«No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo» (Oseas 9:1).
Israel estaba feliz, de fiesta, alegre, gozando de su prosperidad terrenal, deleitándose en las mismas cosas que se deleitaban las naciones vecinas. Gozaba con el mundo, perseguía lo mismo que él. Israel era fornicaria y adúltera, no era la mujer del Señor, se prostituyó, fue tras sus amantes, por un pedazo de pan, algo de agua, lana, lino y aceite (Os 2:2-5). Se prostituyó con muchos amantes, que le dieron salario de ramera; grandes juicios de Dios le vinieron, vendría su ruina (Os 2:6-13; 9:1-6).
La iglesia de hoy también está tranquila en la comodidad del mundo, próspera, en deleite, gozando como ellos, en las mismas cosas. Como Israel, le da todo a sus amantes, busca su reconocimiento, su pago, no la recompensa Divina; ama el mundo, no a Dios; esto es abominable al Señor, todo lo que digan hacer en nombre del Señor, es “vianda inmunda”, no es sacrificio grato a Él (OS 9:1-6). Todos los que tengan como su porción el mundo, ese mismo será su pago, salario de ramera, son inmundos, serán condenados para siempre. El reino de las tinieblas los acogerá en su reino, “Egipto los recogerá” (Os 9:6). Son hijas de la ramera, viviendo en deleites, fornicando con sus moradores.
El mundo es enemigo de Cristo, también de la Iglesia (Jn 15:19). Cristo advirtió lo que nos iba a pasar: desprecio, aborrecimiento, persecución, cárcel, muerte, no honores y gloria del mundo. Grande será la ruina de la iglesia visible y falsa de hoy, como el de Su Madre será su castigo si no sale de ella, ha participado de sus pecados, tendrá parte de sus plagas (Ap 18:4-8).
Dios le había dado mucho a Israel, pero le fue infiel. Gozaba como los pueblos paganos, fornicó, se apartó de Dios, se fue tras sus amantes en busca de placer, se apoyó en ellos y recibió su pago. Vez tras vez lo hizo. En tiempos de Isaías dejó la Ley, abrazó la injusticia, el engaño, se prostituyó con pueblos paganos, con las naciones vecinas, sus amantes (Is 1:21-23). Hoy la iglesia fornica con los políticos, engañan a la gente (votos, diezmo), siguen herejías, sus conciencias han sido manipuladas. Su Ley es la del Estado, no la Biblia; sus líderes son los reyes de la tierra, no el Rey de reyes, Su “dios” es el Estado, no Jehová de los ejércitos; su vino es mezclado con agua, su plata se ha convertido en escoria (Is 1:22).
En tiempos de Jeremías se echó como ramera bajo todo árbol frondoso, fue tras los baales, se cobijó bajo Egipto y Asiria, buscó su refugió allá, no en Dios (Jer 2:18-24). La iglesia de hoy ha sido hollada, consumida por el mundo, se cobijó bajo éste, buscó refugio, estrategias, protección, reconocimiento y amor de allá. Dejaron a Cristo fuera, fueron por ayuda a Egipto; es tibia, light, mundana, ramera que se echa bajo todo árbol frondoso con sus amantes.
En tiempos de Ezequiel Israel confió en su hermosura y renombre, se prostituyó con los ídolos de las naciones (Ez 16:15-34). La iglesia de hoy es hermosa por fuera, busca el reconocimiento humano, social, estatal, eclesial, fama, vanagloria, prosperidad, suntuosidad. Bellas por fuera, pero llenas de inmundicia y podredumbre por dentro.
Las iglesias de apocalipsis también tenían sus amantes. La iglesia de Pérgamo se apoyó en las jerárquicas humanas, llevándola a la idolatría; su amante (Ap 2:14-16). La iglesia de Tiatira se apoyó en falsos profetas que la llevaron a fornicar con Ídolos (Ap 2:20-23). La iglesia de Sardis se apoyó en su prestigio religioso, reconocimiento, respeto y erudición; pero sin santidad, muerta, como sepulcros blanqueados (Ap 3:1-2). La iglesia de Laodicea se apoyó en el mundo y su vanagloria, confiaba en lo material, no en el Señor (Ap 3:17).
