top of page
Buscar

¡LA LEY SE ALEJÓ!

«Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, más la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo» (Ezequiel 7:26).


A la tierra de Israel le vendría una desgracia tras otra, una calamidad tras otra, una desdicha tras otra. Rumores tras rumores sobre la venida de Nabucodonosor a sitiarlos. Y entonces buscarán respuesta del profeta, instrucción en los sacerdotes y consejo en los ancianos. Sin embargo, no habría profeta para decirles lo que ha de suceder, ningún sacerdote para instruirlos en la Ley de Dios, ni anciano sabio que los aconseje. Esto es un juicio de Dios a un pueblo que ha rechazado la Ley Divina, por tanto el Señor ha alejado Su Ley de ellos, ha enceguecido a sus lideres. Esto también pasa hoy en la iglesia, aborrecen la Ley de Dios, sus santos mandamientos, la Santa Ley de Dios también se ha alejado de la iglesia visible.

1. QUEBRANTAMIENTO Y DESOLACIÓN.



Se anuncian calamidades y juicios terribles a la tierra de Israel.Ezequiel está profundamente afectado por lo que viene. Ezequiel fue un sacerdote, llevado al cautiverio a Babilonia con el rey Joaquín. Sus profecías fueron dadas allí (principalmente en el norte Babilonia). Su principal objetivo era consolar a sus hermanos cautivos, pero advierte de las calamidades espantosas que vienen a Judea, a los profetas falsos y naciones vecinas.


En los versos 1 al 15 del capítulo 7 se anuncia desolación que vendría a la tierra, el rey de Babilonia vendrá sobre la tierra de Israel. El Nuevo Testamento anuncia también juicios antes del fin (sellos, trompetas, copas de la ira); ellos muestran apostasía, pestes, hambres, enfermedades, inflación, guerras, rumores de guerra, quebrantamiento, desolación, ruina. Israel sería sitiada por los caldeos, y habría gran angustia en los pocos que escaparán como se profetiza en los versos 16 al 22. Hoy la gran Babilonia ha hollado a la Iglesia. El remanente tendrá tribulación, angustia, persecución, pero muchos ni viendo estas plagas, se arrepentirán de sus pecados e idolatría (Ap 9:20-21), el amor de muchos se enfriará (Mt 24:12), habrá gran apostasía en la iglesia visible, la Bestia hará guerra contras los santos, los perseguirá, y matará a muchos (Ap 13:7), sin embargo, Dios librará a su pueblo de la hora de la prueba (Ap 3:10), pero pocos serán salvos de los juicios. Vemos en los versos 23 al 27 una profecía sobre el cautiverio en Babilonia durante 70 años. Hoy el mundo está bajo el yugo de la gran Babilonia, incluida la Iglesia. Vemos hoy una iglesia cautiva, hollada, pisoteada, como sal desvanecida, que no alumbra, no es columna y baluarte de la verdad.


2. ¡LA LEY SE ALEJÓ!


La Ley de Dios se alejó de los Israelitas, se alejó de sus sacerdotes y profetas, la Ley fue quitada, fue un juicio de Dios sobre ellos. También hoy se ha alejado la Ley de la iglesia, ha venido el mismo juicio.


LA LEY SE ALEJÓ DE ISRAEL. Israel, en tiempos de Amos, menospreció la Ley de Jehová (Am 2:4). En tiempos de Oseas se habían olvidado de la Ley de Dios (Os 4:6). Efraín tuvo como cosa extraña la Ley Divina (Os 8:11-12). Isaías advirtió del juicio que vendría a Israel por desechar la Ley de Jehová de los ejércitos (Is 5:24). Sofonías reprendió a los sacerdotes de Israel porque falsearon la Ley del Señor (Sof 3:4). Todo Israel traspasó la Ley (Dn 9:11). Es lo mismo que dijo el profeta Ezequiel: “buscarán respuesta del profeta, más la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo”.


LA LEY SE ALEJÓ DE LOS JUDÍOS. Aunque Dios se las había confiado (Ro 3:1). Jeremías lamentó ver al pueblo viviendo entre naciones sin Ley de Dios, como nosotros hoy (Lam 2:9). Judá tenía la Ley de Dios, pero ni así conocieron al Señor (Jer 2:8). Los sabios aborrecieron la Ley, la cambiaron por sus propios escritos (Jer 8:8-9). Ninguno en Judá puso por obra la Ley de Dios (Neh 9:34). Los Fariseos en tiempos de Cristo quebrantaron e invalidaron los mandamientos de Dios por seguir sus tradiciones (Mt 15:3-6). Los judíos recibieron la Ley, y no la guardaron (Hc 7:53). Como en tiempos de Ezequiel les pasó: “buscarán respuesta del profeta, más la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo”.


