«No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este» (Jeremías 7:4).
“No confíes en las palabras de los profetas mentirosos… (ellos) les habían enseñado a poner su confianza en el Templo (asistencia ciertos momentos, ejercicios religiosos, servicio, adoración, ofrenda de sacrificios). No debían confiar en actos externos de devoción, o ritos, tomándolos por justicia. Algunas versiones agregan: "porque de ninguna manera os aprovechan", en la justificación y aceptación de Dios. Menciona 3 veces “Templo de Jehová”. Refiriéndose, ya sea a las puertas por las que entraron (V2), o al Templo que estaban señalando los falsos profetas (“es éste”). Son palabras mentirosas en las que no debían confiar (Templo, servicios del Templo), cuando cometieron toda clase de pecados y maldades, que pensaban expiar viniendo al Templo, y adorar. Los judíos iban 3 veces al año al Templo (Pascua, Pentecostés, Tabernáculos). El Targum dice: “delante del templo del Señor adoráis; delante del templo del Señor hacéis sacrificios; ante el templo del Señor os postráis; 3 veces al año os presentáis ante él”. Algunos dicen que se refiere a las 3 partes del templo (pórtico, lugar santo, lugar santísimo); otros, consideran que estas palabras se triplican para mayor confirmación de ellas; y pueden denotar la vehemencia y el ardor del afecto por el templo” (John Gill).
1. EL TEMPLO.
LA VANA CONFIANZA EN EL TEMPLO (V1-15). “No aprovecharán las observancias, profesiones o supuestas revelaciones, si los hombres no enmiendan sus caminos. Nadie puede pretender interés en la salvación gratuita si se permite practicar un pecado conocido o vivir descuidando el deber conocido. Ellos pensaban que el Templo que profanaron sería su protección. Los que siguen en pecado porque la gracia ha abundado, o para que abunde la gracia, hacen de Cristo ministro de pecado” (Matthew Henry).
EL TEMPLO DE SALOMÓN. Dios había encomendado a Salomón edificar el Templo, no a David (1 Cr 28:3, 6). Salomón así lo hizo… la Gloria de Dios llenó la casa (2 Cr 5:13b-14). Allí moraría el Señor (2 Cr 6:1). Sin embargo, sabían que nada, tampoco ese Templo, podía contener al Señor (2 Cr 6:18). No obstante, ellos invocarían su nombre en esa casa, humillados ante Él, y Dios escucharía desde el cielo (2 Cr 6:19-21). Pero Israel se volvió a la idolatría, allí en Jerusalén, donde estaba el glorioso Templo; eso despertó la Ira de Dios (V18-20). El Señor los reprendió pero no escucharon su voz (V24). Profanaron el Templo, Dios los abandona, vienen juicios sobre ellos (V29b-30). Ellos confiaron vanamente en el Templo, no obedecieron la voz del Señor, pecaron, y pensaron que no vendría la reprensión de Dios. Dios destruyó la confianza vana de Israel, destruyó ese Templo en manos de Nabucodonosor, rey de Babilonia (2 Cr 36:19).
2. ¿EN QUÉ TE FÍAS?
“Los atrios, el lugar santo y el lugar santísimo, conformaban el Templo del Señor... Aquí reside, aquí es adorado, aquí nos reunimos 3 veces al año a rendirle homenaje como nuestro Rey. Pensaron que esto era seguridad suficiente para evitar que Dios y sus favores los abandonaran, y evitar que sus juicios llegaran a ellos. Cuando los profetas les dijeron lo pecadores que eran y lo miserables que serían, aun así apelaron al Templo: "¿Cómo podría ser así, si tenemos ese lugar santo y feliz entre nosotros?". Si escuchaban un sermón de despertar, si les traían alguna advertencia, se adormecían nuevamente con esto: "No podemos estar mal, pues tenemos el templo del Señor entre nosotros"… Busca convencerlos (Jeremías) de lo frívolo que era este argumento y del poco beneficio que les traería; les muestra lo absurdo que es en sí mismo. Si sabían algo del Templo del Señor o del Señor del Templo, debían pensar que argumentar eso, como excusa de su pecado o para detener el juicio de Dios, era lo más ridículo e irrazonable” (Matthew Henry).
