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¡LES ESCRIBÍ LAS GRANDEZAS DE MI LEY!

Actualizado: 1 nov 2022

«Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña» (Oseas 8:12).


Estas palabras se las dijo el Señor a Israel en tiempos de Oseas por su infidelidad a la Ley que el Señor les había confiado. El Señor les había dado por medio de Moisés mandamientos, decretos y estatutos, que eran buenos, justos y verdaderos, frecuentemente inculcados por los diferentes profetas al pueblo. Pero ellos los desecharon, los tuvieron como cosa extraña.


1. Contexto.


Israel fue infiel al Señor y a Sus Palabras.


Se hicieron ídolos para su destrucción, traspasaron el pacto, el que Dios les había dado en el desierto, fueron rebeldes contra la Ley, desobedecieron los mandatos, estatutos y ordenanzas, desecharon el bien, los buenos y santos mandamientos, establecieron reyes sin temor de Dios, como sus enemigos, se hicieron ídolos como sus vecinos paganos, sirvieron a otros dioses; las consecuencias de su rebelión vendrían, serían destruidos (V1-4). Se prostituyeron, adulteraron, fornicaron, buscaron amantes, se mezclaron a los Asirios, quedaron convertidos en los Samaritanos (descendientes de Manasés y Efraín); Efraín por salario alquiló amantes, subieron a Asiria, y se mezclaron con ellos. Devorado sería Israel, afligidos, subyugados, no fueron sal, quedaron sometidos a sus enemigos (V5-10). Desecharon la Ley de Dios, tenían una religión externa, sacramental, ritual, próspera materialmente, pero no obedecían, multiplicaron altares para pecar, edificaron templos, ofrecieron sacrificios no agradables al Señor; conocían la Ley de Dios, la recibieron de parte del Señor, pero les fue cosa extraña, la desecharon y despreciaron, desobedecieron al Señor; Judá por su parte, multiplicó ciudades fortificadas, prosperidad, riqueza, pero serían consumidos (V11-14).


El Reino de Israel desapareció, el Reino de Judá quedó desierto, les fue quitado el Reino. Israel fue infiel al Señor, se prostituyó, desechó las grandezas de la Ley que les había escrito.


2. Las grandezas de Su Ley.


El Señor le escribió a Israel las grandezas de Su Ley, les confió sus decretos. Lo mismo hizo con la iglesia neotestamentaria, completándolas con el Nuevo Testamento; son extensivas a nosotros, y declaradas al mundo entero.


Su Ley es perfecta, fiel, recta, pura, verdad, limpia, santa, justa, buena (Sal 19:7-9). Su Palabra es limpia, purificada 7 veces (Sal 12:6). En el Nuevo Testamento se expresa su grandeza, la Ley es Santa, justa y buena (Rom 7:12).


La Ley de Dios fue confiada en principio a los Israelitas, la recibieron directamente de parte de Dios (Dt 4:7-8). Se las manifestó, no hizo así con ninguna otra nación (Sal 147:19-20). Los sacó de Egipto y se las dio en el desierto (Ez 20:10-11). Les habló desde el cielo, vino al monte Sinaí y por medio de Moisés les entregó su Ley (Neh 9:13-14). Son privilegiados, les fue confiada la Palabra de Dios (Rom 3:1-2). Nos guste o no, de ellos vino la promulgación de la Ley (Rom 9:4-5).


La Iglesia también recibió Su Ley, fue extendida a nosotros los gentiles, de todas las naciones vinimos a conocerla (Is 2:1-3). Todo lo que Dios escribió a los israelitas, fueron escritas para nosotros (Rom 15:4). El Señor nos entregó Su Palabra completada, Antiguo y Nuevo Testamento. Somos privilegiados. Las palabras de los apóstoles a la iglesia neotestamentaria, son Palabra de Dios (1 Ts 2:13). El evangelio de Cristo es Ley de Dios, Dios nos habla por Él, al igual que por los profetas (Hb 2:1-2). Las epístolas de Pablo son parte de la Ley de Dios (2 P 3:15-16). El Antiguo y Nuevo Pacto son las Escrituras, la Ley de Dios completa, útiles para toda buena obra (2 Tm 3:14-17). Rechazar el Nuevo Testamento, es rechazar el antiguo pacto dada a los israelitas (Jn 5:46-47). El Nuevo Pacto es la Ley de la Fe, es Ley de Dios (Rom 3:27).


