«y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. 16 Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia» (2 Timoteo 3:15-16).
Hendriksen & Kistemaker comenta: «Pablo usa la expresión “Sagradas Escrituras” en el V15, pero “Toda la Escritura” en el V16, para establecer una distinción entre el AT (V15) y cualquiera otra que tenga el derecho de ser llamada Escritura divinamente inspirada (V16: AT + NT). Pablo no hubiera estado en lo correcto si hubiera afirmado que Timoteo había sido instruido en “Toda la Escritura” desde los días de su infancia, porque cuando era niño Loida y Eunice conocían solamente el AT… “Toda la Escritura”, quiere decir todo lo que, por medio del testimonio del Espíritu Santo en la iglesia, es reconocido como canónico (con autoridad)… Aunque la historia del reconocimiento, revisión y ratificación del canon fue algo complicada, y la aceptación de los 66 libros no ocurrió inmediatamente en todas las regiones en que la iglesia estaba representada (algunos libros no habían llegado), sin embargo, los creyentes genuinos que fueron los receptores originales de los diversos libros inspirados por Dios los consideraron como investidos de autoridad y majestad divina… Estos libros son la Biblia inspirada, no porque la iglesia, en cierta fecha, largo tiempo atrás, hizo una decisión (Concilios de Hipona y Cartago, 393 y 397 d.C.); sino porque, los 66 libros, por su mismo contenido, dan testimonio a los corazones de los hombres que tienen el Espíritu Santo viviendo en ellos, que (estos libros) son los oráculos vivientes de Dios… ¡Toda la escritura es canónica porque Dios la hizo así!»
La Sola Escritura, fue el punto clave de la Reforma Protestante (NO: tradición, otros libros, nuevas revelaciones, filosofías humanas, ideologías). Los cristianos Bíblicos creemos en las Sagradas Escrituras como plena e infalible Palabra de Dios, revelada al hombre por inspiración del Espíritu Santo y, consecuentemente, única estándar infalible y segura norma de fe, conducta y práctica.
1. Las Sagradas Escrituras.
Las Sagradas Escrituras son la Palabra de Dios revelada al hombre. Está dividida en dos Testamentos, el Antiguo y el Nuevo; 66 libros, 30 del Antiguo y 27 del Nuevo. Este es el canon (caña, vara, medida) de las Escrituras. Está ha sido la creencia histórica de la iglesia cristiana bíblica.
El Antiguo Testamento fue escrito en Hebreo; el Nuevo Testamento en Griego (Koiné). Desde entonces ha sido traducida completa a unos 700 idiomas, el Nuevo Testamento a unas 2.000 lenguas. Escrita durante 1.500 años por 40 autores diferentes (no se conocían, diferentes rango y oficios), guardando una continuidad milagrosa, un solo tema, la historia de la redención. Muchos citan Juan 21:25, para justificar agregar libros no inspirados, tener otras fuentes de verdad, y negar su exclusividad.
LOS DEUTEROCANÓNICOS. Aceptados por la iglesia católica y la iglesia Ortodoxa, no son canónicos, no son inspirados. Fueron escritos durante el periodo del silencio (400-100 a.C. Tobías, Judit, Sabiduría, Eclesiástico, Baruc, Macabeos I y Macabeos II, y algunas adiciones griegas a Ester y Daniel). Nunca fueron reconocidos como canónicos por los judíos. Ni Cristo ni los apóstoles los citaron. La Biblia tiene dos pactos, el Antiguo y el Nuevo, ¿dónde encajarían? El Antiguo Testamento va de Genesis a Malaquías (según canon Judío); El Nuevo Testamento arranca en los evangelios y culmina en Apocalipsis. Estos libros no tienen autoridad Divina (“Así dice el Señor”). Contiene errores geográficos, cronológicos y doctrinales (oraciones a muertos y santos en el Cielo, adoración a ángeles, ofrendas expiatorias por el pecado).
