«Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno» (1 Juan 5:7).
Esta cita nos dice que hay tres personas distintas que dan testimonio en el cielo, El Padre, el Verbo y el Espíritu Santo, los tres Divinos, pero que son Uno, un solo Dios verdadero. Es el único Dios verdadero, perfecto en todos Sus atributos, uno en esencia, existiendo eternamente en tres Personas, mereciendo adoración y obediencia, cada uno por igual.
1. Atacada.
La autenticidad de este texto ha sido puesta en duda por algunos. Omiten la segunda parte del texto en la mayoría de las versiones del Texto crítico (Desde: “…en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”).
Es cierto que falta en algunas versiones como la siríaca, árabe, etíope, el antiguo intérprete latino, y en algunos manuscritos griegos. Tampoco es citado por algunos padres antiguos. Sin embargo, en muchos otros manuscritos está (en la mayoría), lo mismo que en muchas versiones antiguas (Vulgata Latina, Biblia Políglota de Londres, traducción latina de Jerónimo, Antigua copia británica, Edición complutense); fue citada por muchos Padres de la iglesia en sus escritos, más de cien años después de redacción de la epístola (Fulgencio, Jerónimo, Cipriano, Atanasio, Tertuliano, etc.). Todo esto debería ser suficiente para convencer a cualquiera de la autenticidad de este texto. Nunca hubo ninguna disputa al respecto (solo hasta el Texto Crítico a partir del siglo XVI).
Muchas herejías han surgido con respecto a la Trinidad o para atacarla (Triteísmo, Modalismo, Arrianismo, Monarquianismo, Henoteismo, Subordinacionismo, Adopcionismo, Socinianismo, Nestorianismo, Eutiquianismo, Patripasionismo, etc.). Todos ellos, herejes, fuera de la sana doctrina: “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”.
2. Los tres Divinos.
Padre, Hijo y Espíritu Santo son las tres personas Divinas de la Trinidad, los tres dieron testimonio en el cielo del Hijo de Dios cuando vino a la tierra (persona, vida y obra). Tres dan testimonio que Jesús es el Hijo de Dios. El número de estos testigos fue tres, suficiente, según la ley, para establecer cualquier disputa.
Es conocida como la Triada Santa: “Santo, Santo, Santo” (Is 6:3, Ap 4:8). “La palabra <Jehová> se usa tres veces en Nm 6:24-26 (Jehová Padre, Jehová Hijo y Jehová Espíritu), y se pone un acento diferente a cada palabra, denotando tres personas distintas y un solo Jehová” (J. Gill).
El Padre es Dios. Es Dios el Padre (Jn 6:27). Es Dios Padre (1 P 1:2). Es Dios nuestro Padre (Rom 1:7). El Hijo es Dios. Jesucristo, posee todos los atributos divinos, y en estos Él es igual al Padre, consubstancial, y coeterno con el Padre, y en su encarnación, se volvió el Dios-Hombre. El Verbo es Dios (Jn 1:1). También como su Padre, es el gran Yo Soy (Jn 8:58). Anunciado por Isaías como el Dios fuerte que vendría (Is 9:6). Es Emanuel, Dios con nosotros (Mt 1:23). Tomás lo reconoció como su Dios (Jn 20:28). Es Dios sobre todas las cosas (Rom 9:5). El Padre lo reconoce como Dios (Heb 1:8). Es nuestro gran Dios y Salvador (Tit 2:13). Es el verdadero Dios (1 Jn 5:20). El Espíritu Santo es Dios. No es una fuerza o energía, es una persona. Procede eternamente del Padre y del Hijo. Es una Persona divina, eterna, no derivada, posee todos los atributos de personalidad y deidad incluyendo intelecto, emociones, voluntad, eternalidad (Hc 9:14), omnipresencia (Sal 139:7-10), omnisciencia (Is 40:13-14; 1 Cor 2:10-11), omnipotencia (1 Cor 2:10-11), y veracidad. En todos los atributos divinos y en sustancia Él es igual al Padre y al Hijo. Pedro lo reconoció como Dios en el caso de Ananías y Zafira (Hch 5:3-4). Levantó a Cristo de los muertos y a nosotros (Rm 8:11).
Los tres son Divinos, Padre, Hijo y Espíritu Santo, son Dios.
3. Son uno.
Las tres personas de la Trinidad, Padre, Hijo y espíritu Santo, los son tres Divinos, sin embargo, son Uno. “Y estos tres son uno”. No sólo uno en unidad y acuerdo en su testimonio (Filiación de Cristo); sino de su unidad en esencia y naturaleza, siendo ellos el único Dios. Este pasaje sostiene y afirma la unidad de Dios. Una trinidad de personas en la Divinidad, la Deidad propia de cada persona, y sus tres personas distintas.
