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¡FUEGO EXTRAÑO!

«Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó» (Levítico 10:1).

 

«Nadab y Abiú, los hijos mayores de Aarón (Éx 6:23; Nm 3:2), tomaron cada uno su incensario, donde se ponían los carbones encendidos y el incienso, y pusieron en ellos fuego. Lo hicieron el día después de su consagración (al 8º día), y el mismo día en que Aarón había ofrecido ofrendas por él y el pueblo (Lv 9:1, 7).  Ellos “ofrecieron delante de Jehová fuego extraño” sobre el altar de oro del incienso, que estaba en el lugar santo junto al velo. Este fuego no era el que descendía del cielo y consumía el sacrificio (Lv 9:24), sino fuego común, extraño (ordinario, profano). No fue sacado del altar de los holocaustos, sino, de abajo de las soportes, sartenes u ollas, donde se hervía la carne de las ofrendas de paz en el tabernáculo. Un fuego “que él nunca les mandó”. Lo hicieron de su propia imaginación, no por orden de Dios. Debía hacerlo Aarón, y no ellos todavía. Se precipitaron al lugar santo con sus incensarios, ofrecieron incienso, los dos (Solo 1 sacerdote debía ofrecerlo a la vez). Puede ser un emblema del amor fingido (en deberes religiosos, orar, alabarlo, sin afecto a Dios). Y también, el hacerlo con celo ignorante, falso y errado, no acorde al conocimiento, un celo supersticioso e hipócrita; con doctrinas falsas y extrañas las Escrituras; con mandamientos de hombres, e invención humana» (Parafraseado de John Gill).


1. EL PECADO DE NADAB Y ABIÚ.

 

“Después de Moisés y Aarón, nadie tenía más probabilidades de ser honrado en Israel que Nadab y Abiú. Hay razón para pensar que ellos se llenaron de orgullo y que se encendieron con vino. Mientras el pueblo estaba postrado ante el Señor, adorando su presencia y gloria, ellos entraron precipitadamente al tabernáculo para quemar incienso, aunque no en el momento indicado; los dos juntos en lugar de ir uno solo, y con fuego que no fue tomado del altar. Si lo hubieran hecho por ignorancia, se les habría permitido llevar una ofrenda por el pecado. Pero el alma que actúa presuntuosamente y con desdén de la majestad y justicia de Dios, esa alma, será cortada. La paga del pecado es muerte. Ellos murieron en el acto mismo de su pecado” (Matthew Henry).

 

Por eso su castigo severo, como dice Números 15:30. Y también por eso, se prohíbe hacer duelo por ellos (V6).

 

“COMO JEHOVÁ HA MANDADO”. El Principio regulativo en la adoración, nos dice que ningún tiempo de adoración es santificado, a menos que Dios lo haya ordenado. Las Escrituras establecen lo que se permite en la adoración. “Como Jehová mandó” obedecieron con la porción de los hijos de Aarón (Lv 7:36). Con la ley del holocausto, la ofrenda, y los sacrificios (Lv 7:38). Con la consagración de Aarón y sus hijos (Lv 8:4-5). Con la mitra (Lv 8:9). Con sus vestiduras (Lv 8:13). Con el becerro ofrecido (Lv 8:17). Con el carnero del holocausto (Lv 8:21). Con el pecho del carnero (Lv 8:29). Con la carne del carnero que comerían (Lv 8:31). Todo lo hicieron como Jehová lo había mandado (Lv 8:34-36). Con la expiación y el holocausto para la reconciliación con Dios (Lv 9:7). Con las grosuras de los riñones y el hígado (Lv 9:10). Con el pecho y la espaldilla (Lv 9:21). Después de morir Nadab y Abiú, con la instrucción de las ofrendas a Aarón y sus 2 hijos restantes, Eleazar, Itamar (Lv 10:12-13). Con la ordenanza del Día de la Expiación (Lv 16:34). Con la instrucción de encender las lámparas a Aarón (Nm 8:3). “Como Jehová mandó”, hicieron toda la obra del tabernáculo (Éx 39:42-43). Lo hicieron “CONFORME AL MODELO QUE LES FUE MOSTRADO EN EL MONTE”. El candelero de oro (Éx 25:40). El tabernáculo de reunión (Éx 26:30). Esteban lo recuerda a los judíos en su discurso (Hc 7:44); y también el autor de Hebreos al comparar a Cristo con los sacerdotes del Antiguo Pacto (Heb 8:5). También cuando David da instrucción a Salomón con la obra del Templo (1 Cr 28:19).

 

Jeremiah Burrough comenta: “Cuando se trata de adorar a Dios, debe haber una garantía procedente de la voluntad de Dios. Todas las cosas en la adoración de Dios deben tener una garantía: debe ser ordenado en su Palabra. No basta con que no sea prohibido, debe ser ordenado por el Señor… Cuando el hombre pone un respeto religioso sobre una cosa, por virtud de su propia institución, cuando no tiene una garantía de Dios; ¡No es más que superstición!”.

 

2. ¡FUEGO EXTRAÑO!

 

Hay ejemplos en las Escrituras de personas que hicieron cosas similares a Nadab y Abiú, realizar actos de adoración haciendo cosas que Dios no había mandado, y vemos también cómo el Señor juzgó sus actos.