EL ANTIGUO TESTAMENTO (AT). Cristo se refiere al AT como la Ley de Moisés, los Profetas, y los Salmos (Lc 24:44). 3.808 veces contiene palabras como: “Así dice Jehová”, “Jehová dijo”, “Esta es la palabra de Jehová”, “vino palabra de Jehová”, o similares. Cristo nunca condenó a los judíos por el canon, al contrario, los reprendió con éste (Jn 10:34-35). Cristo (y autores del NT) citaron muchas veces el Antiguo como autoridad: “no habéis leído” (Mt 22:31), o “escrito está” (Mt 4:4). Jesús y los apóstoles lo citaron unas 295 veces (para explicar el NT). Pablo dice que el AT es la Palabra de Dios (Rm 3:1-2). El AT anuncia a Cristo (Lc 24:27, 44, Jn 5:46).
EL NUEVO TESTAMENTO (NT). El Espíritu Santo revelaría la Verdad del Nuevo Pacto (Jn 16:12-13). El AT anticipa y presume un NT (continuidad). El Verbo en el principio, y después al venir (Jn 1:1; 14). Dos pactos (Jn 1:17): el de Moisés (Ley) y el de Cristo (Gracia y Verdad). En el AT Dios habló por los profetas, en el NT habló por Cristo (Heb 1:1-2). Las palabras de Cristo son la Palabra de Dios. Así como los Profetas hablaban lo que Dios les mandaba, el evangelio que Pablo anunciaba era revelación directa de Cristo (Gál 1:11-12). Pablo, hablando de los ancianos, citó como la Escritura las palabras de Cristo dichas en Mateo 10:10 y Lucas 10:7 (1 Tm 5:17-18; 1 Co 9:14). Cristo comisionó mensajeros y los ungió con el Espíritu Santo. Dio la gran comisión a los discípulos (Mt 28:19-20). Ellos serían investidos con poder del Espíritu Santo prometido(Lc 24:49). El Espíritu daría testimonio de Cristo (Jn 15:26). Las palabras de los apóstoles del NT están al mismo nivel que las de los profetas del AT. Pedro pone al mismo nivel al Antiguo y Nuevo Testamento (2 P 2:1). Pablo manda a apartarse de los que rechazan sus enseñanzas (2 Tes 3:6; 14). Marcos dio mandamientos a los de Colosas (Col 4:10). Las ordenanzas de los apóstoles debían ser guardadas (Hch 16:4). El NT es Palabra de Dios, son parte de las Sagradas Escrituras, los escritos apostólicos son de autoridad Divina. Pedro dice que las Epístolas de Pablo son parte de las Escrituras (2 P 3:16). Se la reveló Dios (a él y apóstoles) mediante el Espíritu Santo (1 Co 2:10). Ellos fueron enseñados por el Espíritu (1 Cor 2:13). El evangelio predicado por los apóstoles era la Palabra del Señor (2 Tes 3:1). Pablo profetizó en Palabra del Señor la segunda venida de Cristo (1 Ts 4:15). Los tesalonicenses aceptaron las enseñanzas de Pablo como palabra de Dios (1 Ts 2:13). El autor de Hebreos dijo que lo que hablaban era la Palabra de Dios (Heb 4:12). La predicación apostólica era la voz de Dios (1 Jn 4:6).
El canon completo es inspirado por Dios (2 Tim 3:16a). Las Sagradas Escrituras son inspiradas por el Espíritu Santo, no por hombres (2 P 1:21).
2. ¡Deben ser creídas y obedecidas!
Las Sagradas Escrituras completas, AT y NT, son la Palabra de Dios revelada.
LAS SAGRADAS ESCRITURAS DEBEMOS CREERLA. Para ser salvos (2 Tim 3:15). Es el único libro que tengo la obligación de creer y obedecer. Son la autoridad en la doctrina y el camino de salvación. Todas las palabras de la Biblia son palabras de Dios. No creer o desobedecer alguna parte de la Escritura es no creer o desobedecer a Dios. El hombre natural no puede entenderla, la rechaza, está incapacitado. Pero es responsable, no tiene excusa. Solo el Espíritu Santo puede hacer que el pecador crea las Escrituras. Dios en su gracia y soberanía ha decidido salvar por la locura de la predicación, y el mensaje que todo hombre necesita creer se encuentra en este bendito Libro. Necesitamos Fe para creerla, y la Fe viene por las Escrituras (Rom 10:17). No se necesita ver milagros para creer las Escrituras (rico y Lázaro), necesitamos Fe que viene de lo alto. Debemos confiar en el poder del Espíritu para salvar, a través del evangelio. Mayor responsabilidad para los que conocen las Escrituras y la rechazan.
