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¡NO TE OLVIDES CÓMO ERES!

«Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era» (Santiago 1:23-24).

 

“Diariamente nos vemos reflejados en el espejo: antes de salir de casa por la mañana, durante el transcurso del día y varias veces por la noche. Los espejos son parte de nuestra vida. Los repetidos regresos al espejo muestran que nuestras memorias son como zarandas. Santiago utiliza la ilustración del espejo (Parábola). Los espejos del primer siglo no estaban hechos de vidrio sino de un metal que era pulido regularmente. Estos, descansaban horizontalmente sobre mesas, de modo que la persona que quisiese mirar su reflejo tenía que inclinarse y mirar hacia abajo (pobre reflejo)… La persona que se mira al espejo para ver su imagen y rápidamente se le olvida, es como el que escucha la proclamación de la Palabra de Dios y no responde a ella… oye la predicación del evangelio, hace algunos ajustes menores y sigue su camino. El evangelio no alcanza a penetrar su corazón y no llega a cambiar su disposición interna…La Palabra confronta internamente al hombre y exige una respuesta. Mucha gente oye una predicación un domingo, y días más tarde no puede recordar ni una palabra de dicho mensaje… se limita a oír la Palabra, se aleja y no responde a sus demandas” (Hendriksen & Kistemaker).

 

1. LOS ESPEJOS.

 

LOS ESPEJOS, HISTORIA Y EVOLUCIÓN. Los espejos son objetos fascinantes que han capturado la atención de la humanidad desde tiempos antiguos. Su capacidad para reflejar nuestra imagen y permitir vernos ha despertado la curiosidad humana, siendo objeto de estudio e inspiración a lo largo de la historia. El ser humano siempre ha sentido la necesidad de verse a sí mismo, explorar su apariencia y satisfacer su curiosidad sobre cómo se ve. El primer material utilizado para crear espejos fue el bronce pulido. Los antiguos egipcios y mesopotámicos descubrieron que al pulir el bronce hasta obtener una superficie lisa y brillante (bronce bruñido), podían ver su reflejo en él. Estos, eran pequeños y portátiles, y se usaban principalmente para la belleza personal y rituales religiosos. A lo largo de los siglos, diferentes culturas desarrollaron sus propios métodos de fabricación. Los romanos, utilizaron vidrio soplado para crear espejos convexos, que ampliaban la imagen reflejada. Los chinos, hicieron espejos de metal plateado que eran extremadamente reflectantes. A medida que avanzaba la tecnología, los espejos también evolucionaban (más claros, duraderos, asequibles). En el siglo XVII, el químico alemán Justus von Liebig descubrió cómo platear vidrio (proceso: deposición química). Se crearon espejos más grandes y de mejor calidad (decoración: hogar, palacios). En el siglo XIX, se inventaron los espejos de mercurio, más reflectantes que los espejos de plata (mercurio: altamente tóxico, prohibido gradualmente). En su lugar, se desarrollaron espejos de aluminio (predominan en la actualidad). En muchas culturas, los espejos se consideran objetos mágicos o sagrados, capaces de atrapar el alma de una persona o reflejar su verdadera naturaleza. En el arte, han sido usados como símbolo de vanidad, autorreflexión o autodescubrimiento. Artistas los han incorporado en sus obras para explorar la relación entre realidad e ilusión, invitando a cuestionar nuestra propia percepción. Hoy día, los espejos son indispensables en hogares, baños, hoteles, oficinas, centros comerciales, y siguen siendo objeto de encanto y estudio.

