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¡SALVA, OH JEHOVÁ!

Actualizado: 16 sept



«Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres» (Salmos 12:1).

 

John Gill comenta: “Cuando hay pocos piadosos; cuando su número se reduce considerablemente, ya sea por la muerte, o cuando aquellos que parecían, y se pensaba que lo eran, demuestran lo contrario. El salmista ora por ayuda y salvación… Porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres. No quedan entre ellos más que hombres carnales, no regenerados, impíos e infieles”.


1. DAVID EN TIEMPOS MALOS.

 

“Pregúntenles a los hijos de este mundo qué es lo que, según ellos, hace que los tiempos sean malos, y le dirán: la escasez de dinero, la decadencia del comercio, o las desolaciones de la guerra... Pero la Escritura atribuye la maldad de los tiempos a causas de otra naturaleza. 2 Tim 3:1 dice que: “Vendrán tiempos peligrosos”, porque abundará la iniquidad. Eso es de lo que David se queja aquí. Cuando hay decadencia general de la piedad y honestidad entre los hombres, los tiempos son entonces verdaderamente malos: cuando el hombre piadoso cesa y el fiel falla” (Matthew Henry).

 

CONFIANZA EN TIEMPOS MALOS. David pide a Dios ayuda y protección contra los malos (Versos 1-7 del Salmo 12). Matthew Henry comenta sobre el Salmo 12: “Se supone que David escribió este salmo durante el reinado de Saúl, cuando había una decadencia general de la honestidad y piedad, tanto en la corte como en el país, de lo cual aquí se queja a Dios (sentidamente), porque él mismo sufrió la traición de falsos amigos y la insolencia de enemigos”. 

 

LOS PIADOSOS. Son los regenerados, salvos, santificados, son lo opuesto a los impíos, ya que ellos viven en la impiedad del mundo y sus deseos. Los piadosos renuncian a ello, y viven piadosamente acá (Ti 2:11-12). La iglesia visible de los postreros tiempos tiene apariencia de piedad (2 Ti 3:5). Los falsos maestros no enseñan sobre la piedad; son codiciosos, se aprovechan del rebaño (1 Ti 6:3-5). Habrá juicio para los impíos (Jud 1:15). La piedad debe ir acompañada de contentamiento (1 Ti 6:6-8).


LOS FIELES. Lo son a Dios, a Cristo, a sus cosas, a su iglesia, a lo que han recibido de Dios (dones, gracias, providencia). Los siervos fieles multiplican sus talentos (Mt 25:20-23). Los infieles no, son cobardes (Mt 25:24-28). Los infieles vuelven al mundo, serán castigados severamente (Mt 24:48-51). Debemos ser fieles al Señor hasta la muerte (Ap 2:10). Solo los fieles vencerán (Ap 17:14).

 

2. ¡LA ESCACEZ DE LOS BUENOS!

 

“Se dice que los piadosos cesan y fallan (por muerte, deserción, o ambas). Los piadosos y fieles fueron quitados, y los que quedaron, tristemente se habían degenerado y no eran lo que habían sido; había poca o ninguna gente buena (verdadero israelita). Tal vez quiso decir que no había hombres piadosos y fieles entre los cortesanos de Saúl” (Matthew Henry).

 

Miremos la escasez de los fieles y piadosos a lo largo de parte de la historia Bíblica.

 

EN LOS DÍAS DE NOÉ. La maldad humana abundaba en la tierra (Gn 6:5). Era una sociedad corrompida (Gn 6:12). Vivía en lo terrenal, no oyó al único piadoso y fiel, a Noé (Mt 24:38-39).

EN LOS DÍAS DE LOT, EN SODOMA Y GOMORRA. No habían 10 piadosos allí (Gn 18:32). Era una sociedad mundana, entregada al placer y la inmoralidad, llena de soberbia, sin misericordia (Ez 16:49-50). Era una sociedad que vivía en lo terrenal (Lc 17:28-29). Lot, solitario, moraba en medio de la iniquidad reinante (2 P 2:7b-8).

EN LOS DÍAS DE SALOMÓN. Hombres de verdad no habían (Pr 20:6).

EN LOS DÍAS DE ASAF: Escribe el Salmo 80, el cual es un Testimonio del evangelio, la iglesia despreciada, y su progreso. Israel solitaria, fue escarnio a sus vecinos (Sal 80:5-6). Todos los pueblos paganos la devoraban (Sal 80:12-13). Fue quemada y asolada (Sal 80:16).

EN LOS DÍAS DE ELÍAS. Elías estaba solo en medio de 850 falsos profetas, y de un pueblo que estaba en 2 caminos (1 Ry 18:19-22). Elías, solitario, lamentaba el terrible estado y condición de Israel (1 Ry 19:10, 14).

EN LOS DÍAS DE MIQUEAS. Escaseaba el misericordioso y recto, abundaba la injusticia y la maldad en los hombres (Miq 7:1-6).

EN LOS DÍAS DE ISAÍAS. Era una generación de malignos (Is 1:4). El justo y el piadoso estaban por desaparecer (Is 57:1). No había quien clamara por justicia ni juzgara con la verdad (Is 59:4).

