«Y escribe al ángel de la iglesia en Esmirna: El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto: 9 Yo conozco tus obras, y tu tribulación, y tu pobreza (pero tú eres rico), y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás. 10 No temas en nada lo que vas a padecer. He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días. Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida. 11 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. El que venciere, no sufrirá daño de la segunda muerte» (Apocalipsis 2:8-11).
Cristo no condena a esta iglesia por nada (al igual que la iglesia de Filadelfia). La elogia por su paciencia en medio de la persecución y la pobreza. La alienta a no temer, debe ser fiel. El vencedor no sufrirá la muerte segunda.
1. LA CARTA.
¿A QUIEN VA DIRIGIDA LA CARTA? Al ángel de la iglesia en Esmirna. Esmirna, del Griego “Mirra”, representa sufrimiento. La ciudad de Esmirna estaba ubicada en la costa occidental de Asia Menor (Hoy: Turquía, extremo occidental de Anatolia). Gran ciudad comercial, puerto natural (metrópolis comercial), muy próspera. En la época de Pablo, se calcula que la población llegaba a los 250.000 habitantes. En lo político, fiel aliada de los romanos. Construyó un templo dedicado a la diosa de Roma (195 d.C.), y otro al emperador Tiberio (26 d.C.). Alardeó de ser la primera en rendir culto al emperador. Ocupada en el 580 a.C., Rey Lidia Aliates, y en el 546 a.C. por los Persas. Reconstruida en el 340 a.C. por Alejandro Magno. Reconocida por los escritores antiguos como la ciudad más hermosa por sus edificios, los templos de Zeus, Cibeles, y el trazado de sus calles. Era conocida como “la corona de Esmirna”, por sus edificios, que eran de aspecto simétrico. La naturaleza también contribuía a la belleza de Esmirna (muchas arboledas), la resina de algunos de sus árboles producía caucho aromático (marrón, rojizo y amarillento llamado “mirra”). La palabra “mirra” aparece en el Nuevo Testamento con uno de los presentes que los sabios de oriente llevaron a Jesús (Mt 2:11), y también como ingrediente para embalsamar (Jn 19:39; Éx 30:23; Sal 45:8; Cn 5:5, 13). Hoy es una ciudad metrópolis de Turquía (Capital provincia de Esmirna). El segundo puerto más importante, la tercera ciudad en población, y la segunda más poblada del mar Egeo. La iglesia en Esmirna, le llega al parecer el evangelio por Pablo, vecina a Éfeso (Hc 19:10). La única ciudad de todas las 7 que todavía se conoce con el mismo nombre; sin embargo, ahora ya no se distingue por su iglesia cristiana, invadida por el Islam. Algunos piensan que el ángel o pastor de esta iglesia era Policarpo, discípulo de Juan.
CRISTO ES QUIÉN HABLA A ESTA IGLESIA: “El primero y el postrero, el que estuvo muerto y vivió, dice esto:”. Se menciona otros de los gloriosos títulos de nuestro Señor Jesús, tomado de Ap 1:17-18. CRISTO ES EL ETERNO: “El primero y el postrero”. Jesús define su Divinidad, igual en poder y autoridad a Dios. Dios se identifica igual ante Israel (Is 44:6; 48:12; 41:4). “Jesucristo es el mismo ayer, y hoy, y por los siglos” (He 13:8). Es el que era, el que es, y el que ha de venir (Ap 1:8). Es el que habla a la iglesia (Ap 1:11). Temámosle como Juan (Ap 1:17). Cristo estaba desde la eternidad (Jn 1:1-2). Cristo es antes de todo (Col 1:17). Su Gloria es desde la eternidad (Jn 17:5). CRISTO TAMBIÉN ES EL QUE RESUCITÓ : “el que estuvo muerto y vivió”. Juan vio a Cristo resucitado, y cayó como muerto (Ap 1:17-18). Murió crucificado, pero resucitó (Mt 28:5-6). En la Cena del Señor recordamos su muerte (1 Co 11:26). Resucitó para justificarnos (Ro 4:25). Vive para interceder por nosotros (He 7:24-25).
