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¡TESTIGOS DE CRISTO!

Actualizado: 1 nov 2022

«Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra» (Apocalipsis 11:10).

Los dos testigos representan “a los ministros del Evangelio y las iglesias de Cristo, que han dado testimonio por Cristo y contra el anticristo, desde que apareció en el mundo” (J. Gill)… Matthew Henry nos dice que en la época de mayor persecución, Dios sostuvo a sus testigos fieles para dar testimonio de la verdad de su palabra y adoración, y de la excelencia de sus caminos. El número de estos testigos es pequeño. Ellos profetizan vestidos de cilicio. Muestra su estado afligido, perseguido, y profunda congoja por las abominaciones contra las cuales protestan, y son sustentados durante su obra grande y difícil hasta que está terminada, hasta cuando Cristo vuelva y sea la resurrección general.


1. Contexto.

La iglesia es representada acá, adoran en el templo de Dios, medido con una caña; afuera los gentiles, hollan al pueblo de Dios (V1-2). Los dos testigos son los cristianos genuinos, aquellos que dan testimonio de Cristo y que han sido perseguidos por Su causa. Profetizan vestidos de cilicio durante el tiempo de hollamiento de los gentiles (V3-6). Son asesinados por la Bestia y su reino, cuando terminan de dar testimonio del Evangelio de Cristo (V7-10). Los moradores de la tierra son los inconversos. En Apocalipsis esta expresión es frecuente. Denota a quienes han hecho de la tierra su morada sin pensar para nada en un hogar eterno con el Señor.


2. Los moradores de la tierra.


Los dos testigos atormentaron a los moradores de la tierra. Su mensaje aguijoneó sus conciencias, estaban turbados. Llenos de malvada satisfacción, celebran sus muertes, dándose regalos unos a otros.


Así es el mundo hace con nosotros. Los moradores de la tierra son hijos de su Padre el Diablo, sirven a su reino, están engañados, y odian al cristiano. Adoran a la Bestia política, al anticristo y su reino, sus leyes y principios (Ap 13:7-8). Son Estatistas, su dios es el Estado, siguen sus leyes y principios, aun cuando vayan en contra de la Ley de Dios. Son obedientes a las autoridades, pero rebeldes al Señor. Unos dicen odiar al gobierno, pero piden más Estado, saben que es corrupto, pero quieren que se encargue de todo, confían a ciegas todo lo que les dice. Son engañados por la Bestia religiosa, por el mundo religioso, con todas sus supersticiones (Ap 13:13-14). Son hijos de la Gran Ramera (Iglesia católica romana con todas sus hijas: la religión oficial, judaísmo, islam, Nueva Era, religiones falsas, falso cristianismo, incluso el ateísmo). Dan una falsa paz (moralismo, justicia propia, “obras”), pero no enseñan a morir, y entregarse al Dios verdadero, a Jesucristo. Aman este mensaje, creen a ciegas sus dogmas. Aborrecen al pueblo de Dios, por causa de Cristo, por dar testimonio de Él (Mt 10:22). No toleran el Evangelio exclusivo de Jesucristo (única: puerta, camino), no soportan la santidad, la pureza, para ellos es fanatismo, locura. No nos soportan, nos odian, les fastidiamos, no quieren estar con nosotros, a menos que no hablemos de Cristo, vivamos livianamente, no los llamemos al arrepentimiento, toleremos o cedamos a sus planes, caprichos, o consejos. El Diablo y su reino nos asechan. No importa, alegrémonos, pero ¡Ay de los moradores de la tierra! (Ap 12:12).


Se atormentan al escuchar el mensaje de los testigos de Dios. Se turban cuando oyen de juicios terrenales. Los judíos estaban turbados por Jeremías, porque les dijo que les venía espada, hambre, pestilencia, destrucción, del Rey de Babilonia, a los que quedaran en Jerusalén, lo echaron a una cisterna (Jer 38:4-6). Solo quieren escuchar de paz, prosperidad, éxito, alcanzar sueños, proyectos, lisonjas. Se atormentan al escuchar de persecución, tribulación, pruebas, muerte, conflictos, guerra. Acab se turbó porque Elías le dijo que vendrían juicios por su desobediencia (1 Ry 18:17-18). Acab estaba turbado porque Micaías nunca le profetizaba cosas buenas, si no malas, por eso lo aborrecía (1 Ry 22:8).


Se atormentan cuando no nos callamos. Los saduceos, ancianos y el sumo sacerdote estaban turbados, y enfurecidos con Pedro y los apóstoles, porque ellos pusieron primero a Dios antes que a los hombres (Hch 5:33). Quieren callarnos cuando decimos que Cristo es el único camino, que Biblia es la Verdad. Se turban cuando no nos amedrentan sus prohibiciones, y seguimos anunciando el evangelio de Cristo. Se atormentan cuando ponemos a Cristo como Rey. Los judíos incrédulos alborotaron Tesalónica, estaban turbados pues Pablo, Silas, y los creyentes, enseñaban que las leyes de Cristo estaban primero que las leyes terrenales, esto trastorna al mundo (Hch 17:5-7). Quieren sabotearnos el mensaje, que Cristo es El Rey, que tiene la preminencia sobre todo, que sus Leyes están primero, que son perfectas, y debemos obedecerlas. Se turban y se llenan de celos, envidia, nos difaman, levantan falsos testimonios, ponen al mundo en nuestra contra, los alborotan para sabotear nuestra predicación.


