«Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?» (Hechos 19:15).
El espíritu malo sabía exactamente quién era Jesús, sabía que Él era el Hijo de Dios, el Mesías, que había conquistado principados y potestades con su muerte en la cruz. También sabía quién era Pablo, un siervo del Dios Altísimo, que anunciaba el camino de salvación. Sabían que ambos habían expulsado demonios y combatido las huestes del mal. Sin embargo, el espíritu malo no sabía quiénes eran los siete hijos de Esceva, no identificaba a estos judíos exorcistas como sus enemigos, detecta su engaño, y que no tienen ningún poder para vencerlos. Los espíritus malos saben quiénes son sus enemigos, quienes son una amenaza, y no se preocupan de aquellos que no representan ningún problema para ellos.
La pregunta “pero vosotros, ¿quiénes sois?” revela el desprecio del demonio sobre ellos. Es como si les dijera: “¿Qué poder tienen para mandarnos en el nombre de Jesús? ¿quién les ha dado tal poder? ¿Qué hacen declarando el poder de Jesús, tomando su pacto y sus mandamientos en sus bocas, si odian sus instrucciones? Ustedes no son discípulos de Jesús, ni siervos de Dios, ustedes son hijos del diablo, no tienen poder sobre nosotros, por el contrario, están sujetos a nosotros”.
1 Los milagros de Pablo.
Dios hacía muchos milagros por mano de Pablo, era usado grandemente. Exorcistas querían imitarlo.
Dios hacía milagros por mano de Pablo, confirmaba su ministerio, también su predicación (V8-12). Pablo había predicado por un tiempo prolongado en la sinagoga, pero, la influencia de los judíos que rechazaron el mensaje lo llevó a apartarse. Continuó su enseñanza con un maestro gentil llamado Tiranno. Su enseñanza equipó a muchos creyentes, quienes transmitieron la palabra de Dios por todo Asia. Dios hacía milagros fuera de lo común, inusuales, inesperados, por mano de Pablo.
Los siete hijos de Esceva, exorcistas judíos, intentan expulsar demonios imitando a Pablo, pero fracasaron, pues no tenían una relación personal con Jesús (V13-16). Solo sabían que Jesús era el Dios de Pablo, no su Dios. Los hijos de Esceva no tenían derecho a usar el nombre de Jesús, no tenían intimidad real con Él. Así hay muchos hoy en el mundo y la iglesia que lo confiesan solo de labios, pero perecerán en el infierno. El espíritu malo sabía exactamente quién era Jesús y Pablo, pero no sabía quiénes eran los siete hijos de Esceva. Los espíritus malos saben quiénes son sus adversarios, y no pierden tiempo en conocer a los que no son una amenaza para ellos. Los hijos de Escevano tenían ningún poder contra el espíritu malo, por tanto salieron, derrotados y humillados.
Muchos en Éfeso, renunciaron a sus prácticas de brujería y hechicería (V17-20). Esto impresionó a muchos con la realidad del reino de las tinieblas, y les hizo temer al Señor y a lo demoníaco. Muchos renunciaron a estas cosas, confesandoy quemando sus libros de magia, sin importar su valor. Valió la pena, el trabajo en Éfeso y en la región Romana de Asia continuaba en forma admirable.
Cristo les dio autoridad a sus discípulos sobre los espíritus malos, por eso, éstos los reconocían (Lc 10:17-19). Iba a ser una señal en los que creerían (Mc 16:17-18). Los cristianos tendremos guerra contra las huestes del mal (Ef 6:12). Por tanto, ellos identifican quienes son sus enemigos, y a quienes van a enfrentar en guerra espiritual.
2. Los demonios conocen a los siervos de Dios.
Satanás y sus demonios conocen a los siervos de Dios, conocían quien era Cristo, reconocieron como siervos del Señor a Pablo, Lucas, Silas, y demás de la iglesia neotestamentaria.
Los demonios sabían quién era Jesús. Los endemoniados gadarenos sabían que Jesús era el Hijo de Dios, el Hijo del Dios Altísimo (Mt 8:28-29; Lc 8:28; Mc 5:7). Un espíritu inmundo que había en un hombre sabía que Jesús el Nazareno, era el Santo de Dios (Mr 1:21-24; Lc 4:31-34). Demonios expulsados por Jesús de personas que también sanó sabían que él era el Hijo de Dios y el Cristo (Lc 4:40-41). Y por supuesto, Satanás, el jefe de los demonios, sabía que Él era el Hijo de Dios, por eso lo buscó para tentarlo (Mt 4:1-11).
Los demonios sabían quién era Pablo, sabían que era un siervo del Dios Altísimo que anunciaba el camino de Salvación (Hc 16:16-18). Los demonios identificaban a Pablo con Jesús, había luchado con las huestes del mal, había expulsado demonios, había arrebatado almas del infierno, y había muerto para el mundo y el reino del mal.
