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¡LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN!

«Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. 11 Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. 12 Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros» (Mateo 5:10-12).


Esta bienaventuranza es la más paradójica y peculiar de todas. Describe a los santos que sufren persecución por causa de la justicia, por causa de Cristo; y se establecen sus consuelos, la recompensa en los cielos. La persecución a la que Jesús se refiere no es por causas sociales, raciales, económicas o políticas; está arraigada en creer y practicar la religión verdadera. Ellos, los cristianos verdaderos, desean estar y vivir en armonía con Dios y Su santa voluntad, por tanto sufren la persecución. Los malos no pueden tolerar a los justos, el mundo odia a los hijos de Dios, la simiente de la serpiente es enemiga de la simiente de la mujer (Gn 3:15). Este odio es la razón de la persecución. Sin embargo, el Señor asegura a los perseguidos que son bienaventurados. “De ellos es el reino de los cielos”, “vuestro galardón es grande en los cielos”.

 

Es inconcebible que a quienes el mundo debería amar (pobres en espíritu, lloran, mansos, hambre y sed de justicia, misericordiosos, limpio corazón, pacificadores), son precisamente por estas virtudes, que son perseguidos.

 

1. ¡LAS PERSECUCIONES HOY!

  

HAY PERSECUCIONES POR OTRAS CAUSAS. Por causas políticas (por su ideología, a políticos, activistas, defensores de DDHH, etc.). Por la información o lo que saben (a periodistas, escritores, médicos, científicos). Por intereses económicos (a campesinos, pobres, por el despojo de tierras). Por causas sociales o civiles (por raza, color de piel, orientación sexual, etc). Por causas religiosas (por su religión, principalmente en oriente y oriente medio). Por causas familiares (por una herencia, o causas anteriores). Por amigos (Bullying, o causas anteriores). Ellos no padecen como cristianos, incluso muchas veces, han hecho lo malo, y los buscan para que paguen (1 P 4:15).  

 

LAS PERSECUCIONES AL PUEBLO DE DIOS. Dios ha permitido las persecuciones. A través de Satanás (Ap 12:17). A través de la Bestia (Ap 13:7). Por dar testimonio de Cristo (Ap 11:7). A través de la ramera (Ap 17:6). A través de los judíos (Mt 23:31, 34). A través del mundo (Mt 10:22).

 

TODO ESTO ES POR CAUSA DE LA JUSTICIA, Y POR CAUSA DE CRISTO. Cristo nos prometió persecución por su causa (Mt 24:9). Por Dios sufrimos afrenta (Sal 69:7-8). Por el Señor somos muertos (Ro 8:36). Por su causa el pueblo de Dios es perseguido por el poder político y religioso (Mt 10:17-18). Nos persiguen porque no somos de este mundo, al igual que Cristo, por eso nos aborrecen (Jn 15:18-19). Nos persiguen porque como Cristo, denunciamos las obras malas del mundo (Jn 7:7). Todo esto lo recibiremos por causa de Cristo (Jn 15:21).

 

2. ¡LOS PERSEGUIDOS!

 

“La persecución a que hace referencia toma diversas formas: persecución de hecho, vituperios, y calumnias” (Hendriksen & Kistemaker).

 

PERSECUCIONES DE HECHO. Abel fue perseguido y asesinado por Caín, por su vida santa (1 Jn 3:12). Los santos del Antiguo Testamento recibieron todo tipo de males y persecuciones, por su fe (He 11:35-38). Daniel fue arrojado al foso de los leones (Dn 6), los amigos de Daniel fueron metidos al horno de fuego (Dn 3), Jeremías fue arrojado a una cisterna (Jer 38). Los profetas de Dios fueron perseguidos y asesinados por anunciar a Cristo (Hc 7:52). Serían aborrecidos por todos y en todo lugar (Mt 10:22-23). Esteban fue apedreado y muerto por los judíos (Hc 7:57-59). Pablo fue apedreado por los judíos (Hc 14:19). Los apóstoles fueron sentenciados a muerte (1 Co 4:9). La iglesia neotestamentaria fue acusada ante las autoridades romanas de trastornar la sociedad y oponerse al César (Hc 17:6-7). La iglesia fiel, a diferencia de la respetable, padeció persecución (1 Co 4:11). La iglesia de Esmirna fue perseguida por los falsos judíos (Ap 2:9). La iglesia de Pérgamo fue perseguida en medio del trono de Satanás (Ap 2:13). La iglesia de los primeros 4 siglos sería perseguida por el imperio romano (Ap 2:10). Los cristianos serían perseguidos de ahí en adelante (Mt 24:10, 13). Tenemos ejemplos con la Inquisición católica a los cristianos en la Edad Media, las persecuciones a los Puritanos en Europa (siglo XVI-XIX), más reciente la persecución en países comunistas y/o socialistas, también en oriente u oriente medio (China, Musulmanes), incluso en occidente (más sutil, con el Estatismo y/o progresismo).

