«No hablarás contra tu prójimo falso testimonio” (Éxodo 20:16).
“El noveno mandamiento se refiere al buen nombre propio y del prójimo. Prohíbe: 1. Hablar falsamente en cualquier asunto, mentir, y toda forma de idear para engañar al prójimo. 2. Hablar injustamente contra nuestro prójimo, en perjuicio de su reputación (involucra al que oye). 3. Dar falso testimonio contra él, imputándole cosas que no son, ya sea judicialmente, bajo juramento, o extrajudicialmente, en conversación común, calumniar, chismear, agravar o empeorar lo que se ha hecho mal, y tratar de cualquier forma elevar nuestra reputación a costa de la ruina del prójimo” (Matthew Henry).
1. ¡UNA SOCIEDAD DE MENTIRAS!
La mentira y el falso testimonio abundan por todo lado, vivimos un mundo habituado a la mentira. Los gobiernos mienten, los políticos hacen falsas promesas, los jueces condenan al inocente aceptando falsos testimonios, las noticias dicen mentiras, la televisión enseña mentiras. La educación con el ateísmo y evolución enseñan mentiras, negando al Creador. El progresismo con su ideología de género miente negando el diseño de Dios, que varón y hembra nos creó. Las religiones y falsos maestros distorsionan la verdad, y enseñan mentiras. Todos ellos detienen con injusticia la verdad. No hay verdad absoluta, la verdad es relativa y cambiante, la verdad ya no es verdad. Vivimos en un mundo gobernado por el padre de la mentira.
Las personas en general, no son sinceras, la palabra no vale nada, los compromisos se rompen fácilmente, el si no es si, el no no es no. Los hombres mienten a diario y por todo; para justificar su impuntualidad, encubrir una irresponsabilidad, justificar su pecado, sus infidelidades. Murmuraciones, chismes, engaños abundan. Lenguas sin freno para hablar lo falso. La mentira es un pecado que todos comenten con facilidad. “Se apartaron los impíos desde la matriz; se descarriaron hablando mentira desde que nacieron” (Sal 58:3).
Al Señor Jesucristo, con falsos testigos, lo acusaron de falso profeta, endemoniado, borracho, glotón, de pervertir la nación, alborotar al pueblo. Los apóstoles y la iglesia neotestamentaria no recibieron mejores calificativos. Los mártires piadosos fueron acusados con falsos testimonios para expropiarlos, meterlos a la cárcel, y llevarlos a la hoguera. La honra de muchos hombres fieles ha sido pisoteada por lenguas calumniadoras y difamadoras.
Meditemos si aún seguimos habituados a la mentira. Si somos poco confiables, de aquellos que fácilmente levantan falsos testimonios, que murmuran y dañan la imagen de otro sin verificar, que mentimos con facilidad y sin dolor alguno, que ponemos a nuestros hijos a mentir para encubrir algo, si somos cristianos que no temen a Dios si no a los hombres. Examinemos nuestras palabras y pensamientos, no hay mentiras blancas ni piadosas, la Biblia dice que los mentirosos heredarán el lago que arde con fuego y azufre (Ap 21:8).
FALSOS TESTIMONIOS Y MENTIRAS EN LA BIBLIA. Satanás mintió a Eva en el jardín del Edén (Gn 3:4-5). Abraham por temor mintió a Abimelec sobre su relación con Sara (Gn 20:2). Isaac también lo hizo con Rebeca (Gn 26:7). La esposa de Potifar, que quiso seducir a José, dio falso testimonio de él ante su esposo, de intentar sobrepasarse con ella; fue a la cárcel (Gn 9:16-20). Jezabel con falsos testigos acusó a Nabot para robarle su viña; lo apedrearon y mataron (1 R 21:9-13). El sumo Sacerdote Ananías junto a los ancianos, Tértulo, y otros judíos, acusaron falsamente a Pablo ante el gobernador Félix, para que lo metieran a la cárcel (Hc 24:5-9).