Los moradores de la tierra se atormentan cuando confrontamos la falsa conversión. Los judíos estaban turbados cuando Esteban les dijo que ellos no eran verdaderos creyentes (Hch 7:51-54). Se turban cuando se les predica del nuevo nacimiento, el arrepentimiento, cuando confrontamos sus pecados específicamente. Se atormentan cuando denunciamos sus malas obras. El mundo se turbó porque Cristo se las denunciaba (Jn 7:7). Cuando les denunciamos su amor al mundo, sus proyectos de vida, su justicia propia, su falsa religión y ciencia, en todo aquello que confían. Si dejáramos el cristianismo verdadero (fiel), nos amarían. Aborrecen el mensaje de Cristo. Se turban con nosotros, como los Fariseos por Cristo (Jn 10:24). Seguirán atormentados eternamente, blasfemando contra el Dios del cielo (Ap 16:10-11).


Se alegran y regocijan cuando somos quitado de en medio de ellos. Los filisteos se alegraron cuando tomaron en sus manos a Sansón (Jue 16:23-24). Babilonia se alegró y gozó de la destrucción de la heredad del Señor (Jer 50:11). Edom se alegró de la angustia de los hijos de Judá por la destrucción de Jerusalén (Ab 1:12-14). Son nuestros enemigos, se alegran si somos quitados del medio (Sal 13:3-4). Se gozan en la injusticia, su gozo y amor son falsos (1 Cor 13:5-6). El Señor los alegró para su propio juicio (Sal 89:42). Que no se alegren contra nosotros (Sal 35:19-26). Aunque se alegren de nuestras calamidades terrenales, caerán en el mal (Pr 24:15-16). Un día serán juzgados, caerán para siempre, junto a la gran Ramera, Su madre, allí nos gozaremos en la Justicia perfecta de Dios (Ap 18:20). Babilonia se alegró y gozó de la destrucción de la heredad del Señor, como los moradores de la tierra con nosotros, pero será destruida (Jer 50:12-13). Se les devolverá todo lo que le hicieron al pueblo santo de Dios (V5).


3. Los testigos.


Los dos testigos representan a los mensajeros de Cristo, a sus comisionados, sus profetas, a nosotros, a su iglesia, enviados por el Señor para hablar a todos los moradores de la tierra hasta que vuelva.


Hay un paralelo opuesto entre los dos testigos y la segunda Bestia (Falso profeta). Los dos testigos son profetas de Dios (11:10), la Bestia es el falso profeta (16:13; 19:20; 20:10). Los dos testigos realizan señales del cielo (11:6), la segunda Bestia realiza señales engañosas (13:13, 14; 19:20). Los dos testigos reciben autoridad de Dios (11:3), la segunda Bestia recibe autoridad de la primera bestia (13:12). Los dos testigos atormentan a los habitantes de la tierra (11:10), la segunda Bestia engaña a los habitantes de la tierra (13:14). Los dos testigos son los dos olivos; los dos candelabros (11:4), la segunda Bestia tiene dos cuernos (13:11). Los dos testigos recibieron aliento de vida de Dios (11:11), la segunda Bestia infunde aliento a la imagen de la primera Bestia (13:15).


Somos sus testigos, anunciamos al mundo a Cristo, llamamos al arrepentimiento de sus malas obras. Fuimos comisionados por Cristo para dar testimonio del mensaje de arrepentimiento para perdón de pecados (Lc 24:45-48). Recibimos poder del Espíritu Santo para ser testigos en toda la tierra (Hch 1:8). Nos dio espíritu de poder, amor y dominio propio para dar testimonio sin avergonzarnos (2 Tm 1:7-8). Juan el Bautista era antorcha que ardía y alumbraba (Jn 5:35), sigamos el ejemplo del hombre más grande nacido de mujer, de uno de sus mayores testigos. Satanás nos aborrece, y nos conoce muy bien, a los que somos testigos de Cristo (Ap 12:17). Padecer por Cristo es ser su testigo, es glorioso (1 P 5:1). Seamos pacientes, no lo neguemos, demos testimonio hasta morir (Ap 14:12). Somos consiervos de los ángeles, todos los que damos testimonio de Cristo (Ap 19:10). Si no estamos predicando el evangelio, seremos hallados como falsos profetas, pues fuimos comisionados.


Los testigos de Cristo resucitaremos y ascenderemos al cielo, es nuestra esperanza gloriosa (V11-13). Los judíos no soportaron la predicación de Esteban, lo apedrearon hasta matarlo, pero él vio a Cristo en su muerte (Hc 7:55-59). El mundo no es digno de nosotros sus testigos, esperamos algo mejor (Heb 11:36-40). Caldeos y Edomitas se alegraron de la destrucción de Jerusalén y las calamidades de los judíos; como los moradores de la tierra con nosotros, pero la Ira de Dios vendrá sobre ellos, lo veremos, nos levantará en gloria (Miq 7:8-10). Todos los poderes anticristianos serán destruidos, y habrá un estado glorioso del reino de Cristo en la tierra, seremos recompensados (V15-18). Ellos serán probados y juzgados, nosotros guardados (Ap 3:10). Si no somos testigos de Cristo no resucitaremos.

¿Será de los testigos de Cristo o de los que celebran la muerte de su pueblo? ¿celebrará en el cielo, o celebrará en la tierra? ¿resucitará triunfante con Cristo, o será turbado para siempre? Ellos ríen y gozan acá, nosotros perseguidos y atribulados. Ellos estarán turbados eternamente allá, nosotros celebraremos por los siglos de los siglos.


¿Se unirá a los moradores de la tierra? o ¿será del ejército de los testigos de Cristo? “Y los moradores de la tierra se regocijarán sobre ellos y se alegrarán, y se enviarán regalos unos a otros; porque estos dos profetas habían atormentado a los moradores de la tierra”.



X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo (15 de Agosto de 2021): «¡TESTIGOS DE CRISTO».


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