«No hurtarás» (Éxodo 20:15).
“El octavo mandamiento se refiere a nuestras riquezas, bienes, y de nuestro prójimo. Aunque Dios les había permitido y ordenado recientemente despojar a los egipcios como justa represalia, no pretendía que se convirtiera en precedente para aprobar el despojo unos a otros… Este mandamiento prohíbe despojarnos a nosotros mismos (gasto pecaminoso), o del uso y comodidad de ello (ahorro pecaminoso), o despojar a otros corriendo los linderos antiguos, invadiendo sus derechos (propiedad), tomando sus bienes, casa, o tierras (fuerza, clandestina), extralimitándose en tratos, no restituyendo lo prestado o encontrado, reteniendo deudas justas, rentas o salarios; y (lo peor), robar el dinero público, o del servicio religioso” (Matthew Henry).
1. ¡UNA SOCIEDAD LLENA DE HURTOS!
Está llena de ladrones y robos. Hay poco respeto por el bien ajeno. Basta leer las noticias; abundan los robos a mano armada, secuestros, extorsiones, vacunas, pescas milagrosas, raponazos callejeros, atracos, paseos millonarios, estafas cibernéticas, engaños a incautos con beneficios falsos, y toda modalidad de estafa. Aun en las familias, los hijos roban a sus padres, hermanos se quedan con herencias que no son suyas.
Las élites globales robaron el oro de las naciones, nos lo cambiaron por el papel moneda (pesa falsa), que poco a poco pierde su valor (inflación). Imponen altos impuestos que no invierten en sus países, al contrario, se enriquecen con ellos. Gobernantes corruptos roban impunemente a su propia nación. Con la excusa de la justicia social, se normalizó el robo, al quitarle al que trabaja, para darlo al que no trabaja. El que exige que el Estado lo haga (subsidios), también es participe del robo. Por eso vemos no solo, expropiaciones por parte del Estado, si no invasión a la propiedad privada (Estado, guerrilla, indígenas, paramilitares), despojo a locales comerciales y negocios. Es común ver en el campo correr los linderos o hacer falsas escrituras, para apropiarse de tierra ajena. Hay engaños en todo lado para quedarse con lo del prójimo.
En el plano religioso no es muy diferente. La Iglesia Católica romana ha llenado por siglos sus arcas, aprovechándose de sus fieles con las indulgencias, prometiendo falsa salvación a cambio de dinero. Los falsos maestros evangélicos hacen mercadería con el incauto, con falsas profecías, o prometiéndoles el cielo en la tierra, a cambio de dinero. Vemos charlatanes de todo tipo, iluminados, brujos, chamanes, que se enriquecen a costa de la gente.
Todo eso abunda en nuestra sociedad; pero muchos que se alarman de todo esto, también tienen sus manos llenas de hurto. Se colan en el servicio de transporte público, llegan tarde a sus trabajos robando tiempo laboral, se quedan con cosas de sus empresas (implementos: trabajo, aseo). Se encuentran un celular y lo apagan para que el dueño no lo reclame, o cualquier otra cosa, y no la regresan. Piden prestado y no pagan. Son impuntuales en la iglesia robando tiempo a Dios y al hermano (distraen, atrasan); también impuntuales en sus citas, robando el tiempo de otros. Muchos a sus padres roban, de monedita en monedita, de favor en favor, se aprovechan de quien les da de comer (padres, jefes). Otros cobran lo indebido, cambian sus balanzas y pesas, hacen publicidad engañosa, venden productos engañosos, desprestigian a la competencia. Esta sociedad, y probablemente nosotros, pasamos a diario por alto que Dios ha dicho "NO HURTARÁS", y que los ladrones, ni los estafadores heredarán el reino de los cielos.
Vemos también que el Estado pasa por alto este pecado y delito. No lo castiga debidamente. La Biblia en cambio habla sobre la restitución, el ladrón debía devolver más de lo robado (Éx 22:1-9).
Adán y Evan robaron el fruto del árbol del conocimiento del bien y el mal (Gn 3:6). La tierra estaba llena de robos en tiempos de Oseas (Os 4:1-2). En tiempos de Miqueas en Israel, los gobernantes, sacerdotes y profetas eran fraudulentos (Miq 3:11). Judas era ladrón, robaba el dinero de la obra (Jn 12:6). Los lideres judíos en tiempos de Cristo enseñaban contra el hurto, pero eran ladrones (Ro 2:21).
