«¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios» (Santiago 4:4).
El adúltero es aquel que aparta sus ojos y afectos, para darlos a otra mujer (lo mismo sucede al revés con la mujer). Así eran muchos dentro de la iglesia, a los cuales Santiago llama “¡Almas adúlteras!”, quienes en lugar de amar a Dios con toda el alma, la mente y el corazón, ponían su amor en las cosas del mundo. El mundo acá representa todo el sistema de la humanidad (instituciones, estructuras, valores, costumbres, cultura, modas), los cuales se rigen sin Dios y contra el Dios de la Biblia. Ellos tenían un deseo pecaminoso por las cosas malas del mundo, se deleitaban con los impíos, se conformaban a sus costumbres pecaminosas; y también tenían un amor exagerado por las cosas buenas y lícitas, ponían su confianza en ellas, eran lo que les daba paz y gozo, no el Señor. Estos “creyentes”, son amigos del mundo, y por tanto, se han convertido en enemigos de Dios.
1. ¡ALMAS ADÚLTERAS!
Dios tiene un pueblo en el mundo, su esposa, o novia. Deben amarlo, servirlo y honrarlo solo a Él. Cuando pone sus ojos y confianza en otros dioses o amantes, o en cualquier otra cosa, se convierte en adúltera.
Cristo describió a los Escribas y fariseos como generación adúltera (Mt 12:39; Mt 16:4), al igual que la generación en tiempos de Cristo (Mc 8:38). Israel en tiempos de Oseas fue adúltera, había fornicado con los pueblos como ramera (Os 9:1-3). Jerusalén en tiempos de Isaías fue como ramera infiel (Is 1:21). Jeremías describió a Israel como ramera que iba tras sus amantes (Jer 2:20-22). Aun así, ellos no reconocían sus adulterios (Jer 2:23-24).
Dios fue el Esposo de Israel en el Antiguo Testamento (Is 54:5-6). Cristo también lo es en el Nuevo Testamento de la iglesia completa. Cristo es el Esposo de la iglesia, quién partió a un largo viaje y volverá (Prv 7:19-20). El Esposo sería quitado de la esposa (Mt 9:15). Cristo se entregó por su esposa y la está preparando para el cielo (Ef 5:22-25). La esposa de Cristo se está preparando para recibirlo (Ap 19:7-8). Somos la esposa del Cordero (Ap 21:9). La Esposa anhela que Cristo vuelva pronto (Ap 22:17).
Por tanto, Dios es un Esposo que nos cela. No quiere compartirnos con nadie (V5). Manda que solo lo tengamos a Él como Dios (Ex 20:2-3; Dt 5:6-7). Es un Dios celoso (Ex 20:5; Dt 5:9). El Señor siempre advertía a su pueblo a no adulterar con los paganos (Dt 18:9). Somos uno con Él, no quiere que adulteremos con lo inmundo (2 Co 6:16-17). Estamos siendo preparados como una virgen pura a Cristo, por eso nos cela (2 Co 11:2).
2. ¡LA AMISTAD CON EL MUNDO!
Dios condena que su pueblo tenga amistad con el mundo, su esposa no debe tener comunión y afecto por las cosas pecaminosas de este sistema mundano, no debe ir en pos y cobijarse tras otros amantes. Santiago afirma esta condena del Señor en forma de pregunta intuitiva y obvia.
EL MUNDO. Se compone de los deseos de la carne, los deseos de los ojos, la vanagloria de la vida (1 Jn 2:15). Alimentado por los medios masivos (Tv, internet, radio, prensa, noticias, telenovelas, música, series, películas, publicidad, marketing, educación secular). LOS DESEOS DE LA CARNE son los malos dese del corazón, el apetito-gusto por los placeres sensuales (vicios, sexo, pornografía, alcohol, droga, culto al cuerpo, música-TV mundana, vanidad, placer, entretenimiento, ocio, la buena vida). Son como los de Sodoma, con abundancia de pan y ociosidad (Ez 16:49). No estamos contra una buena comida en familia, jugar con los hijos en un parque, tener una vida saludable, no ser sedentarios, disfrutar de la creación de Dios (campo, naturaleza, mar, animales), unas vacaciones en familia, pero todas estas cosas con moderación y austeridad como enseña la Biblia. Pero la realidad es que muchos aman el mundo, no quieren dejar sus placeres carnales. LOS DESEOS DE LOS OJOS es lo que codiciamos del mundo (Riquezas, posesiones, prosperidad, confort). ¿Su estado de ánimo, paz y tranquilidad, dependen de su situación económica, posesiones, o trabajo? ¿Corre tras estas cosas? ¿su gozo, paz y mayor deseo, no están en Cristo? ¡Oh almas adúlteras...! LA VANAGLORIA DE LA VIDA tiene que ver con el orgullo y la soberbia de la vida, buscar la grandeza, los honores y el aplauso del mundo (Éxito, fama, estatus, reconocimiento). ¿Su felicidad está en alcanzar estas cosas? ¿Si no, se frustra? ¿Cristo no vale más? ¡Oh almas adúlteras…! No alimentemos ni codiciemos estas cosas, estas cosas son pasajeras y vanas, las del Señor son eternas (1 Jn 2:17).
LA CULTURA DEL MUNDO. Son vanidad, son huecas y vacías, promueven la idolatría en todas sus formas, es adulterio espiritual (Jer 10:2-3). Tiene que ver con la cultura, tradiciones, y costumbres de cada pueblo, sus prácticas y ritos ancestrales (Carnavales, brujería, horóscopo), sus conmemoraciones, fiestas, eventos, celebraciones, condecoraciones, reconocimientos. Todas estas cosas son vanidad de vanidades (Ecl 1:2), porque en su gran mayoría, van contra Cristo y las Escrituras, promueven la idolatría y el paganismo.
