top of page
Buscar

¡LIBRES, AUNQUE CON ESTAS CADENAS!

Actualizado: 26 oct 2022

«Y Pablo dijo: !!Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!» (Hechos 26:29).


Pablo se encuentra detenido y está ante el Rey Agripa y Berenice su mujer, quienes estaban de visita en Cesarea y habían venido a ver al gobernador Festo. Pablo viene hablando ante Agripa sobre su proceso de conversión. Ellos saben que nada de digno de muerte hay en Pablo, sin embargo, debe ir a Roma, porque ha apelado a César.


1. El deseo de Pablo.


Pablo, aunque privado de la libertad, era un hombre libre en Cristo. Él deseaba esta misma libertad para los que lo escuchaban en el tribunal. Pablo era libre de las cadenas de Satanás, el pecado y la muerte, era libre por Cristo (Rom 8:1-2). Deseaba la conversión de los presentes, que eran esclavos espirituales, atados. Ellos se creían libres, pues eran libres civilmente, sin embargo, eran esclavos del Diablo, el mundo y el pecado. Pablo tiene amor por esas almas, anhela que los que lo escuchan sean libres como Él. Dice algo así: “Así ustedes piensen que estoy mal (detenido), soy un hombre libre, y deseo que sean como yo”… “Soy mas libre que todos ustedes, que no tienen estas cadenas como yo ahora”.


El que no se ha entregado a Cristo, es esclavo de Satanás, obedece sus deseos (1 Jn 3:8; Jn 8:44). Es esclavo del mundo y sus deleites (Ef 2:2, Gál 4:3). Está en cadenas y grilletes por los demonios, vive en locura, esclavo del pecado (Lc 8:27-30). Todo el que practica el pecado, es esclavo del pecado (Jn 8:33-34). Si usted no es cristiano, usted tiene todas estas cadenas. El mundo se cree libre por su religión, moralismo, estado civil, porque pueden dar rienda suelta a su carne; sin embargo, son esclavos. Los falsos maestros prometen esta falsa libertad, pero están en cadenas, son esclavos de corrupción, oírlos puede llevarnos a la muerte (2 P 2:18-20).


Solo Cristo puede liberar de las cadenas espirituales. Solo Él puede liberar de la esclavitud, locura, llevarlo al cabal juicio, a sus pies, a proclamar liberación (Lc 8:35-39). Vino a liberar al hombre de su cautiverio, de su cárcel, de sus cadenas (Is 61:1). Puede librar al hombre de su esclavitud, hacerlo verdaderamente libre, pero debe conocerlo (Jn 8:31-36).


Este era el deseo de Pablo a sus oyentes, este debe ser el deseo de nosotros al anunciar el evangelio, este es mi deseo hoy para los que no han sido libres. !Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!


2. Excepto estas cadenas.


Pablo estuvo gran parte de su ministerio en cadenas por causa de Cristo, acusado injustamente por servir a Cristo y proclamar su nombre, fue acusado por los judíos religiosos y llevado ante los magistrados civiles de la época. Cristo también estuvo en cadenas, fue apresado injustamente, con falsos testimonios, se unieron el poder religioso, el poder civil, el pueblo, e incluso un falso hermano, para condenarlo a la cruz (Mt 26:47-61; 27:1-31). El pueblo de Dios será también muchas veces privado de su libertad por los gobiernos tiranos de turno.


El gobierno de la Bestia busca encadenarnos con sus leyes y decretos (Ap 13:16-18). Busca coartar nuestra libertad (…nadie podrá comprar ni vender…). Estamos en tiempos muy difíciles. Hoy la libertad es cada vez menor. Vivimos tiempos de dictadura, pero no nos hemos dado ni cuenta. Veamos algunos ejemplos:


1). Hoy nada es de nosotros. Si no pagamos el impuesto de un bien, el Estado se queda con él. Cada vez que compramos y vendemos pagamos al gobierno un impuesto, de lo contrario, es ilegal. Necesitamos permiso hasta para cortar un árbol en nuestro predio.


2). Hoy nos controlan cuántos hijos tener, contrario al mandato de Dios multiplicarnos (Gn 1:28).


3). Nos encerraron más de 6 meses, con la excusa de cuidar nuestra salud, quitándonos el derecho a congregarnos dado por Dios (Heb 10:25).


4). Los padres no tienen derecho a elegir sobre la salud de sus hijos, no pueden decidir por ejemplo libremente si le ponen una vacuna, los tratan con medicina natural, o simplemente no hacen nada. Nos vendieron la salud como un “derecho”, pero resulta que un derecho no puede ser obligatorio; decidir no tomar ese “derecho”, es meterse en problemas con los entes de salud. El Señor nos dice que los médicos son para los enfermos (Mt 9:12).

5). Nos vendieron también la educación como un “derecho”, pero los padres no tienen derecho a elegir qué tipo de valores recibirán sus hijos. No tienen derecho a educarlos en casa, si asilo desean, con los valores que ellos consideren. El Señor nos dice que los instruyamos en sus caminos (Pr 22:6).