EL MAYOR FALSO TESTIMONIO DE LA HISTORIA, LA MAYOR MENTIRA. Los lideres religiosos y falsos testigos dieron falsos testimonios de Cristo para que lo crucificaran (Mc 14:55-56). Por reconocer que era el Cristo, el Hijo de Dios, el Hijo del Bendito, que estaría a Su Diestra y vendría en las nubes, lo llamaron blasfemo, golpeándolo e insultándolo (Mt 26:65-68). Dijeron que era glotón, borracho, y amigo de pecadores (Mt 11:19). Dijeron que echaba los demonios por Beelzebú (Mt 12:24). Dijeron que era un samaritano endemoniado (Jn 8:48). Dijeron que tenía un demonio y estaba loco (Jn 10:19-20). La guardia, pagada por los sacerdotes, quiso ocultar la resurrección de Cristo con un falso informe (Mt 28:12-15).
2. ¡NO HABLARÁS FALSO TESTIMONIO!
“El noveno mandamiento prohíbe todo lo que perjudica a la verdad, o que daña a nuestro buen nombre o al de nuestro prójimo” (C.M. Westminster).
ALGUNAS EXCEPCIONES A ESTE MANDAMIENTO. Las parteras en Egipto con Faraón para preservar la vida de los niños Hebreos (Éx 1:15-21). Si es para salvar una vida, por ejemplo de una orden tirana del Estado, ya sea un médico, enfermera, partera, o unos padres con sus hijos. Raab ante el rey de Jericó para proteger a los espías que fueron a reconocer la tierra (Jos 2:1-7). Si tenemos que proteger al pueblo de Dios ante una persecución. Ahora, algunas veces podemos evitar la “mentira”, omitiendo información, cerrando la boca, no contestando una llamada. 1.
Ahora si miremos como podemos hablar falso testimonio:
1. DAR FALSO TESTIMONIO DEL PRÓJIMO: es una de las 6 cosas que aborrece el Señor (Pr 6:16-19). En un juicio, con falsos testimonios, testigos pagados, por venganza, por hacer daño (cárcel, condena, multa, buen nombre). A David se le levantaron testigos falsos, es aún más grave (Sal 35:11-12). Condenar con falsos testimonios al inocente (Lv 19:15), admitiendo mentiras o falsas pruebas, es hacer injusticia y participar de lo mismo.
2. LA CALUMNIA: daña la honra del otro, ya sea creyente, o inconverso (Sal 15:1-3). Cualquier Injuria, mentira, falso testimonio, que digamos para dañar el buen nombre o imagen de alguien. Prestarse para ello, es calumniar. Preguntemos, indaguemos, escuchemos las 2 versiones. De Juan el Bautista dijeron que estaba endemoniado (Mt 11:18). La iglesia fiel fue difamada de ser lo peor de la sociedad (1 Co 4:13). No calumniemos (Lc 3:14).
3. EL CHISME: atenta contra la vida e integridad de otros (Lv 19:16). Toda murmuración que dañe la imagen del otro, hace que se piense mal o equivocadamente. Divide a buenos hermanos en la fe, en la familia, a amigos. No nos prestemos para ello. Sembrar discordia entre hermanos es una de 6 cosas que aborrece el Señor (Pr 6:16-19). Cerremos nuestros oídos, no sucumbamos ante la tentación (Pr 18:8).
4. PENSAR MAL DEL PRÓJIMO: del hermano o de cualquier otro; tengamos cuidado, el Señor lo aborrece (Zac 8:17). Si sin indagar, sin preguntar, indagar, o ir a la persona pensamos lo peor, lo más grave, que hubo mala intención. Aún si son impíos o malos hombres, no necesitamos difamar, exagerar, o afirmar cosas que no son de ellos. Las malas sospechas muestra que no somos piadosos (1 Ti 6:3-5).
5. DAR FALSO TESTIMONIO DE LA VERDAD: Detener con injusticia la verdad (Ro 1:18-19). Ya sea de Cristo, la Biblia, el cristianismo, lo que ordena el Señor. Lo vemos hoy con la falsa ciencia y medicina, la educación, los medios masivos, el Estado. Censuran, y manipulan y distorsionan la verdad. Cuando se da falso testimonio del Evangelio, enseñando otro evangelio (antinomianismo, formalismo), otros caminos de salvación (falsa religiones, ecumenismo, sincretismo), es propio de los falsos maestros anatemas (Gál 1:7-9). Tengamos cuidado de ser engañados (2 Co 11:3-4).
