«Oh Sion, la que moras con la hija de Babilonia, escápate» (Zacarías 2:7).
Zacarías tiene una visión profética de parte del Señor, de la iglesia bajo la dispensacion del nuevo pacto, cuando llega Cristo. Es una en exhortación al pueblo a salir de Babilonia. El Señor siempre ha mandado a su pueblo a huir, a escapar de generaciones y pueblos perversos, incluyendo a nosotros hoy: “Sed salvos de esta perversa generación” (Hc 2:40).
La generación de Noé era perversa, alejada de Dios, a sus mandatos, impía, llena de maldad, inmoralidad sexual, y pensamientos inicuos (Gén 6:4-5). Por eso, Dios manda a Noé a construir un Arca, para que entren, y sean librados de la destrucción que vendría sobre la tierra (Gén 7:1-4). En Sodoma, con excepción de Lot, Dios no halló justos. Era impía, malvada, inicua, injusta, y llena de depravaciones sexuales (Gén 19:4-5). El Señor manda a que salgan de Sodoma, para que no sean consumidos con fuego y azufre (Gén 19:14-17). En la rebelión de Coré, hubo unos rebeldes a Dios, que se levantaron contra sus siervos, intentaron dividir la congregación, murmuraron, se creían hijos de Dios, pero eran malvados (Nm 16:2-3). Por esto el Señor mandó al pueblo a apartarse de ellos, para no ser consumidos (Nm 16:26-35).
Isaías profetizó sobre el futuro cautiverio de los judíos en Babilonia, y su liberación y salvación, pero debían salir de allí, alejarse de la hipocresía religiosa, y publicar su redención en el desierto, a toda la tierra (Is 48:20-21). Jeremías en el cautiverio Babilónico profetizó la ruina y destrucción de Babilonia, para que el pueblo huyera de allí (Jer 50:8-10). Estas profecías sobre Babilonia son tipo de la Babilonia mística del Nuevo Testamento. Por eso, su pueblo debe huir de Babilonia, y sus plagas.
Babilonia viene de Babel, lo cual significa “confusión”. Representa todo lo que espiritualmente va contra el Dios de la Biblia. Toda religión, gobierno, institución, pensamiento, que vaya contra Cristo y Su Reino, hace parte de Babilonia, del engaño espiritual, de la Gran Babilonia.
En la Babel antigua, el pueblo se unió para construir una torre y llegar al cielo, pero sin el Dios verdadero (Gén 11:1-9). Construyeron la torre con ladrillos cocidos por ellos en lugar de piedras hechas por Dios; la hicieron con las obras de justicia humana, en lugar de edificar sobre la Roca de Cristo y sus piedras vivas. La Babel antigua tenía una sola lengua, unas mismas palabras, un nombre, el pueblo era uno, tenían un mismo propósito, todos unánimes en terminar su obra, pero sin Cristo. La Babel antigua gobernaba al pueblo política y religiosamente. Se unían, trabajaban juntos, bajo un mismo nombre para alcanzar su propósito. Pero Dios vio que esto era perverso, pues lo hacían fuera de sus métodos. Es la doctrina de la Serpiente, por eso desciende a confundir sus lenguas, y esparcirlos por la tierra. El mundo hoy, al igual que entonces tiene un mismo lenguaje: cambio climático, paz, seguridad, falso amor y misericordia, lucha contra la pobreza, tolerancia, respeto, y las buenas obras para llegar al cielo, pero sin Cristo. Acá están todas las religiones, la nueva era, ateos, agnósticos, el falso cristianismo, el moralismo sin Cristo. Los medios de comunicación, el gobierno, la religión, proclaman lo mismo. Esto es aborrecido por el Señor, esta doctrina es del Diablo, esta unidad es Satánica, mundana, viene del mismo infierno, es obra del príncipe de las tinieblas. Sin el Dios Verdadero, sin Cristo, todo es falsedad.
La Babilonia del Nuevo Testamento, al igual que la Babel antigua, es confusión y engaño. Tienen también una sola lengua, las mismas palabras, un nombre; está unida en el mismo propósito y obra, pelear contra el Cordero (Ap 17:1-18). La Gran Babilonia también gobierna el mundo política y religiosamente. Lo hacen en nombre del Anticristo, bajo el Papado, y el ecumenismo de su ramera iglesia, con la cual fornican con los reyes de la tierra y embriagan al mundo entero, con su religión moralista de obras muertas. Todas las demás falsas religiones están bajo su yugo, judíos, musulmanes, falso cristianismo, y demás idolatrías y filosofías humanas de la tierra, incluyendo el ateísmo. Como en Babel, Dios también descenderá un día para confundirlos y condenarlos (2 Ts 2:11-12). Es la religión de Caín, de las obras de justicia, la religión del Anticristo, de Satanás. La Gran Babilonia, que se opone al Dios de la Biblia, al Cordero, y a la sola Fe en Él.
Nosotros como pueblo de Dios, como la Sion del Señor, debemos escapar de Babilonia. No somos de allí. No es un lugar para nosotros, pues hemos sido libertados del pecado y debemos salir de allí. Isaías profetizó el glorioso estado de la iglesia en los últimos días, tipificada por la liberación de los judíos de Babilonia. Dios promete librar del cautiverio a Sion, pero debe salir de Babilonia (Is 52:7-11). Si hemos sido libertados del cautiverio del pecado, del mundo, del lazo del Diablo, del engaño espiritual, de las mentiras del Papado, Babilonia no es nuestro lugar, escapemos de allí.
Babilonia será destruida, juicios proféticos del Señor vienen contra ella. Escapemos de Babilonia, de su maldad y engañó; su juicio viene, Dios hará venganza, libremos nuestras almas, no perezcamos en su embriaguez (Jer 51:6-9). Escapemos de Babilonia, la ira de Dios está sobre ella, serán destruidas sus idolatrías, sus pecados han llenado la copa de Dios; escapemos de la espada de Dios, escapemos de Babilonia (Jer 51:45-50).
Escapemos de la Gran Babilonia, de su destrucción, no participemos de sus pecados, salgamos, huyamos de sus plagas (Ap 18:2-8). No tengamos nada que ver con ella, ninguna relación, no nos unamos en yugo desigual con ella y sus hijas (2 Cor 6:14-18). Escapemos de Babilonia, de la idolatría, el paganismo, de la falsa religión, la de las obras de justicia, de la doctrina del Papado, la del anticristo, la del Diablo. Escapemos del ecumenismo, del falso cristianismo, de la mentira. Escape de Babilonia, huya del infierno y de la ira de Dios. Hagamos como Daniel y los demás profetas que Dios levantó en Babilonia, que, aunque estaban bajo el yugo de Babilonia, no se contaminaron, lo expusieron y denunciaron; el pueblo escapó de la cautividad a reconstruir las ruinas de Jerusalén. Escapemos de Babilonia, no nos contaminemos con sus idolatrías, denunciémosla, huyamos de las plagas que vienen sobre ella.
¿Ya escapó de Babilonia? ¿De la Religión de obras muertas, de sus ladrillos cocidos? ¿Está cimentado en la Roca? ¿Es usted una piedra viva? ¿Ya se arrepintió de sus pecados? ¿Ya nació de nuevo? Si no, hace parte de ella, tendrá parte de sus plagas. Escapa de Babilonia. “Oh Sion, la que moras con la hija de Babilonia, escápate”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (01 de Marzo de 2020): «¡ESCAPA DE BABILONIA!»
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