«para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre q le envió» (Juan 5:23).
Para que estas dos Personas Divinas, el Padre y el Hijo, iguales en esencia y obras, sean también iguales en honra. Los judíos incrédulos, que se han propuesto matar al Hijo, no deben imaginar que pueden honrar al Padre, que dicen ellos seguir.
1. Para que todos honren al Hijo.
Los judíos acusaban a Cristo de quebrantar el Dia de Reposo por sanar a un Paralitico en Betesda, y de hacerse igual a Dios, pues decía que Dios era Su Padre (V1-18). Cristo les confirma quien era Él y de parte de quién venía. Por tanto, debían honrarlo, como decían honrar al Padre.
Cristo reprueba a los judíos por sus falsas acusaciones, y les muestra quién es realmente Él (V17-23). Les muestra que era igual a Dios. Les responde sobre el Dia de Reposo y el trabajo, sobre las obras del Padre y Él, sobre su facultad de dar Vida Eterna, sobre el juicio que le delegó Su Padre. Muchas profecías hablaban de la Honra que tendría el Mesías cuando viniera, igual a la del Padre (Is 9:6-7; Miq 5:2; Sal 2:12). Los judíos conocían estas profecías, y sabían que el Mesías merecía recibir toda la Honra del pueblo. Cristo, por tanto, les afirma que Él era el verdadero Hijo de Dios, el Mesías que ellos esperaban, el Rey de Israel, que había venido al mundo a hacer la voluntad de Su Padre, y por tanto merecía la misma honra que Él. Esa era la voluntad de Dios, el Padre que los judíos decían tener, que honraran al Hijo. “para que todos honren al Hijo como honran al Padre”. Pero los Judíos no lo hacían, al contrario, lo despreciaron (Is 53:3).
¡Que todos honren al Hijo! de lo contrario no podemos decir que honramos y seguimos a Dios, pues. “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”.
2. El mundo deshonra al Hijo.
La mayoría de las personas dice creer-seguir a Dios el Padre, pero no creen-siguen a Jesucristo su Hijo. Dicen seguirlo con su falsa religión, filosofía, mente, a su manera, pero todos, en mayor o menor grado, excluyen y distorsionan la persona y obra de Cristo. Deshonran al Hijo, por tanto, no honran al Padre que lo envío.
El pecador profano deshonra al Hijo, blasfema su nombre, se burla, hace mofa, se ríe, toma su nombre vano. El ateísmo, agnosticismo, humanismo y las religiones orientales reconocen a Cristo como un simple maestro de moral, un líder religioso, pero no como Dios hecho carne. Los musulmanes, ven a Cristo solo como un profeta, pero no como el Dios Redentor. El judaísmo niega que Jesús fue el Mesías que vino hace 2.000 años. Los Testigos de Jehová, niegan la Deidad de Cristo. Los mormones también, y además afirman que Jesucristo es hermano de Satanás. El catolicismo, aunque dice afirmar que Jesús es el Salvador, tienen otros intermediarios y formas adicionales para la salvación (María, santos, sacramentos). El creyente de la iglesia moderna piensa que Jesús es solo amor, paz y misericordia, no conocen de Su santidad, justicia, ira, y aborrecimiento del pecado. Aun dentro de la Reforma actual, Cristo es el Salvador, pero no es el Señor (santidad es legalismo). Todos ellos deshonran al Hijo, y “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”.
Todos se creen hijos de Dios, como los Fariseos (Jn 8:39-41). Las religiones Abrahámicas (monoteístas) reclaman ser hijos de Abraham. Los judíos (Abraham: padre-Jacob), los musulmanes (Abraham: padre-Ismael) y los cristianos (Abraham padre-Fe). Por tanto, dicen ellos, tenemos el mismo Dios, el mismo Padre celestial. El ecumenismo Papal dice que todas las religiones llevan al mismo Dios y Padre, incluso el ateísmo, si sigue sinceramente la voz de su conciencia (moralismo). Pero… ¿Todos tenemos un mismo Padre? ¿Qué dice la Biblia? “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”.