2. EL ELOGIO.
CRISTO CONOCE SUS OBRAS. “Yo conozco tus obras”. No habla a la ligera, sabe lo que dice. Deben considerar muy bien lo que les habla.
La elogia por SU TRIBULACIÓN: “y tu tribulación”. Fuimos puestos para pasar tribulaciones (1 Ts 3:3). Los Hebreos padecieron muchas tribulaciones (He 10:32-33). Los fieles a Cristo deben esperar pasar muchas tribulaciones (Hc 14:22).
La elogia también POR SU SENCILLEZ: “y tu pobreza”. Muchos fueron despojados de sus bienes (He 10:34). Otros se despojaron voluntariamente (Lc 18:28). Cristo padeció pobreza en la tierra (Lc 9:58).
PERO ES RICA: “(pero tú eres rico)”. Pobre en cosas temporales, pero rica en lo espiritual (Fe, buenas obras, privilegios, esperanza); eran ricos en fe y herederos de un reino, aunque pobres en este mundo. Somos herederos de Dios y coherederos con Cristo (Ro 8:17). Somos reyes y reinaremos sobre la tierra (Ap 5:10). Los que sufren por Cristo, reinarán con Él (2 Ti 2:11-12a). Cristo se hizo pobre para hacernos ricos (2 Co 8:9). En Cristo hallamos estas riquezas (Col 2:2-3). Él recompensará lo que perdamos por Él (Lc 18:29-30).
ES BLASFEMADA: “y la blasfemia de los que se dicen ser judíos, y no lo son, sino sinagoga de Satanás”. La población judía en Esmirna era considerable, se la menciona como una fuerza hostil a la iglesia local. Calumniaron a los primeros cristianos, se llamaban a sí mismos judíos pero en realidad pertenecían a la sinagoga de Satanás, e instigaron la persecución de los seguidores de Cristo. Así como Cristo tiene una iglesia en el mundo, el Israel de Dios, también el Diablo tiene su sinagoga.
En aquella época, los cristianos bautizados eran llamados “judíos” por los paganos, pero algunos de ellos profesaban el cristianismo de palabra, y con sus obras lo negaban, estos también eran una sinagoga de Satanás. En la iglesia de Filadelfia también los padecieron, precisamente la otra iglesia sin reprensión alguna de Cristo (Ap 3:9). Solo tienen el nombre de judío (Ro 2:17-23). Son judíos exteriormente (Ro 2:28-29). Dicen conocer a Dios, pero sus hechos los desmienten (Ti 1:16). Dicen y no hacen (Mt 23:3-4). Son de su padre el Diablo (Jn 8:44). Son enemigos de la cruz de Cristo (Fil 3:18-19).
3. LA EXHORTACIÓN, EL CONSEJO.
“Él conoce de antemano las pruebas futuras de su pueblo, y les advierte de ellas, y los prepara contra ellas. Él les previene de las pruebas futuras. El pueblo de Dios debe esperar una serie y sucesión de problemas en este mundo, y sus problemas generalmente aumentan más” (Matthew Henry).
NO TEMAS: “No temas en nada lo que vas a padecer”. Cristo los prepara contra estos problemas que se aproximan.
SERÁS ATRIBULADA: “He aquí, el diablo echará a algunos de vosotros en la cárcel, para que seáis probados, y tendréis tribulación por diez días”. Habían sido empobrecidos por sus tribulaciones; ahora deben ser encarcelados. “Algunos de vosotros”, no todos serían echados a la cárcel. “diez días”. Es temporal, por un tiempo determinado y breve, no será una tribulación eterna. “para que seáis probados”. Será para probarlos, no para destruirlos, para que su fe, paciencia y valor pudieran ser probados y mejorados, y fueran hallados para honra y gloria. La mayoría relacionan los 10 días, con las 10 persecuciones bajo el Imperio romano (S. I-IV). Otros la relacionan con la 10ª persecución (Diocleciano), que duró unos 10 años.
