«Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da» (Éxodo 20:12).
“El 5º mandamiento del decálogo, el primero con promesa (Ef 6:2), y también el primero de la 2ª tabla. Aunque puede extenderse a todo ascendiente en línea ascendente (abuelos, padrastros, madrastras, tutores, nodrizas, superior dignidad/cargo: reyes, gobernadores, magistrados, ministros, amos); sin embargo, se refiere principalmente a los padres directos (papá, mamá). Deben mostrarles afecto filial, cariño, reverencia, honor, estima, obediencia, brindarles alivio y asistencia cuando lo necesiten. “para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”. La tierra de Canaán, prometida a sus padres, y que estaban por poseer… una larga vida en cualquier lugar o tierra es una bendición, no siempre disfrutada por los hijos rebeldes… la obediencia a sus mandamientos puede ser el medio para prolongar los días de los hijos obedientes” (John Gill).
1. ¡UN MANDAMIENTO DESOBEDECIDO!
La Biblia dice que en los últimos tiempos los hijos serán desobedientes a los padres (2 Ti 3:1-2).
Vivimos en una sociedad que motiva la rebeldía y anarquía. Las leyes legislan contra la autoridad y corrección de los padres, y la obediencia de los hijos. La desobediencia abunda por todo lado, no hay disciplina. Una sociedad influenciada por la psicología (“crianza respetuosa”), que forma niños caprichosos, mimados, llorones, consentidos, groseros, pataletosos, contestones, a que se haga lo que ellos digan, sus propias reglas y voluntad, niños que no atienden a ninguna orden, que pasan por encima de todo. Los padres son simples espectadores, alcahuetas del pecado de sus hijos, formando monstruos, los delincuentes del mañana, sin Dios, ni ley. Los padres tienen poca o ninguna autoridad, y los hijos son los pequeños dioses de sus casas. Muchos hasta les pegan, gritan y maltratan a sus padres. Una sociedad influenciada también por el socialismo y el progresismo. Jóvenes que en general quieren todo gratis, poco o nada trabajan, proclaman a Marx, al Che Guevara, denuncian las injusticias del “capitalismo salvaje”, desde un Starbucks o McDonald’s, con sus celulares inteligentes. Por eso vemos hoy toda una generación de jóvenes inútiles, los "ninis" (ni estudian, ni trabajan), buenos para nada, una generación “Peter Pan”, mantenidos de sus padres. Buenos eso sí, para gastar el dinero de sus padres, en banalidades, viajes, entretenimiento, alcohol, drogas, sexo, o pornografía. Buenos también para ir a marchar y exigir sus “derechos”, con el dinero de otros; de lo contrario, cual anarquistas y vándalos, queman lo que se les cruza por delante (policías), destruyen lo que otros con esfuerzo han construido. Y muchos, cuando sus padres envejecen, los mandan a un ancianato, y se adueñan de su pensión y posesiones. Una sociedad que tiene en poca estima al padre y a la madre, un mundo en dónde predominan la desobediencia a los padres, tiene pocas esperanzas.
Así es esta generación, maldice a su padre, y a su madre no bendice (Pr 30:11).
Esaú amargó el corazón de sus padres, al unirse en yugo desigual (Gn 26:34). Causó fastidio en Rebeca (Gn 27:46). Esaú era fornicario, y también profano (Heb 12:16). Los hijos del sacerdote Elí eran impíos (1 S 2:12). Aprovechaban el sacerdocio de su padre para tomar de las ofrendas (1 S 2:17). Fornicaban con mujeres en el Templo (1 S 2:22). Fueron tropiezo al pueblo y vergüenza para su padre (1 S 2:23-24). Nunca oyeron las tímidas reprensiones de su padre (1 S 2:25).
Son malditos los que deshonran a sus padres (Dt 27:16). Merecen juicios (Pr 30:17). Los hijos rebeldes debían ser apedreados (Dt 21:18-21). Debían morir (Ex 21:17; Lv 20:9). La ley les recae (1 Ti 1:9-10). Su lámpara se apagará (Pr 20:20).
2. ¡HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE!
“El 5º mandamiento se refiere a los deberes de los hijos a sus padres (únicos especificados)” (Matthew Henry).
