarlo. Se consideraba que su parte más vulnerable era su orgullo. Atacar su orgullo era visto como una manera efectiva para repeler su ataque. El problema es que estamos reaccionando a una caricatura y no al punto de vista bíblico sobre él. La mayoría puede aceptar la existencia de Dios, pero muy pocos la existencia de Satanás. Muchos dicen: “¿Cómo puede alguien inteligente creer en el diablo en estos tiempos? El diablo pertenece a la superstición, como los fantasmas, duendes, brujas, etc”. Poner a Satanás junto con las brujas y duendes implica violar las reglas de un pensamiento serio. Si creemos que Dios es un ser invisible y personal, capaz de influenciar las personas al bien, ¿por qué es tan difícil aceptar que existe un ser invisible y personal, capaz de influenciar las personas al mal?
La Escritura en cambio nos muestra una imagen totalmente diferente. El Diablo es el gran adversario de Dios y su pueblo. Es el autor del pecado, el enemigo abierto y declarado de Dios y el hombre. Una criatura angelical que antes de la creación del hombre, se rebeló contra Dios, y que desde entonces ha luchado contra la raza humana y Dios. Se lo llama también: “el príncipe de la potestad del aire”, “el príncipe de este mundo”, “el dios de este siglo”, “el padre de la mentira”, “el acusador”, “la serpiente antigua”, “Beelzebú”, “el Malo”, “Apolión”, “Lucifer”. Se disfraza como “ángel de luz”. (2 Co 11:14). Enceguece al hombre para que no crea al Evangelio (2 Co 4:4). Es quien le roba la palabra cuando se le predica (Lc 8:12). Es quien siembra la cizaña (Mt 13:39). Es como un “león rugiente buscando a quien devorar”. Cristo también es llamado como un león, el León de la tribu de Judá. Cristo es el protector, Satanás el devorador, el adversario de Cristo.
El reino de Satanás es el reino de las tinieblas, el cual se opone al Reino de Cristo. Está compuesto por:
1. LOS ÁNGELES MALOS O DEMONIOS. Los cuales le sirven, y luchan contra el Señor y su pueblo (Mt 25:41; Ap 12:7, 9).
2. EL MUNDO. Todo el sistema bajo el cual vivimos, sus filosofías, modas, lideres, reinos, gobiernos, reyes, príncipes (1 Jn 5:19).
3. SUS HIJOS, LA CIZAÑA. Sembrada Satanás en el mundo; son sus ministros, emisarios, falsos maestros, falsas iglesias, falsos creyentes, e impíos en general (Mt 13:38).
4. EL HOMBRE DE PECADO. El Anticristo, la Bestia (el Papado), que viene con todo el poder del engaño de Satanás (2 Ts 2:9-10).
5. LA GRAN RAMERA (la Iglesia de Roma y todas sus hijas), que trae la doctrina de Jezabel, con todas sus herejías, sincretismo, fornicación espiritual, ecumenismo, idolatría, salvación por obras, y todas las profundidades de Satanás (Ap 2:20-24). Es la iglesia donde Satanás tiene su trono (Ap 2:13-15).
6. LAS FALSAS IGLESIAS. Las que se dicen cristianas, pero no lo son, si no sinagogas de Satanás (Ap 2:9, 3:9).
7. LOS FALSOS MAESTROS. Que se disfrazan de apóstoles de Cristo, con engaños, lisonjas, falso evangelio, desviando del camino de Cristo (2 Co 11:13-14).
8. LOS FALSOS CREYENTES. Los que hacen las obras y los deseos del Diablo, como los fariseos, que no quieren recibir el evangelio, niegan a Cristo, imponen su propia justicia (Jn 8:41-44a).
9. LOS QUE PRACTICAN EL PECADO. Los esclavos del pecado, impíos y falsos creyentes (1 Jn 3:8).
10. LOS QUE SE OPONEN A LA PREDICACIÓN DEL EVANGELIO. Los que estorban como el mago Elimas (Hc 13:10).
Todos nosotros vivíamos conforme a los principios del príncipe de la potestad del aire (Ef 2:2).
2. EL DIABLO AYER Y HOY.
El Diablo, Satanás, el adversario, ha estado presente con su engaño desde que fue creado, en la caída del hombre, antes y después de la primera venida de Cristo, y hasta hoy.
1. SATANÁS Y SU REBELIÓN. Fue creado perfecto, pero se rebeló. El Rey de Tiro y el de Babilonia, al parecer son tipos de Satanás (Ez 28:12-19; Is 14:12-15).