Los gobernantes del mundo conspiran contra Cristo, se quieren deshacer de Él con sus leyes contrarias a las de Él, no lo honran (Sal 2:2-3). Los judíos rechazaron y rechazan a Cristo (Hc 4:11). Para el mundo, Cristo y su evangelio, es de locos, de idiotas, es locura (1 Cor 1:22-23). ¿Tienen nuestro mismo Dios? ¿Tenemos el mismo Padre? ¿Seguimos al mismo Dios? ¿Honran a Dios? Por supuesto que no.
Entonces ¿Quiénes honran a Dios el Padre? Los que honran al Hijo, los que se han arrepentido de sus pecados y aman a Cristo. ¿Se ha arrepentido de sus pecados (nuevo nacimiento, cambio radical, nueva criatura, cambio de mente, corazón y afectos)? El pecado deshonra a Cristo, y, solo los que se han arrepentido de sus pecados, tienen a Abraham y Dios como Padre (Lc 3:8; Mt 3:9). ¿Ama a Cristo? ¿lo obedece, lo sigue, lo predica, medita en su obra, ha llorado por el que traspasó con sus pecados? Por que quien no ama a Cristo, lo deshonra, es maldito (1 Cor 16:22), y solo los que aman al Hijo, pueden decir que Dios es su Padre (Jn 8:42). Si no se ha arrepentido de sus pecados, si no ama a Cristo, no diga que tiene a Dios como Padre, no tome su nombre en vano, como los hipócritas fariseos que denunció Cristo (Mt 15:8-9). La realidad es que usted no es hijo de Dios, usted tiene otro padre, el Diablo (Jn 8:44). Usted, como los judíos en tiempos de Cristo, deshonra al Hijo (Jn 8:48-49). Solamente los que han recibido a Cristo, los que son gobernados por Él, los que lo honran, pueden ser llamados hijos de Dios (Jn 1:12). Nadie fuera de Cristo, sigue al verdadero Dios, ni honra al Padre, no son hijos de Dios. “El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió”.
3. Honrad al Hijo.
Tenemos un llamado de Dios Padre a honrar a Su Hijo. Su pueblo lo honrará en la vida y en la muerte; el impío, lo deshonra en vida, pero en la muerte lo reconocerá, aunque demasiado tarde. ¡Será honrado por todos!
Debemos honrar la doctrina de Cristo. Su doctrina es excluyente, sí, excluyente. El cristianismo es dogmático, sí, dogmático. Y debemos afirmarlo así, claramente. Debemos volver a afirmar algunas verdades doctrinales sin temor, sin sonido de trompeta incierto. Afirmemos…
Que solo en el nombre de Cristo hay salvación. En el nombre de Abraham, Mahoma, María, Buda, o el Papa, no hallaremos jamás salvación (Hch 4:12). Que Cristo es el único camino para llegar al Padre y al cielo. Sin en Él no se puede tener ninguna comunión con Dios; las oraciones son estériles, no son atendidas, hay condenación eterna (Jn 14:5-10). Que Jesucristo es el único intermediario entre Dios y los hombres. María, los santos, el Papa, la iglesia de Roma, no lo acercarán a Dios, antes lo alejarán y agravarán su condenación, ellos no se sacrificaron para rescate del pecado (1 Tim 2:5-6). Que solo creyendo en Cristo podemos hallar la Vida Eterna, si no, hay perdición e ira de Dios eterna (Jn 3:16, 36). Que Cristo es el único que nos puede librar de la muerte eterna (Jn 5:24). Que Cristo es El único que alumbra a los hombres, y fuera de Él solo hay tinieblas (Jn 1:4; 8:12). Que solo Cristo perdona pecados (Mt 9:2; Lc 7:48-49). Que solo en Él hay plena reconciliación con Dios, perdón de pecados, paz, justificación (Col 1:14; 1:20; Rm 5:1; 3:24-25). Que Cristo es el centro de las Escrituras (Jn 5:39, 46; Lc 24:27). Que quién no Honra a Cristo está excluido, tiene una condición deplorable ante Dios, está en deshonra. Que quien niega su obra expiatoria, lo deshonra, por tanto, es anticristo (1 Jn 2:22). Que quien lo niega, niega al Padre (1 Jn 2:23). Que quien no cree en Él, está bajo la ira de Dios (Jn 3:36). Que quien no come su carne y bebe su sangre, no tiene vida eterna (Jn 6:53-54).
