“El hombre que se aparta del camino de la sabiduría, Vendrá a parar en la compañía de los muertos” (Proverbios 21:16)
El camino de la Sabiduría es el camino de Cristo, que con su bendita obra, nos dio redención para que lo sigamos. Cristo mismo es la Sabiduría. Su Casa fue edificada con Sabiduría, Su Obra, hecha con sabiduría, Él llama al camino de la Sabiduría (Pr 9:1-12). Los cristianos siguen el camino de la sabiduría, son sabios, como la iglesia Neotestamentaria (Hc 2:41-47). Tienen una confesión pública de su fe, estudian y escudriñan las grandes doctrinas de Cristo, son parte de la iglesia visible, tienen comunión con otros cristianos, participan de la cena del Señor, perseveran en la oración, han visto milagros, nuevos nacimientos, arrepentimientos, vidas transformadas, tienen comunión dentro y fuera de la congregación, tienen una vida gozosa en Cristo, sencilla, austera, sin lujos, adoran al Señor en Espíritu y en Verdad, tiene un testimonio de vida comprobado por la iglesia, son de la congregación celestial, inscritos en el cielo, en el Libro de la Vida. Así es el camino de la sabiduría, los cristianos vivimos así. Antes nos era locura, igual que para el mundo, pero hoy nos fue revelada, el mundo no la conoció, fuimos hechos sabiduría de Dios en Cristo (Rm 11:21-30)
Muchos han conocido el camino de la sabiduría, lo han caminado, han estado con los sabios, han gustado de sus mieles, sin embargo, se han apartado del camino de la sabiduría. Fueron parte de la iglesia. Bautizados, caminaron el camino de la sabiduría, se alimentaron de Cristo, lo siguieron, pero eran codiciosos, idólatras, mundanos, fornicarios, tentaron a Dios, murmuradores, jugaron con el pecado y quedaron postrados en el desierto (1 Cor 10:1-12). Tenían marcas cristianas. Iluminación, entendimiento, espiritual, dones espirituales, conocimiento Bíblico, pero recayeron, negaron a Cristo, por amor al mundo (Heb 6:4-8). Tenían pleno conocimiento de la Verdad, y santificación. Pero se apartan, pecan deliberadamente (Heb 10:26-31). Habían dejado las contaminaciones del mundo. Tenían frutos aparentes, pero fueron vencidos por el pecado y la tentación del mundo, se cansaron, volvieron atrás, su condenación será mayor (2 Ped 2:20-22).
Las causas de apartarse son: 1. La cobardía, 2. Los afanes terrenales, 3. Los amores-comodidades terrenales, y 4. La incredulidad.
1. La cobardía: reciben con gozo la Palabra, caminan un tiempo, pero al venir los problemas por causa de Cristo y Su Palabra, se apartan, son cobardes, temen al hombre, su familia, amigos, la persecución, la cárcel, una enfermedad, la muerte, temen ganarse problemas (Mt 13:20-21). 2. Los afanes de la tierra: reciben la Palabra, pero sucumben a las tentaciones del mundo y sus riquezas, las vanidades y placeres mundanos, los consume la tierra (Mt 13:22). 3. Los amores terrenales. No dejan todo por Cristo, no sacrifican. Sus comodidades terrenales, familia, o asuntos terrenales, están más preocupados por estas cosas en su corazón de lo que deben, miran atrás a estas cosas, no son aptos para el Reino de Dios (Lc 9:57-62). Recuerde (Jon 2:8): “Los que siguen vanidades ilusorias, Su misericordia abandonan”. 4. La incredulidad. Caminan con Cristo y su pueblo el camino de la sabiduría, pero dudan de su mensaje, lo consideran duro, exagerado, lo terminan rechazando, Su camino; vuelven atrás, abandonan a Cristo (Jn 6:60-66). No se aparte del camino de la Sabiduría. Si deja la torre sin completar, será burla del mundo, demostraría su cobardía; calcule el costo, persevere en Cristo (Lc 14:28-30). De lo contrario, demostraría que usted nunca fue del Señor, nunca lo conoció (1 Jn 2:19). Si se desvía de sus mandamientos, será considerado eternamente un maldito soberbio que rechazó al Señor (Sal 119:21).
