“Para que todos sean uno; como tú, oh Padre, en mí, y yo en ti, que también ellos sean uno en nosotros; para que el mundo crea que tú me enviaste. La gloria que me diste, yo les he dado, para que sean uno, así como nosotros somos uno. Yo en ellos, y tú en mí, para que sean perfectos en unidad, para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado” (Juan 17:21-23)
Iglesia, recordemos que Dios es uno, sólo hay un único Dios verdadero. El Dios de Israel, el Dios de Abraham, Isaac y Jacob, nuestro Dios, el Dios Trino. Esta unidad Divina ha actuado y actúa en nosotros. En nuestra salvación y santificación, nos hace uno con Cristo, nos hace uno con Dios. El Padre y el Hijo son uno, en perfecta unidad desde siempre. Cumplen Su plan eterno, la redención de su pueblo y la Gloria de Dios
El quiere que Su cuerpo, sea uno también, así como ellos son uno. Sin embargo, el mundo busca una falsa unidad, sin el Dios Verdadero, pretenden llegar al cielo, construyendo su torre, sin el fundamento, sin la Roca, sin Cristo, sin Dios. Esta unidad se basa en la mentira, la idolatría, las obras. Es la Religión de Caín, Babel, el Anticristo, Satanás, la Gran Babilonia, la Gran Ramera, la religión del Papado. Todas las falsas religiones, filosofías e idolatrías de la tierra, caben allí, son sus hijas.
Iglesia seamos uno. La unidad que demanda el Señor se basa en la Verdad, en Cristo, el camino, la Verdad y la Vida. Andemos en un mismo sentir, en la unidad del Espíritu, en comunión, en santidad, apartados del mundo, del pecado, en amor, gozo, paz, armonía. Cuidado hermanos con las divisiones, estas, no vienen del Señor, no seamos parte de ellas, deben ser combatidas en la iglesia. Mas bien caminemos juntos, como sus santos, a una voz proclamemos a Cristo, llamemos al arrepentimiento.
Hay promesa, que el mundo conozca que Dios envió a Su Hijo, nosotros somos parte de esa promesa cumpliendo la gran comisión, algunos se convertirán. Sin embargo, se manifestará en aquel Día plenamente la Gloria de Dios a todas las naciones de la tierra. Esta promesa será manifestada en aquel Día, cuando el Señor, ponga a su pueblo, a su iglesia, a su cuerpo, a la derecha, cuando llame a los benditos de Su Padre a heredar el Reino preparado para ellos. En ese día, el mundo, las cabras, los enemigos de Dios, el Diablo y sus ángeles, todas las naciones, verán la gloria de Cristo y Su esposa. Ese día serán manifestadas plenamente estas palabras: “para que el mundo conozca que tú me enviaste, y que los has amado a ellos como también a mí me has amado”
Ese día el mundo “creerá”, pero será demasiado tarde. Ese día el mundo verá más visiblemente que la iglesia, el cuerpo de Cristo, es uno, y que es uno también con el Señor.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana
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