«Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre» (Éxodo 20:1-2).
Los diez (10) Mandamientos son diez (10) leyes en la Biblia que Dios dio a la nación de Israel poco después de su éxodo desde Egipto. Son esencialmente un resumen de los más de seiscientos (600) mandamientos contenidos en la ley del Antiguo Testamento. Los primeros cuatro (4) mandamientos tratan de nuestra relación con Dios. Los siguientes seis (6) mandamientos tratan de nuestra relación con el prójimo. Son vinculantes para toda la humanidad, deben ser observados por judíos y gentiles. Son el mejor y más breve compendio de moralidad que jamás se haya escrito.
1. ¡ESTAS PALABRAS!
“Son la ley de los 10 mandamientos: Una ley creada por Dios. Ordenada por la infinita y eterna Majestad del cielo y de la tierra. Es una ley de su propia voz. Dios tiene muchas maneras de hablar a los hijos de los hombres (sueño, visión nocturna, Job 33:14; por el Espíritu, la conciencia, sus providencias, la Escritura, su voz); pero nunca habló como lo hizo con los 10 mandamientos. No sólo fueron pronunciadas audiblemente (Como en el bautismo de Cristo. Mt 3:17), sino con gran esplendor temible. Esta ley Dios la había dado antes al hombre (escrita en su corazón, ley natural); pero el pecado la desfiguró tanto que fue necesario revivir su conocimiento” (Matthew Henry).
LOS 10 MANDAMIENTOS se encuentran en Éxodo 20:3-17. “Los primeros 4 de los 10 mandamientos (Leyes 1ª Tabla), hablan de nuestro deber hacia Dios. Es adecuado que estos se pusieran primero, pues el hombre tuvo un Hacedor para amar, antes que un prójimo para amar... No puede esperarse que sea veraz con su hermano, aquel que es falso con su Dios... Los últimos 6 de los 10 mandamientos (Leyes 2ª Tabla), afirman nuestro deber con el prójimo, y explican el gran mandamiento: “Amarás a tu prójimo como a ti mismo”” (Matthew Henry).
En Deuteronomio 5, Moisés repite los 10 mandamientos con pequeñas variaciones (especialmente el 4º Mandamiento). Cristo resumió los 10 mandamientos en 2 grandes mandamientos, amar a Dios, y al prójimo (Mt 22:36-40). Es el decálogo para el pueblo de Dios. El fundamento de fe, doctrina, conducta y práctica. Reflejan el carácter de Dios: Santidad, perfección (nunca pecó), Justicia, Ira (gravedad del pecado, muerte eterna, el Hijo tiene que pagar), Gracia, Amor y Misericordia (Cristo los cumple por nosotros, nos libera de la maldición). Conocidos también como “Ley moral”, aunque en realidad los 10 Mandamientos son la base de toda la Ley moral; la sodomía, el amor al mundo, las borracheras, el secuestro, no están específicamente en los 10 mandamientos, pero se desprenden de allí, como también el resto de las leyes, la ley civil y la ceremonial, tienen su base allí. Es un todo, violar un mandamiento, nos hace culpable de violar toda la Ley (St 2:10-11). Cristo uso los 10 mandamientos para evangelizar al joven rico (Mc 10:19-22). No hay otra forma de evangelizar: Ley – Evangelio. Ley sin evangelio, lleva al legalismo (fariseísmo). Evangelio sin Ley, lleva al libertinaje (falsas conversiones). Cristo corrigió las distorsiones de los fariseos del 6º mandamiento (Mt 5:21-22), y también del 7º mandamiento (Mt 5:27-28). Pablo cita el 10º mandamiento para mostrar la importancia de los 10 mandamientos, los cuales nos hacen más conscientes del pecado (Ro 7:7). Los que mueren pecando contra los 10 mandamientos (practicándolos), no heredarán el cielo (1 Co 6:9-10). Los violadores de los 10 mandamientos, heredarán el lago que arde con fuego y azufre (Ap 21:8). Los 10 mandamientos siguen vigentes, solo la Ley ceremonial fue abolida, pues en Cristo se cumple (Mt 5:17).
USOS TRADICIONALES DE LA LEY (SEGÚN LOS REFORMADORES): Político, pedagógico, didáctico. EL USO POLÍTICO: Creían que la ejecución de la Ley de Dios por el magistrado civil era necesaria para el restringimiento correcto y legítimo de la conducta de los impíos; para refrenar el mal en la sociedad (1 Ti 1:9-10). EL USO PEDAGÓGICO: Para convencer de pecado y crear un sentido de necesidad espiritual en el pecador. La Ley es un ayo (guía, maestro) que lleva a Cristo (Gál 3:24). EL USO DIDÁCTICO: Por medio del cual la Ley provee una regla de vida para los creyentes (Ro 7:12). Herejías como el Antinomianismo o el Sandemanianismo, son contrarios a los preceptos bíblicos (Antinomianismo: La ley moral no es obligatoria para los cristianos como regla de vida. Sandemanianismo: negaba la necesidad del arrepentimiento para la salvación, y definía la fe como un mero asentimiento intelectual).
2. ¡EL AUTOR!
“Dios afirma su propia autoridad al promulgar esta ley. Se propone a sí mismo como el único objeto de ese culto religioso que se prescribe en los primeros 4 mandamientos… Dios es el Señor, Jehová, auto existente, independiente, eterno y fuente de todo ser y poder; tiene derecho indiscutible a mandarlos. El que da el ser puede dar la ley” (Matthew Henry).
