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¡YO JEHOVÁ, QUE ESCUDRIÑO LA MENTE Y PRUEBO EL CORAZÓN!



«Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras» (Jeremías 17:10).

 

Esta cita responde a la pregunta del verso 9: “Engañoso es el corazón más que todas las cosas, y perverso; ¿quién lo conocerá?”


“Cualquier maldad que haya en el corazón, Dios la ve y conoce perfectamente. Todo lo que hay en el corazón, todos sus pensamientos, los más ligeros y los que pasamos por alto; todas sus intenciones, las más cercanas, las más ingeniosamente disfrazadas y laboriosamente ocultas de otros. Se puede engañar a los hombres, pero no a Dios. No sólo escudriña el corazón con mirada penetrante, sino que prueba las motivaciones, para emitir juicio de lo que descubre, para dar a cada cosa su verdadero carácter y su debido peso. Lo hace como se prueba el oro (verdadero o falso), o como se juzga al acusado (culpable o inocente). Este juicio que hace del corazón es para juzgar al hombre, y dar a cada uno según su camino (Vida: anduvieron en el camino de vida. Muerte: persistieron en las sendas del destructor), y según el fruto de sus obras. Bendiciones para los obedientes y maldiciones para los desobedientes. Dios es el Juez, y sólo él, porque él, y nadie más, conoce el corazón de los hijos de los hombres“ (Matthew Henry).


1. DIOS ESCUDRIÑA Y PRUEBA A JUDÁ.

 

“En este capítulo I. Dios convence a los judíos del pecado de idolatría (evidente), y los condena al cautiverio por ello (V1-4). II. Les muestra la locura de todos sus secretos carnales, que eran inútiles (Todo lo ve) (V5-11). III. El profeta hace su apelación y se dirige a Dios por la malicia de sus enemigos contra él, buscando la protección divina (V12-18). IV. Dios, por medio del profeta, advierte al pueblo que santifique el día de reposo, pues sería prolongación de su tranquilidad, si no, Dios, mediante algún juicio desolador, afirmaría el honor de sus sábados (V19-27)” (Matthew Henry).

 

EL PECADO DE JUDÁ, SU IDOLATRÍA (versos 1-4). Dios escudriña y prueba a Judá, y ve su idolatría y dureza de corazón. Todos sus pecados están anotados en su Libro. Están grabados en la tabla del corazón. Por eso Dios escudriña la mente y prueba el corazón. Se harán evidentes con sus acciones, que demuestran los deseos y propósitos internos.

 

LOS QUE CONFÍAN EN EL HOMBRE Y LOS QUE CONFÍAN EN JEHOVÁ (versos 5-11). Dios escudriña y prueba al pueblo judío, y ve a los que ponen su confianza en el hombre y los que confían en Él. Los primeros ve que son como la hierba del campo, como pasto del desierto, árbol seco, producto de una tierra estéril, inútil, y sin valor. Los segundos, los que confían en Él, florecerán como árbol verde, no se marchitan. Tendrán paz y consuelo; no estarán ansiosos en tiempos de seguía y peligro… El ve que el corazón, en su estado corrupto y caído, es engañoso más que todas las cosas. Llama a lo bueno malo y malo a lo bueno; confía en sus propios caminos y consejos… Dios ve cualquier iniquidad que esté en el corazón. Podemos engañar al hombre, pero no a Dios… Él es omnisciente, todo lo sabe.

 

EL REFUGIO EN EL SEÑOR (versos 12-18). Dios escudriña y prueba al profeta Jeremías, y ve que tiene al Señor como su refugio, sanador y salvador, en medio de los ataques de sus enemigos. Ruega humildemente que Dios lo reconozca y proteja en la obra a la cual lo había llamado (Refugio: ataque de sus enemigos, no pide su juicio).