 

VITUPERIOS. Matthew Henry dice: “Se les asignan apodos y nombres de reproche (individual, general), para hacerlos odiosos (peligrosos, y sean atacados por el poder”. Hubo insultos sobre creyentes (Jn 9:34), sobre los discípulos (Jn 15:20), y sobre Jesús (Jn 8:48). Los santos del Antiguo Testamento recibieron muchos vituperios (Heb 11:36). Jeremías dice que nació para ser afrenta de los hombres (Jer 20:18). El falso pueblo se burlaba y menospreciaban a los mensajeros que Dios les mandaba (2 Cr 36:16). Pablo fue acusado despectivamente de hereje, plaga, y sedicioso (Hc 24:5). Hoy, usualmente el pueblo fiel y santo, es atacado por la falsa iglesia y el falso creyente (tibio, mundano, light, antinomiano, ecuménico), con toda clase de adjetivos descalificativos (sectarios, ascetas, legalistas, etc.). La iglesia fiel, no la respetable, fue despreciada por el mundo (1 Co 4:10).

 

CALUMNIAS. Se les imputan cosas que no hicieron, desechando sus nombres como malos (Lc 6:22). Quienes habían sido profundamente impresionados con las palabras de Jesús y tuvieron el valor de admitirlo, fueron despreciados por los fariseos de ignorantes (Jn 7:49). Los cristianos iban a ser acusados de ateos (no adoraban un dios visible), de inmorales (se reunían en lugares secretos), o antipatriotas (lealtad a Cristo como Rey, y negaban adoración al Emperador). A David se le levantaron testigos falsos (Sal 35:11-12). Pablo fue acusado de profanar el Templo (Hc 24:6). La iglesia fiel fue difamada de ser lo peor de la sociedad (1 Co 4:12-13). Los judíos mintieron contra los cristianos, por eso fueron muchas veces acusados falsamente ante las autoridades civiles (Ap 3:9). Dirán de nosotros mentiras, falsas acusaciones, murmuraciones, lo dirán ante familiares, amigos, otros hermanos o iglesias, y tristemente ante tribunales civiles.

 

Nada de esto debe extrañarnos (1 Jn 3:13). No debe sorprendernos pasar por el fuego (1 P 4:12). El Señor nos dejó claro que esto nos pasará por su causa, recordémoslo siempre en momentos así (Jn 15:20). Recordemos el ejemplo de Cristo, fue despreciado y desechado (Is 53:3), fue llevado ante tribunales religiosos, civiles, fue detenido en la cárcel, azotado y finalmente asesinado, por decir la verdad (Is 53:7-8).

 

Se que hoy no vivimos en persecuciones tan crueles como estas, pero debemos estar preparados a lo que venga. Si nos amedrentan familiares, amigos, y nos les predicamos, si nos atemorizan que nos digan: “sectarios”, “ascetas”, “legalistas”, si no compartimos ni opinamos nada controversial por evitar que nos contradigan, si no apoyamos a hermanos fieles, si tememos a la menor prueba (económica, salud, etc.). Al final de los tiempos habrá mayor persecución y angustia para el pueblo de Dios (Dn 12:1). ¿cómo podremos afrontar una persecución mayor? Tal vez hablamos mucho y hacemos poco, hablamos mucho de persecución, pero somos como ciegos hablando de colores.

