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¡NOS GUIARÁ MAS ALLÁ DE LA MUERTE!

Actualizado: 27 oct 2022

«Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aún más allá de la muerte» (Salmos 48:14).


El Dios de las Escrituras, nuestro Dios, es un Dios eterno, para siempre, que guía a su pueblo mas allá de la muerte.

1. Dios eterno.


Nuestro Dios, es Dios eterno, desde siempre, por siempre, para siempre, por los siglos de los siglos. El Salmo 48 lo describe:


Es Grande: Creador de todo, omnipotente, omnisciente, omnipresente, tres veces santo, temible. Es digno de ser en gran manera alabado: sus perfecciones son infinitas, incomprensibles, muy elevadas para nosotros, debemos rendirnos en adoración. Su cuidad: el monte Sion, monte santo, su templo, maravillosa, la afirmará para siempre. El Gran Rey: gobierna soberanamente, sobre su pueblo, animales, mar, cielo, infierno, sobre el impío. En sus palacios es conocido por refugio: es el consuelo, la Roca fuerte de refugio para su pueblo. Es Jehová de los ejércitos: el León de la Tribu de Judá, capitán de nuestra salvación. Quebró las naves de Tarsis: todos sus enemigos serán derrotados, puestos por estrado de sus pies. Tiene un nombre: el impronunciable YHWH, el Gran Yo Soy, Jehová, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob. Su Loor hasta los fines de la tierra: toda la tierra se le rendirá, toda rodilla se doblará ante Él. Llena la tierra de Su Justicia: Su Ley cobija a las naciones y conciencias, juzgará al mundo con justicia. Y guía a su pueblo eternamente. Es Dios perpetuamente, por la eternidad.


Nos amó con amor eterno: desde eternidad nos amó (Jer 31:3). Cristo es nuestro sumo sacerdote para siempre: Dios lo juró, no se arrepentirá (Sal 110:4). Es el Autor de una eterna salvación: con su vida, obra y sacrificio, redime a su pueblo para siempre (Heb 5:8-10). Quita para siempre nuestros pecados: con su sacrificio una sola vez y para siempre (Heb 10:10-12). Nos hace perfectos para siempre: con una sola ofrenda nos redime eternamente, se olvida para siempre de nuestros pecados (Heb 10:14-18). Nos da vida eterna: si es eterna, es para siempre (Jn 3:16, 36). Este es el “Dios nuestro, eternamente y para siempre”.


2. Mas allá de la muerte.


El pueblo de Dios será guiado por Él no solo en esta tierra, si no, aún más allá de la muerte. Será llevado después de partir de acá, al cielo junto con Él.


La muerte es una realidad a la que todos nos vamos a enfrentar (Heb 9:27). La gente se muere todos los días, 155.000 diariamente, unos 60 millones por año. La gente no se muere solo de Covid (1,25 millones), hay certeza que vamos a morir. El mundo hace lo que sea por no morir, entregó su libertad para “evitar” la muerte; pero nadie hace lo que sea por salvarse de la muerte eterna. La gente teme morir, teme a la vejez, hay culto al cuerpo, idolatría por la salud, quieren ser eternamente niños, una sociedad infantilizada. La gente se muere, todos vamos a morir, todos nos presentaremos ante el Trono de Dios, debemos predicar (Ap 20:12). Si somos de Cristo, no podemos tener temor a morir (1 Jn 5:17-18). Pero si usted no se ha entregado a Jesucristo, entonces si tema, porque morirá eternamente.


Cristo venció la muerte, resucitó de los muertos, nosotros también resucitaremos (Mt 28:5-10). Fue azotado, prendido por inicuos, crucificado, murió, pero resucitó, su alma no quedó en el Hades, y su cuerpo no vio corrupción (Hch 2:23-27, 13:32-37). Si creemos que Jesús murió y resucitó, que venció la muerte, entonces no moriremos eternamente (2 Ts 2:14-17). Él destruyó al que tenía el imperio de la muerte, nos libró de la muerte, a nosotros, la descendencia de Abraham (Heb 2:14-16).


Mas allá de la muerte hay solo dos lugares, uno de consuelo y otro de tormento (Lc 16:22-31), vida eterna o muerte eterna, seremos conscientes, en alguno de los dos estaremos para siempre. Los que llegan al lugar de tormento, no saldrán nunca, es una cárcel eterna y tortuosa. Debe creer en Aquel que se levantó de los muertos, quién venció el imperio de la muerte, de lo contrario estará allí para siempre.


Pero nosotros, los que creemos en la Resurrección de Cristo, los nacidos de nuevo, además, resucitaremos en la resurrección general, reinaremos con Él; aunque muramos la primera vez, la segunda muerte no tiene potestad sobre nosotros (Ap 20:6). Allá no habrá más muerte, llanto, clamor, ni dolor (Ap 21:4). Tampoco habrá más maldición (Ap 22:3-4). Nos espera la Gloria, morir es ganancia (Fil 1:21). Pero si rechaza a Aquel que venció la muerte, si muere sin arrepentimiento, en sus pecados, sufrirá la muerte segunda (Ap 21:8).


