«Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió» (Isaías 49:7).
Dios el Padre dirige estas palabras a Su Hijo unigénito. Anuncia implícitamente la venida de Cristo al mundo, en donde sería menospreciado y abominado por los lideres judíos, rechazado por el pueblo, y entregado a los romanos para ser crucificado. Sin embargo, después de ser humillado, sería exaltado a la Diestra del Padre. El mundo hoy también desprecia y abomina a Jesucristo, su persona, mensaje, Ley, camino exclusivo de salvación, señorío, gobierno.
1. EL PADRE HABLANDO (“Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo”).
Estos son títulos del Padre. “Jehová”, quien existe por sí mismo y de quien todos tienen su ser. El “Redentor de Israel”, involucrado y autor junto con su Hijo de la obra completa de redención de su pueblo. “El Santo suyo”, el Santo de Israel, su santificador, junto al bendito Espíritu Santo. Estas palabras se dirigen, no al Profeta Isaías, ni a los judíos, sino a Cristo.
En el capítulo 49 el Padre habla también de la incredulidad y rechazo de los judíos, y el llamado a los gentiles (V1-6). Habla sobre la venida de Cristo al mundo, menospreciado y abominado, para dar gracia a los gentiles (V7-12). Habla sobre la expansión del Reino de Cristo, su crecimiento, y la liberación de su pueblo de la esclavitud (V13-26).
Dios el Padre, Jehová, el Redentor de Israel, el Santo de Israel, habló de la redención de su pueblo junto a Su Hijo en la tierra, de su concepción, establecimiento, realización y expansión de su obra gloriosa.
2. EL HIJO MENOSPRECIADO Y ABOMINADO (“al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos”).
Cristo fue menospreciado por los judíos (líderes y pueblo) por su ascendencia, educación, doctrinas, discípulos, seguidores, y porque su reino no era de este mundo. Cristo también “despreció su alma”, su vida, por el bien de su pueblo, la entregó libremente, e hizo su alma una ofrenda por el pecado. La nación judía aborrecía a Cristo, su persona, doctrina y milagros; lo odiaban y no querían que reinara sobre ellos. Lo persiguieron, intentaron matarlo, y al final lo entregaron a los romanos para ser crucificado. Fue siervo de los tiranos. De los gobernantes judíos, estuvo sujeto a ellos, sometido a la Ley; y también de los gobernantes gentiles, pagando tributo a César, siendo azotado y crucificado por orden de Pilato (como esclavo). También hoy todos lo aborrecen. Gobernantes, las gentes y aun dentro de la falsa iglesia (Lideres, pueblo).
La parábola de los Labradores malvados (Lc 20:9-18) describe principalmente a los líderes religiosos judíos, Escribas y Fariseos, que golpearon y mataron a Cristo, pues querían su heredad. Judíos practicantes de ayer y hoy consideran ser la viña del Señor, su pueblo, y a Cristo un falso profeta, por eso mataron al Autor de la Vida. El Papado también quiere adueñarse de la heredad de Cristo, se hace Cabeza de la iglesia, dueño de las almas, se hace amo y señor del mundo, sirviendo a Satanás el usurpador. Cristo es tropezadero para todos ellos (1 Cor 1:22-23).
La parábola de las 10 minas (Lc 19:12-14). describe principalmente al pueblo de los judíos, sus conciudadanos, que lo aborrecieron, y no querían que reinara sobre ellos. El cristiano nominal (Tibio, mundano, carnal, antinomiano), como aquellos judíos, no quieren someterse al señorío de Cristo, no quieren que reine sobre ellos, odian Su Ley, solo desean un Salvador, no un Señor y Rey. Estos también lo hubieran despreciado y escarnecido, y hoy harían lo mismo si Cristo estuviera (Sal 22:6-8).
El imperio romano (en cabeza de Pilato), dictó la sentencia final de la crucifixión de Cristo (Jn 18:39-19:3). La democracia prefirió a Barrabás el ladrón, y entregó al Santo Mesías. Hoy el Estado dicta leyes contra Cristo y Su Palabra (ideología de género, despenalización del aborto, impide predicar libremente). Y el pueblo, al igual que en aquellos tiempos, promueve, pide y aplaude estas leyes. El Estado Bestial de hoy también lo hubiera enjuiciado, hoy si estuviera harían lo mismo (Is 53:7-8). También harían burla de Cristo (Sal 22:16-18).
El Salmo 2:2-3, muestra que los reyes de la tierra se levantarían contra Cristo, quieren desatarse del yugo de Su Ley (Sal 2:2-3). La revolución Francesa, quería “liberarse del fantasma de Dios”. El Humanismo quita a Dios como centro, y pone al hombre como medida de todas las cosas. El Estatismo pone al Estado en el papel de Dios (dios-papá Estado: comunismo, socialismo, fascismo, Estado de Bienestar). Reyes, príncipes, gobernantes, lideres mundiales, el Papado con su Ecumenismo, todos conspiran contra Cristo, Sus Leyes, Su Reino, quieren romper sus ligaduras. No lo estimaron ni lo estiman hoy, lo han crucificado, no tienen sabiduría (1 Cor 2:7-8).