EL MUNDO EN LA IGLESIA. Vemos entretenimiento, diversión, placer, obras de teatro, juegos, motivadores, psicología, e idolatría. Está llena de almas adúlteras, amigas del mundo (1 Cor 10:7). Buscan hacerlos sentir bien, buscan dar placer a la carne, buscan atraer cabras, les llevan el mundo a la iglesia. En lugar de estar orando, ayunando, predicando, preparándose para lo que se viene, están comiendo, bebiendo, y jugando, su gozo está en estas cosas que alimentan su carne, su gozo no está en Cristo. Dicen que lo hacen para el Señor, pero es mentira, son idólatras, son almas adúlteras, son amigos del mundo, siguen levantando sus becerros de oro, al lado del altar de Jehová (Ex 32:5-6). Les parece legalista dedicar más tiempo a la oración, ayunar, pasar una noche orando, predicar el evangelio, estar meditando todo el tiempo en la palabra. Pero dedican horas, días, semanas enteras a estar viendo partidos de fútbol, películas y series de T.V. Recuerda que “Dónde está tu tesoro, allí también está tu corazón”. Son burladores amadores del mundo (2 P 3:3). Algunos otros hacen diferenciación entre lo santo y lo profano. En la iglesia: himnos, salmos, reverencia, ni aplauden, pero afuera: música mundana, aplausos, brincar, emoción. Confunden justificación con santificación. Así son los cristianos tibios, mundanos y antinomianos. Para ellos, todo lo que sea santidad o apartarse del pecado y la mundanalidad, es legalismo y/o salvación por obras. Confunden dos verdades que no se oponen entre sí. ¡Pobres almas confundidas!
La realidad es que están sembrado entre espinos, por eso no puede dar fruto (Lc 8:14). Cuando hemos denunciado el progresismo, el socialismo o la agenda global (lo cual debemos seguir haciendo, pues tiene que ver con el Gobierno de la Bestia), muchos cristianos nos apoyan, son nuestros amigos. Pero cuando empezamos a hablar contra el mundo, sus deleites, sus fiestas ecuménicas, la negación a estas cosas vanas y vacías, y a favor de la santidad, el camino estrecho, ya la cosa cambia, muchos de estos, ya no les gusta, se convierten en nuestros enemigos, y terminan uniéndose al mundo (Apoc 11:10).
El Señor llama hoy a la iglesia a arrepentirse, a ser santa, a no adulterar, a no ser amiga del mundo, pero ella no quiere hacer caso (Is 22:12-13).
3. ¡ENEMIGOS DE DIOS!
La amistad con el mundo es enemistad contra Dios. Usted se hace enemigo de Dios por su amor el mundo.
¿Qué le pasa a los enemigos de Dios? ¿Cuál será su fin? Si usted ama el mundo, no solo se hace enemigo de Dios, le espera el castigo en el infierno por toda la eternidad, si no se arrepiente. Usted es enemigo de Dios, no puede agradar a Dios, sirve a la carne, su fin es la muerte (Ro 8:5-8). Usted es enemigo de la cruz de Cristo, sirve a su vientre, su fin es la perdición (Fil 3:18-19). Debería sentirse como Lot en este mundo de hoy, abrumado por la conducta de los malvados. Pero no es así, y su fin será como los habitantes Sodoma y Gomorra (2 P 2:6-9). ¿Se siente como Lot? o ¿está cómodo en el mundo? ¿es un alma adúltera? o ¿es fiel al que usted dice ser la esposa? ¿al que se supone que lo compró por precio? No se engañe más, el amor de Dios no está en usted (1 Jn 2:15). Usted es así, porque está cegado por el dios de este mundo, y si no se arrepiente, su lugar será el mismo del impío por la eternidad (2 Co 4:3-4). Pida ser libra del lazo del Diablo en el que está cautivo. Aunque la verdad, con esa dureza que tiene, dudo que lo haga. Que Dios haga un milagro, y que quizá Él le conceda que se arrepienta (2 Ti 2:25-26). Dios hoy lo ve como enemigo, ¡no juegue más! porque “¡Horrenda cosa es caer en manos del Dios vivo!” (Heb 10:31).
No seamos adúlteros, no seamos amigos del mundo, atendamos las advertencias del Señor. Entendamos que no somos del mundo (Jn 17:14-16). Dios nos dio vida, nos sacó del mundo, no vivamos como antes, no honremos al Diablo, no demos placer a la carne (Ef 2:1-3). Crucifiquemos el mundo (Gál 6:14). Conduzcámonos en el mundo con sencillez y sinceridad delante de Dios (2 Co 1:12). No seamos como las almas adúlteras, no amemos el mundo, vivamos para la eternidad, recordemos que los muertos resucitan (1 Co 15:32).
¡Oh almas adulteras!, Ese es el triste estado de la iglesia hoy, este es el temible llamado de Dios a ella.
Que ellos vivan como almas adúlteras, que ellos deshonren al Esposo, que ellos sigan tras las vanidades de la tierra, que ellos sigan sacando a Cristo de sus templos. Nosotros no. Temamos y temblemos ante estas palabras. “¡Oh almas adúlteras! ¿No sabéis que la amistad del mundo es enemistad contra Dios? Cualquiera, pues, que quiera ser amigo del mundo, se constituye enemigo de Dios”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (4 de Diciembre de 2022): «¡OH ALMAS ADÚLTERAS!».
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