Unos padecerán ira, enojo, tribulación, angustia (Rm 2:8-9), pena de eterna perdición, excluidos de Dios (2 Ts 1:9), en vergüenza y confusión perpetua (Dn 12:2). Su pueblo, recibirá vida eterna, gloria, honra, paz, inmortalidad (Rm 2:7-10), consuelo y felicidad eterna a su lado. Nuestro Dios es eterno y para siempre, “nos guiará aún más allá de la muerte”


3. ¿Nos guiará más allá de la muerte?


Sabemos que Dios guiará a Su pueblo más allá de la muerte, pero ¿nosotros seremos guiados allí? ¿Vivimos para más allá de la muerte? ¿Estaremos con Él eternamente y para siempre?


¿Cristo es magnificado en nosotros? ¿Vivimos pensando en lo eterno, en el más allá, añorándolo? (Fil 1:20-24). ¿Estamos muriendo al pecado, matándolo, mortificándolo, con victorias? ¿nuestro cuerpo es dado en sacrificio vivo y agradable a Él? ¿vivimos una vida de adoración, santidad, pureza, apartada del mundo? ¿vivimos con la mente en lo eterno? ¿añoramos partir y estar con Él? ¿trabajamos para Su Reino? o ¿amamos esta tierra, queremos quedarnos, cumpliendo nuestros sueños y proyectos? ¿comprendemos a dónde vamos? ¿creemos que el morir es ganancia? ¿Cristo es magnificado en nuestro cuerpo para vida y muerte? ¿Nos guiará más allá de la muerte?


¿Cada día morimos? estamos en medio de peligros a toda hora (1 Cor 15:30-32) ¿Estamos en constante peligro por el Evangelio? ¿presiones externas por obedecerlo? ¿estamos dispuestos a todo? ¿a la muerte, ir a una cárcel, perder nuestras propiedades? ¿seguiremos obedeciendo, predicando, congregándonos, educando hijos conforme a la Palabra? ¿si muriéramos hoy, moriríamos peleando la batalla, con las botas puestas, dando gloria a Él?… Hermanos, seguiremos con peligros de muerte, moriremos de todos modos. Pero los muertos resucitan, ¿resucitaremos para vida o para muerte? ¿Nos guiará más allá de la muerte?


¿Estamos dispuestos a morir por Cristo? ¿a tomar la cruz, perderlo todo, familia, amigos, soportar rechazo, persecución, cárcel, muerte? (Mt 10:37-39). ¿Cuidamos más nuestra carne que nuestra alma? ¿amamos más nuestra vida que a Cristo? ¿amamos más nuestra familia terrenal, que la familia de la Fe? ¿estamos más dispuestos por ellos que por la iglesia? ¿estamos dispuestos a sacrificar seres queridos, el rechazo, la soledad, la burla? ¿vamos en pos de Cristo? ¿hallaremos la vida Eterna? ¿Nos guiará más allá de la muerte?

No temamos al hombre, temamos a Aquel que pueda echar las almas al infierno (Mt 10:26-28). Temamos al pecado, su paga es la muerte (Rom 6:23). Temamos morir rechazando a Aquel que venció la muerte, temamos morir en nuestros pecados, pues moriremos eternamente (Jn 8:24). Temamos pecar, obedezcamos al Señor, de lo contrario, moriremos (Gén 2:16-17). Temamos a Dios (Pr 1:7). Si usted no teme al Señor acá, temerá cuando se encuentre cara a cara con Él (Ap 6:15-17). De todos modos morirá algún día y tendrá que dar cuentas (Ap 19:21; 20:12). ¿Qué nos pueden dar los hombres? Solo lo temporal ¿Qué nos da el Señor? Lo eterno. ¿Dónde estaremos al morir? ¿en el infierno o en cielo? ¿Nos guiará más allá de la muerte?


Probablemente nos matarán. El reino de la Bestia, se le dio autoridad para vencernos terrenalmente (Ap 13:7). No temamos morir. A ese reino le espera la muerte eterna en el lago de fuego y azufre (Ap 21:20). No temamos morir, nada podrá separarnos del amor de Cristo, su amor es eterno, para siempre (Rom 8:35-39). Es preciosa nuestra muerte a los ojos de Dios (Sal 116:15). Así el Señor nos matara, esperemos en Él (Job 13:15). Bienaventurados los que de ahora en adelante muramos en Cristo, descansaremos eternamente (Ap 14:13). No temamos morir, la muerte ha sido vencida para siempre, cantemos victoria eterna sobre ella, “¿Dónde está, oh muerte, tu aguijón? ¿Dónde, oh sepulcro, tu victoria?” (1 Cor 15:55).


Hermanos, ¿realmente estamos dispuestos a todo? ¿Nos guiará más allá de la muerte? Creamos en este Dios nuestro, que venció el imperio de la muerte, para guiarnos más allá de la muerte. “Porque este Dios es Dios nuestro eternamente y para siempre; Él nos guiará aún más allá de la muerte”.


X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.

Escucha el sermón del domingo (08 de Noviembre de 2020): «¡NOS GUIARÁ MÁS ALLÁ DE LA MUERTE!»


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