Satanás (líder de los demonios), conoce bien al pueblo de Dios, los que guardan sus mandamientos y tienen el testimonio de Jesucristo, por eso los persigue (Ap 12:13-17). Satanás sabía que Eva hablaba con Dios, y fue a tentarla (Gn 3:1). Satanás conocía la integridad de Job, pidió a Dios arruinarlo material y físicamente, a ver si blasfemaba (Job 1:8-11). Satanás sabía que Josué era un tizón arrebatado del infierno, intenta acusarlo delante de Dios (Zac 3:1-2). Satanás sabía que Pedro era discípulo de Cristo, lo pide para zarandearlo (Lc 22:31-32). Satanás conoce al pueblo de Dios, por eso estorba sus planes (1 Ts 2:18).
¿Y vosotros quiénes sois? ¿Los demonios lo conocen? ¿Satanás sabe que usted es del pueblo de Dios? ¿Guarda los mandamientos de Dios? ¿Es testigo de Cristo? ¿Es conocido en el reino de las tinieblas? ¿es famoso allí? Si Satanás y sus demonios nos conocen, somos enemigos de él. Luchamos contra su reino, el reino de las tinieblas, somos del reino de la Luz, opuesto a éste. Pero si no es así, Satanás y sus demonios están tranquilos con nosotros, no somos una amenaza para su reino; lo que hace es mantenernos cegados y adormecidos. ¿Y vosotros quiénes sois?
3. ¿Y vosotros quiénes sois?
Si los demonios no nos reconocen como siervos del Señor, no representamos ninguna amenaza para ellos, no tenemos ninguna autoridad sobre ellos. Dicen “pero vosotros, ¿quiénes sois?” Iglesia. ¿y nosotros quiénes somos?
¿Es usted desconocido por las huestes del mal? Los demonios desconocen a los que Cristo no conoce. Satanás identifica a los que son conocidos por Cristo. Satanás desconoce y dice “pero vosotros, ¿quiénes sois?”, a los que son desconocidos por Cristo. Muchos pueden haber peleado contra las huestes del mal, expulsado demonios, y aún así, no ser conocidos por Cristo (Mt 7:22-23). Muchos tienen la facultad de expulsar demonios, pero nunca haber sido librados del hombre fuerte (Mt 12:29), ni haber aun escapado del lazo del diablo en que están cautivos a voluntad de él (2 Tim 2.26). Muchos quieren, como Simón el mago, el don de Dios, pero no arrepentirse (Hch 8:21-23). Al final, lo importante no es expulsar demonios, es que estemos escritos en el cielo (Lc 10:20). Es posible que solo los demonios hayan salido temporalmente de algunos, y no para siempre (Mt 12:26). Es una casa solo barrida, morada de demonios, que se han ido temporalmente; pero tarde o temprano volverán, y será peor (Mt 12:44-45). Terminará como los hijos de Esceva, dominado y humillado por los demonios. En realidad usted es un hijo del Diablo, cumpliendo sus deseos (Jn 8:44). Necesita que Cristo lo libere para que entre a su Reino (Mt 12:28). Vaya a Cristo para que lo libere del imperio de la muerte (Hb 2:14-15). El despojó a los principados y potestades, los exhibió públicamente, y triunfó sobre ellos en la cruz (Col 2:15).
¿Somos conocidos enemigos de las huestes del mal? Estemos en guardia contra sus ataques. El Diablo nos atacará con sus dardos (Ef 6:16). Estemos firmes contras los ataques de Satanás (Ef 6:11). Si Cristo nos conoce, somos enemigos de Satanás y sus huestes, demostremos que somos soldados de Cristo, y peleemos contra el ejército del mal. Cristo nos encomendó la gran comisión, para que otros escapan del lazo del Diablo y de las huestes del mal. ¿Lo estamos haciendo? ¿estamos arrebatando almas del infierno? o ¿estamos ociosos, temerosos, con una vida cristiana cómoda, tibia, light, cobarde? ¿profesando a Cristo solo de labios, y tomando su nombre en vano?
Satanás y los demonios conocen a los que luchan contra su reino, pero también sabe quiénes son los hipócritas, cobardes, conoce a los que le pertenecen. Como los hijos de Esceva, muchos solo nombran a Cristo de labios. Muchos solo nombran a Cristo para ser librados del infierno, pero quieren seguir viviendo en las tinieblas. Muchos solo nombran a Cristo para ser justificados por Fe, pero siguen viviendo como los condenados. “¿Y qué concordia Cristo con Belial?”. Cristo, o es todo o no es nada, tómelo en serio. De lo contrario, usted que está sentado allí, es amigo de Satanás y enemigo de Dios; no representa ningún obstáculo para el reino de las tinieblas; está contra Cristo (Lc 11:23). Hermanos, pidamos que hallan más luchando contra las tinieblas, que hallan más conocidos por las huestes del mal (Lc 9:49-50).
Hermanos, ¿Y vosotros quiénes sois? ¿hoy nos dicen los demonios esto? “Pero respondiendo el espíritu malo, dijo: A Jesús conozco, y sé quién es Pablo; pero vosotros, ¿quiénes sois?”.
X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.
Escucha el sermón del domingo (20 de Marzo de 2022): «¿Y VOSOTROS QUIÉNES SOIS?»
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