LA LEY SE ALEJÓ DE LA IGLESIA. Todo se manifiesta mayormente a partir de la gran apostasía papal. El Papado cambió la Ley (Dn 7:25). Quitó el segundo mandamiento (contra la idolatría: “No te harás imagen...”), y también el cuarto mandamiento (Día de reposo). Agregó un mandamiento nuevo “santificar las fiestas“ (para poder celebrar todas sus fiestas idolátricas), y también dividió en dos el décimo mandamiento, para completar su propio decálogo. Hoy, tal vez como nunca lo fue, la iglesia tiene una alta aversión a la Ley de Dios. Salvación sin señorío, Justificación sin santificación, fe sin obras, vida cristiana sin fruto. Vemos Antinomianismo (Anti-Ley, no hay que obedecer los mandamientos de Dios) y Sandemanianismo (fe meramente intelectual, no se requiere fruto). ¿En qué se diferencia la oración de fe de las iglesias arminianas modernas, con la visión de los nuevos reformados que creen que por afirmar ciertas doctrinas son salvos? En la práctica hacen lo mismo. Es la misma herejía de la iglesia moderna que dice “Tengo a Jesús en mi corazón, pero vivo como el mundo”. No conocen la Ley de Dios, las Escrituras, los Atributos y el Carácter de Dios. Sus “profetas”, no les enseñan esto. Solo les enseñan humanismo y psicología, se ponen siempre de parte del hombre, no de parte de Dios. Hace igual al mundo, que sacó la Biblia de todo lado (gobierno, escuelas, universidades, hogares, ciencia, educación, salud). Aconsejan conforme al mundo, según los sabios de este mundo (científico, médico, psicólogo, maestro). La Ley se ha alejado. ¿Cuándo la iglesia dice a viva voz que “no estamos bajo la ley, si no bajo la gracia”, “estamos en el mundo”, “es por fe, no por obras”, todo lo cual es cierto, pero lo hace para justificar el pecado, la mundanalidad y la desobediencia a la Ley de Dios, ¿no se ha alejado la Ley de la iglesia? ¿no se ha alejado de los labios del sacerdote? ¿no es juicio de Dios para una iglesia tibia? La Ley se ha alejado.


Pablo escribió contra esta terrible enseñanza, estamos bajo la Gracia, sí, pero de ninguna manera debemos congraciarnos con el pecado (Ro 6:15). El apóstol Juan dijo que el pecado es infracción de la Ley (1 Jn 3:4). Pensar y actuar así, solo demuestra ser del Diablo (1 Jn 3:8): Judas dice que esto es convertir en libertinaje la Gracia de Dios (Jud 1:4). Santiago dice que pensar y actuar así, es estar envanecido, no entender nada, es estar muerto, es tener menos que la fe de los demonios (Stg 2:14-19). Nuestra fe debe venir acompañada de obras (Stg 2:21-22). Los pastores de la iglesia deben guardar la Ley, el pueblo deber ir a ellos en busca del consejo de Dios, pero no lo hacen, hacen tropezar a muchos (Mal 2:7-9). Es lamentable el estado de la iglesia hoy, nuestro clamor debe ser como el de David (Sal 119:126).


La iglesia seguirá dando pasos de ciego, como en tiempos de Ezequiel, porque la Santa Ley de Dios se ha alejado. “y buscarán respuesta del profeta, más la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo”.


3. LA LEY CON NOSOTROS.


Aunque la Ley de Dios se alejó de Israel, Judá, de sus sacerdotes y profetas, de la iglesia hoy, como en tiempos de Ezequiel, el Señor siempre a su pueblo fiel, le preserva su Ley, no la aleja de ellos.


Cristo refrendó la Ley de Dios para su iglesia (Mc 12:29-31). La Ley no debe faltar en los lideres de la iglesia (Jer 18:18). El pueblo debe encontrar la Ley en sus líderes (Mal 2:7). Todos nosotros, pastores y maestros, hermanos y hermanas, debemos ser muy celosos en guardarla y enseñarla (Mt 5:19). La Ley no es pecado (Ro 7:7). La Ley es Santa (Ro 7:12). La Ley es espiritual (Ro 7:14). La Ley es buena (Ro 7:16). La Ley es perfecta, fiel, sabia, recta, pura, limpia, verdad (Sal 19:7-9). Es la Ley del Espíritu, que nos libra de la Ley del pecado y la muerte (Ro 8:2). Es la Ley de Cristo, ganemos a los que están sin Ley (1 Co 9:21). Es la Ley de Dios, deleitémonos en ella (Ro 7:22). Amemos su Ley como el salmista (Sal 119:97). Deseémosla como lo más preciado (Sal 119:10-11). Si amamos a Dios, guardemos Su Ley (1 Jn 5:2-3). Cumplamos la Ley de Cristo (Gál 6:2). Los que odian la Ley de Dios, seguirán tropezando en la Ley, engañados y siendo engañados (2 Ti 3:13). Pero nosotros seguiremos guardando su Palabra y guiados en estos tiempos (Dn 12:9-10). La iglesia fiel seguirá anunciando la Ley y el Evangelio hasta el final, y Satanás nos reconoce (Ap 12:17). No atendamos el consejo del mundo, meditemos en la Ley, deleitémonos en ella (Sal 1:1-3). Seremos guardados en la hora final (Ap 3:10).


Que a nosotros nunca venga este juicio porque “Quebrantamiento vendrá sobre quebrantamiento, y habrá rumor sobre rumor; y buscarán respuesta del profeta, más la ley se alejará del sacerdote, y de los ancianos el consejo”.



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.



Escucha el sermón del domingo (18 de Diciembre de 2022): «¡LA LEY SE ALEJÓ!».



9 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

コメント


bottom of page