«Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas» (Lucas 12:2-3).
El Señor aplica estas palabras a sus discípulos, poniendo como ejemplo la hipocresía de los fariseos. Ningún pecado, por más secreto o privado que sea, quedarán sin ser descubierto, será revelado tarde o temprano; ya sea en este mundo, o en el juicio final. Por mucho que el hipócrita se cuide de ocultar sus lujurias, odios, inmundicias, fornicaciones, murmuraciones, mentiras, todo ésto es conocido por Dios, quien llevará todo a juicio y pondrá de manifiesto los secretos de todos los corazones de los hombres. Todo lo que se ha dicho y hecho en las tinieblas, privada y secretamente, en los aposentos, tarde o temprano a la luz se oirá, será declarado públicamente. Es inútil y necio tratar de ocultar nuestros pecados.
1. La hipocresía.
La hipocresía es aparentar lo que no somos, para quedar bien con los demás. Es mentira y engaño, también es necio e inútil, Dios todo lo ve. Por quedar bien con el hombre, queda mal con Dios. Dios les advierte a sus discípulos guardarse de la hipocresía de los fariseos (V1-5).
El adúltero aguarda la noche, se oculta para hacer y ver sus adulterios, fornicaciones, pornografía, actúa en las tinieblas, a escondidas, engaña, traiciona y cree que Dios no lo ve (Job 24:15). Muchos con poder, engañan, roban, hacen fraudes, tuercen la ley, prevarican, asesinan, acechan en oculto, y creen que Dios no lo juzgará (Sal 10:6-11). Otros oprimen, persiguen al pueblo de Dios, dictan leyes contra los cristianos, y creen que Dios no los ve (Sal 94:4-7). Las elites religiosas y políticas se muestran como benefactores de la humanidad, pero en secreto hacen hechicerías, brujería, rezos, es vergonzoso lo que hacen en tinieblas (Ef 5:11-12). Muchos murmuran en sus tiendas contra el Señor, sus siervos, y el pueblo fiel (Dt 1:26-27). Judas quería quedar como caritativo ante Cristo y los hombres, pero secretamente era ladrón (Jn 12:3-7). Judas dijo “¿seré yo Maestro?”, cuando venía fraguando la traición. Ananías y Safira querían verse generosos ante la iglesia, se comprometieron con algo que no hicieron, mintieron al Espíritu Santo (Hc 5:1-11).
Ellos temen al hombre, no a Dios, buscan agradar a los hombres, no buscan agradar Dios. Los fariseos temían al pueblo, por eso no eran capaces de decir de dónde venía el bautismo de Juan el Bautista (Mt 21:25-26). El Jefe de la guardia y los alguaciles temían ser apedreados por el pueblo, por eso los soltaron (Hc 5:26). Pilato temió al pueblo, por eso se lavó las manos y entregó al Señor a la muerte (Mt 27:22-24). El impío no tiene temor de Dios delante de sus ojos (Rm 3:18). Esto es característico de los que están muertos en delitos y pecados, del hombre natural, en total depravación, no de los creyentes. ¿Es de estos? ¿Se comporta como ellos?
Hombres, Dios nos ve cuando salimos de nuestras casas, lo que miramos, hablamos, con lo que nos congraciamos. Mujeres, Dios las ve cuando sus esposos salen y se quedan solas en sus hogares, lo que hablan, oyen, dicen, si son diligentes o perezosas. Dios ve nuestras oraciones privadas, si nos dormimos, si aparentamos. Niños, Dios sabe lo que ustedes hacen cuando sus papás no los ven. Los hipócritas, mentirosos y cobardes, serán condenados (Ap 21:8).
2. Todo saldrá a la luz.
No solo Dios ve todo lo que hacemos, Dios sacará a la luz tarde o temprano las tinieblas que queremos ocultar, las sacará delante de los hombres, a los que tanto temíamos. Ningún hipócrita escapará.