“El 5º mandamiento exige que rindamos el debido honor y cumplamos con nuestras obligaciones para con toda persona en su respectivo puesto o relación… prohíbe que descuidemos o rebajemos el honor o el servicio que corresponde a cada uno en el puesto o relación que ocupa” (C.M. Westminster).
HONRAR A LOS PADRES: Cristo dio vigencia a este mandamiento (Mt 15:3-4). Lo citó con el joven rico (Mc 10:19; Mt 19:18-19). Los impíos entienden este principio (Mal 1:6).
1. Respeto decoroso (Éx 20:12; Dt 5:16; Lv 19:3). Una estima interior expresada exteriormente en nuestra conducta hacia ellos. Debemos darle honra, respeto, reverencia, cariño, afecto, paciencia. No ser ásperos, duros, groseros, contestones, impacientes, ni burlarnos de ellos.
2. Obediencia a sus mandatos (Ef 6:1; Col 3:20). Venid cuando os llamen, id a donde os envíen, haced lo que os digan, absteneos de lo que os prohíban; (hacedlo) con alegría y amor. Hacer caso (mientras no contradiga la Biblia), a sus instrucciones, enseñanzas, prohibiciones, advertencias, consejos.
3. Sumisión a sus reprensiones, correcciones y disciplina (Heb 12:9). Aceptar mansamente sus castigos y disciplinas (vara, prohibiciones). Venérenlos, ámenlos por eso.
4. Atender consejo, dirección y consentimiento (Pr 1:8-9). Contemos con ellos en ciertas decisiones, atendamos consejos, que conozcan nuestros éxitos y fracasos, no nos aprovechemos de sus recursos.
5. Ayuda, consuelo y facilitarles la vejez (Mt 15:4-6). Darles sustento y ayuda cuando lo necesiten (económica, enfermedad), no no ponerles cargas innecesarias (oficios, ayudas económicas, problemas). Si son viudas necesitadas, mucho más (1 Ti 5:4, 16).
HONRAR A LOS ANCIANOS, ABUELOS: Debemos tratarlos como si fueran nuestros padres (1 Ti 5:1-2). Debemos darle respeto, reverencia, ser pacientes, no tratarlos duro, ásperamente. Ellos han vivido más, las canas son de honor (Lv 19:32).
HONRAR A LOS PASTORES: son como “padres” espirituales (1 Co 4:14-17). Debemos obedecer en todo lo que nos digan que sea conforme a la Escritura (santidad, fidelidad. Apartarse: pecado, mundo), y que no atente nuestra conciencia (temas administrativos y de orden en la iglesia). Ellos les han enseñado la Palabra. Imitemos su fe (He 13:7). Ellos velan por sus almas. Obedezcamos y sujetémonos a ellos (He 13:17). Jóvenes, sean mansos con sus pastores (1 P 5:5). Son dignos de doble honor (1 Ti 5:17-19).
HONRAR A LOS AMOS TERRENALES: A través de ellos, Dios provee a sus hijos. Son dignos de todo honor (1 Ti 6:1-2). Debemos cumplir nuestros deberes laborales con excelencia; obedecer en todo lo que no me implique desobedecer la Biblia o vaya contra nuestra conciencia cristiana. Sirvámosles con gozo, como si fuera al Señor, así no nos vean (Ef 6:5-7; Col 3:22). Así no sean los más agradables (1 P 2:18). No debemos ser altaneros, ni defraudar su confianza (Ti 2:9-10).
HONRAR A LAS AUTORIDADES CIVILES: fueron establecidas por Dios para protegernos, refrenar el mal en la sociedad, y mantener el orden. Ellos deben castigar al malhechor y proteger al que hace lo bueno (Ro 13:3-5). Debemos respetarlos (Éx 22:28; Hc 23:4-5). Debemos sujetarnos (1 P 2:13-17), por supuesto, en todo lo que no vaya contra la Biblia o nuestra conciencia cristiana. Si nos oponemos porque sí (anarquía, rebelión), acarreamos condenación (Ro 13:2). Oremos por ellos para que podamos seguir extendiendo el reino de Cristo (1 Ti 2:1-2). Estemos dispuestos a colaborar en lo bueno (Ti 3:1). Démosle honra (Ro 13:7).
3. ¡LARGA VIDA!