 

2. DIOS NOS ESCUDRIÑA Y PRUEBA.

 

“Sus entrañas, cada habitación y rincón que hay en él, y su maldad; conoce los pensamientos; todas sus intenciones, propósitos, inventos, imaginaciones, tendencias secretas… no podemos engañar a Dios, pues no juzga según las apariencias; ve y conoce el corazón. Nadie excepto el Señor, Jehová, puede escudriñar el corazón para saber… Cristo escudriña la mente y el corazón, conoce los pensamientos de los hombres, y discierne los pensamientos y las intenciones del corazón, él es Jehová, y el Dios verdadero. El Señor prueba las partes más profundas del corazón, fuera de la vista, la sede de los afectos, sus inclinaciones, afectos y principios, fuente de todas las acciones. El Señor los prueba, sean hacia él o no; sea sincero o hipócrita” (John Gill).

 

DIOS NOS ESCUDRIÑA Y PRUEBA. Él todo lo sabe, es omnisciente, todo está desnudo ante Él (He 4:13). Conoce nuestros pensamientos, intenciones, afectos, odios, secretos más profundos. Sus ojos miran para escudriñar y probar al impío y al justo (Pr 15:3). Escudriña y prueba al ateo, agnóstico, mundano, profano, judío, musulmán, católico, líder religioso, al cristiano. Él sabe quién es su pueblo (2 Ti 2:19). Conoce a sus elegidos, salvos, regenerados, nacidos de nuevo, al Israel de Dios. Cristo es Dios, escudriña la mente y el corazón (Ap 2:23). Cristo sabía quiénes realmente creían en Él (Jn 2:23-25). Escudriña y prueba si hay fe genuina o falsa,  si lo confiesan sinceramente o de labios, si son auténticos o hipócritas. Cristo sabe quiénes realmente lo aman (Jn 21:15-17). Escudriña y prueba si hay un amor genuino o fingido; si estamos realmente arrepentidos por fallarle, o es solo de labios. Dios conoce los corazones, sabe quién tiene el llamado, como en la elección del reemplazo de Judas (Hc 1:24-26). Dios escudriña y prueba las razones de nuestros caminos (Pr 21:2). Escudriña y prueba nuestros planes, proyectos, razones de hacer las cosas, excusas, razones, justificaciones. Dios escudriña y prueba las intenciones de nuestras oraciones (Ro 8:27). Conoce por qué razón pedimos lo que pedimos, así sea bueno. Si es para la gloria de Dios, o para gastar en nuestros deleites, por amor al mundo, codicia, envidia (Stg 4:3). La Palabra de Dios escudriña nuestros pensamientos e intenciones del corazón (He 4:12). Su Palabra nos desnuda, confronta, corrige, derriba nuestros argumentos, nos convence de pecado por el Espíritu. Dios nos escudriña y prueba, por eso es quien puede juzgarnos rectamente (1 Co 4:3-5). Dios conoce el corazón regenerado, y el no regenerado, el de carne y el de piedra. Los ojos de Cristo son como llama de fuego que nos escudriñan, temblemos ante Él (Ap 1:14).

 

¡ESCUDRIÑÉMONOS Y PROBÉMONOS! De acuerdo con nuestra obediencia a sus mandamientos (1 Jn 2:3-6). Examinemos si estamos en la fe (2 Co 13:5). No nos creamos lo que no somos (Gál 6:3-5). De nada sirve creerse hijo de Dios, hijo de Abraham como los fariseos y saduceos, si en realidad no lo somos. Mire sus intenciones ¿a quién busca agradar? ¿A quién intenta engañar? Cuidado con el autoengaño, y la hipocresía. Pidamos sinceramente al Señor que nos examine si vamos por caminos torcidos (Sal 139:23-24). Pongámonos a prueba ante Dios si podemos, como hizo David (Sal 26:1-3).