6). No podemos predicar libremente en las calles porque “alteramos el orden público”. Ya no se puede llamar pecado al pecado, no le podemos decir a un Lgbti que debe arrepentirse de su inmundicia; no le podemos decir al católico romano que la idolatría es abominable para Dios y que lo llevará al infierno; no le podemos decir a cualquier falsa religión que son un engaño. Todo con la excusa de la tolerancia y el respeto. Hacerlo es ser tachado de intolerante, falto de amor y de respeto, enemigo de la paz y la unidad. El Señor nos mandó a predicar a todo el mundo (Mc 16:15-16).


Las autoridades fueron puestas por Dios para castigar al que hace lo malo y proteger al q hace lo bueno (Rom 13:3). Los cristianos hacemos lo bueno y somos perseguidos.


El mundo, seguirá vendiendo más su libertad por mantener su bienestar, seguirán pidiendo “Paz y Seguridad” (1 Ts 5:3). El mundo pidiendo sus propias cadenas. Se vienen tiempos cada vez mas difíciles, y si la iglesia de Cristo no está firme, si no estamos dispuestos a sacrificarnos, a perder nuestra vida incluso, nuestros hijos, nuestros bienes y propiedades, por causa y amor a Cristo, si le creemos más a los sabios y entendidos del mundo que a la Biblia, si aún creemos que los argumentos terrenales, lideres humanos, políticos, nos pueden salvar, nos rendiremos al régimen de la Bestia, terminaremos arrodillados ante Baal. “El que halla su vida, la perderá; y el que pierde su vida por causa de mí, la hallará” (Mt 10:39).


Seremos acusados falsamente como Pablo, traicionados como el Señor, y aunque nada digno de muerte nos encuentren, es posible que estemos en cadenas; y si no llega a ser así, de todos modos, ya tenemos estas cadenas de opresión. Pablo padeció las cadenas del mundo tirano, Cristo las padeció, nosotros también las padeceremos, pero hermanos, aunque con estas cadenas, somos libres.


3. Libres, aunque con estas cadenas.


Pablo era un hombre libre, aunque estaba en cadenas. Nada lo detuvo a predicar el evangelio. Aunque tengamos cadenas terrenales, de los hombres, no estamos encadenados espiritualmente.


Pablo sufrió penalidades por causa de Cristo, prisiones, pero la Palabra de Dios no está presa (2 Tim 2:9-12). Era prisionero de Cristo por nosotros (Ef 3:1). Fue embajador de Cristo en cadenas para proclamar su mensaje (Ef 6:20). Sus cadenas nos deben animar a predicar con más valor (Fil 1:14).


Cristo libró a su pequeño pueblo de las cadenas espirituales (Ecl 9:13-15). Nos libró de la servidumbre a Satanás (Heb 2:14-15). Nos libró del mundo, del presente siglo malo (Gál 1:3-4). Nos libró de las cadenas de opresión del pecado (1 Jn 3:8). Somos libres de los ídolos para servirlo, nos libró de la condenación (1 Ts 1:9-10). Si somos piadosos, nos libra como al justo Lot de la tentación (2 Ped 2:7-9). Ya no somos esclavos del pecado, ahora somos esclavos de Cristo para obedecerlo (Rom 6:17-18). Somos libres para obedecer al Señor, no para hacer lo malo (1 Ped 2:16).


La iglesia de Cristo siempre buscó la libertad, para poder vivir la vida cristiana libremente; huyeron de imperios opresores, y cuando pudieron, establecieron leyes que garantizaran la libertad. Oramos por las autoridades, para que podamos vivir la vida cristiana en libertad (1 Tim 2:1-2). Y aunque seremos oprimidos por los hombres, no nos hagamos esclavos de ellos, somos esclavos de Cristo, comprados, le pertenecemos, a Él debemos obedecer (1 Cor 7:22-23).


Cuando nos lleven a los tribunales, no nos preocupemos, el Espíritu Santo va con nosotros (Lc 12:11-12). Es posible que seamos entregados por seres queridos, falsos hermanos, como a Cristo y Pablo, no nos angustiemos, hablemos, perseveremos (Mc 13:11-13). El Diablo nos llevará a la cárcel, seremos probados, seamos fieles hasta la muerte (Ap 2:10). Así nos seguirá pasando, los esclavos del pecado oprimiendo al pueblo de Dios (Ecl 10:7). Pero el Señor nos librará aun en medio de estas cadenas, enviará a sus ángeles, como hizo con Pedro en la cárcel (Hc 12:7b-8, 11). Pedro y Juan no temieron la cárcel, siguieron predicando a pesar de las amenazas de las autoridades (Hc 4:19, 29).


Hermanos, somos libres, aunque con estas cadenas, si usted o cualquiera que me escuche, no se ha entregado a Cristo, es mi deseo que sea libre como nosotros: “Quisiera Dios que por poco o por mucho, no solamente tú, sino también todos los que hoy me oyen, fueseis hechos tales cual yo soy, excepto estas cadenas!”



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana


Escucha el sermón del domingo (13 de Diciembre de 2020): «LIBRES, AUNQUE CON ESTAS CADENAS»


3 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comments


bottom of page