El mundo aborrece a Cristo porque Él les testifica que sus obras son malas (Jn 7:7). El impío es siervo de Satanás, esclavo del pecado, sigue la corriente de este mundo. El moralista (religioso, ambientalista, defensor de animales, filántropo, entre otros), dicen hacer buenas obras, pero estas no le sirven, son malas, pues son fuera de Cristo. Buscan la sabiduría humana (Intelectualismo, la “razón”, Pseudociencia, Filosofías, Psicología, Humanismo). Cristo les es locura (1 Cor 1:22-23). Cristo no es valorado ni estimado, es despreciado y desechado (Is 53:2-3).
En la iglesia, Cristo es dejado afuera por los tibios (Ap 3:17-20). Aman el mundo, la vanagloria, la vanidad, son orgullosos, no tienen necesidad de Cristo. Lo menosprecian y abominan. Son enemigos de la cruz de Cristo, su dios es su vientre, son terrenales (Fil 3:18-19).
¿Es usted de estos que desprecia y abomina a Cristo? ¿desprecia sus leyes? ¿quiere deshacerse de ellas, romperlas de su vida? ¿lo está traicionando? ¿lo entregará? El mundo lo menosprecia y abomina, nosotros lo tenemos en la más alta estima (1 P 2:7-8).Es la Perla de gran precio, el tesoro escondido hallado. ¿Es usted de estos? ¿ama sus leyes? ¿es su Señor? Nosotros, como Cristo, también seremos menospreciados y abominados (Jn 15:18-20). ¿Está dispuesto a ello? ¿Le está pasando?
3. EL HIJO EXALTADO (“Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió”).
Aunque Cristo fue maltratado, despreciado y aborrecido, es alentado por su divino Padre, que le promete gran gloria y honor. Verán la gloria y majestad de Cristo, se levantarán en reverencia a él, se postrarán ante él y lo adorarán. El Padre es fiel, lo exaltó a su Diestra después de levantarlos de los muertos. Su evangelio ha sido expandido por lo largo y ancho de la tierra. En Aquel Día todos reconocerán al ungido de Dios, ante Él se doblará toda rodilla. El Padre lo ha elegido para ser el Redentor de su pueblo, Cabeza de la iglesia y Juez del mundo entero.
Aunque nosotros, lo despreciamos y abominamos ayer, hoy lo adoramos, y lo exaltaremos por siempre. El mundo lo menosprecia y abomina hoy, pero se humillarán ante Él en Aquel Día, y lo reconocerá como el ungido de Jehová.
“Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová”. Todos se postrarán ante Cristo y su Reino. Sus sufrimientos por su pueblo tienen gloriosas recompensas (Is 53:10-12). Reyes y reinas se han unido y se unirán a la iglesia de Cristo (Is 49:22-23). De todos los confines de la tierra lo adorarán (Sal 22:27-29). Lo adorarán hasta la última generación (Sal 22:30-31). Es y seguirá siendo prosperado, engrandecido y exaltado, seguirá asombrando a muchos pueblos, reyes seguirán cerrando sus bocas (Is 52:13-15). Tarde o temprano, la tierra y todos sus reinos se postrarán a Él (Sal 72:8-11). Pronto sonará la final trompeta, y todos los reinos pasarán al pleno dominio de Cristo (Ap 11:15).
“porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió”. El Padre quien habla, lo ha exaltado. Él lo dijo, Él es fiel. El Padre se complació en sus sufrimientos, no lo menospreció (Sal 22:24). Dios lo puso como Rey en Sion, la iglesia y la tierra son su herencia, y sobre ellas reina (Sal 2:4-12). Dios lo exaltó hasta lo sumo, Cristo no estimó ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, se despojó, fue obediente, se humilló, se hizo hombre, y los hombres lo menospreciaron y abominaron, pero Dios lo levantó de los muertos para ser exaltado (Fil 2:6-11). Dios lo coronó de gloria y honra por su bendita obra, al morir por nosotros (Heb 2:9). Dios lo exaltó a su Diestra y pondrá a sus enemigos bajo sus pies. A los que lo menospreciaron y abominaron (Sal 110:1).
Dios es Fiel, Cristo ha sido fiel. Y usted, ¿ha sido fiel? ¿Estará con Él en Gloria? ¿heredará todas las cosas? ¿perseverará hasta el fin? o ¿terminará negándolo? ¿estará con los que lo menospreciaron y abominaron?
Vendrá con las nubes, y los que lo menospreciaron y abominaron, lo lamentarán (Ap 1:7). Vendrá con poder y gran Gloria, lo lamentarán todas las naciones que lo depreciaron y abominaron (Mt 24:29-31).
Pero si lo amamos, estaremos con nuestro amado, precioso Cristo, para siempre (Ap 22:3-4). Así será, porque Fiel es el que lo dice, el Santo de Israel, el que lo escogió.
El menospreciado y abominado es glorificado “Así ha dicho Jehová, Redentor de Israel, el Santo suyo, al menospreciado de alma, al abominado de las naciones, al siervo de los tiranos: Verán reyes, y se levantarán príncipes, y adorarán por Jehová; porque fiel es el Santo de Israel, el cual te escogió”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (27 de Febrero de 2022): «¡EL MENOSPRECIADO Y ABOMINADO!»
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