La gran ramera se prostituyó con los reyes de la tierra, se embriagó con el mundo (Ap 17:1-5). Roma es la madre de las rameras; de las iglesias que se han prostituido y de los amantes que abrazan. Lidera el Movimiento Ecuménico mundial, la agenda 2030, el Pacto Global que convoca a los reyes y “grandes” de la tierra, engaña al mundo con sus herejías. Abre, cual ramera, sus puertas a todas las falsas religiones, idolatrías, incluso al ateísmo. Se cree la esposa de Cristo, pero es fornicaria, ramera, adultera con sus amantes.
¡No te alegres iglesia! Te crees rica, pero eres tibia, desventurada, miserable, pobre, ciega y desnuda (Ap 3:15-19). Te hace feliz, las mismas cosas que al mundo pagano. Saltas de gozo como ellos. La iglesia está feliz en “cuarentena”, están de vacaciones, no están tristes por no congregarse, están tristes porque perdieron sus trabajos y estabilidad, y los pastores, por ver disminuidas sus arcas. Todos dicen que el mundo no va a ser igual; es cierto; no se alegren, se viene una gran persecución contra la iglesia como nunca antes la hubo (Mt 24:21-22).
¡No te alegres iglesia como el mundo!, no confíes en lo que ellos confían. Ellos piden “Paz y seguridad” del Estado, pero les vendrá destrucción repentina (1 Ts 5:3). ¡No te alegres iglesia!, eres amiga del mundo, tienes alma adultera, eres enemiga de Dios, eso debería hacerte llorar (Stg 4:4). ¡No te alegres iglesia! has fornicado como ramera, no rías como el mundo, pues llorarás, ahora estás saciada con tus amantes, pero lo lamentarás (Lc 6:25-26).
Cuidémonos de las seducciones la ramera, los faltos de entendimiento caerán en sus lazos, serán llevados al Seol (Prv 7:10-27). Cuidémonos de sus falsas doctrinas, sus labios lisonjeros, su engaño. Cuidémonos de sus hijas, de las iglesias que se han prostituido. Sus lazos, son lazos de muerte que llevan al infierno. ¡No te alegres Babilonia la Grande! Te prostituiste con el mundo, con reyes, imperios, y toda idolatría de la tierra, aún con las hijas de los reformadores. ¡No te alegres iglesia!, si has seguido su ejemplo. ¡No te alegres Gran ramera!, grande y eterna será tu ruina. Aunque has vivido en deleites, alegre, sentada como Reina, vendrá tu juicio, nunca más reirás, llanto y lamento te esperan eternamente (Ap 18:7-23). ¡No te alegres iglesia! si nos ha sido fiel al Señor, si has sido como ramera. Debes arrepentirte, de lo contrario, los juicios de tu Madre vendrán sobre ti.
Pidamos perdón si hemos sido infieles al Señor. Él nos perdona y nos lava con Su sangre. Seamos fieles hasta la muerte (Ap 2:10). No seamos como las vírgenes insensatas, seamos como vírgenes puras que fielmente esperan velando a su marido (Mt 25:10). Que seamos contados entre su esposa que se guardó para su marido, que no se fue tras amantes, que no fue como ramera, que se conservó virgen, pura, y sin mancha (Ap 14:4-5).
De lo contrario, ¡No te alegres iglesia!… “No te alegres, oh Israel, hasta saltar de gozo como los pueblos, pues has fornicado apartándote de tu Dios; amaste salario de ramera en todas las eras de trigo”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana
Escucha el sermón del domingo (19 de Abril de 2020): «¡NO TE ALEGRES IGLESIA!»:
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