Hermanos debemos afirmar también que el cristianismo es la única religión verdadera, anuncia la Verdad, la obra de Cristo, tengámoslo siempre presente (1 Tm 3:15-16). Todas las otras religiones son falsas, deshonran a Cristo, llevan al infierno. Cristo no las toleró, por eso dijo palabras como éstas. El cristianismo es el único que tiene la verdad, tiene la Palabra de Dios, la Biblia, la palabra profética más segura, que anuncia a Cristo, y no tolera la mentira, la falsa religión, las filosofías humanistas, no hay comunión con ninguna de ellas. ¡Todas deshonran a Cristo! Debemos seguir afirmando estas verdades dogmáticamente, sin temor. ¡Que todos Honren al Hijo!
Todos lo honrarán, en vida y muerte, salvos y condenados, en el cielo y la tierra; el Cordero inmolado es digno de la Honra (Ap 5:9-13). Reyes, ¡Honrad al Hijo! para que no venga la ira sobre ustedes (Sal 2:10-12). Amigo, ¡Honre al Hijo! Reciba a Jesucristo, arrepiéntase, reciba este mensaje (Mt 10:40). La indiferencia lo deshonra, seguirá en guerra con Él (Mt 12:30; Lc 11:23). Sólo los cristianos llegan al cielo, si, los cristianos nacidos de nuevo, apartados del mundo, que viven para Cristo, que lo honran. Los que no, los que mueran en otra creencia, los que no honren a Cristo con sus vidas, su destino será perdición; el llamado es a honrarlo (Mt 7:13-14). Sólo hay dos destinos eternos, cielo o infierno. No más. ¿Cuál escogerá? ¿El de la honra o la deshonra? Amigo ¿Por qué no lo quiere honrar? ¿Por qué quiere perecer? ¿Por qué se quiere condenar? ¿Por qué no quiere ir a Él para tener vida? (Jn 5:40).
Ante Él se doblará toda rodilla, es mejor que lo haga acá, hónrelo acá, allá no habrá nada que hacer (Rm 14:10-11). Si honramos al Hijo, el Padre nos honrará eternamente, es una promesa (Jn 12:26). El Espíritu Santo honra a Cristo, y nos enseña a hacerlo (Jn 16:14). Cristo es Dios, Creador, sustenta todo, Cabeza de la iglesia, principio y fin de todo, es la misma imagen del Padre, tiene toda su plenitud, Él merece toda la Honra y preminencia, todo fue hecho para Él (Col 1:15-20). Cristo honró al Padre, por eso Él también honró al Hijo, para ¡Que todos honren al Hijo! Y todos lo honrarán, salvos y condenados, cielo y tierra, acá y allá (Fil 2:9-11).
Este es el mensaje del Padre, eso fue lo que reveló el Espíritu Santo, lo que dicen las Escrituras, lo que debemos anunciar, esta es la Voluntad de Dios al mundo ¡Que todos honren al Hijo! “para que todos honren al Hijo como honran al Padre. El que no honra al Hijo, no honra al Padre que le envió” (Jn 5:23).
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (23 de Mayo de 2021): «¡QUE TODOS HONREN AL HIJO!»
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