«Y escribe al ángel de la iglesia en Pérgamo: El que tiene la espada aguda de dos filos dice esto: 13 Yo conozco tus obras, y dónde moras, donde está el trono de Satanás; pero retienes mi nombre, y no has negado mi fe, ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás. 14 Pero tengo unas pocas cosas contra ti: que tienes ahí a los que retienen la doctrina de Balaam, que enseñaba a Balac a poner tropiezo ante los hijos de Israel, a comer de cosas sacrificadas a los ídolos, y a cometer fornicación. 15 Y también tienes a los que retienen la doctrina de los nicolaítas, la que yo aborrezco. 16 Por tanto, arrepiéntete; pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca. 17 El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias. Al que venciere, daré a comer del maná escondido, y le daré una piedrecita blanca, y en la piedrecita escrito un nombre nuevo, el cual ninguno conoce sino aquel que lo recibe» (Apocalipsis 2:12-17).
Cristo elogia a esta iglesia por su lealtad a Él, y su fe. Su fidelidad es más digna de elogio, pues se encontraban en un medio espiritual muy hostil. Sin embargo, les advierte que se arrepientan de su contemporización moral. El creyente vencedor, no experimentará condenación, sino que gozará de Cristo.
1. LA CARTA.
¿A QUIEN VA DIRIGIDA LA CARTA?: Al ángel de la iglesia en Pérgamo. Pérgamo, del Griego “pergamon”, significa Matrimonio, unión, torre fortificada.
LA CIUDAD DE PÉRGAMO. Era una ciudad de la antigua Grecia en Misia, localizada al noroeste de Asia Menor, a unos 110 km al norte de Esmirna, y a 30 Km de la costa del mar Egeo, en donde está la actual Turquía, la ciudad de Bergama, en la provincia de Esmirna. Estaba ubicada una colina de unos 300 mt de altura, que le permitía dominio alrededor. Su nombre “pergamino” proviene de un embargo que tuvieron de los papiros egipcio, el cual los obligó a sustituirlo por el Pergamino. Construyeron una gran biblioteca, de unos 200.000 rollos (2ª biblioteca después de Alejandría), convirtiéndola en un gran centro de saber. También era un centro religioso, por la cantidad de templos, donde se destacaba el de Zeus, Atenea, Dionisio y Esculapio. Cuando los romanos conquistaran Pérgamo (129 d.C.), construyeron templos dedicados a los emperadores (Augusto, Trajano, Severo), siendo en gran centro de culto al emperador, en los que rivalizó con Esmirna y Éfeso. También fue el principal centro administrativo romano en la provincia de Asia (Procónsul residía allí).
LA IGLESIA EN PÉRGAMO. Llega al parecer el evangelio por Pablo, cerca de Éfeso y Esmirna (Hc 19:10). En lugar de los 200.000 libros de su biblioteca, iban a las Escrituras. En lugar de los muchos templos, ellos eran templo del E.S. En lugar de la sanidad de Esculapio, Jesús era su Sanador. Su vida en Pérgamo se había vuelto insostenible por no ceder a la presión. Fueron acusados de infidelidad a Roma, sedición, fueron humillados, perseguidos, condenados a muerte. Vivieron en medio de la presión de una sociedad pagana que por no participar de las fiestas de sus dioses, fueron marginados, perdieron trabajos, negocios, considerándolos unos “Parias”, indignos de vivir allí. En medio de todo esto, algunos comprometieron la verdad; pero a pesar de ello, la iglesia floreció y aumentó.
CRISTO HABLA. Se describe con el título: “El que tiene la espada aguda de dos filos”. La iglesia de Pérgamo estaba llena de hombres corruptos, que buscaban corromper la fe y costumbres de la iglesia. Cristo pelearía contra ellos con la espada que sale de su boca, su palabra (V16), por eso acá, toma este título.
CRISTO LLEVA LA ESPADA DE LA PALABRA. La Palabra de Dios es una “espada”, un arma ofensiva y defensiva En la mano de Dios, puede matar al pecado y a los pecadores. Es una “espada aguda”, puede cortar el corazón más duro, partir el alma y el espíritu (pecado, vicios, hábitos). Es una espada “de dos filos”, corta por ambos lados. Tiene el filo de la ley contra transgresores de ella, y el filo del evangelio contra los despreciadores de éste. Es la Espada del Espíritu (Ef 6:17). Cristo llevará en su mano esta Espada para pelear contra la doctrina de Balaam y los nicolaítas (Ap 2:16). De Su boca sale la Espada de dos filos (Ap 1:16). Con la Espada aguda juzgará al mundo (Ap 19:15). Con el espíritu de su boca destruirá al Hombre de Pecado (2 Ts 2:8). Con la espada de dos filos corta nuestros pecados (He 4:12).