2. ¡NO HURTARÁS!
“Quitar la propiedad ajena por fuerza o fraude. Son de diversos tipos. Hurtos privados, robos de carteras, hurtos en tiendas, allanamientos de casas o negocios; hurto público, en carreteras, domésticos (Mujer a su esposo, hijos a padres). Siervos a sus amos, hurto o sacrilegio eclesiástico, hurto de personas (esclavizarlos, venderlos)… Y toda extralimitación y elusión en comercio, contratos injustos, no realizar pagos, retención de salarios, usura ilegal, deshonestidad con cualquier cosa recibida, aconsejar y alentar a ladrones, y recibir de ellos” (John Gill).
Veamos algunos ejemplos:
1. ROBAR AL PRÓJIMO (Lv 19:11). Ladrones, rateros, quienes viven del hurtos. A desconocidos y conocidos (familia), cleptómanos, ocasionalmente, quedándose con las vueltas, cobrando de más, haciendo trampas en negocios, con contratos fraudulentos.
2. NO DEVOLVER LO DEL OTRO (Dt 22:1-4). Encontrarse cualquier cosa y no devolverla, no devolver lo que nos prestan. Devolvamos lo que no es nuestro (Éx 23:4).
3. ROBAR POR NECESIDAD (Pr 6:30-31). Ya sea una mujer o niño desamparado, si perdió el trabajo, si tienen una deuda, en escasez, aceptando negocios, trabajos o tratos fraudulentos. Nada justifica robar. Guardémonos en tiempos de necesidad (Pr 30:8-9).
4. REDUCIR EL LÍMITE DEL PRÓJIMO (Dt 19:14). Despojo de tierras (paramilitares, guerrilla, expropiación estatal), invasiones de tierras o propiedades (indígenas, “ocupas”), ser ventajosos en una distribución, repartición, herencia, divorcio, o regalos. Es maldito (Dt 27:17). Dios juzgará más duro si lo hacemos con el indefenso (Pr 23:10-11). No lo hagamos (Pr 22:28).
5. RETENER EL SALARIO DEL TRABAJADOR (Lv 19:13). Pagar tarde, no pagar lo acordado (comisiones, días laborados), haciendo descuentos injustos. Hay juicios para los que lo hacen (St 5:4).
6. RECIBIR SOBORNOS (Éx 23:8). Ya sea un Juez civil antes para que emita una sentencia en favor de alguien, un político al hacer leyes que beneficien a terceros, o en un contrato o licitación estatal.
7. EXTORSIÓN POR PARTE DEL MAGISTRADO. Cobros fuera de ley, amenazas, secuestro estatal, cobrar por proteger, aprovechándose de su posición. Los recaudadores de impuestos se aprovechaban del pueblo con impuestos altos, por eso eran ricos como Zaqueo (Lc 19:2). Cristo les dijo que no exigieran más de lo ordenado (Lc 3:12-13). A los soldados les dijo que no extorsionaran (Lc 3:14).
8. EXPROPIACIÓN ESTATAL COMO ACAB CON LA VIÑA DE NABOT (1 Ry 21:13-16). Usar el poder estatal para despojar, expropiar, o quedarse con las propiedades o herencias familiares (Iglesia católica con los sacerdotes, en China, en países comunistas, la hipoteca inversa).
9. EL ESTATISMO CON LO NUESTRO, COMO CUANDO ISRAEL PIDE REY (1 S 8:11-17). Los sistemas colectivistas de hoy requieren altos impuestos, sacándolos de los que producen y trabajan, para atender necesidades sociales (Estado de Bienestar, social democracia, socialismo). Sin embargo la mayoría de las veces se benefician solo ellos; y esta forma de hacerlo, parte de la violencia (impuesto) y la injusticia (quitar a unos para dar a otros).
10. ROBAR LOS RECURSOS DE LA IGLESIA. Quedarse con parte de las ofrendas o recursos de la iglesia (pastor, diácono, tesorero). Judas, hipócritamente, robaba el dinero de la obra (Jn 12:3-6). Los hijos de Elí se quedaban con los sacrificios del pueblo (1 S 2:13-14).
11. LOS FALSOS MAESTROS QUE ROBAN A LAS OVEJAS SO PRETEXTO DEL EVANGELIO (2 P 2:3). Manipulando con pactos y siembras, haciendo mercadería de la fe con ventas de libros, eventos, congresos. Los escribas y fariseos devoraban las casas de las viudas (Mt 23:14).