6. DAR FALSO TESTIMONIO DE NOSOTROS MISMOS: los habituados a mentir, los mentirosos, la lengua mentirosa (Pr 6:16-17). Mienten por todo, por vanidad, jactancia, fanfarronería, por quedar bien, excusarse, cambian las versiones, exageran las cosas, son mitómanos. Dios aborrece la lengua mentirosa (Pr 6:16-17). Dar falso testimonio de nuestros pecados, encubrirlos (Pr 28:13), con excusas, disculpas, explicaciones, no reconocer o reconocer a medias, no pedir perdón. No seremos sanados, no vendrán tiempos de refrigerio (Hc 3:19-20). También cuando se da falso testimonio de lo que somos realmente, creerse del pueblo de Dios, sin serlo (Ap 3:9), como le sucede al Judaísmo, el catolicismo romano, o el falso cristianismo. No nos engañemos (Gál 6:3-4). También dar falso testimonio de nuestra relación con Cristo o su pueblo, negarla, avergonzarnos, como hizo Pedro (Mt 26:69-74). Cristo también nos negará ante el Padre (Mc 8:38).
3. ¡TESTIGOS DE LA VERDAD!
“El noveno mandamiento exige que sostengamos y promovamos la verdad entre hombre y hombre, como también nuestra buena fama y la de nuestro prójimo, especialmente en dar testimonio” (C.M. Westminster).
SEAMOS TESTIGOS DE LA VERDAD. Hablemos y juzguemos con verdad en todo momento con todos (Zac 8:16). Seamos testigos verdaderos, libraremos almas de acusaciones injustas, y también del infierno, no mintamos (Pr 14:25). Seamos testigos verdaderos, no demos falso testimonio ni de Cristo ni de nadie (Pr 14:5). Demos testimonio fiel de la Verdad (1 Ti 3:14-15). Juan el Bautista testificó de Cristo (Jn 5:32-33). Sus obras testificaron de Él (Jn 5:36). Dios el Padre también testificó de Su Hijo (Jn 5:37-38). Las Escrituras también dan testimonio de Cristo (Jn 5:39). Cristo resucitó, no somos falsos testigos de Él, testifiquemos de Él (1 Co 15:14-15). Demos el testimonio correcto de Él (Mt 16:16). Aunque quieran matarnos demos testimonio fiel del Señor como los amigos de Daniel (Dn 3:17-18). Demos testimonio de Cristo, no nos avergoncemos (1 Ti 1:8). Que nuestra vida también testifique que andamos en la verdad (3 Jn 1:3-4).
QUE SOLO PUEDAN LEVANTAR DE NOSOTROS FALSOS TESTIMONIOS. Contra Cristo levantaron toda clase de falsos testimonios; pero Pilato y su mujer sabían que era inocente (Mt 27:18-23). Nos harán lo mismo, como a Cristo y los profetas (Mt 5:11-12). Pero que esas acusaciones sean eso, falsas; que nos acusen de vivir como cristianos (1 P 4:15-16). Que nos acusen de desacatar decretos estatales que vayan contra nuestra conciencia cristiana, como a los amigos de Daniel que los acusaron de no adoraron la estatua de oro y los dioses de Babilonia (Dn 3:8-12). Que nos acusen como a Daniel, por no acatar edictos reales como el de Darío, y solo oremos al Dios verdadero (Dn 6:13). Que nos acusen como a Pablo y la iglesia neotestamentaria, de trastornar el mundo y contravenir los decretos tiránicos de César (Hc 17:6-7). Que seamos como a Daniel que en realidad no hallen ningún pecado de qué acusarnos (Dn 6:4-5). Que los hermanos, y la verdad misma, den buen testimonio de nosotros (3 Jn 1:12). Que también nosotros podamos dar buen testimonio de sí mismos (Hc 25:10). Que el Espíritu de buen testimonio de nosotros (Ro 8:16).
No demos falso testimonio, ni del prójimo, ni del pueblo de Dios, ni de la Verdad, ni del evangelio, ni de Cristo. Porque la boca de los mentirosos será cerrada (Sal 63:10-11). Que el Señor nos libre de la lengua fraudulenta (Sal 120:2-3). Satanás es el padre de la mentira, y todos los mentirosos lo hacen a él su padre (Jn 8:44). Los mentirosos, al igual que los incrédulos, asesinos, fornicarios, hechiceros, idólatras, heredarán el lago que arde con fuego y azufre (Ap 21:8).
Hermanos, niños, amigos: “No hablarás contra tu prójimo falso testimonio“.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 21 de Abril de 2024: NOVENO MANDAMIENTO: "NO HABLARÁS FALSO TESTIMONIO".
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