1. LOS JUDÍOS EN TIEMPOS DE CRISTO CONFIABAN EN EL TEMPLO: lo exaltaban grandemente (Lc 21:5-6; Mc 13:1-2). Habían vuelto a edificar el Templo, en tiempos de Esdras (Esd 6:15-17). Por eso lo tenían en alta estima (Lc 21:5-6; Mc 13:1-2). Destruyó el Templo en el año 70 d.C. en manos de los romanos, acabó el antiguo pacto y en lo que confiaban. Volvió a quedar desierto por negar al Mesías (Mt 23:38-39).
2. ISRAEL CONFIABA EN ESTAR EN EL MONTE SION: donde estaba el Templo de Salomón (Sof 3:11).
3. LOS ISRAELITAS CONFIABAN EN EL ARCA: representaba la presencia de Dios, a la iglesia (1 S 4:5-10).
4. LOS ISRAELITAS CONFIABAN (EN VANO) EN JEHOVÁ (Miq 3:11-12).
5. LOS FARISEOS Y SADUCEOS CONFIABAN EN SER DESCENDIENTES DE ABRAHAM (Mt 3:7-10).
6. LOS FARISEOS CONFIABAN EN SÍ MISMOS (Lc 18:9-12).
7. MUCHOS JUDÍOS CRISTIANOS SEGUÍAN TENTADOS A CONFIAR EN LA CIRCUNCISIÓN (Gál 5:1-3).
8. MUCHOS SACADOS DEL JUDAÍSMO VOLVIERON A CONFIAR EN RITOS, CEREMONIAS Y FIESTAS JUDÍAS (Gál 4:9-11).
9. EL JUDAÍSMO CONFIABA EN LAS OBRAS DE LA LEY (Gál 3:11).
10. ROMA PAPAL CONFIA EN SU PODER (Ap 18:7-8).
No nos fiemos de estas cosas (2 Co 6:16). Somos Templo de Dios (1 Co 3:16-17). Debemos ser parte de la iglesia verdadera, su Templo visible en la tierra (1 P 2:5). Podemos adorarlo en cualquier lugar, no necesitamos un templo suntuoso, ni ir a Jerusalén (Jn 4:21-23). Confiemos en el verdadero Templo, en Cristo (Ap 21:3).
3. ¡NO FIÉIS EN PALABRAS DE MENTIRA!
“Los acusa de este autoengaño que surge de la vanidad (V8): Confiáis en palabras mentirosas, a pesar de lo que se os dice; confiáis en palabras que no pueden aprovechar; confiáis en una súplica que no te servirá de nada. Los que desprecian las palabras de verdad (ayudarían), se refugian en palabras de falsedad (no-ayudarán)” (Matthew Henry).
1. NO FIÉIS EN LOS QUE LLEVAN A ADORAR A DIOSES AJENOS (Dt 13:1-3): La iglesia católica romana, busca que la gente confíe en María, los santos, los ángeles, el Islam en Alá y Mahoma. ¡No demos oído a estos falsos profetas!
2. NO FIÉIS EN LOS QUE DAN FALSAS PROFECÍAS (Dt 18:20-22): Llevan a alimentar las esperanzas en fechas apocalípticas, cumplimientos de eventos, todo de su propio corazón, cosas que no se cumple. ¡No tengamos temor de ellos!
3. NO FIÉIS EN LOS QUE CONDENAN AL JUSTO Y FORTALECEN AL IMPÍO (Ez 13:20-23): Son severos con el cristiano fiel, radical, santo. Justifican al tibio, mundano, impío; y no los apartan del camino malo; cuelan el mosquito y se tragan el camello. ¡Dios librará a su pueblo de estos!
4. NO FIÉIS EN LOS QUE DAN UNA FALSA PAZ (Jer 3:16-17; 6:14). Al tibio, mundano, y falso creyente en general, le hacen creer que están bien con el Señor, les dan una falsa seguridad de salvación ¡Les dan vanas esperanzas!