 

LOS ESPEJOS EN LA BIBLIA. El espejo fundido se compara a la firmeza del cielo (Job 37:18). Había espejos fijados alrededor de la fuente de bronce y su base, para que cuando los sacerdotes vinieran a lavarse, pudieran ver sus manchas y limpiarse de ellas (Éx 38:8). Cristo en Apocalipsis aparece con sus pies semejantes al bronce bruñido (Ap 1:15). El agua también sirve como espejo; refleja el rostro así como el corazón refleja lo que es el hombre (Pr 27:19). En el juicio contras la hijas de Sion, Dios quitaría su atavío, incluyendo sus espejos (Is 3:18-24). En el Nuevo Testamento dice que acá vemos por espejo las cosas por venir, nuestra vista es oscura, limitada e imperfecta (1 Co 13:12). Miramos como en un espejo la gloria e imagen del Señor en nosotros (2 Co 3:18).

 

LA PALABRA DE DIOS COMO ESPEJO. La Palabra es como un espejo, descubre lo que somos internamente (He 4:12). La Palabra es como un espejo, revela nuestras fallas, y nos amonesta (Sal 19:11). La Palabra es como un espejo, refleja el corazón de piedra (Jer 23:29). La Palabra es como un espejo, nos enseña nuestras manchas e imperfecciones, para limpiarlas y corregirlas (2 Ti 3:16-17).

 

2. ¡SE OLVIDAN CÓMO ERAN!

 

“Tenemos aquí un relato de aquellos que no usan el espejo de la Palabra como deberían. Esta es la descripción de alguien que oye la palabra de Dios y no la pone en práctica. ¿Cuántos hay que, cuando se sientan bajo la Palabra, se sienten afectados por su propia pecaminosidad, miseria y peligro, reconocen el mal del pecado y su necesidad de Cristo; pero cuando terminan de escuchar, todo se olvida, las convicciones se pierden, los buenos afectos se desvanecen y pasan como aguas de una inundación: inmediatamente se olvidan?... en vano escuchamos la Palabra de Dios y miramos en el espejo del Evangelio, si nos alejamos y olvidamos nuestras manchas, en lugar de lavarlas, y olvidamos nuestro remedio, en lugar de aplicarlo” (Matthew Henry).

 

SE OLVIDAN CÓMO ERAN. Son solo oidores de la Palabra, se engañan a sí mismos (V22).

 

1. SE OLVIDAN DE LA PALABRA QUE ESCUCHAN. Los judíos en tiempos de Ezequiel iban a oír la Palabra de Jehová por medio de Ezequiel, pero no las ponían por obra (Ez 33:30-33). Están en pecado (St 4:17).

2. SE OLVIDAN DE DÓNDE LOS SACÓ EL SEÑOR Y DE SUS MANDAMIENTOS. Los israelitas en el desierto pronto olvidaron los mandamientos que Dios les había dado, después de liberarlos de Egipto, y se fueron a adorar el becerro de oro (Éx 32:7-8).

3. SE OLVIDAN DE LAS ADVERTENCIAS CONTRA LA IDOLATRÍA. Los judíos en Egipto oyeron las palabras de Jeremías en nombre de Jehová, pero no la atendieron, se fueron tras la idolatría (Jer 44:16-19).

4. SE OLVIDAN EN LA PERSECUCIÓN DE LA PALABRA. Oyen la Palabra con entusiasmo, pero cuando viene la persecución, se apartan (Mt 13:20-21).

5. SE OLVIDAN DE LA PALABRA POR CAUSA DE LAS RIQUEZAS Y EL MUNDO. Oyen la Palabra, pero el amor al mundo y las riquezas, lo ahogan (Mt 13:19-23).

6. SE OLVIDAN LO QUE ENSEÑAN A OTROS. Los fariseos conocían muy bien la Ley, pero decían y no hacían (Mt 23:2-3). Los maestros judíos conocían muy bien la Ley y voluntad de Dios, la enseñaban a otros, pero no a ellos mismos (Ro 2:17-24).

7. SE OLVIDAN DE LAS PROMESAS QUE HACEN A DIOS. Hacen promesas a Dios, y no las cumplen (Ecl 5:4-6).

8. SE OLVIDAN DE REFRENAR SUS LENGUAS. Se dicen cristianos, pero no saben refrenar su lengua (St 1:26).

9. SE OLVIDAN DE AYUDAR AL HERMANO EN NECESIDAD.  Ven en necesidad a un hermano, y pudiendo, no lo ayudan (St 2:15-17). No mora en ellos el amor de Dios (1 Jn 3:17-18).

