«Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas» (Juan 21:17).
Tres veces había negado Pedro al Señor, tres veces el Señor le pregunta: “¿me amas?”. Para que por estos tres testimonios de su boca despejara toda duda de la sinceridad de su amor. “Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas?”. Le recordaba haberlo negado tres veces. Su amor, aunque sincero, con buenas razones, daba lugar a dudas. Sin embargo, Pedro estaba seguro de su amor a Cristo, pero ha aprendido una lección: No se atreve a recurrir a sí mismo, pues su testimonio es dudoso en estos momentos, tampoco recurre a terceros, pues pueden errar. Recurre a Cristo, a su omnisciencia, al Señor que todo lo sabe. Dice: “Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo”.
1. CRISTO CON PEDRO.
Era la tercera vez que el Señor se aparecía a sus discípulos, después de resucitar. Antes, tres veces Pedro había negado al Señor, tres veces el Señor le pregunta a Pedro si lo ama.
POR TERCERA VEZ SE APARECE A LOS DISCÍPULOS DESPUÉS DE RESUCITAR: Pedro estaba entre estos discípulos (V10-14). La resurrección es una doctrina fundamental para el cristianismo, no creerla, es estar fuera de la fe verdadera. Negarla, es negar que Cristo es Dios, con poder sobre la muerte (Jn 10:18). Negarla, es negar que vino en carne (1 Jn 4:3). Es la base de nuestra esperanza (1 Co 15:14, 17). Era la tercera vez que lo veían después de resucitar, incluido Pedro, quién antes lo había negado 3 veces.
TRES VECES PEDRO NIEGA AL SEÑOR: le falló a su Señor, sin embargo, llora amargamente (Lc 22:54-62). Había dicho que nunca le fallaría (Mt 26:33; Lc 22:33; Jn 13:37), sin embargo lo negó tres veces, fueron palabras impulsivas (aunque sinceras, amaba a Cristo realmente). Pero temió a los hombres, calló, se escondió, fue incrédulo, le falló a Cristo; pero lloró amargamente su negación. Su arrepentimiento fue genuino, verdadero, provenía un corazón contrito y humillado (Sal 51:17). Pedro, se sentía muy triste de haberle fallado a su Señor, a quien amaba. Su tristeza venía de Dios (2 Co 7:10).
TRES VECES LE PREGUNTA SI LO AMA: Después de la tercera aparición a sus discípulos resucitado de los muertos (V15-19). Se entristeció que Cristo le preguntara tres veces si lo amaba. Le recordaba su triple negación. El Señor se dirigió a Pedro por su nombre original, “Simón”, como si hubiera dejado el de Pedro cuando lo negó. Lo llama “hijo de Jonás” para recordarle su extracción, indigna del honor al que fue ascendido. Pedro responde cautamente, sin compararse ni preferirse sobre sus hermanos, no dice amarlo más que ellos, pero si dice que lo ama.
2. ¿ME AMAS?
Cristo cuestiona el amor de Pedro. Tres veces lo había negado, tres veces le pregunta si lo ama. Debemos examinar la sinceridad de nuestro amor a diario, mirando nuestros pecados, caídas, y arrepentimiento.
DEBEMOS SER CUESTIONADOS. “No debemos sorprendernos con que nuestra sinceridad sea cuestionada cuando nosotros mismos hemos hecho lo que la vuelve dudosa” (M. Henry). Pablo dice a los romanos que los que viven en la carne, el Espíritu no mora en ellos (Ro 8:9). También les dice que el Espíritu debe dar testimonio a sus espíritus si son hijos de Dios (Ro 8:16). Juan dice que sabemos que conocemos al Señor, si guardamos sus mandamientos (1 Jn 2:3). El fruto muestra nuestra fe (Mt 7:20). Debemos estar examinándonos a diario con este tipo de cosas. Y la mejor prueba de que somos hijos de Dios, es si lo amamos. El gran mandamiento es amar a Dios (Mt 22:36-37). Los que aman a Dios, obedecen sus mandamientos, esto prueba nuestro amor a Dios (Jn 14:15, 21, 23; 1 Jn 5:3). En los que lo obedecen el amor de Dios se ha perfeccionado (1 Jn 2:5). Los que no obedecen, es porque no aman al Señor (Jn 14:24). Podemos incluso obedecer externamente muchas cosas, pero si no amamos de corazón al Señor, nada somos (1 Co 13:1-3). 1 Co 13:4-7 describe algunas características del amor. Es sufrido, benigno, no tiene envidia, no es jactancioso, no se envanece, no hace nada indebido, no busca lo suyo, no se irrita, no guarda rencor, no se goza de la injusticia, se goza de la verdad. Todo lo sufre, todo lo cree, todo lo espera, todo lo soporta. Él no comparte nuestro amor con nadie (Mt 6:24). Nuestro amor a Él debe estar por encima de nuestros seres queridos (Mt 10:37). El que ama al Señor, nunca lo dejará por nada (1 Jn 4:16). El amor nos da confianza para el Juicio (1 Jn 4:17). El amor echa fuera el temor (1 Jn 4:18). El que no ama al Señor es maldito (1 Co 16:22).