LAS SAGRADAS ESCRITURAS SON ENTENDIBLES. Sus enseñanzas generales puedan ser entendidas por cualquier tipo de persona (Sal 19:7). No todos los pasajes son igualmente claros (remanente de pecado), pero hace sabio al sencillo, alumbra los ojos, da entendimiento para que el alma se convierta. No dependemos de hombres ni tradiciones para entenderlas, podemos ir directamente a Ellas, con la guía del Espíritu Santo. Son adecuadamente claras para guiarnos a la voluntad de Dios. No hay excusa.
LAS SAGRADAS ESCRITURAS SON SUFICIENTES. Contienen todo lo necesario para conocer a Dios, su plan de redención, nuestro caminar cristiano, es nuestra regla de fe y conducta (2 Tim 3:16-17). No es suficiente para enseñar plenamente geometría, matemática, física, botánica, etc, pero la Biblia contiene y es autoridad en estos campos. Es suficiente para restaurar la relación del hombre con Dios, para mostrarnos al único Salvador. Es suficiente para instruirnos en nuestros deberes, temer a Dios y guardar sus mandamientos. La iglesia moderna confía más en otras fuentes (Piscología, humanismo, sabios, científicos, filósofos, lideres de opinión). Muchos dentro de la Reforma tristemente creen más a sus confesiones, teologías sistemáticas, que a la Biblia.
LAS SAGRADAS ESCRITURAS NO DEBEMOS TORCERLAS. Diluirla, falsificarla, cambiarla (2 P 3:16). Debemos usarla responsablemente (2 Tim 2:15). Cuidado con el Evangelio diluido, tibio, light, o esconder verdades para que no parezca ofensiva (pecado, infierno, arrepentimiento, atributos Divinos). La mejor defensa de la Biblia es ella misma. Prediquemos la Palabra tal cual, sin estrategias. No seamos de los que sacan provecho torciéndolas (2 Cor 2:17).
LAS SAGRADAS ESCRITURAS NO DEBEMOS CERCENARLAS. Cualquiera que agregue o quite a sus palabras acarreará maldición (Dt 4:2; 12:32; Ap 22:18-19). La Iglesia de Roma quita y cambia algunos mandamientos del decálogo, los Testigos de Jehová cambian algunas citas que hablen de la Deidad de Cristo o la Trinidad. La Teología Liberal espiritualiza los milagros. Las nuevas revelaciones agregan profecía. Las versiones del Texto Critico quitan algunos pasajes.
LAS SAGRADAS ESCRITURAS SON INERRANTES. Son infalibles, son la Verdad, no pueden errar. Todo su mensaje y consejo es fiel y confiable (2 P 1:19). La ortodoxia cristiana siempre ha afirmado categóricamente que “La Biblia es la palabra de Dios”. Toda ella dice la Verdad (Sal 119:160). Todos sus mandatos y leyes son Verdad (Sal 119:86, 151, 142). Cada palabra es cierta, Cristo afirmó su inerrancia (“no puede ser quebrantada”, “ni una “J” ni una tilde pasará”. Jn 10:35; Mt 5:18). Cristo afirmó Su Veracidad (Jn 17:17). La Biblia dice que toda la Escritura es inspirada por Dios; Dios es veraz, luego la Escritura es veraz. El abandono de la inerrancia, lleva al abandono de doctrinas fundamentales (Creación, Infierno, Resurrección, milagros).
No es un libro cualquiera. Por eso es el libro más atacado (documentales, TV, películas). Será atacada más al final de los tiempos (nuevos manuscritos, hallazgos. Papa: pide nueva versión, acorde-tiempos). Confesiones, comentarios bíblicos, teólogos, reformadores, puritanos, aunque útiles y una bendición para nosotros, no son infalibles, las Sagradas Escrituras SI. Contiene unas 2.000 profecías cumplidas, 300 en Cristo. Presenta evidencias científicas, históricas, arqueológicas, de Salud, higiene, alimentación, manejo de plagas, agricultura, animales, astronomía. Contiene narrativa, poesía, drama, geografía, música, etc. ¡Nada ni nadie ha podido desvirtuarla, nada la supera!