5. NO FIÉIS EN LOS QUE CONTRADICEN LOS JUICIOS QUE DIOS MANDA, COMO HANANÍAS CON EL YUGO QUE TRAERÍA BABILONIA (Jer 28:10-15): La iglesia hoy es esclava de la Gran Babilonia, es sal desvanecida, ha sido hollada, y así seguiremos a menos que nos arrepintamos. ¡Hacen confiar en mentiras!
6. NO FIÉIS EN LOS QUE EN NOMBRE DE DIOS CONTRADICEN A LOS PROFETAS, COMO SEMAÍAS DE NEHELAM CON JEREMÍAS (Jer 29:24-31): Quería desviar al pueblo del propósito de Dios, los ilusionaba con falsas esperanzas. Así hay muchos que dan falsas profecías, nuevas revelaciones, y tuercen las Escrituras.
7. NO FIÉIS EN LOS QUE SE ENFOCAN EN LA PROSPERIDAD MATERIAL (2 P 2:2-3). La teología de la prosperidad, con sus pactos, siembras para recibir bendiciones materiales, busca que la gente busque su seguridad en las riquezas. ¡Por ellos el evangelio es blasfemado!
8. NO FIÉIS EN LOS QUE ENSEÑAN COMO DOCTRINAS MANDAMIENTOS DE HOMBRES (Mt 15:1-9): Hoy muchos como los fariseos de entonces, enseñan como señal de sana doctrina y conversión, la membresía, tener una confesión, el orden del culto, hablar en lenguas, fiestas, y sacramentos. ¡Hipócritas, en vano honran y en vano hacen que otros honren a Dios!
9. NO FIÉIS EN LOS QUE IMPONEN DUROS TRATOS CON EL CUERPO COMO NORMA DE SANTIDAD (Col 2:20-23): Así hoy los monjes católicos o budistas, con sus largos ayunos, abstinencia de ciertos alimentos, pagar votos, penitencias, celibato. ¡Seguirán esclavos del pecado!
10. NO FIÉIS EN LOS QUE PROMETEN LIBERTAD, Y VIVEN IMPÍAMENTE (2 P 2:18-19): Los hacen devolver al mundo, desvían a los incautos, inducen al pecado, al mundo. ¡Son esclavos de corrupción!
11. NO FIÉIS EN LOS QUE USAN LA GRACIA COMO EXCUSA PARA PECAR (Jud 1:4): Reposan en una gracia retorcida distorsión la gracia de Dios, son antinomianismo. ¡Impíos, destinados a la condenación!
12. NO FIÉIS EN LOS QUE INCITAN A LA FORNICACIÓN ESPIRITUAL E EDOLATRÍA (Ap 2:14; 20): Promueven el ecumenismo, el sincretismo, la amistad con el mundo. ¡No toleremos la doctrina de Jezabel!
13. NO FIÉIS EN LOS QUE INCITAN A ADORAR A LA BESTIA (Ap 13:11-14): A confiar en las seducciones de la ramera, por su grandeza, fortaleza, poderío, respeto, estructura, jerarquía. No la escuchemos ¡Habla como dragón!
No oigamos estas voces extrañas (Jn 10:5). El mundo los oye (1 Jn 4:5). Confiemos en la Palabra de Dios (2 P 1:19). Oigamos a los verdaderos profetas de Dios (Ti 1:9). Oigamos a los que no medran falsificando la palabra de Dios, sino que con sinceridad, como de parte de Dios, y delante de Dios, hablan en Cristo (2 Co 2:17). Escuchemos la voz de Cristo (Jn 10:27). Confiemos en la voz del gran Profeta (Hc 2:22-23).
Hermanos ¡No fiéis en palabras de mentira! “No fiéis en palabras de mentira, diciendo: Templo de Jehová, templo de Jehová, templo de Jehová es este”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 25 de Febrero de 2024: ¡NO FIÉIS EN PALABRAS DE MENTIRA!
Comments