“APACIENTA MIS OVEJAS”: Si amamos a Cristo debemos cuidar su rebaño. “Nadie que no ame al buen Pastor más que a toda ventaja u objeto terrenal, puede ser apto para apacentar las ovejas y corderos de Cristo” (M. Henry). El falso pastor entra por otra puerta, es ladrón y salteador, no es salvo (Jn 10:1). Muchos “pastores” apostatan, abandonan su obra, se tuercen, vuelven al mundo, son cobardes, no pelean la batalla, no enfrentan el peligro, no van a la guerra, porque no aman a Cristo. No ama al rebaño de Cristo, huyen ante el peligro (Jn 10:12-13). Muchos “pastores” (y “creyentes”) descarrían al rebaño, lo envenenan, no le dan el Maná celestial, el Pan de Vida, no apacienta la grey, no se entregan por ellos, no la aman, porque no aman a Cristo. Serán sorprendidos (Mt 25:44-45). Si amo a Cristo estoy capacitado para la obra que me ha encomendado. A Pedro le dijo “apacienta mis ovejas”, a nosotros también, nos manda a predicar, hacer discípulos, servir en su grey; a dar nuestra vida por ella (1 Jn 3:16). Todos tenemos un llamado, debemos usar los dones que tenemos para la gloria de Dios, para su grey. Si lo amamos debemos amar a las otras ovejas, porque son de Cristo, se parecen a Él. Amamos al que tiene la imagen de Dios estampada (1 Jn 5:1). No podemos decir amar a Dios, si odiamos su grey (1 Jn 4:20-21). El que no ama al rebaño de Cristo, no es de Dios (1 Jn 3:10). Es un mandato eterno de Dios (1 Jn 3:11-14).
3. ¡TÚ LO SABES TODO!
Pedro apela al Señor, que todo lo sabe, el que escudriña los corazones, para dar muestra de la sinceridad de su amor. El Señor sabe si realmente lo amamos, nada sirve aparentar ante los hombres.
LA OMNISCIENCIA DE CRISTO. Cristo ya sabía que Pedro lo iba a negar tres veces (Jn 13:38; Lc 22:37-34). El Señor miró a Pedro con su ojo omnisciente cuando lo negó (Lc 22:61). Cristo sabía todas las cosas (Jn 16:30). Conocía los pensamientos de los hombres (Lc 6:7-8). Conocía al hipócrita (Jn 2:23-25). Sus ojos son como llama de fuego (Ap 1:14). Él conoce nuestras obras (Ap 2:2-3). También sabe si hemos dejado de amarlo (Ap 2:4). Dios formó el ojo, nos ve (Sal 94:9-10). Él conoce todo de nosotros (Sal 139:1-4). Nos conoce desde el vientre (Sal 139:13). Conoce nuestras obras, oraciones, pensamientos, sentimientos, afectos, odios, resentimientos, envidias, celos, motivaciones, lo que hacemos/miramos cuando nadie nos ve. No lo podemos engañar, es inútil. El conoce los pensamientos de todos (Sal 94:11). En el Dia del juicio juzgará los secretos del hombres (Ro 2:15-16). Nadie podrá engañarlo (Mt 22:11-12). ¿Podemos decirle sinceramente: “Señor, tú sabes que te amo”?
SU AMOR ES LA FUENTE DE NUESTRO AMOR: Si lo amamos realmente, nunca olvidemos que Él nos amó primero (1 Jn 4:19). Dios por amor, envío a su Hijo por nosotros (Jn 3:16). Cristo por amor, murió por nosotros los pecadores (Ro 5:8). El amor de Cristo nos debe impulsar a obedecerlo, a negarnos y vivar para Él (2 Co 5:14-15). Su amor y el nuestro nunca terminarán, son eternos. El amor verdadero nunca deja de ser (1 Co 13:8). El mayor don de todos es el amor (1 Co 13:13). ¿Realmente lo amamos? ¿Podemos decirle: “Señor, tú sabes que te amo”?
Hermanos, es justo muchas veces que se dude de nuestro amor a Cristo. Si hemos pecado, si lo hemos desobedecido, debemos estar tristes como Pedro. “Le dijo la tercera vez: Simón, hijo de Jonás, ¿me amas? Pedro se entristeció de que le dijese la tercera vez: ¿Me amas? y le respondió: Señor, tú lo sabes todo; tú sabes que te amo. Jesús le dijo: Apacienta mis ovejas”. ¿Podemos decir lo mismo que Pedro?
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (28 de Mayo de 2023): «¿ME AMAS?».
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