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¡NO OS CONFORMÉIS A ESTE SIGLO!

Actualizado: 19 sept 2023

«No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta» (Romanos 12:2).


“Todos los discípulos y seguidores del Señor deben ser no conformistas con este mundo... No debemos conformarnos con las cosas del mundo; son mutables y su forma está pasando. No os conforméis ni a los deseos de la carne, ni a los deseos de los ojos. No debemos conformarnos con los hombres del mundo, de este mundo que yace en maldad. No debemos andar según la corriente de este (Ef 2:2). No debemos seguir a la multitud para hacer lo malo (Éx 23:2). Si los pecadores nos quieren engañar, no los consintamos (Pr 1:10), testifiquemos contra ellos. Incluso en las cosas indiferentes, que no son pecaminosas en sí mismas, no debemos conformarnos a la costumbre y manera del mundo, actuando según sus dictados como nuestra regla principal, ni aspirar a los favores del mundo como nuestro fin más alto… Sin embargo, debemos prestar atención al extremo de fingida rudeza y mal humor en el que se encuentran algunos. En las cosas civiles, la luz de la naturaleza y algunas costumbres de las naciones están destinadas a guiarnos; y la regla del evangelio en esos casos es una regla de dirección, no de contrariedad” (Matthew Henry).


1. ESTE SIGLO.


Este siglo se refiere a este mundo actual, y el sistema que lo rige (contrario al siglo venidero, que hace referencia al cielo o la vida eterna). Comprende todos sus principios, costumbres, modas, deleites, ideologías, filosofías, ídolos, diversiones, lo que valora, lo que desprecia, todo, contrario a Cristo y su Palabra. Son sus moradores, que corren tras su carne, el placer, el dinero, y la vanagloria de la vida.


La Biblia lo describe como un siglo malo (Gál 1:4). Sus costumbres, cultura, fiestas, celebraciones, carnavales, ídolos, religiones, son vanidades idolátricas (Jer 10:3-5a). Todo lo que promueven en este siglo, los deseos de la carne, los deseos de los ojos, y la vanagloria de la vida, no viene de Dios (1 Jn 2:16). Sus moradores viven en los placeres de la tierra, como los de Sodoma, en soberbia, saciedad de pan, abundancia de ociosidad, sin misericordia (Ez 16:49). Su sabiduría, filosofías, ideologías, es insensata y vana (1 Co 3:19-20). Sus gobernantes no conocen la sabiduría de Dios (1 Co 2:6-8). Tienen sus principios, ideologías, pensamientos, la mayoría contrarios al Señor, por eso lo han sacado de todo.


Este siglo, todo su sistema babilónico, sus principios, están bajo el maligno (1 Jn 5:19). Satanás es su príncipe (Jn 14:30). Satanás engaña al mundo (Ap 12:9). A todo aquel que no sea cristiano genuino, al impío, mundano, idólatra, los reyes, nuestra familia, cualquiera que no abrace a Cristo por la fe, incluyendo el falso maestro y falso creyente. Satanás cegó a los hombres de este siglo para que no reciban el evangelio (2 Co 4:4). Adoran a Satanás y a la Bestia, aunque muchos no lo sepan (Ap 13:4, 8). Acá, todo su sistema político en cabeza del Papado (Estado, gobierno, reyes, presidentes, organismos internacionales). También sus moradores engañados por la segunda Bestia (Ap 13:14). Acá, todo su sistema religioso en cabeza de la iglesia católica romana (Ramera, sus hijas, falsas religiones. Gran Babilonia).


Por eso ellos hablan conforme a este siglo (1 Jn 4:5). Lo que dicen, hablan, sus conversaciones, lo que cantan, aprueban, condenan, lo que adoran; todo es conforme a este siglo malo. Los de este siglo odian al pueblo de Dios, porque pertenecen a reinos diferentes (Jn 15:18-19). Los persiguen, insultan, desprecian, rechazan, se burlan, no los escuchan. Nos odian porque no somos de este siglo (Jn 17:14, 16). Los de este siglo aborrecen finalmente a Cristo (Jn 7:7).


Hermanos, pero así vivíamos como ellos, siguiendo la misma corriente (Ef 2:2-3).


2. ¡NO OS CONFORMÉIS A ESTE SIGLO!


“Los hombres de este siglo son carnales, no regenerados, mienten, viven en maldad. No debemos conformarnos a ellos. No en sentido civil (Vestir, costumbres civiles, no opuestas a la religión). Es no conformidad en sentido moral (malos principios, caminar vano, desenfreno). Esto es contrario al principio y doctrina de la gracia, que enseña a los hombres a negar la impiedad y deseos mundanos. Y también el conformarse con los hombres del mundo en sentido religioso, uniéndose a ellos en idolatría, superstición y adoración, y todo lo que sea contrario al orden, ordenanzas y verdades del Evangelio” (John Gill).