EN LOS DÍAS DE JEREMÍAS. No había quien hiciera justicia ni quien buscara la verdad (Jer 5:1-2).

EN LOS DÍAS DE CRISTO. La generación de judíos en tiempos de Cristo, guiada por los escribas y fariseos, eran una generación mala y adúltera (Mt 12:38). Cristo lloró sobre Jerusalén porque en su mayoría no reconocieron el tiempo de su venida (Lc 19:41-44). Cristo hizo lamento por Jerusalén; quedaría desolada (Mt 23:37-39).

EN LOS POSTREROS TIEMPOS. Muchos son engañados, hay mucha maldad, muchos se enfrían (Mt 24:11-12). Muchos apostatan de la fe (1 Ti 4:1). Son tiempos peligrosos; hay una iglesia visible con apariencia de piedad (2 Ti 3:5). La iglesia es sal desvanecida, hollada por el mundo (Mt 5:13). CUANDO REGRESE CRISTO. La fe escaseará (Lc 18:8). El mundo estará en lo terrenal, como en los días de Noé (Lc 17:26-27). La iglesia será perseguida (Ap 11:9-10).

 

3. ¡SALVA, OH JEHOVÁ!

 

Desprovisto de compañía, consejo y ayuda de hombres buenos y bondadosos (teme que cese el interés de la religión). Cuando los amigos y el refugio fallan, los santos se encaminan hacia Dios; su salvación viene de Él; Él es su ayuda en tiempo de angustia. Él salva y reserva para sí a un número en los peores tiempos; como lo hizo en el tiempo de Elías, quien pensó que no quedaba ningún hombre piadoso excepto él (Ro 11:1-5)” (John Gill).

 

DIOS SALVÓ EN LOS PEORES TIEMPOS. Salvó a Noé y su familia de la destrucción del diluvio (Gn 6:7-8; 2 P 2:5). Salvó a Lot de la destrucción y perversión de Sodoma y Gomorra (2 P 2:7-9). Salvó a Israel de la esclavitud de Egipto, y siguió haciéndolo después, como emblema del progreso de la iglesia (Sal 80:8-11). Salvó a Judá en los días de Isaías (Is 1:9). Salvó a Israel en los días de Elías; resguardó profetas (1 R 18:4). Levantó a 7.000 valientes del pueblo (1 Ry 19:18). Salvó a los Judíos del cautiverio en Babilonia, por medio de Ciro (2 Cr 36:22b-23). Salvó a muchos Judíos en los días de Cristo (Mt 4:16). Salvó por Gracia a muchos Israelitas en los días de Pablo (Ro 11:1-5). Prometió seguir salvando hasta el final (Mt 13:31-32).

 

SALVARÁ EN LOS DÍAS FINALES. Salvará en la hora de la prueba final (Ap 3:10). Salvará de la apostasía de la gran Babilonia (Ap 18:4-5). Salvará a muchos Judíos (Ro 11:25b-27), ellos reconocerán al Bendito de Jehová, a Cristo (Mt 23:39). La iglesia al final será salvada cuando Cristo vuelva (Ap 11:11-12).

 

¿SON POCOS LOS QUE SE SALVAN? Es cierto que muchos se condenarán (Lc 13:23-24). Sin embargo, Dios salva de toda tribu, lengua y nación (Ap 5:9). Seremos una multitud que no se puede contar, salvada por el Cordero (Ap 7:9-10). Para que toda esa multitud sea salva, debemos predicar al mundo el evangelio eterno (Ap 14:6). Dios dispuso salvar por la locura de la predicación (1 Co 1:21). Debemos decir al mundo que deben creer en Cristo para ser salvos (Hc 16:30-31). Debemos decirles que deben creer en Cristo con el corazón y confesarlo con sus labios (Ro 10:9-10). Debemos anunciar al único Salvador (Hc 4:12).

 

DEBEMOS CLAMAR A DIOS PARA QUE SALVE. Clamemos que resplandezca en nosotros (Sal 80:3, 7). Clamamos que aparte su indignación de nosotros (Sal 80:4). Clamemos que vuelva ahora a visitarnos (Sal 80:14-15). Clamemos que volvamos a Cristo, y seremos salvos (Sal 80:17-19). Clamemos como Cristo, para que todo su pueblo esté con Él en la gloria eterna (Jn 17:24). Clamemos a Dios para que siga salvando en medio de estos tiempos malos (Hab 3:2). Debemos tener un corazón que busca ser piadoso y fiel. Si no, clame, no solo para que salve en medio de los tiempos malos; también para que usted sea salvo (Jer 17:14). Si somos piadosos y fieles, igual clamemos al Señor para que nos siga salvando (Sal 86:1). El salva por amor a su nombre (Sal 54:1). Clamemos que seamos piadosos y fieles, clamemos por un corazón recto (Sal 51:10). Debemos ser irreprensibles y alumbrar en esta generación dónde escasean los fieles y piadosos (Fil 2:15-16).

 

“Salva, oh Jehová, porque se acabaron los piadosos; porque han desaparecido los fieles de entre los hijos de los hombres”.


X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 15 de Septiembre de 2024: ¡SALVA, OH JEHOVÁ!



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