«Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad» (Deuteronomio 21:22-23).
“Por la ley de Moisés era contaminante tocar un cadáver; no debían quedar colgados, pues contaminan la tierra. Hay aquí una razón que se refiere a Cristo: “maldito por Dios es el colgado”; esto es, el mayor grado de desgracia y reproche. Quienes vean a un hombre colgado entre el cielo y la tierra, concluirán que fue abandonado por ambos lugares, siendo indigno de los dos. Moisés, por inspiración del Espíritu usa “maldito por Dios”, es decir, ser tratado en la forma más ignominiosa, para que después pudiera aplicarse a la muerte de Cristo y mostrar que en ella sufrió la maldición de la ley por nosotros; lo cual prueba su amor (por nosotros) y estimula a nuestra fe en Él” (Matthew Henry).
1. MALDITOS.
En los versos 1 al 9 está la expiación de un asesinato cuyo autor se desconoce. A partir del verso 10 están algunas leyes. Del verso 10-14, está la ley del soldado en guerra, el cual podía tomar como esposa a una cautiva. Del verso 15-17, se aclara cuando un hombre tiene 2 mujeres, el cual no podía desheredar a su primogénito, si era de la aborrecida. Del verso 18-21, está la ley de apedrear al hijo rebelde y contumaz.
Y cerrando el capítulo, en los versos 22 y 23, esta nuestro texto base, la ley de los malhechores condenados a ser colgados en un madero, los cuales no debían quedar colgados toda la noche.
MALDITOS. Debían ser colgados en un madero, cualquiera que hubiera cometido un crimen que mereciera la muerte (hijo contumaz, rebelde, blasfemo, idólatra). Debían ser bajados del madero antes de anochecer, al ponerse el sol debían ser bajados y enterrados, no podían quedar colgados toda la noche. Estos eran malditos por Dios. Es el mayor grado de deshonra y oprobio que se le puede hacer a alguien. Debían ser también bajados para que no contaminaran la tierra; pues según la ley de Moisés, el contacto con un cadáver era contaminante, por tanto no deben dejarse colgados en el campo, pues contaminaría la tierra. No debían contaminar la tierra (Nm 35:34). Los judíos, con la muerte de Cristo, tuvieron especial cuidado de guardar esta ley (Jn 19:31-34).
EL HOMBRE MALDITO. Dios le había prohibido al hombre comer del árbol del conocimiento del bien y del mal, pues moriría (Gn 2:16-17). Pero no hicieron caso, y engañados por la serpiente, comieron (Gn 3:6). Sus ojos fueron abiertos, y entró la vergüenza al ser humano (Gn 3:7). La serpiente quedó maldita (Gn 3:14). La tierra quedó maldita (Gn 3:17). El hombre quedó maldito desde allí, destituido de la vida eterna (Gn 3:24). La maldición entró al mundo desde entonces (Ro 5:12).
2. CRISTO, MALDITO EN EL MADERO.
“El apóstol aplica esto a Cristo (Gál 3:13), al mostrar que al haber sido colgado en el madero era indicación y prueba que había sido hecho pecado y maldición por su pueblo, que llevaba la maldición de la ley por sus pecados” (John Gill).
Cristo vino a ser hecho maldito. Estaba anunciado que sería maldito por Dios, que el Padre apartaría su rostro de Él (Sal 22:1-2). Estaba escrito que Dios mismo lo iba a castigar, que lo iba a maldecir (Is 53:10). Estaba profetizado que sería maldito por los hombres, sería entregado a los impíos (Sal 22:16-18). Estaba predicho que sería tratado como el peor criminal, como un maldito (Is 53:7-9). Fue destinado desde la eternidad a venir a ser maldito (1 P 1:20). Cuando vino, Él sabía que esto iba a ser así, que tomaría la copa de la ira de Dios, la maldición de Dios (Mt 20:22). Sabía lo amarga que sería la maldición Divina (Mt 26:39).
El Padre no tuvo ninguna misericordia con Él, lo desamparó como a los malhechores maldecidos (Mt 27:46). Cristo murió como un maldito de Dios, y también como un maldito de los hombres (Lc 23:46). Su obra, el hacerse maldito, la completó plenamente (Jn 19:30). Derramó toda su sangre (Jn 19:34). El anuncio de su maldición se cumplió, los que lo maldijeron lo vieron, ellos fueron testigos (Jn 19:36-37). Hubo tinieblas el día de su muerte, el día de su maldición (Lc 23:44). La tierra tembló al ver la maldición del Hijo de Dios (Mt 27:51-54). Fue hecho pecado por nosotros, fue hecho maldición (2 Co 5:21). Llevó nuestros pecados, llevó la maldición en su cuerpo en el madero (1 P 2:24). Nuestra maldición, nuestros pecados, fueron clavados en la cruz (Col 2:14). Llevó toda nuestra maldición (Is 53:4-6). Siendo el Hijo de Dios, Dios mismo, se hizo maldito voluntariamente (Fil 2:6-8). Cristo fue hecho maldito (Gál 3:13).