Dios todo lo sabe, es omnisciente. Desde los cielos ve, debemos entenderlo muy bien como dice en Job 22:12-13. Conoce el pasado, presente y futuro, de todos los acontecimientos, la creación y las criaturas, Él los ha determinado (Is 46:9-10). Conoce perfectamente la vida de todos en el cielo, la tierra y el infierno, Él revela todo (Dn 2:22). Conoce los corazones (1 Ry 8:38-40; Hc 1:24-25). El impío e hipócrita odia esto, quisieran eliminar este atributo, porque es el testigo de sus pecados, el escudriñador de sus corazones, y el Juez de sus acciones. Aquel que rechaza a Cristo debe temblar ante él. Él sabe si es regenerado o no regenerado, si hay sinceridad o hipocresía, lo que amamos o aborrecemos. Conoce nuestros pensamientos (Sal 94:8-11). Lo que nos inquieta o preocupa, lo que ocupa nuestros pensamientos; todo lo sabe, oye, ve y reprenderá, no seamos necios. Conoce las intenciones del corazón (Heb 4:12). Por qué hacemos las cosas, lo que decimos, obedecemos, callamos, nuestras excusas, justificaciones, mentiritas. Él escucha nuestras conversaciones familiares (Sal 106:24-25). Todo lo que decimos de hermanos, pastores, iglesia, en nuestras casas, carros, iglesia, WhatsApp, reuniones. Conoce todo de nosotros (Sal 139:1-4). Nos examina, sabe absolutamente todo, lo que vamos a decir, nuestros caminos (buenos, malos). El Espíritu Santo todo lo escudriña (1 Co 2:10-11). Nos conoce perfectamente, nos examina, confronta. No podemos comprenderlo (Sal 139:6). La comprensión de su omnisciencia debería inclinarnos ante El en adoración, y temerle. Es incomprensible, maravilloso, perfecto, no se equivoca, ni cambia, ni pasa por alto nada.
Nada escapa a Él (Heb 4:13). Nada escapa a su atención, nada puede serle escondido, no hay nada que pueda olvidar. Ni la oscuridad, ni la más profunda prisión pueden esconder al pecador de los ojos de Dios. Los árboles del Edén fueron incapaces de esconder a nuestros primeros padres. Ningún ojo humano vio a Caín cuando asesinó a su hermano, pero Dios fue testigo del crimen. Sara podía reír por su incredulidad oculta en su tienda, más Jehová la oyó. Acán robó un lingote-oro que escondió cuidadosamente bajo tierra, pero Dios lo sacó a la luz (Jos 7). David quiso esconder su pecado, pero Dios envió a Natán a decirle: “Tú eres aquel hombre” (2 Sam 12:7).
¿Cree que usted podrá escaparse del ojo omnisciente de Dios? ¿De aquel que escudriña la mente y el corazón? (Jer 17:10). El Señor conoce perfectamente a esta iglesia, como conocía las iglesias de Apocalipsis. Él nos dice: “Yo conozco tus obras”. Sabe si hemos dejado nuestro primer amor, si estamos fornicando con el mundo, si toleramos la doctrina de Jezabel, si aunque proclamemos estar vivos estamos muertos, si somos tibios. También sabe si estamos haciendo obras justas. Nuestro arduo trabajo y paciencia, si no toleramos a los malos, nuestra tribulación y pobreza, si no hemos negado la fe ni su nombre, si tenemos un verdadero amor, fe, servicio, nuestra poca fuerza, pero que guardamos su palabra.
