«Y tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios» (Efesios 6:17b).
“La espada era parte fundamental y útil en la armadura del soldado. La Palabra de Dios es fundamental y de gran utilidad para el cristiano (guerra espiritual). Se llama “la espada del Espíritu”; es de inspiración del Espíritu, eficaz, poderosa y “más cortante que toda espada de dos filos” (He 4:12). Como la espada de Goliat, ninguna como esa; con ella atacamos a los asaltantes. Los argumentos de las Escrituras son los más poderosos para repeler la tentación. Cristo mismo resistió las tentaciones de Satanás con la Palabra (Mt 4:4-10). Al estar guardada en el corazón, preservará del pecado, y mortificará y matará aquellas lujurias y corrupciones latentes allí” (Matthew Henry).
1. LAS ESPADAS.
“La figura de trasfondo es la de la espada corta, la que llevaba y esgrimía el soldado romano pesadamente armado. Con ella no sólo se defendía sino que irrumpía en las filas del enemigo ganando victorias” (Hendriksen & Kistemaker).
La espada es un arma que ha sido admirada y temida en muchas culturas a lo largo de la historia. La espada es un arma tanto ofensiva como defensiva, usada para protegerse de ataques de enemigos, o para atacarlo y vencerlo. Era necesario recibir una rigurosa formación sobre el uso de ella. La espada utilizada por los soldados romanos era conocida como “gladius”; y en manos de un hombre diestro, era un arma temible. Fue conocida como “la espada que conquistó el mundo”. Era afilada en ambos lados, letal contra los enemigos sin armadura. La punta también era afilada, y permitía perforar una armadura. En batalla, un soldado de infantería en las legiones romanas también estaba equipado con una daga, lanzas y posiblemente algunos dardos. Pero el gladius era el arma principal en el arsenal del soldado.
David se quitó la espada que se había ceñido para pelear con Goliat, no se sentía cómodo (1 S 17:39). Goliat tenía una gran espada (1 S 17:45). David venció a Goliat sin llevar su espada (1 S 17:50). Le dio el golpe final con la propia espada de Goliat (1 S 17:51). Los judíos cuando edificaban los muros de Jerusalén, con una mano trabajaban, y en la otra llevaban la espada (Neh 4:17-18). Algunos héroes de la fe evitaron el filo de la espada (He 11:34). Otros en cambio fueron muertos a filo de espada (He 11:37). El Magistrado civil debe llevar la espada de la justicia para castigar al malo (Ro 13:4). Los captores del Señor Jesús usaron la espada para castigar al Justo (Mc 14:48). Pedro, por defender a Jesús, cortó con su espada la oreja del siervo del sumo sacerdote (Mt 26:51; Jn 18:10). El Señor lo reprendió, pues los que maten a espada a espada morirán (Mt 26:52). También estaba impidiendo su obra, no usó la espada correctamente (Jn 18:11). Saúl la usó terriblemente mal, se suicidó echándose sobre su propia espada (1 S 31:4-5).
2. LA ESPADA DEL ESPÍRITU.
“se llama así… pues fue dada por el Espíritu (aplica al corazón). Los soldados de Cristo toman la palabra, la obedecen, la guardan en sus corazones, la llevan a todas las naciones. La espada así esgrimida, es “viva y eficaz, y más cortante que toda espada de dos filos” (He 4:12). Esgrimiendo esta poderosa espada Pablo y sus consiervos ganaron victorias sorprendentes… ¡Dios no está muerto! Vive y habla en y por medio de su mensaje. Por medio de ella, revela el estado del hombre ante Dios, y queda expuesta su condición pecaminosa. Por medio de ella, aplicada al corazón del hombre por el Espíritu, es guiado de su pecado al Salvador, y a una actitud de acción de gracias y alabanza. Por medio de ella, se desvanecen las dudas, los temores desaparecen, hay seguridad de salvación, y Satanás huye. Cuando Jesús fue tentado, respondió a cada palabra del diablo apelando a la Palabra escrita de Dios” (Hendriksen & Kistemaker).
“La palabra de Dios se compara a una espada, que tiene dos filos, la ley y el Evangelio. Uno convence de pecado y corta el corazón; el otro corta toda bondad humana" (John Gill).
El Antiguo Testamento fue inspirado por el Espíritu Santo (2 P 1:21). El Nuevo Testamento también fue revelado por el Espíritu Santo (Jn 16:13). Los apóstoles fueron enseñados por el Espíritu, y así hablaron (1 Co 2:12-13). La iglesia neotestamentaria también fue enseñada por el Espíritu Santo (Jn 14:26).