“Esta promesa es la razón anexa a este mandamiento… menciona la tierra de Canaán como otra razón. Deben recordar, al llegar allí, obedecer, si no, sus días se acortarían allá (individualmente, y como nación). Se promete una larga vida en esa buena tierra, particularmente a los hijos obedientes… Los que guardan este y los demás mandamientos, pueden estar seguros que les irá bien (consuelo, providencia, honra del Padre celestial), y que vivirán en la tierra tanto como la Sabiduría Divina lo disponga” (Matthew Henry).
LARGA VIDA. Esta promesa está expuesta también en Ef 6:2-3 y Dt 5:16. La obediencia trae esta bendición (Dt 4:40). No debemos olvidar que nuestros días ya están determinados (Job 14:5). Isaac fue obediente a su padre Abraham (Gn 22:6-9). Su descendencia hasta hoy ha perdurado. Cristo fue obediente a sus padres terrenales (Lc 2:51). Y también a su Padre celestial (Lc 2:49). Cristo, como Moisés, fue fiel a Dios el Padre (He 3:2). Cristo fue obediente a su Padre (Jn 4:34). Por eso su reino que se ha acercado a la tierra, ha sido largo, ha alcanzado hombres y mujeres de todas las naciones (Is 53:10). Y su reino eterno, no tendrá fin (Is 9:7). Igual nosotros con nuestro padre celestial (Mal 1:6; Heb 12:9).
PADRES… Que vean unos padres que se aman y respetan (Ef 5:33). Instrúyanlos en Cristo (Pr 22:6). Edúquenlos en la disciplina del Señor (Ef 6:4). Corríjalos desde sus primeros brotes de pacado (Pr 13:24). Use la vara, los hará sabios, no serán su vergüenza (Pr 29:15). Les darán paz y gozo (Pr 29:17). Alejará su necedad (Pr 22:15). No la retenga, lo librará del infierno (Pr 23:13-14). No sigan el ejemplo de Elí, que honró más a sus hijos que a Dios, el Señor lo reprendió (1 S 2:29). Los hijos rebeldes son estorbo para el llamado pastoral (Ti 1:6). Elí no estorbó a sus hijos, y Dios lo quitó del sacerdocio (1 S 3:12-14). No los exasperen (Col 3:21). No les den órdenes contrarias, incoherentes, castigos exagerados, o por cualquier cosa menor, no sean mal ejemplo, que no haya maltratos físicos, golpes, ira, usen la vara con amor. No los provoquen a ira (Ef 6:4). No tengan preferencias, como las tenían Isaac y Rebeca, con Esaú y Jacob (Gn 25:28). Madres y abuelas, sean como las de Timoteo (2 Ti 1:5). Háblenles de Cristo, enséñeles la Biblia, sean ejemplo de santidad, obediencia, y sujeción. Padres, muéstrenles las maravillas de Dios, de donde los sacó, y hacia donde nos lleva (Dt 6:20-24). Padres, enséñeles a que reconozcan al único Dios verdadero, como David dijo a Salomón (1 Cr 28:9). Padres, satúrenlos de la Palabra (Dt 6:6-7). Niños, desde la niñez conocen las Escrituras, por tanto (1 Ti 3:14-15).
HIJOS… Obedezcan en todo a sus padres, no solo cuando los están viendo, también cuando no los ven. Sus palabras y actitudes deben ser respetuosas, no deben levantar la voz, hacer pataletas, mala cara, enojarse, ser respondones, argumentativos, rencorosos, groseros. Recuerden que ellos son su autoridad, no son sus amiguitos, Dios los puso por encima de ustedes. Obedezcan las normas (comida, hora: dormir-levantarse, devocional, oficios, tareas, amistades, juegos, lecturas, pueden, no pueden), sean siempre sujetos a su disciplina y corrección. Obedezcan de buena gana. No sean la tristeza y vergüenza de sus padres. Honren al Señor y obedezcan a sus padres. Atiendan el consejo final de Pr 23:19-27.
Hermanos, niños, amigos: “Honra a tu padre y a tu madre, para que tus días se alarguen en la tierra que Jehová tu Dios te da”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo 3 de Marzo de 2024: QUINTO MANDAMIENTO: "HONRA A TU PADRE Y A TU MADRE".
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