Él conoce nuestras obras, y todo saldrá a la luz. El que todo lo sabe, también todo lo sacará. Los pecados salen ahora o en el día del juicio (1 Tim 5:24-25). Nada hay encubierto que no se manifieste (Mt 10:26). Los secretos de los hombres serán revelados en el día del juicio (Rm 2:16). La obra de cada uno se revelará, el fuego la probará (1 Co 3:13). Él nos dirá lo bueno que hicimos por Él (Mt 25:40). También las malas obras, seremos condenados (Mt 25:45-46). Todos compareceremos ante el tribunal de Cristo, se mostrará lo bueno y lo malo que hicimos acá(2 Co 5:10). Aclarará lo oculto de las tinieblas y las intenciones del corazón, si son buenas estemos tranquilos (1 Co 4:5). ¡Si no, tema! Los libros serán abiertos (Ap 20:12). Dios traerá toda obra a juicio, buena o mala, temamos a Él (Ecl 12:14).
3. ¡Temed a Él!
La mejor arma contra la hipocresía es el temor a Dios. La hipocresía es necedad, temer a Dios es sabiduría (Pr 1:7).
El temor de Dios es estar conscientes de la presencia de Dios, y que todo lo sabe, de su omnipresencia y omnisciencia. Es un temor reverente como el que tuvo Moisés en la zarza ardiente (Éx 3:4-6). Santo y temible es Su nombre (Sal 111:9-10). Demanda de nosotros temor (Dt 10:12, 20). Se complace en los que le temen (Sal 147:10-11). Perfeccionémonos en el temor de Dios (2 Cor 7:1). No busquemos el favor de los hombres (Gál 1:10). El temor al hombre nos paraliza (Prv 29:25). No temamos a los hombres, temamos a Dios (Mt 10:28). Aprenda, a quien debe temer (Lc 12:5). Pedro, aunque era creyente, temió a los judíos, hubo hipocresía, fue de condenar, pues arrastraba a otros (Gál 2:11-13). Debe ser reprendido cara a cara, porque es de condenar toda hipocresía, Pedro corrigió. ¿usted lo hará?
Hombres, Dios ve lo que hacemos cuando salimos de nuestras casas, sus pensamientos vanos, sueños, codicias, lujurias, inmundicias, odios, temores, fornicaciones, excusas, secretos. Si no se arrepiente de lo malo, tarde o temprano lo sacará a la luz. ¡Arrepiéntase y tema a Dios! Mujeres, Dios también sacará a la luz todo lo malo que hace cuando está sola, lo que piensa, ama, maquina, envidia, codicia, mentiritas, excusas, pecados ocultos. ¡Mejor arrepiéntase, tema a Dios! Niños, deben arrepentirse y empezar a servir al Señor, deben temer primero a Él, antes que a la vara y a sus padres.
Amigos, y hermanos, el conoce todo de nosotros, es inútil tratar de escondernos de Él con hojas de higuera como hicieron Adán y Eva. Él nos ve, Él sabe si nuestro cristianismo es hipócrita, mentiroso, si lo que hacemos “bien”, lo hacemos para Él o solo para que los hombres nos vean. Él sabe si hemos nacido de nuevo. Él sabe si somos de Cristo. Él conoce los pecados que no queremos confesar, de los cuales no nos queremos arrepentir. Él conoce lo oculto de sus tinieblas. Entréguese a Cristo, no trate más de aparentar lo que no es ante los hombres, es inútil y necio, no intente más esconderse de Aquel que sus ojos son como llama de fuego (Ap 19:12). No encubramos los pecados, es inútil (Prv 28:13). Nuestro fin último es temer a Dios en esta tierra, Él mostrará todo, no seamos necios (Ecl 12:13-14).
Todo sale a la luz, ahora o en el día del juicio, saldrá ante los hombres y los ángeles. Mejor que salga ahora sus tinieblas, antes que sea demasiado tarde, confiéselo hoy mismo. “Porque nada hay encubierto, que no haya de descubrirse; ni oculto, que no haya de saberse. Por tanto, todo lo que habéis dicho en tinieblas, a la luz se oirá; y lo que habéis hablado al oído en los aposentos, se proclamará en las azoteas”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (21 de Agosto de 2022): «¡TODO SALE A LA LUZ!»
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