 

3. ¡DE ELLOS ES EL REINO DE LOS CIELOS!

 

“No solo se llaman bienaventurados a los que sufren abusos por su fe en Jesús, sino que se les dice que se regocijen… y no solo que se regocijen, sino que se llenen, que salten con alegría irrefrenable, exuberante, estad sumamente contentos; alegraos enormemente” (Hendriksen & Kistemaker).

 

SOMOS BIENAVENTURADOS. Recibimos males acá, pero allá seremos consolados (Lc 16:25). Estemos gozosos por padecer por causa de Cristo (Hc 5:40-41). Si nos llegara a pasar, el despojo de nuestros bienes suframos con gozo, sabiendo que tenemos una mejor y perdurable herencia en los cielos (He 10:34). Entre más aflicciones por causa de Cristo, más consuelo recibiremos (2 Co 1:5-6). Nuestro carácter cristiano se purifica y madura por medio de estas tribulaciones (Ro 5:3-5). La persecución debe ser una oportunidad más para anunciar de Cristo (Lc 21:12-13). La persecución muestra quienes son los suyos y quienes no (Dn 12:9-10). Somos bienaventurados por ser vituperados por causa de Cristo, eso muestra que somos de Él (1 P 4:14). Gocémonos por ser partícipes de los padecimientos de Cristo (1 P 4:13).

 

ASÍ PERSIGUIERON A LOS PROFETAS ANTES DE NOSOTROS. Si somos perseguidos por anunciar de Cristo, su evangelio, su Palabra, vivir fielmente, en obediencia, santidad, entonces somos como los grandes profetas que nos antecedieron ¡qué gran honor hermanos! ¿Padecemos persecución como ellos? ¿hemos tenido problemas por Cristo? ¿el mundo, los falsos cristianos, nos aman o nos aborrecen? ¿somos peligro para el reino de las tinieblas (Roma papal, el Estado, el sistema, la falsa religión)? ¿o estamos padeciendo por otras cosas (pecado, negligencia, mal testimonio)? Que nunca nos acusen por hacer lo malo (1 P 4:15). Si es así, se blasfemará el nombre de Cristo, como con los falsos maestros (2 P 2:2), o como con los fariseos (Ro 2:23-24), o como con las mujeres que no cumple sus deberes (Ti 2:4-5). Si padecemos que sea por ser cristianos fieles (1 P 4:16). Sigamos el ejemplo de Cristo (Is 53:9). Si realmente estamos guardando su Palabra, seremos guardados en la hora de la prueba final (Ap 3:10). Que seamos de aquellos purificados por Cristo, que superan esa o cualquier gran tribulación (Ap 7:14).

 

SEREMOS RECOMPENSADOS. Nada de esto se compara con la gloria que tendremos (Ro 8:18). Tendremos una excelente y eterno peso de gloria (2 Co 4:17-18). No temamos, tendremos la corona de la vida (Ap 2:10). No temamos al hombre, temamos a Dios (Mt 10:28). Llevemos el vituperio de Cristo, salgamos, anunciemos de Él, vivimos como Él (He 13:14). Sigamos el ejemplo de Moisés (Heb 11:24-26). Miremos el ejemplo de Cristo (Heb 12:2-4). Dijo Thomas Watson: La religión nos costará a nosotros las lágrimas del arrepentimiento y la sangre de la persecución”. Pero nada de esto nos puede separar de Cristo (Ro 8:35). Consolémonos en las persecuciones (Hc 14:22). Un día todo acabará (Ap 14:13).

 

Ánimo, hermanos, somos bienaventurados. “Bienaventurados los que padecen persecución por causa de la justicia, porque de ellos es el reino de los cielos. Bienaventurados sois cuando por mi causa os vituperen y os persigan, y digan toda clase de mal contra vosotros, mintiendo. Gozaos y alegraos, porque vuestro galardón es grande en los cielos; porque así persiguieron a los profetas que fueron antes de vosotros”.


X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 17 de Diciembre de 2023: «¡LOS QUE PADECEN PERSECUCIÓN!».



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