2. SATANÁS EN LA CAÍDA DEL HOMBRE. Incitó a Adán y Eva a la caída, a que ignoraran las consecuencias del pecado, fueron engañados con sus astucias (Gn 3:1-5). Dios lo maldijo por su pecado, a andar errante en la tierra (Gn 3:14). Le anunció de antemano su guerra contra Cristo y su derrota ante Él (Gn 3:15).
3. SATANÁS ANTES DE LA VENIDA DE CRISTO. Merodeaba la tierra, y se presentaba delante de Dios, como hizo cuando acusó a Job (Job 1:6-7; 2:1-2). Acusó a Josué, el Señor lo reprendió (Zac 3:1-2). Contendió con el Arcángel Miguel por el cuerpo de Moisés (Jud 1:9).
4. SATANÁS DURANTE LA 1ª VENIDA DE CRISTO (antes de la Cruz). Persiguió a Cristo en su nacimiento, a través de Roma pagana (Ap 12:3-6). Cristo lo vio caer del cielo como un rayo (Lc 10:17-18). Tentó a Cristo en el desierto (Mt 4:1-11). Entró en Judas para que negociara con los principales sacerdotes la traición de Cristo (Lc 22:3-4). Entró en Judas para realizar la traición (Jn 13:27). Influenció a Pedro para que estorbara la obra de Cristo (Mt 16:23). Pidió zarandear a Pedro (Lc 22:31-32). Cristo sabía que iba a enfrentarlo antes y en su muerte (Jn 14:30).
5. SATANÁS DESPUÉS DE LA MUERTE Y RESURRECCIÓN DE CRISTO. Cristo triunfó sobre él en la Cruz (Col 2:15). Destruyó al que tenía el imperio de la muerte (Hb 2:14-15). Cristo había anunciado que sería echado fuera después de resucitar (Jn 12:31-32). Su juicio estaba determinado (Jn 16:9-11). Fue arrojado a la tierra (Ap 12:7-10).Estorbó la visita de Pablo a los de Tesalónica (1 Ts 2:18). Fue el autor de las 10 persecuciones de los primeros siglos (Ap 2:10). Trajo al hombre de pecado (2 Ts 2:9-10). Persigue con furia al pueblo de Dios (Ap 12:13-17). Y actuará con su poder del infierno hasta el final, junto a la Bestia, el Falso profeta y los reyes de la tierra (Ap 16:13-14).
3. ¡SED SOBRIOS Y VELAD!
Aunque el Diablo es temible, poderoso, no temamos, estemos en guardia contra sus ataques, venceremos.
Satanás es realmente temible. “vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”. Pero nuestra actitud no debe ser el miedo. Satanás es más fuerte que nosotros, pero Cristo es más fuerte que Satanás. “mayor es el que está en vosotros, que el que está en el mundo” (1 Jn 4:4). Satanás es después de todo una criatura. Finito y limitado. No puede estar en más de un lugar a la vez. No es igual a Dios. Él es de un orden superior a los humanos, pero no es divino, es un ángel caído. Tiene más poder que las criaturas de este mundo, pero su poder es infinitamente menor que el poder del Dios todopoderoso. Y su derrota final está sentenciada.
¡Sed sobrios y velad! No ignoremos sus maquinaciones (2 Co 2:11). Estemos firmes contra sus asechanzas (Ef 6:11). Que no nos engañen sus astucias como a Eva (2 Co 11:3). Apaguemos sus dardos de fuego (Ef 6:16). El Señor nos dio potestad sobre él (Lc 10:19-20). Resistámoslo humillándonos al Señor (St 4:7).
¡Será condenado definitivamente! Cristo es más fuerte que Satanás. Será aplastado en breve por el Señor (Rm 16:20). Será atado por mil años (Ap 20:1-3). Será eternamente castigado en el lago de fuego y azufre (Mt 25:41; Ap 20:10). Y nosotros también lo venceremos por la Sangre del Cordero (Ap 12:11). Alegrémonos que le queda poco tiempo (Ap 12.12).
¿Venceremos? ¿somos hijos de Dios o del Diablo? ¿servimos a Cristo o a Satanás? ¿Somos del reino de Cristo o del adversario? Debemos ser diferentes (1 Jn 3:10).
Amigo (o miembro de iglesia), si usted no es cristiano (o no ha nacido de nuevo), está bajo el yugo del Diablo, y Satanás no puede echar fuera a Satanás (Mt 12:26). Solo Cristo puede despojarlo del hombre fuerte (Lc 11:22). Arrepiéntase y escape de su lazo, que Dios se apiade de usted (2 Tm 2:25-26). De lo contrario, la maldición dada a Judas será también para usted en el día de su Juicio (Sal 109:6-8).
Hermanos, estemos en guardia contra nuestro adversario el Diablo: “Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (14 de Agosto de 2022): «¡EL DIABLO, EL ADVERSARIO!»
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