Charles Spurgeon dijo: «Las consecuencias penales del pecado recayeron de tal manera sobre el gran Sustituto que reivindicó la ley de Dios de la manera más alta concebible. Recuerde esas palabras: “Quien él mismo llevó nuestros pecados en su cuerpo sobre el madero”. Estos son el eco de esa frase profética: “Jehová cargó en él el pecado de todos nosotros”. “Él llevó el pecado de muchos”. “He aquí el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo”».
Cristo se hizo maldito, murió por los que también eran malditos de Dios, como nosotros.
3. LA BENDICIÓN DE SU MALDICIÓN.
“Este pasaje se aplica a la muerte de Cristo, no sólo porque llevó nuestros pecados y estuvo expuesto a la vergüenza, como los malhechores que fueron maldecidos por Dios, sino porque antes de anochecer fue bajado del madero maldito y enterrado. Era señal que ahora era eliminada la culpa, la ley estaba satisfecha, como con el malhechor (colgado y bajado); no se exigía más. Entonces dejó de ser maldición él, y los suyos” (M. Henry).
“y al ser bajado del madero y enterrado, era quitada la maldición de Él y de su pueblo; y así redimirlos de la maldición de la ley” (John Gill).
BENDITOS POR SU MALDICIÓN. Cristo nos redimió de la maldición, se hizo maldición por nosotros, al ser colgado en un madero, nos dio su bendición (Gál 3:13-14). Adán trajo juicio, condenación y maldición, Cristo trajo gracia, justificación y bendición (Ro 5:15-16). Adán trajo la muerte, Cristo trajo la vida (Ro 5:17-18). Nos dio toda su bendición (1 Co 1:30-31). Nos otorgó su justicia (2 Co 5:21). Nos hizo perfectos para siempre (He 10:14). Nos dio vida y perdón (Col 2:13-14). Su muerte, nos dio vida, su maldición, nos dio la bendición, todo por su gran amor (Ro 5:8-10). Fuimos rescatados por la sangre del Cordero perfecto (1 P 1:18-19). Nuestra maldición un día será borrada plenamente y para siempre (Ap 21:4). Por su maldición, la maldición será quitada para siempre (Ap 22:3-4).
Solo si usted cree a esta doctrina, se le quitará la maldición, si no, está condenado, es maldito. Arrepiéntase de sus pecados y crea en el que fue maldito por Dios (Jn 3:18).
SU MALDICIÓN, SU GLORIA. Adán desobedeció, reinó la muerte; Cristo obedeció perfectamente, reina la vida (Ro 5:19-21). En el madero triunfó sobre las huestes de maldad (Col 2:15). Por haberse hecho maldición, Dios le concedió gloria en la tierra (Is 53:10b-12). Reina, y ha tenido influencia sobre reinos, reyes, Estados, leyes, constituciones, es la semilla de mostaza, donde aves anidan bajo su sombra (Mt 13:32). Recibe gloria en el cielo de sus santos (Ap 5:9-10). Ha recibido y recibe gloria de toda tribu, lengua, nación, judíos, griegos, esclavos, libres, hombres, mujeres, ricos, pobres, adultos, niños. Recibe gloria en el cielo de sus ángeles (Ap 5:11-12). Dios lo exaltó a lo más alto (Fil 2:9-11). No estemos tristes, el Cordero inmolado y maldito en el madero, ha vencido (Ap 5:5-6). Cristo se hizo maldito, fue colgado en el madero, pero resucitó y venció la muerte, toda honra le pertenecen en el cielo y en la tierra, no lo dude (Mt 28:17-18).
¿Y usted que hará con el que fue colgado en el madero? ¿Qué hará con el que fue hecho maldición? ¿Qué hará con el que hoy recibe toda la gloria en el cielo y en la tierra?
Si predica y cree a otro evangelio, es maldito (Gál 1:8-9). Los que no amen al que fue maldito, serán malditos (1 Co 16:22). Si desprecia a los benditos del que fue maldito, será maldito para siempre (Mt 25:41). Si usted no se ha arrepentido de sus pecados, si no ha creído en el que fue hecho maldición, usted hoy ya es maldito. La maldición de Dios está sobre usted (Jn 3:36). Si antes de morir, no obedece al evangelio, a Cristo, al que fue hecho maldición por Dios, recibirá la maldición de Dios, será maldito por siempre (1 Ts 1:8-9).
Iglesia, recordemos al que fue maldito por Dios y colgado en el madero. “Si alguno hubiere cometido algún crimen digno de muerte, y lo hiciereis morir, y lo colgareis en un madero, no dejaréis que su cuerpo pase la noche sobre el madero; sin falta lo enterrarás el mismo día, porque maldito por Dios es el colgado; y no contaminarás tu tierra que Jehová tu Dios te da por heredad”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 05 de Mayo de 2024: ¡MALDITO POR DIOS ES EL COLGADO EN UN MADERO!
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