Por ella seremos juzgados, acá, y en el Dia del Juicio. El problema del hombre natural para rechazarla no es intelectual, es moral; Ella discierne el corazón (Heb 4:12). Nuestra función no es juzgar las Sagradas Escrituras, sino que ella nos juzgue a nosotros. El evangelio cabe perfectamente en el zapato del alma. Juzgará al impío pagano (Rom 2:14-16). Juzgará al Judío y falso creyente (Rm 2:12). Nos juzgará a los cristianos (Stg 2:12).
3. ¡Escudríñela, Obedézcala, Proclámela!
¡DEBEMOS ESCUDRIÑARLAS! Estudiarlas diligentemente, para no ser engañados (2 Tim 3:14-15). Individualmente, familiar, devocionales, en orden, con libros de estudio (complemento). Debemos ser estudiosos de la Biblia, más que de cualquier otra disciplina terrenal (profesión, ciencia, economía, política, salud, arte, cultura, hobbies, etc). Debemos ser poderosos en las Escrituras como Apolos (Hc 17:11). Para no ser engañados por falsos maestros, filosofías del mundo, medios de tv, falsa (ciencia, salud, educación). Debemos ser como los de Berea (Hc 17:11). Debemos escudriñarla, pues de Génesis a Apocalipsis, Cristo es su gran tema (Jn 5:39).
¡DEBEMOS OBEDECERLA! Sobre cualquier hombre, ley humana, consejo del mundo. Debemos dar el más alto tributo a las Sagradas Escrituras, es nuestra autoridad sobre tradiciones, ciencia, libros, filosofías, ideologías, sabios, eruditos. Dios por medio de Ella nos revela sabiduría, conocimiento e inteligencia (Prv 2:6). Recuerde que es útil para toda buena obra (Familia, trabajo, iglesia, hablar la verdad). Hallamos inteligencia, discernimos la mentira, alumbra nuestro andar (Sal 119:104-105). Ella es perfectamente pura y limpia (Sal 12:6). Clamemos como el Salmista que nunca la perdamos (Sal 119:43). Amemos las Sagradas Escrituras (Sal 119:140). Son el alimento más dulce para el alma (Sal 119:103). Morimos sin ella (Mt 4:4). En ella aguardamos la promesa verdadera en los cielos (Col 1:5).
¡DEBEMOS PROCLAMARLA! Es un mandato del Señor, seamos inoportunos (2 Tim 2:1-5). ¿Nos avergonzaremos de proclamar tan altas y sublimes verdades? (Mc 8:38). ¿La proclama? ¿Es inoportuno? ¿aunque sea lo hace a tiempo? ¡Tenga cuidado! Si no lo está haciendo, ¡Tema! Hablemos Su Palabra (Sal 119:172). Estemos infinitamente agradecidos por las Escrituras, por ella Dios nos dio vida (Stg 1:18). Proclamémosla, para que otras también vivan. Y usted amigo ¿Qué hará con las Escrituras? ¿Cómo las tomará? ¿las creerá? ¿las obedecerá? La tiene al alcance, créala, obedézcala, sométase a Ella, y a Cristo el dador de ella (Rm 10:8-9).
Todo terminará, imperios, reyes, doctrinas, religiones, ideologías, filosofías, sabiduría, pero las Sagradas Escrituras perdurarán eternamente (Mt 24:35; Sal 119:89).
Las Sagradas Escrituras, el AT y el NT, son la Palabra de Dios. “y que desde la niñez has sabido las Sagradas Escrituras, las cuales te pueden hacer sabio para la salvación por la fe que es en Cristo Jesús. Toda la Escritura es inspirada por Dios, y útil para enseñar, para redargüir, para corregir, para instruir en justicia”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (15 de Mayo de 2022): «¡LAS SAGRADAS ESCRITURAS!»
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