Debemos atender a las grandezas de Su Ley, a sus sabias palabras que nos ha dado a conocer (Pr 22:17-21). Que el Señor abra nuestros ojos a Su Ley (Sal 119:18). Es mejor que todos los tesoros del mundo (Sal 119:72). Debemos atender a las Palabras de Cristo (Jn 15:7). Es la Ley de Cristo, cumplámosla (Gál 6:2). Las grandezas de Su Ley serán establecidas en el Mundo, todos, sin excepción tenemos conocimiento de ellas (Is 42:4). Está grabada en cada corazón humano (Rom 2:14-15). Por tanto, nadie tiene excusa, y menos nosotros que hemos sido receptores directos de ella.


El Señor nos escribió las grandezas de su Ley, somos receptores de Su Ley, somos columna y baluarte de la Verdad, debemos alumbrar al mundo con ella, debemos hacer discípulos enseñándoles que obedezcan lo que el Señor nos ha entregado, Su Palabra.


3. Cosa extraña.


Aunque Dios les dio las grandezas de su Ley a los israelitas, la vieron como cosa extraña, despreciaron y desecharon Sus palabras. Así mismo y tristemente es para la mayoría de la iglesia de hoy.


Cosa extraña fue para Israel, desecharon los mandamientos de Dios, Su Palabra (2 Ry 17:14-17). Rechazaron la Ley de Dios, establecieron sus propias leyes, despreciaron las profecías de los profetas, por eso rechazaron al Mesías. Se rebelaron contra el Señor. Su casa no solo ha quedado desierta hasta hoy (Mt 23:38); Israel quedó sumida en la inmundicia del pecado y el mundo, es hoy como Sodoma y Egipto (Ap 11:8). Israel se perdió por falta de conocimiento, por eso fue desechado por Dios (Os 4:6). Israel fue rebelde a Dios, no quiso escuchar Su Ley (Is 30:9-11). Israel no quiso andar ni escuchar las reprensiones antiguas de la Ley de Dios (Jer 6:16-17). Echaron a sus espaldas la Ley (Neh 9:26). El Señor les escribió las grandezas de Su Ley “…y fueron tenidas por cosa extraña”.


Cosa extraña también es la Ley de Dios para la iglesia visible de hoy, rechazan las palabras de Cristo, la Verdad, prefiere la mentira del Diablo (Jn 8:43-45). La ven exagerada, legalista, de otra época, anticuada, son antinomianos, prefieren la sabiduría humana (Psicología, Filosofía, Humanismo), otros ponen por encima sus confesiones y libros humanos; no confían en la Biblia, no viven conforme a la Ley de Dios, aborrecen sus mandatos. No quieren escucharla, por tanto, muestran que no son de Dios (Jn 8:47). No tienen nada que hablar de Su Ley, pues la desprecian (Sal 50:16-17). Osan hablar de ella, siendo malos ¿Cómo pueden hacerlo? (Mt 12:34). El Señor nos escribió las grandezas de Su Ley “…y fueron tenidas por cosa extraña”.


Es cosa extraña también para el mundo, es locura para ellos. Es extraña, como para los griegos del areópago (Hch 17:19-20). La ven como rara, anticuada, locura, no aplicable a hoy, dicen que es un mito, fábula, difícil de entender, escrita por hombres. Es extraña, como el aliento de Job a su mujer (Job 19:17). Es locura para los que se pierden (1 Cor 1:18). El Señor les escribió las grandezas de Su Ley “…y fueron tenidas por cosa extraña”. ¿Es extraña para nosotros?


Todos seremos juzgados por ella, el mundo, la falsa religión, y nosotros su pueblo. La Ley de Dios juzgará al mundo impío en el Dia del Juicio (Jn 12:48). La Ley de Dios acusará a la falsa religión (Israel, iglesia, religiones), y a cada corazón que confíe en propia justicia (Jn 5:45). Ella también nos juzgará a nosotros, su pueblo, seamos celosos con cada detalle (Jn 5:19). Ella penetra el alma (Heb 4:12). Los que la manipulen, ya sea agregándole o quitándole, recibirán las plagas Divinas (Ap 22:18-19). El mundo será juzgado por ella, los libros serán abiertos y se contrastarán con la Ley de Dios (Ap 20:12). Amigo, atienda a Ella, a la Ley de la Fe, por la cual puede ser salvo, no se jacte, humíllese, arrepiéntase, entréguese a Cristo por Fe (Rm 3:27).


Iglesia, el Señor nos entregó las grandezas de Su Ley. ¿La tenemos como cosa extraña? ¿Estas palabras serán para nosotros? “Le escribí las grandezas de mi ley, y fueron tenidas por cosa extraña”.



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo (13 de Junio de 2021): «¡LES ESCRIBÍ LAS GRANDEZAS DE MI LEY!».


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