12. ROBAR A DIOS CON LOS DIEZMOS Y OFRENDAS (Mal 3:8-9). No ofrendar, no apoyar la obra de Dios. Todo lo que tenemos es de Dios, y tenemos un compromiso donde nos alimentamos espiritualmente. Debemos seguir dando para la obra de Dios (Mt 23:23). Debemos dar según hayamos prosperado (1 Co 16:2). Debemos dar con gozo (2 Co 9:7).
13. DESPOJO AL PUEBLO DE DIOS (Heb 10:34). Por casusa de Cristo, por no negarlo, por predicar, por leer la Biblia (Primeros siglos, Valdenses, Inquisición, Edad Media, Reforma, China, Oriente).
14. MERCADERÍA DE ESCLAVOS (Ap 18:13). Sobre todo en tiempos de esclavitud, y hoy con la trata de blancas, o la prostitución infantil.
3. ¡MÁS ALLÁ DEL MANDAMIENTO!
“Este mandamiento nos prohíbe despojarnos a nosotros mismos con el gasto pecaminoso, o del uso y comodidad de ello con el ahorro pecaminoso” (Matthew Henry).
TRABAJEMOS. Dios determinó que trabajando, con el sudor de la frente, deberíamos ganarnos el pan (Gn 3:19). No determino que fuera por medio del trabajo de otros, hurtando a otros. El trabajo es una bendición. No hurte, más bien trabaje (Ef 4:28). Pablo, y los apóstoles fueron ejemplo de ello (2 Ts 3:7-9). El trabajo trae fruto para nuestros cuerpos y familias (Pr 28:19). El que no quiera trabajar, no tiene derecho a comer (2 Ts 3:10-11). Aunque hay momentos de dificultad (perdida de trabajo, escasez), si no somos capaces de proveer nuestras casas, somos peor que los incrédulos (1 Ti 5:8).
SEAMOS GENEROSOS. El fruto de nuestro trabajo, no es solo para nuestra provisión, también para ayudar al necesitado (Ef 4:28). La mujer virtuosa era generosa del fruto de sus negocios en casa (Pr 31:20). Despojémonos, neguémonos (Lc 3:11). Si nos piden demos (Mt 5:42; Lc 6:30). No miremos por lo nuestro (Fil 2:4). El generoso recibirá recompensa (Pr 11:25). No podemos ayudar con dinero robado, no podemos dar dinero a la iglesia fruto del hurto. Muchos son generosos con el dinero público (recursos públicos, ofrendas de la iglesia). Ayudemos con lo propio. Tampoco tengamos una generosidad hipócrita como la de Ananías y Zafira (Hc 5:3-4).
SI TENEMOS, NO NOS APROVECHEMOS DEL HERMANO EN NECESIDAD. Prestemos al hermano necesitado, sin esperar ganancia (Lv 25:35-37). Tengamos misericordia (Éx 22:25-27). Si hemos agraviado, restituyamos como Zaqueo (Lc 19:8).
PAGUEMOS NUESTRAS DEUDAS. No debamos nada a nadie (Ro 13:9-10). A Bancos, préstamos personales, servicios públicos, arriendos, comisiones, compras, acuerdos, etc; también los impuestos (Ro 13:6-7). El impío no paga (Sal 37:21).
RECORDEMOS QUE TODO ES DEL SEÑOR. Somos simples administradores de sus recursos. Las riquezas le pertenecen a Dios (Hag 2:8). Si hurtamos, si somos avaros, codiciosos, aprovechados, malas pagas, hacemos de las riquezas un dios (Mt 6:24). La tierra le pertenece (Sal 24:1). Todo lo que hay debajo del cielo le pertenece (Job 41:11). Los fariseos querían apoderarse de la herencia de Cristo (Mt 21:38-39). El falso maestro busca robarle la gloria a Cristo (Jn 10:8-10). Todas las almas le pertenecen a Dios (Ez 18:4). Él puede hacer lo que quiera con lo suyo (Mt 20:15).
Y si usted es como uno de los ladrones que vimos hoy, no heredará el reino de los cielos, amenos que se arrepienta (1 Co 6:9-10).
Hermanos, niños, amigos: “No hurtarás“.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 14 de Abril de 2024: OCTAVO MANDAMIENTO: "NO HURTARÁS".
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