“Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño” (Isaías 17:10)
Los israelitas se olvidaron del Dios que los sacó de Egipto, del que los libró de Faraón. Se olvidaron quién es ese Dios. Hoy es igual en la iglesia visible. Se olvidaron quién es el Dios al que le dicen “Salvador”. No conocen al Dios verdadero, su carácter, atributos, Palabra. Hay una ignorancia del Dios verdadero, tanto en la iglesia arminiana moderna como en la Reforma actual. La iglesia arminiana moderna parece adorar a Dios en “espíritu”, basado en los sentimientos, en el corazón perverso y engañoso humano, no lo adoran en Verdad. Evidentemente no conoce al Dios de la Biblia. Si no lo adoran en verdad, tampoco pueden adorarlo en “espíritu”. Se olvidaron de Dios “Porque te olvidaste del Dios de tu salvación…”. La iglesia Reformada parece adorar a Dios en “verdad”, con la cabeza, con el intelectualismo teológico muerto, pero no en Espíritu, lo honran con sus labios, pero su corazón está lejos de Él. Si no lo adoran en Espíritu, tampoco lo adoran en “verdad”. Tienen a Dios en la mente, pero no lo tienen en el corazón. Las dos se olvidaron de Dios “Porque te olvidaste del Dios de tu salvación”. ¿Es usted de estos?
Los israelitas también se olvidaron quien los había sustentado, protegido y defendido. Buscaron otro fundamento en quién afirmarse. No se acordaron de la Roca de su refugio. Hoy es igual en la iglesia moderna, tiene otros fundamentos, fuera de Cristo. Él está a la puerta, afuera (Apoc 3:20). Cristo no es el fundamento. Se han olvidado de Su Palabra como en tiempos de Josías. Por eso hoy se predica psicología, humanismo, pedagogía secular. Su fundamento son las estrategias traídas de Egipto, sobre la arena, es inestable. Ante una prueba, tribulación, persecución, cárcel, muerte, alguna pérdida económica o familiar, una enfermedad, traición, rechazo, el tener que negarse, ante la tentación del Diablo con pensamientos sucios y blasfemos a abandonar el camino, sucumbe, y termina desertando. Cuando es perseguido por causa de Cristo y Su Palabra, por tomar decisiones radicales conforme a la Palabra, cuando siente la presión de amigos y familiares por estas cosas, cede, se vuelve más laxo, vuelve atrás, y deserta del camino angosto. Su esperanza también está en las riquezas y lo terrenal. Cuando deben dejarlas por la causa de Cristo, negocian con Dios, nunca las sueltan realmente, las conservan como su tesoro más preciado. Sus vidas son infructuosas y tibias. Cristo no es el fundamento de esta iglesia, Él está afuera de estas congregaciones, no moran en estas personas, no tiene comunión con ellas. Cristo es simplemente un cliché, una moda, una religión vacía de obras muertas, pero no el fundamento firme sobre el cual se sustentan. Cristo y su bendita Palabra no son suficientes para la iglesia de hoy.
Cristo debe ser el único fundamento (1 Ped 2:6-8). Cristo es la Roca anunciada con Jacob, la que nos guarda y sustenta en nuestro caminar (Gén 28:15-18). Cristo es el cimiento estable, inamovible, indestructible, piedra preciosa y aprobada para su pueblo (Is 28:16). Cristo es la Roca principal sobre la cual se edifica la Iglesia, no hay otro fundamento (Ef 2:20-22). Solo los que edifican sobre este cimiento, resistirán las pruebas de Dios, las seducciones del mundo y los ataques del Diablo (Mt 7:24-25). El que en Él confía no será avergonzado. Pero el que lo rechaza y no se afirma verdaderamente en Él será destruido, arrasado por el mundo. No tendrá refugio en aquel día, destrucción eterna “no te acordaste de la Roca de tu refugio”. ¿Es usted de estos?
Al olvidarse del Dios de su salvación y de la Roca de su refugio, los israelitas sembraron sarmiento extraño, aunque parecían hermosas. Al seguir otro “dios” y refugiarse en otro fundamento, se plantan en la iglesia doctrinas falsas, adoración extraña, idólatra, superstición, y todo tipo de levadura traídas de afuera, del mundo, no de la Biblia. Los hijos de Aaron ofrecieron fuego extraño que el Señor no les había mandado (Lev 10:1-2). Hoy se siguen Introduciendo prácticas que Dios no ha mandado. Parecen inocentes, pero es falsa adoración, idolatría y superstición, practicas extrañas, sarmiento extraño. Las herejías destructoras son sarmiento extraño que introducen los falsos maestros en la iglesia. Por un lado, niegan la doctrina del señorío de Cristo y por el otro, hacen mercadería de la Fe (2 Ped 2:1-3). Las presentan como sembrados de plantas hermosas, pero son terrible sarmiento extraño. La levadura de los fariseos y los saduceos (Mt 16:6), es sarmiento extraño sembrado en la iglesia. Con el legalismo de los Fariseos, agregan a las Escrituras, enseñan como doctrinas mandamientos de hombres. Con el liberalismo de los saduceos, desmembran las Escrituras, introducen libertad ideológica, escepticismo y racionalismo. Las dos son veneno mortal, sarmiento extraño. Mientras la iglesia duerme, Satanás introduce la cizaña, sus hijos, los cuales introducen sarmiento extraño. Tengamos cuidado de ser engañados por la serpiente, ella es muy astuta. Recordemos que Satanás y sus ministros se disfrazan como ángel de luz. Introducen encubiertamente herejías destructoras, la levadura. Nos intentarán siempre engañar, sembrando plantas aparentemente hermosas, pero no es así, siembran sarmiento extraño. No nos dejemos tampoco llevar por el fruto aparente. No nos dejemos llevar por la fama y reconocimiento intelectual (Ap 3:1-2). Que no nos impresione la prosperidad, los números, los edificios (Ap 3:17-19).
El Señor conoce perfectamente nuestra condición espiritual. Esforcémonos por ser aprobados por Dios, reconocidos en el cielo, no por los hombres. Al Señor nadie lo puede engañar, no lo vamos a impresionar con esas cosas. No corramos tras ellas, no pongamos nuestra confianza en falsos refugios. Los israelitas en tiempos de Jeremías cometieron estos dos grandes males: se alejaron del Señor, y por esto cavaron cisternas rotas, se convirtieron en sarmiento de vid extraña. Fueron desechados por el Señor (Jer 2:13-23). Todo esto esto conduce a adoración extraña, superstición e idolatría, sarmiento extraño plantado en la iglesia. El Señor aborrece estas cosas. Una iglesia que abandona al Dios de la Salvación y a la Roca de refugio, que va por ayuda a Egipto, que planta sarmiento extraño traído del mundo, no le queda mas que ser quemada y destruida (Heb 6:7-8). “Porque te olvidaste del Dios de tu salvación, y no te acordaste de la Roca de tu refugio; por tanto, sembrarás plantas hermosas, y plantarás sarmiento extraño”. ¿Seremos de estos?
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana
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