Esta también fue la fe de antiguos judíos sobre la doctrina de la Trinidad. Dios es uno. El único Dios verdadero, no hay más. Moisés afirmaba que Israel tenía solamente un Dios, en contraste con las religiones politeístas (Dt 6:4). En esta cita los judíos creían que estos eran los tres grados con respecto a este sublime misterio “Jehová, nuestro Dios (Elohim), Jehová…”. No hay Dios fuera del Dios de la Biblia (Is 45:5). No hay más que un Dios (1 Cor 8:4). Dios es el único Dios, no hay otros dioses. Hay uno solo, y Él es nuestro Dios (1 Tim 2:5). Aunque el mundo tiene muchos “dioses-ídolos”, un día será reconocido como el único Dios (Zac 14:9). No está compuesto por varias partes. Dios es uno, Dios es simple. Padre, Hijo y Espíritu Santo, co-iguales y co-eternos. Es monoteísmo, no politeísmo. Hay una pluralidad Divina (Gén 1:1, 26; 3:22; 11:7).
Existen muchos ejemplos para explicar la trinidad, pero no son exactas, incluso pueden caer en herejías (Huevo: cascara-clara-Yema. Agua: Solido-liquido-gaseoso). Un Dios infinito no puede ser descrito completamente por una ilustración finita. Imposible de entender, pero hay una realidad de la Deidad trina, Dios vive en comunión y relación consigo mismo. Esto va más allá de nuestra comprensión, no se puede entender plenamente, Dios es más elevado que nosotros (Is 55:8; Rm 11:34; Dt 29:29). Como tampoco podemos entender cosas como el infinito, la eternidad, la electricidad, pero son reales, lo entendamos o no.
4. La Trinidad obrando.
Padre, Hijo y Espíritu obran juntos en diferentes momentos, y al tiempo.
EN LA CREACIÓN: El Padre es el recurso y causa de la creación (Ap 4:11). El Hijo es la razón, agente y medio de ella (Jn 1:3, Co 1:16-17). El Espíritu Santo es el artista y diseñador (Job 26:13). EN EL PLAN DE SALVACIÓN DE SU PUEBLO: El Padre escoge un pueblo para su Hijo (Jn 17:6; 9; Ef 1:3-5). El Hijo debe venir a salvar al pueblo escogido (Mt 1:21). El Espíritu Santo debe venir a convencer de pecado a los elegidos (Jn 16:8). EN EL PROCESO DE SALVACIÓN: El Padre envía a su Hijo al mundo (Jn 3:16). El Hijo viene a salvarnos (Lc 19:10). El Espíritu Santo nos regenera, lava y renueva (Tit 3:5). EN NUESTRA FE: El Padre nos da el don de la Fe (Ef 2:8). El Hijo es el Autor y consumador de la Fe (Heb 12:2). El Espíritu Santo nos da la Fe como su fruto (Gál 5:22). EN LA REVELACIÓN DIVINA: El Padre dio la revelación al Hijo (Ap 1:1). El Hijo entregó la revelación de Su Padre al venir (Ap 1:1; Mt 11:27). El Espíritu Santo da la revelación al mundo (Jn 16:13). EN NUESTRA ORACIÓN: Oramos al Padre (Mt 6:9). En el nombre del Hijo (Jn 14:13-14). Con la guía del Espíritu Santo (Rom 8:26).
Hay muchas citas en la que vemos a la Trinidad obrando junta (sin contar las que salen: el Padre con el Hijo, el Padre con el Espíritu Santo, o el Hijo con el Espíritu Santo; o las que ya vimos: Divinidad de cada uno, la pluralidad Divina, etc.). La vemos en el Antiguo Testamento con el profeta Isaías (Is 48:16). Anunciando el nacimiento de Cristo (Lc 1:35). En el bautismo de Cristo (Mt 3:16-17). En la gran comisión (Mt 28:19). Cristo rogando al Padre por el Espíritu Santo (Jn 14:16). Mostrando la función del Espíritu Santo (Jn 14:26). Con Pedro en Pentecostés (Hch 2:32-35). En nuestra comunión con Dios (Ef 2:18). Doblando nuestras rodillas en oración (Ef 3:14-16). En la elección soberana (1 P 1:2). Examinándonos (1 Jn 4:13-14).
Para negar la gloriosa doctrina de la Trinidad, hay que cercenar muchos pasajes bíblicos, hay que tener nada de temor de Dios, hay que ser muy obstinados y herejes. Charles Spurgeon dijo: “Un evangelio sin la Trinidad es una pirámide construida al revés. Un evangelio sin la Trinidad es una cuerda de arena que no puede sostener nada”. Ahora hermanos, aunque es un Verdad fundamental que todo verdadero creyente debe afirmar (herejía no creerla), creerla, no garantiza la salvación (Stg 2:19). La ramera de Roma, la iglesia ortodoxa en oriente, etc, la creen. Lo que todo hombre necesita es mirar al cielo al Padre, reconocer sus pecados, recibir perdón por medio del Hijo, ser lavado con Su sangre, y vivir en santidad de vida en el Espíritu Santo. Todo hombre debe nacer de nuevo por el poder del Espíritu Santo.
Que el glorioso Dios Trino nos acompañe (2 Cor 13:14). Gloriosa doctrina. “Porque tres son los que dan testimonio en el cielo: el Padre, el Verbo y el Espíritu Santo; y estos tres son uno”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (12 de Junio de 2022): «¡LA SANTA TRINIDAD!»
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