¡No se aparte! Ha estado bajo la cobertura de Cristo, su cuidado y protección, no juegue con el pecado, abandónelo, no crea estar firme así, de lo contario morirá en el desierto (1 Cor 10:1-12). ¡No se aparte! si con todo lo que sabe, lo que le ha dado Dios, dones, iluminación, recae, ya no puede ser renovado para arrepentimiento, estaría crucificando de nuevo al Hijo de Dios (Heb 6:4-8). ¡Cuidado! si peca deliberadamente y se aparta, pisotea a Cristo, desprecia Su Sangre, afrenta al Espíritu de Gracia, Ya no hay más sacrificio por el pecado, sino una horrenda expectación de juicio (Heb 10:26-31). ¡No se aparte! no se deje vencer por el pecado, no se enrede de nuevo en las contaminaciones del mundo, no vuelva al vomito, al lodo, su estado será más deplorable, más le valía no haber conocido (2 Ped 2:20-22).
Los que se aparta del camino de la sabiduría, tarde o temprano, terminará en la compañía de los muertos. Caerá en religiones de muerte, en los lazos de la ramera, seducido por sus lisonjas, que lo llevarán a la muerte (Pr 9:13-18). Caerá presa de las herejías, los falsos maestros, y finalmente del Papado y la gran ramera. Estará en la compañía de los muertos; Dios mismo lo llevará con los que hacen iniquidad, y siga tras sus perversidades (Sal 125:3-5). Volverá a donde aquellos que alguna vez el camino verdadero de Cristo los apartó, volverá con los tibios, light, mundanos, a los que se volvieron sus enemigos cuando fue un “cristiano” radical, volverá a sus amigos del mundo. Será quebrantado (Prv 13:20). Su destino eterno será al lado de los muertos, grandes y pequeños, en el Hades (Ap 20:12-14). En compañía eterna de los impíos, hipócritas, inmorales, homosexuales, perversos, ladrones, asesinos, políticos, falsos maestros, demonios, Satanás, la Bestia, su reino. Padecerá con ellos la muerte segunda en el lago de fuego y azufre (Ap 21:8, Mt 25:41).
¿Qué camino tomará? ¿El de la sabiduría, o el de la muerte? ¿Caminará el camino estrecho de la sabiduría que lleva a la vida, o el ancho que lleva a la muerte? (Mt 7:13-14). ¿Andará en la compañía de los sabios, o estará con los necios? Con los sabios hay sabiduría y bien, con los necios, quebrantamiento y mal (Pr 13:20-21). En el camino de los sabios, hay prosperidad espiritual, en el de los impíos, asolación y muerte (Pr 14:11-12). ¿Cuál camino escogerá, el de la Vida o el de la muerte? (Dt 30:15, 19-20). ¿Volveremos dónde están los muertos en delitos y pecados? Recordemos de dónde salimos, siguiendo la corriente del mundo, guiados por el Diablo, haciendo los deseos, voluntad y pensamientos de la carne (Ef 2:1-3). Apártese de la muerte, y ande en los caminos de la sabiduría (Pr 13:13-16).
Si hoy se ha apartado del camino de la sabiduría, y aún tiene algo de conciencia de su pecado, vuelva al Señor, para que Él se vuelva a usted (Zac 1:3). Salomón, el hombre más sabio, se apartó del camino de la sabiduría (1 Ry 11:4), sin embargo, se arrepintió, y volvió al Señor (Ecl 1:1; 12:13). Reconozca que ha pecado contra Dios, y vuelva como el hijo prodigo, a la casa del Padre, será recibido por Él (Lc 15:21-24). Hágalo antes que sea demasiado tarde, pues terminará en la compañía de los muertos eternamente: “El hombre que se aparta del camino de la sabiduría, Vendrá a parar en la compañía de los muertos”
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana
Escucha el sermón del domingo (23 de Agosto de 2020): «¡EN LA COMPAÑÍA DE LOS MUERTOS!»:
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