 

Los que se miran en el espejo de la Palabra y se olvidan cómo eran, tienen una fe que no los salvará (St 2:14). Están envanecidos, su fe es muerta (St 2:20). Están muertos en pecados (St 2:26). Si no obedecemos la Palabra de Dios, es porque no amamos a Cristo (Jn 14:24). Si decimos tener una relación con Dios, pero andamos en tinieblas, mentimos (1 Jn 1:6). Si decimos conocer a Dios, pero no guardamos su Palabra, estamos en la mentira (1 Jn 2:4). Si decimos estar en la luz de Cristo, pero aborrecemos al hermano, estamos ciegos, aun en las tinieblas (1 Jn 2:9, 11). Los que oyen y no hacen, son insensatos, y grande será su ruina (Mt 7:26-27).

 

Algunos ni siquiera se ven en el espejo. Están envanecidos, es como los judíos cuando leen a Moisés, tienen un velo (2 Co 3:14-15). Escuchan la Palabra de Dios, pero no entienden nada, están presos del Diablo (Mt 13:19).

 

3. ¡NO TE OLVIDES CÓMO ERES!

 

“Se describe y declara bienaventurados a los que oyen y usan correctamente el espejo de la Palabra de Dios… El evangelio es una ley de libertad (de liberación. R. Baxter)… de la ley judía, el pecado, la culpa, la ira y la muerte. La ley ceremonial era un yugo de esclavitud, el evangelio de Cristo es una ley de libertad. Sólo examinamos la ley de la libertad como deberíamos cuando continuamos en ella, “cuando nos detenemos en el estudio de ella, hasta que se convierte en una vida espiritual, injertado y digerido en nosotros" (R. Baxter). Cuando no la olvidamos, sino que la practicamos (vida, iglesia, trabajo, negocio), la ponemos siempre ante nuestros ojos, la convertimos en la regla de nuestra conversación y comportamiento, y modelamos nuestro temperamento. Los que así obran y perseveran en ella, son y “serán bienaventurados en lo que hacen”  (Matthew Henry).

 

Seamos hacedores de la Palabra que oímos, no seamos oidores olvidadizos; así seremos bienaventurados (V25). ¡No te olvides cómo eres! Medite en la Palabra que oye hoy, prosperará (Sal 1:2-3). Oiga la Palabra y hágala, no caerá (Mt 7:24-25). Oiga la Palabra, y lleve fruto (Mt 13:23). Los hacedores de la Palabra serán justificados (Ro 2:13). Como Abraham, que obedeció el mandato de Dios (St 2:21-23). O como Rahab, que ayudó a los mensajeros de Dios (St 2:25). Los que no se olvidan cómo son, que guardan los mandamientos, es porque realmente aman a Cristo (Jn 14:21). Conocen a Dios (1 Jn 2:3). Los que no se olvidan cómo son, que guardan la Palabra, aman al Señor (Jn 14:23). El amor de Dios se ha perfeccionado en ellos (1 Jn 2:5). Los que no se olvidan cómo son, que andan en luz, es porque tienen el perdón en la sangre de Cristo (1 Jn 1:7). Los que no se olvidan cómo son, aman al pueblo de Dios, no tropezarán (1 Jn 2:10). Los de la familia de Cristo, no se olvidan cómo son, no son meros oidores, oyen la Palabra y la hacen (Lc 8:21).

 

Iglesia ¡No te olvides cómo eres! “Porque si alguno es oidor de la palabra pero no hacedor de ella, este es semejante al hombre que considera en un espejo su rostro natural. 24 Porque él se considera a sí mismo, y se va, y luego olvida cómo era”.



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 01 de Septiembre de 2024: ¡NO TE OLVIDES CÓMO ERES!



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