No es salirse de este mundo (1 Co 5:9-10). No es hacer como los ascetas, ermitaños, los monjes budistas, los monaquistas, las monjas católicas, o los Amish. Ellos parecen no conformarse al mundo, pero solo tratan duro sus cuerpos, sin poder alguno contra los apetitos de la carne (Col 2:23). Debemos vivir todavía acá (Jn 17:15). Pero no debemos seguir a la mayoría de este siglo para hacer lo malo (Éx 23:1-12). No debemos hacer las cosas porque todo el mundo las hace, porque así funciona, o porque están normalizadas, si estas, son contrarias a la Palabra de Dios. No debemos aprender las abominaciones idolátricas de este siglo (Dt 18:9-12). Estamos acá, pero no debemos congraciarnos con la Idolatría, sus falsos dioses, las falsas religiones. No debemos aprender los caminos y costumbres de este siglo (Jer 10:2-5). No debemos participar de sus fiestas paganas, carnavales, días santos, ídolos, religiones, debemos más bien denunciarlas (Ef 5:11). No debemos dejarnos inducir por los de este siglo a hacer lo malo, no codiciemos como ellos (Pr 1:10-19). No debemos unirnos en yugo desigual con ellos (2 Co 6:14-17). No debemos unirnos en ecumenismo, sincretismo, con una pareja impía, en un negocio o sociedad, etc. No busquemos más agradarlos a ellos (1 P 4:3).


No cambiemos las cosas del Señor por quedar bien con ellos. La amistad con el mundo es enemistad con Dios (St 4:4). No andemos como ellos (Ef 4:17-19). No corramos por lo que ellos corren, perece (Jn 6:27). Cuidado con lo que hablamos y con quienes andamos (1 Co 15:33). No debemos amar este siglo (1 Jn 2:15-17). Debemos guardarnos sin mancha en este siglo (St 1:27). No pongamos nuestra mirada en este siglo (Col 3:2-3).


3. ¡TRANSFORMAOS!


“La mente debe ser renovada. Procurad que se produzca en vosotros un cambio salvador... La conversión y santificación son la renovación de la mente. Hay un cambio, nuevas disposiciones, inclinaciones, simpatías y antipatías. El entendimiento iluminado, la conciencia suavizada, los pensamientos rectificados, la voluntad inclinada a la voluntad de Dios, y los afectos espirituales y celestiales. El progreso de la santificación, morir cada vez más al pecado y vivir cada vez más para la justicia, es la continuación de esta obra renovadora, hasta ser perfeccionada en gloria… Es un deber de nosotros, aunque la obra es de Dios” (Matthew Henry).


“TRANSFORMAOS POR MEDIO DE LA RENOVACIÓN DE VUESTRO ENTENDIMIENTO”. Cristo nos libra de este presente siglo malo (Gál 1:4). Si usted no es de Cristo, no podrá hacerlo, si no ha nacido de nuevo, seguirá conformándose a este siglo. Necesita la mente de Cristo, un nuevo corazón, un nuevo Espíritu. Cristo nos hace libres. Debe nacer de nuevo, debe arrepentirse, ir a Él, para ser libre de este siglo. El nacido de Dios vence al mundo (1 Jn 5:4-5). Mayor es que está en nosotros que el que está en el mundo (1 Jn 4:4). Despojémonos del viejo hombre (Ef 4:22). Vistámonos del nuevo, renovemos nuestra mente (Ef 4:23-24). Dejemos el pecado, revistámonos a la imagen del que nos creó (Col 3:8-10). Debemos seguir siendo transformados de gloria en gloria (2 Co 3:18). Nuestro espíritu debe seguir siendo renovado, pidamos al Señor por eso (Sal 51:10).


“PARA QUE COMPROBÉIS CUÁL SEA LA BUENA VOLUNTAD DE DIOS, AGRADABLE Y PERFECTA”. Su voluntad es nuestra santificación (1 Ts 4:3). Su voluntad es que lo amemos con toda nuestra mente (Mt 22:37-39). Su voluntad es que busquemos la perfección (Mt 5:48). Su voluntad es santa, justa y buena (Ro 7:12). Ante Dios, este tipo de vida es bueno, agradable y perfecto. Al principio uno se quiere amoldar al mundo, a lo que dicen, al pecado, nos justificamos. Ya después, cuando la mente ha sido renovada, corremos con deleite tras sus mandamientos, ley y voluntad. Cuando hacemos su voluntad, veremos que hacerla, es bueno, agradable y perfecto. Confiemos en Él (Sal 34:8). Ya no estamos en tinieblas, comprobemos la buena voluntad de Dios (Ef 5:8-10). Seamos entendidos en hacer su voluntad (Ef 5:17). Oremos unos por otros para comprobar cuál es la voluntad de Dios (Col 4:12). Pidamos al Señor espíritu de sabiduría (Ef 1:17-19). Si alguno quiere hacer su voluntad, conocerá su doctrina (Jn 7:17).


¡No os conforméis a este siglo! No nos apeguemos a las cosas materiales de este mundo (1 Co 7:31). Recibiremos mucho más en el siglo venidero (Lc 18:29-30). Este siglo será destruido, y todas las cosas que están en él, Cristo mismo vendrá y lo juzgará (2 P 3:10-12). ¡No os conforméis a este siglo! Cristo está sobre todo este siglo malo (Ef 1:21).


“No os conforméis a este siglo, sino transformaos por medio de la renovación de vuestro entendimiento, para que comprobéis cuál sea la buena voluntad de Dios, agradable y perfecta”.



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo (3 de Septiembre de 2023): «¡NO OS CONFORMÉIS A ESTE SIGLO!».



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