2. EL ELOGIO.
CRISTO CONOCE SUS OBRAS. “Yo conozco tus obras …”. Cristo conoce las pruebas y dificultades que esta iglesia tenía. Cristo, por tanto la elogia.
CRISTO SABE DÓNDE MORA. “…donde está el trono de Satanás…”. Lo que dio más brillo a las buenas obras de esta iglesia, fueron las circunstancias donde estaba, donde Satanás tenía su corte, su sede. Pérgamo estaba llena de idolatría, allí reinaba Satanás. El gobernador romano en Pérgamo era un enemigo violento de los cristianos. Así nosotros hoy vivimos bajo la Gran Babilonia, donde el Papado se exalta sobre todo dios (reinos, reyes, gobernantes), donde la idolatría y superstición prevalecen, donde el humanismo reina, donde se detiene con injusticia la Verdad, donde la Palabra de Dios es rechazada, donde Cristo es blasfemado, donde el evangelio es hecho burla, donde los cristianos son despreciados, y perseguidos en muchos lugares. Se le permitió a la Bestia hacer guerra contra los santos, y vencerlos (Ap 13:7).
RETIENE EL NOMBRE DE CRISTO: “… pero retienes mi nombre…”. Elogia su firmeza en retener el nombre de Cristo en medio de todo esto. No se avergonzaban de Cristo, consideraban un honor invocar su nombre, no lo negaron. Los de Filadelfia tampoco negaron el nombre de Cristo (Ap 3:8). Debemos confesar el nombre de Cristo sin importar donde estemos (Ro 10:9-10). No podemos avergonzarnos del nombre de Cristo (Mc 8:38).
NO HA NEGADO LA FE: “… y no has negado mi fe…”. Eran fieles, no negaron las grandes doctrinas del evangelio, no se apartaron de la fe cristiana, no apostaron de la fe, se mantuvieron fieles, firmes, en medio del trono de Satanás. Los que tienen fe genuina, serán fieles al Señor. Son como los 2 testigos que mantienen la luz del Evangelio en los tiempos más oscuros (Ap 11:4-10). Tenían la fe para vencer en medio del Trono de Satanás, la fe que vence al mundo, una fe bien cimentada en Cristo y su evangelio (1 5:4-5). Pablo guardó la fe hasta el fin (2 Ti 4:8).
FUE FIEL AÚN EN LOS MOMENTOS MÁS DIFICILES: “…ni aun en los días en que Antipas mi testigo fiel fue muerto entre vosotros, donde mora Satanás”. Cristo engrandece la fidelidad de esta iglesia por el lugar donde vivían, y por las circunstancias de los tiempos; habían sido firmes. Antipas no se sabe con certeza quién era. Pero al parecer era un fiel discípulo de Cristo, que sufrió el martirio por ello, selló su fe y fidelidad con su sangre en el lugar donde moraba Satanás. Éste sería un emblema de los testigos y mártires de Cristo, a lo largo de la historia, especialmente por su oposición a los papas de Roma. Debemos ser fieles en lo poco, ahora que estamos cómodos, para que en lo mucho, cuando venga gran persecución, también lo seamos (Lc 16:10). Si somos fieles hoy, seremos guardados en la hora de la prueba más difícil (Ap 3:10).
3. LA REPRENSIÓN.
POR TOLERAR A LOS DE LA DOCTRINA DE BALAAM. Balaam aconsejó a Balac para que consiguiera algunas de las mujeres más hermosas de Moab para engañar a los Israelitas, y llevarlos a la inmundicia, y a la idolatría (Nm 31:15-16). Los israelitas fornicaron con las Moabitas, comieron cosas sacrificadas a los ídolos, y se inclinaron a Baal-peor (Nm 25:1-3). Los de la doctrina de Balaam enseñaban que podían comer cosas sacrificadas a los ídolos, y que fornicar no era pecado. Su culto impuro e idólatra, indujo a la impureza e idolatría, como Balaam hizo con los israelitas. La fornicación espiritual y la carnal generalmente van juntas; la idolatría lleva a la inmoralidad (Ro 1:24-25). No podemos tener comunión con los de principios y prácticas corruptas, desagrada a Dios, atrae culpa y mancha a la iglesia (2 Co 6:14-16a). No debemos ser partícipes de sus pecados, debemos apartarnos (Ap 18:4-5).