 

AARÓN hizo un becerro de oro al pueblo por petición de ellos, ya que Moisés tardaba de bajar del monte, e hicieron fiesta para Jehová pero con el becerro al lado (Éx 32:3-8), como sucede hoy con los que celebran fiestas en “honor a Cristo”, como la Navidad, pero tienen sus becerros de oro al lado. BALAAM hizo 7 altares y en cada uno ofreció sacrificios; es condenado por Dios como ejemplo perverso de idolatría (Nm 23:1-4; Ap 2:14). John Gill dice al respecto: “Esto era puramente pagano. No sólo los israelitas después de la ley de Moisés tenían un solo altar, los patriarcas anteriores nunca construyeron más de un altar a la vez. Algunos dicen que es alusivo a los 7 planetas adorados por los paganos”. SAUL ofreció holocausto que solo podía hacer el sacerdote, ya que Samuel demoraba, y el pueblo desertaba, por eso el reino le fue quitado (1 S 13:9-14). UZA fue fulminado por Dios por sostener el arca cuando se iba a caer (2 S 6:3-7); la llevaban sobre un carro, en lugar de llevarla los hombros de los Levitas como Dios había mandado, y al parecer Uza fue quien aconsejó hacerlo (John Gill); además puso su mano, cuando solo los sacerdotes podían tocarla; mostró poca fe. JEROBOAM hizo 2 becerros de oro, puso sacerdotes no levitas, instituyó fiesta en un mes inventado de su propio corazón; todo esto, porque temía que el pueblo subiera a Jerusalén a adorar a Dios, y el reino se volviera a la casa de David con Roboam (1 Ry 12:28-33). EL REY UZÍAS hizo lo recto, pero al final se enalteció y quemó incienso en el altar, lo cual solo podían hacer los sacerdotes, por eso murió leproso (2 Cr 26:16-21). JUDA EN TIEMPOS DE JEREMÍAS edificaron lugares altos para quemar sus hijos en el fuego a Moloc (Jer 7:31-34). LOS FARISEOS enseñaban como doctrinas mandamientos de hombres, por eso son reprendidos por Cristo (Mt 15:1-9).

 

“Toda adoración inventada por el hombre, es idolatría” (John Knox).

 

3. ¡NO OFREZCAMOS FUEGO EXTRAÑO!

 

Tengamos cuidado de contaminarnos con el mundo, con el Papismo, la idolatría, no hagamos en la adoración nada que no nos haya mandado.

 

NO AGREGUEMOS A LO QUE ÉL DIJO, no seamos creativos, el Señor y Su Palabra, no lo necesitan. “Toda palabra de Dios es limpia; Él es escudo a los que en él esperan. No añadas a sus palabras, para que no te reprenda, y seas hallado mentiroso” (Pr 30:5-6). Cuidemos de hacer lo que Él manda (Dt 12:32). Los judíos querían judaizar a los gentiles imponiéndoles la circuncisión (Hc 15:5), pero Dios dejó claro que cosas ceremoniales eran importantes (Hc 15: 19-20, 28-29). Alabemos de manera sencilla, como dice la Biblia (Ef 5:19). Además de cantar, en la iglesia hacemos varias cosas esenciales: Predicar el evangelio, Bautismos, edificación en la Palabra, comunión entre hermanos, compartir la Cena del Señor, y la oración (Hc 2:41-42).

 

Celebrar fiestas paganas, papistas, idolátricas, y sobre todo, no mandadas por Dios (antes condenadas por Él), no puede ser un asunto de conciencia. Muchos cristianos hoy utilizan citas como Colosenses 2:16, para que nadie los juzgue, y justificar celebrar fiestas paganas como la Navidad, o comer de lo sacrificado a los ídolos. Sin embargo, Pablo acá (y en otras citas similares como Rom 14:5-6), hablaba de fiestas judías instituidas por Dios en el Antiguo Testamento (abolidas a partir del Nuevo Pacto); no hablaba de fiestas paganas. ¡Gran diferencia! Sería absurdo pensar que Pablo estuviera dando libertad para celebrar a dioses paganos, o instituir fiestas religiosas no ordenadas por Dios. William S. Plumer dijo: “El Nuevo Testamento desaconseja claramente el intento de llenar el calendario con días festivos (Gál 4:9-11; Col 2:16-23)... nadie más que Dios puede santificar un día para hacerlo santo. El intento de hacerlo fue uno de los pecados de Jeroboam (1 Ry 12:33)”. 

 

Las Iglesias de Apocalipsis fueron reprendidas por inventar cosas en la adoración y promover la idolatría. La iglesia de Pérgamo fue reprendida por retener la doctrina de Balaam y la de los Nicolaítas (Ap 2:14-15). La iglesia de Tiatira por tolerar la doctrina de Jezabel (Ap 2:20). Los judíos querían judaizar a los gentiles, como los Papistas quieren hacer con nosotros por no participar de sus fiestas idolátricas, de su fuego extraño. Ya conocemos al Dios verdadero, no volvamos a esclavizarnos con lo no ordenado por Él (Gál 4:9-11). No volvamos a los viejos rudimentos (Col 2:20-23). Hay juicios por desobedecer, por ofrecer fuego extraño (Ap 22:18-19).

 

¿A quién vamos a obedecer? ¿a Dios y su Palabra, o a las tradiciones de los hombres? ¿al Reino de Cristo, o a Babilonia? ¿a Cristo, o al anticristo? ¿seremos como Nadab y Abiú? ¡No ofrezcamos fuego extraño! “Nadab y Abiú, hijos de Aarón, tomaron cada uno su incensario, y pusieron en ellos fuego, sobre el cual pusieron incienso, y ofrecieron delante de Jehová fuego extraño, que él nunca les mandó”.


X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 24 de Diciembre de 2023: «¡FUEGO EXTRAÑO!».

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