El Autor de los 10 mandamientos no fue un emperador, gran gobernante o conquistador, un grupo (de sabios, eruditos, naciones, confederaciones), un organismo internacional, un gran juez, magistrado civil, o rey del reino teocrático de Israel, ni siquiera un gran profeta o sacerdote de Dios. ¡Dios es el Autor de los 10 mandamientos! Los grabó en el corazón humano desde la caída (Gn 3:22). Lo confirma Pablo en la carta a los Romanos (2:14-16). Después los declaró audiblemente en Éxodo 20, como estamos viendo hoy. Mas adelante los grabó en piedra con su propio dedo (Dt 9:9-10). Grabó en piedra su propia obra (Éx 32:15-16). Moisés las destruyó al ver al pueblo adorando al becerro de oro (Éx 32:19). Dios mismo las volvió a escribir en otras 2 tablas de piedra (Éx 34:1). Esto muestra que los 10 mandamientos era suyos, y también nos muestra la dureza del corazón humano (de piedra, Dios debe volver a darnos los 10 Mandamientos: corazón, escrito, voz).
Dios es el autor de los 10 mandamientos, el que dijo estas palabras, Él mismo las declaró. Nuestro corazón, las Escrituras, nuestros oídos, nuestros ojos, son testigos de ello. Debemos temer por quién las dijo. Los israelitas se aterraron al escuchar estas palabras (Éx 20:18-23). El escritor de Hebreos lo recuerda para que nosotros meditemos (He 12:18-21). Debemos temblar ante su palabra, debemos temblar ante el Autor de ella (Is 66:2). Sus palabras, sus mandamientos, son perfectos, debemos obedecerlos, amarlos, temer; nuestro gran Dios fue el Autor (Sal 19:7-12). Sus mandamientos son la Verdad (Jn 17:17).
3. ¡LOS RECEPTORES!
ISRAEL: En Éxodo 20 el receptor fue el pueblo Israel de manera escrita. Sus palabras, sus mandamientos, fueron entregados primeramente a Israel (Sal 147:19). A los judíos les fueron confiadas sus palabras, incluyendo los 10 mandamientos (Ro 3:1-2). A través de ellos Dios trajo Su Ley escrita al resto del mundo gentil, incluyendo los 10 mandamientos (Ro 9:4-5).
LA IGLESIA: Cristo las recibió del Padre, y las dio a sus discípulos, por ende a nosotros (Jn 17:8, 14). Dios había sacado a los israelitas de la esclavitud de Egipto, por tanto tenían un mayor obligación moral de obedecer su Ley. Nosotros fuimos rescatados del reino de las tinieblas al reino de la luz, aun mayor fue el rescate, aun mayor es nuestra obligación (1 P 2:9-10). La obediencia a sus mandamientos, muestra si en verdad amamos a Cristo (Jn 14:15, 21). Muestra si tenemos una relación íntima con el Dios Trino (1 Jn 14:23). Muestra si conocemos a Dios (1 Jn 2:3). Muestra que el amor de Dios se ha perfeccionado en él (1 Jn 2:5). El que no obedece sus mandamientos, muestra que no ama a Dios (Jn 14:24). Muestra que es un mentiroso (1 Jn 2:4). Si obedecemos sus mandamientos, muestra que amamos a Dios, y amaremos al prójimo (1 Jn 5:2-3). La obediencia a sus mandamientos, muestra si en verdad amamos al prójimo, pues no le haremos daño (Ro 13:8-10). A quien amas, honras (padres, autoridad, respeto), no lo matas (odio, rencor, venganza, perdón), le eres fiel (adulterio), no le robas, no le levantas falso testimonio (mentir, dañar), no codicias lo suyo (envidia, celos). No nos destruiremos entre hermanos (Gál 5:14-15). No haremos acepción de personas (St 2:8-9). Cristo nunca violó estas leyes, debemos vivir como Él vivió (1 Jn 2:6). Hemos sido libertados por Cristo, seremos juzgados por su Ley (St 2:12).
EL MUNDO IMPÍO: Dios las escribió en el corazón de piedra humano (Ro 2:14-16), como las grabó inicialmente en el monte Sinaí. También recibieron su Ley escrita para que conociera mejor el pecado (Ro 3:20), para que entendiera más la gravedad de su propio pecado (Ro 5:20), para dejarlo sin excusa por su propio pecado (Ro 3:19). Fue añadida porque el hombre ha pecado, está condenado, en muerte, bajo su Santa ira; y ella le prometía un salvador (Gál 3:19). Ella le anunciaba el evangelio de la fe (Gál 3:23). Aunque ella en sí, no puede dar vida eterna (Gál 3:21), los mandamientos de Dios lo pueden conducir a Cristo (Gál 3:24), lo pueden llevar a la conversión del alma (Sal 19:7).
Amigos, hermanos, atendamos con temor a sus mandamientos. “Y habló Dios todas estas palabras, diciendo: Yo soy Jehová tu Dios, que te saqué de la tierra de Egipto, de casa de servidumbre”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 14 de Enero de 2024: ¡LOS 10 MANDAMIENTOS: INTRODUCCIÓN!.
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