POR TOLERAR A LOS DE LA DOCTRINA DE LOS NICOLAÍTAS. Eran lo contrario de la Iglesia de Éfeso, la cual no los toleró (Ap 2:6). Los Nicolaítas, aunque no hay certeza con algunos datos, al parecer era un secta gnóstica que trató de infiltrarse en las iglesias, que se cobijaban bajo el manto de Nicolás el diacono (Hc 6:5). En general se caracterizaban por la Inmoralidad, la fornicación, el adulterio, y toda inmundicia, tenían esposas en común, comían de los sacrificado a los ídolos, pervertían la verdad, y se enseñoreaban del pueblo.
DEBEN ARREPENTIRSE: “Por tanto, arrepiéntete…”. Llama al arrepentimiento a los verdaderos creyentes de esta iglesia, los que aun toleraban estas doctrinas y hombres, que tenían comunión y aún no se habían separado de ellos; y no habían protestado firmemente contra sus doctrinas y prácticas. Deben arrepentirse de su tibieza, negligencia y complacencia pecaminosa.
SI NO, VENDRÁ: “pues si no, vendré a ti pronto, y pelearé contra ellos con la espada de mi boca”. Cuando Dios viene a castigar a los miembros corruptos de una iglesia, reprende a esa iglesia por permitir que ellos continúen en su comunión. Vendrá con la Espada aguda de dos filos (He 4:12). Vendrá y destruirá al Hombre de Pecado con el espíritu de su boca (2 Ts 2:8). Vendrá con la espada aguda a juzgar al mundo (Ap 19:15).
4. LA PROMESA
“Está la promesa de gran favor para aquellos que venzan. Comerán del maná escondido, y tendrán el nombre nuevo, y la piedrecita blanca, que nadie conoce, sino aquel que la recibe” (Matthew Henry).
EL LLAMADO: “El que tiene oído, oiga lo que el Espíritu dice a las iglesias”. Deben escuchar lo que Cristo le dice: cómo la elogia, reprende, exhorta, advierte, y recompensa su fidelidad.
DEBEN VENCER. A los balaamitas y nicolaítas; no deben someterse más a sus doctrinas y prácticas, no importa la persecución y problemas que enfrenten por ello. Hay una gran promesa de gracia para el cristiano vencedor.
EL MANÁ ESCONDIDO. Alude al maná que los israelitas comieron el desierto, el cual era un tipo de Cristo, el Maná escondido, del cual nos alimentamos para que nuestras almas vivan. Es un maná escondido, para el mundo; no saben nada, desconocido, oculto (2 Co 4:3). Este maná está guardado en Cristo, el Arca del Pacto, en el lugar santísimo. Cristo es el Pan que descendió del cielo para nuestro consuelo y vida (Jn 6:48-51).
LA PIEDRECITA BLANCA. En las piedras del pectoral del Sumo Sacerdote, estaban grabados los nombres de los hijos de Israel, y el de Jehová. Representa la pureza inmaculada de la iglesia al ser justificada del pecado en Cristo. Se refiere a la absolución de la culpa del pecado, tomado de una antigua costumbre de dar en el juicio, una piedrecita blanca a los absueltos, y una piedrecita negra a los condenados. Somos piedras vivas, santas, cimentadas sobre la Roca (1 P 2:4-5).
UN NOMBRE NUEVO ESCRITO EN ELLA. Los niños adoptados toman el nombre de la familia que los adopta. El nombre nuevo se refiere al nombre que reciben los creyentes como bendición al ser adoptados por Dios en su familia, por creer en Cristo, después de haber nacido de nuevo (Jn 1:12). Un nombre más excelente que el de los hijos e hijas del rey más grande de la tierra. Solo el receptor lo conoce (Dios Trino es desconocido al hombre natural). Se refiere al nombre de Dios dado a su pueblo al ser salvos en Cristo (Jer 33:16; 23:6). Isaías profetiza la inclusión de los gentiles al Pacto, sellados con un nombre nuevo (Is 62:2). Como dijo a los Eunucos, este nombre es perpetuo para los fieles a Cristo (Is 56:4-5).
Hermanos, el Señor conoce nuestras circunstancias, donde vivimos, en medio de la Gran Babilonia, él sabe si hemos sido fieles, si no hemos negado su nombre ni la fe, aun en los momentos más difíciles. El Sabe si hemos cometido fornicación, si hemos sido laxos con la idolatría, el engaño, la perversión. Si es así, debemos arrepentirnos, pues vendrá a nosotros y nos reprenderá; y Él mismo peleará contra ellos, con la Palabra que sale de su boca. Debemos vencer, oigamos lo que nos está diciendo el Espíritu. Se nos ha prometido a Cristo, el Maná escondido, limpieza del pecado, y un nombre nuevo. El que tiene la Espada de dos filos dice esto.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 10 de Noviembre de 2024: ¡LA IGLESIA DE PÉRGAMO!
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