DEBES SER FIEL HASTA LA MUERTE: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Un llamado a los ministros allí, para que sean fieles en la predicación del Evangelio puro y sin mezcla, y también a las iglesias y miembros, para que sigan creyendo en Cristo, profesando su nombre, esforzándose por su Evangelio. Policarpo, obispo de Esmirna, fue muerto en la hoguera, el 23 Febrero 1955, por no negar a Cristo. La historia indica que los judíos fueron los primeros en recoger leña para la hoguera. Aunque era sábado, con deliberación cargaron leña y transgredieron la ley.
4. LAS PROMESAS
LA CORONA DE LA VIDA: “Sé fiel hasta la muerte, y yo te daré la corona de la vida”. Promete una recompensa gloriosa a los que son fieles. Es una recompensa segura. “Yo te daré”. Puede hacerlo, y ha prometido que lo hará. Recibirán la recompensa de su propia mano, y ninguno de sus enemigos podrá arrebatársela, ni quitársela de sus cabezas. Es una recompensa que compensa su pobreza, tribulaciones y fidelidad. Una corona de vida para recompensar a los que son fieles hasta la muerte. La vida entregada en su causa, será recompensada con otra vida mucho mejor que será eterna. Es la misma corona que alude Santiago para los fieles que soportan la tentación (St 1:12). Guardará el alma para vida eterna a los que sean fieles y no se avergüencen de él (2 Ti 1:12). Preservará en su mano hasta la vida eterna, a los que lo sigan fielmente (Jn 10:27-29). Dará la corona de justicia a los fieles que pelean la buena batalla y guardan la fe (2 Ti 4:8).
EL LLAMADO: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Deben escuchar lo que Cristo le dice: cómo la elogia, consuela, exhorta, y cómo recompensa su fidelidad.
LA PROMESA: Hay una gran promesa de gracia para el cristiano vencedor. Deben vencer. “Al que venciere”. No se deja amedrentar por la pobreza, el despojo de sus bienes, la tribulación, la persecución y la muerte. Por medio de Cristo vence (Ro 8:35-37). Los fieles a Cristo pelean junto a Él (Ap 17:14). Debemos resistir la prueba (St 1:12). Los vencedores heredarán todo, incluyendo la corona de la vida (Ap 21:7).
NO SUFRIRÁN LA SEGUNDA MUERTE. “no sufrirá daño de la segunda muerte”. La muerte eterna, la destrucción del cuerpo y alma en el infierno, la separación eterna de Dios, el continuo sentido y angustia de la ira Divina. Hay una segunda muerte después de la primera muerte. Esta segunda muerte es inmensamente peor que la primera. En sus dolores y agonías del alma (sin apoyo, consuelo), y en su duración, es eterna. Cristo salvará de esta segunda muerte a todos sus siervos fieles. Ella no tendrá poder sobre los que tienen parte en la primera resurrección. La primera muerte no los dañará, y la segunda muerte no tendrá poder sobre ellos. Su pueblo nunca sufrirá daño de esta, están ordenados a la vida eterna; asegurados en Cristo. Somos bienaventurados (Ap 20:6). Los pecadores impenitentes padecerán esta segunda muerte en el lago de fuego y azufre (Ap 21:8).
Hermanos, el Señor conoce nuestra condición, nuestra escasez en algunos momentos, las tribulaciones, pruebas, aunque mucho menores, que hemos pasado, el insulto de las falsas iglesias de hoy, no temamos cualquier cosa que vayamos a padecer, seamos fieles hasta la muerte, el Señor nos ha prometido la corona de la vida, oigamos lo que nos está diciendo el Espíritu, debemos vencer, no sufriremos la segunda muerte.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 3 de Noviembre de 2024: ¡LA IGLESIA DE ESMIRNA!
Comments