La boca de Israel (tipología del Israel de Dios), fue puesta por Dios como espada aguda a las naciones (Is 49:1-3). De la boca de Cristo salió una espada aguda de dos filos para hablar a las 7 iglesias (Ap 1:16). Cristo reprendió a la iglesia de Pérgamo por tolerar la doctrina de Balaam y la de los nicolaítas; pero Él mismo pelearía contra esas falsas doctrinas, con la espada que sale de su boca (Ap 2:14-16). Cristo vendrá con la Espada aguda de la Palabra y herirá a las naciones (Ap 19:13-15). Cristo destruirá al Anticristo con el espíritu de su boca (2 Ts 2:8). Su pueblo debe sacar valientemente la espada de la Palabra (Lc 22:36). Los reinos de la tierra, los poderosos, van a caer por la Palabra; así que llevemos la espada de dos filos en nuestras manos (Sal 149:6-9). Dios no salva con espadas físicas, salva con su poder espiritual, como le dijo David a Goliat (1 S 17:45-47). Nuestras armas son espirituales, no carnales, para destruir las fortalezas (2 Co 10:4-6). Ella es la Espada del Espíritu, más cortante que toda espada de dos filos (He 4:12).
3. LA PALABRA DE DIOS.
“Para un soldado era necesario recibir una rígida formación sobre el uso adecuado de la espada, a fin de obtener el máximo beneficio de ella. Todos los soldados cristianos necesitan el mismo rígido entrenamiento para saber cómo manejar apropiadamente la Espada del Espíritu, “que es la palabra de Dios”. Puesto que todo cristiano se encuentra en una batalla espiritual en contra de las fuerzas satánicas de este mundo, necesitamos saber cómo manejar la Palabra apropiadamente. Solo entonces se convertirá en una defensa efectiva contra el maligno y una valiosa arma ofensiva “para la destrucción de fortalezas” del error y la mentira (2 Co 10:4-5)” (Gotquestions).
Las Sagradas Escrituras son la plena e infalible Palabra de Dios, revelada al hombre por inspiración del Espíritu Santo y, consecuentemente, única estándar infalible y segura norma de fe, conducta y práctica. La Palabra de Dios es la máxima autoridad en materia de fe y práctica. Por tanto, nada que contradiga la revelación de Dios puede regular la vida del creyente (Sola Escritura). La Palabra de Dios es la Verdad (Jn 17:17). Por la Palabra de Dios fueros creados los cielos y la tierra (He 11:3). El cristiano fue creado de nuevo por la Palabra (1 P 1:23). Cristo santifica y purifica a su iglesia por la Palabra (Ef 5:26).
ES UN ARMA DE DEFENSA. Es un arma de defensa contra los engaños de Satanás, Cristo venció la tentación con la Palabra (Mt 4:3-10). Es un arma de defensa contra las herejías (Hc 17:11). Es un arma de defensa para no desviarnos del camino de salvación (2 Ti 3:14-15). Es una arma de defensa para mantenernos en la sana doctrina (2 Ti 1:13-14). Es una arma de defensa contra el pecado (Sal 119:11). Es un arma de defensa segura en medio de la oscuridad y el fin de los tiempos (2 P 1:19).
ES UNA ARMA DE ATAQUE. Es una arma de ataque, corta más que espada de dos filos (He 4:12). Es un arma de ataque contra el mundo que no tolera la verdad (2 Ti 4:1-2). Es el arma de ataque para que el hombre crea (Ro 10:17). Los que son de Dios atenderán a su Palabra (Jn 8:47); pero muchos tropezarán en ella (1 P 2:8). Para unos será olor de vida, para otros olor de muerte (2 Co 2:15-16). Su Palabra no vuelve vacía (Is 55:10-11). Es un arma de ataque (y defensa) dentro de la iglesia, para enseñar, refutar, corregir, e instruir (2 Ti 3:16-17). Es su arma de ataque de pastores (y cristianos) contra los que contradicen (Ti 1:9).
Debemos usar bien la Palabra de Dios (2 Ti 2:15). No podemos falsificar la Palabra de Dios (2 Co 2:17). Himeneo y Fileto hablaron sus propias palabras, se desviaron de la Palabra (2 Ti 2:17-18). Muchos tuercen la Palabra para su propia perdición (2 P 3:16). No debemos añadirle o quitarle (Dt 4:2; 12:32). Los juicios más terribles recibirán los que añadan o quiten de ella (Ap 22:18-19). Su Palabra es perfecta, fiel, recta, pura, verdad, nos amonesta, y promete galardón (Sal 19:7-11). Recibamos con mansedumbre la Palabra (St 1:21). Seamos hacedores de la Palabra, no solo oidores (St 1:22-24). Su Palabra permanece para siempre (Is 40:8; 1 P 1:25). Su Palabra no pasará (Mt 24:35). Vencemos al Diablo por la Palabra (Ap 12:10-11). Digamos como el salmista que seamos enseñados por la Palabra (Sal 119:33-40). Ella debe ser nuestro mayor deleite, tesoro y guía (Sal 119:97-105).
Iglesia, “Y tomad… la espada del Espíritu, que es la palabra de Dios”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 18 de Agosto de 2024: ¡LA ESPADA DEL ESPÍRITU!
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