 

ESCUDRIÑEMOS Y PROBEMOS A LOS OTROS. A los que dicen ser siervos de Dios, por sus frutos (Mt 7:16-19). El Señor felicitó a la iglesia de Éfeso por hacerlo (Ap 2:2). Escudriñe y pruebe la vida y doctrina de los pastores y líderes de hoy. Juzgaremos al impío y a los ángeles, podemos juzgar las cosas de la tierra (1 Co 6:2-3). Juzguemos con justo juicio (Jn 7:24). Los pecados secretos de los hipócritas de todos modos saldrán a la luz (1 Ti 5:24). Nada quedará encubierto (Lc 12:1b-2). Las buenas obras también saldrán a la luz (1 Ti 5:25). Las obras de los cristianos se manifestarán (1 Co 3:12-13).

 

3. DA SEGÚN EL CAMINO Y EL FRUTO.

 

“En el juicio futuro se tendrá en cuenta toda cosa secreta; los consejos del corazón se manifestarán; se abrirá el libro de la conciencia; y los otros libros, los hombres serán juzgados según sus caminos y obras; por tanto es requisito que el Juez sea el Señor Dios omnisciente, el que escudriña y examina la mente y el corazón” (John Gill).

 

DARÁ SEGÚN EL CAMINO Y EL FRUTO. Como es el Juez veraz que todo lo sabe, daremos cuentas ante Él (He 4:13). El mundo será juzgados por sus caminos (Mt 7:13-14). Los caminos fuera de Cristo llevan a la muerte (Prv 14:12). El mundo será juzgado por sus obras (Ap 20:12-13). Dios dará a cada uno según sus obras (Ro 2:6). El juicio comienza por su pueblo (1 P 4:17). Dará vida eterna a los que perseveran en lo bueno (Ro 2:7, 10-11). Dará ira y enojo eterno a los que hacen lo malo (Ro 2:8-9). Dará el reino a los que amaron la iglesia (Mt 25:34, 40). Dará fuego eterno a los que desecharon a la iglesia (Mt 25:41,45). Dará herencia eterna a los que multipliquen sus talentos (Mt 25:22-23). Dará tinieblas eternas a los que desaprovechen sus talentos (Mt 25:24-30).

 

DARÁ A LA IGLESIA POR SUS CAMINOS Y FRUTO. El Señor también recompensará sus obras. Cristo se entregó para rescatar un pueblo celoso de buenas obras (Ti 2:14). Dará recompensas de Gracia a su pueblo según como hayan caminado y hecho acá (2 Co 5:10). Dará recompensas eternas, si edificamos nuestras obras en Él (1 Co 3:14). Dará alabanzas si las intenciones de nuestro corazón eran rectas (1 Co 4:3-5). Dará todos sus bienes a los que perseveren en su obra (Lc 12:43-44). No nos cansemos de caminar en lo bueno (1 Co 15:58). Pues si no… Dará un castigo severo a quienes se cansen del camino, y se unan a los impíos en lo malo (Lc 12:45-46). Dará tribulación a la iglesia adúltera (Ap 2:22-23). Dará mayor castigo a quien conociendo su voluntad deserten (Lc 12:47-48). Dará condenación si no dimos fruto (Lc 13:8-9). Dará terrible sentencia en Aquel Dia a los que lo confiesen de labios y no lo obedezcan (Mt 7:22-23). Dará el fuego eterno si no damos fruto (Mt 7:19).

 

Iglesia, no busquemos engañar a nadie, el Señor todo lo sabe, Él nos prueba, no podremos engañarlo. Temamos al Señor, Él escudriña nuestra mente y corazón, Él nos conoce, sabe lo que hacemos y por qué lo hacemos.

 

Él nos probará, y dará a cada uno según sus caminos y fruto. “Yo Jehová, que escudriño la mente, que pruebo el corazón, para dar a cada uno según su camino, según el fruto de sus obras”.


X SU GRACIA: Comunidad Cristiana.


Escucha el sermón del domingo 26 de Mayo de 2024: ¡YO JEHOVÁ, QUE ESCUDRIÑO LA MENTE Y PRUEBO EL CORAZÓN!



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